CAPÍTULO V
La comida se había tornado silenciosa, Harry trataba de mantenerse al margen y no proyectar ni una pizca de toda la emoción que estaba sintiendo en ese momento.
Gemma simplemente yacía a su lado, comiendo con lentitud, lo entendía perfectamente, a ella le importaba absolutamente nada que un mosquetero real fuese a cuidar de ella, pronto se casaría y se iría, lo cual significa protección por parte de su príncipe.
Pero bueno, tampoco es que ella lo necesitara, la princesa fue independiente desde pequeña, había practicado toda su vida defensa propia, siempre cargaba con una pequeña espada escondida entre sus grandes y bonitos vestidos, el error de muchos siempre fue subestimarla.
E incluso nunca pensó en casarse, ni siquiera lo imaginó, hasta que, en la visita de un viejo amigo de su padre, conoció al príncipe Gustav, y tal cual ella lo había contado, ese día sus planes no cambiaron, únicamente pensó en compartirlos con su alma gemela.
El rizado también era muy autosuficiente. Desde niño, sus padres lo habían enseñado a defenderse y protegerse ante cualquier situación. Sin embargo, el atentado que sufrió, ameritaba una mejor guardia, tenían que garantizar su bienestar.
Harry mantenía sus manos en su regazo, entrelazando sus dedos y jugando nerviosamente con ellos, mordía su labio inferior levemente intentado ocultar la sonrisa que amenazaba con salir.
Niall lo observaba desde la puerta del comedor, el rubio no quería imaginarse lo que estaba por venir.
Quizá una tormenta o quizá una simple llovizna, quizá un huracán o uno de esos vientos que te soplan tranquilamente en el rostro, un día soleado o una ola de calor. Lo que fuese, el siempre estaría con su príncipe.
Y en ese preciso momento, la puerta del comedor real fue golpeada tres veces, siendo abierta casi al instante por uno de los guardias.
"Su majestad, los mosqueteros están aquí." Anunció, y con un movimiento de cabeza, el rey le indico que abriese la puerta.
Por esta, entraron en perfecta formación los seis, luciendo impecables. Avanzaron unos cuantos pasos, y se detuvieron a un par de metros de la mesa del comedor. Acto seguido, hicieron una reverencia, y colocaron sus manos detrás de su espalda.
Harry sonrío con discreción, su mirada rápidamente buscó a Louis, quién parecía estar temblando de miedo, el rizado no entendía por qué y eso lo hizo sentir un poco mal. ¿Qué tal si no quería protegerlo a él? ¿Le había caído mal? ¿Qué si él no estaba de acuerdo con esto?
Repentinamente, la sonrisa de Harry decayó. Y es que el ojiverde era como un niño, vivía en un cuento donde el exterior que el conocía era el pueblo, a los plebeyos, y claro que tenía amigos aparte de Niall, quizá no los frecuentaba en demasía, pero los tenía, y a pesar de crecer en el seno de una familia sumamente amorosa y comprensiva, no podía controlar sus pensamientos de no ser suficiente para la gente que le rodeaba.
Quizá por eso sus padres no le permitían relacionarse con mucha gente.
Louis observó de reojo al príncipe, y en cuanto vio que su sonrisa se esfumó y agachó un poco la cabeza, las inmensas ganas de darle un abrazo le llenaron el alma; no podían culparlo, Louis siempre fue muy maternal, se había quedado con lo que su familia le había brindado antes de morir, siempre fueron bastantes cariñosos con él, a pesar de no tener tanto dinero, tampoco vivía en la pobreza, esa la conoció hasta que le arrebataron lo único que tenía.
"Bien, la comida ha finalizado. Es momento de que cada quién se dirija a sus respectivos puestos." Habló con firmeza el rey. "Aun así, habrá guardias cuidando cada entrada del castillo, cada puerta, cada calabozo, cada ventana. Ustedes se encargarán de escoltar y de ser necesario, combatir. Solo para que lo sepan, Harry tuvo un ataque ayer aquí en el castillo, y tras una minuciosa inspección sin encontrar nada, no podemos bajar la guardia."
Los seis muchachos no respondieron, solamente uno de ellos, asintió con la cabeza.
En el rato que habían estado preparándose para sus próximas actividades, concordaron que Bennet sería el que hablaría por todos -de ser necesario- en el comedor, ya que habían llamado incompetentes a los nuevos, y Paul y Maxime no parecían tan interesados en ser el líder.
"Pueden retirarse, sigan las indicaciones de mis hijos."
Y así, los príncipes se levantaron de sus respectivos asientos. La primera en salir del comedor fue Gemma.
Acomodó su precioso vestido color turquesa, y sin decir nada, avanzó hacía la salida. Al instante, Paul y Bennet la siguieron, sin duda ella había heredado todo de Desmond, imponía muchísimo.
Luego de eso, Harry avanzó hacía Louis y Zed, ¿o cómo se llamaba?
"Es hora de irnos, vamos. Hasta más tarde, padres." El rizado se despidió de los reyes con un débil movimiento de mano, antes de girarse para salir del comedor.
La reina frunció al ceño, al no recibir el beso en las mejillas que Harry siempre le otorgaba cuando se retiraba.
Louis se tensó un poco cuando el príncipe pasó al frente de él, tragó saliva con dificultad y sin más, emprendió camino junto a Zayn, siguiendo los pasos de Harry.
Luego de varios escalones subidos, muchos pasillos adornados con pinturas extrañas, y varias puertas cruzadas, llegaron por fin a la estancia del príncipe. Zayn se sentía agotado, había caminado muchísimo en tan poco tiempo y ni siquiera se había aprendido el camino. Esperaba que Louis sí.
Ingresaron por la puerta, que fue abierta por los guardias para permitir el acceso del príncipe. Louis retuvo el aire de sus pulmones, nunca se imaginó estar ahí.
Al ingresar, de lado derecho se encontraban varios sofás y sillas, acomodados alrededor de una mesa de centro, frente a lo que él creía que era una chimenea. En el costado derecho, había un gran mesón, con un librero y gran cantidad de libros en él, ¿al príncipe le gustaba leer o escribir? Todo estaba adornado, desde los tapetes que cubrían la fina madera del piso, hasta las cortinas que resguardaban la habitación de los rayos solares.
"Bueno, esta es mi estancia. Mi habitación es esa de ahí." El rizado habló, señalando una puerta de color café y caoba que se encontraba justo al centro. "Ustedes permanecerán aquí en la estancia, pueden tomar lo que gusten, la mesa de ahí tiene un bodegón dónde colocan fruta diariamente. E igual ordenaré que tengan jarrones con agua todo el día."
Louis y Zayn no sabían si debían responder o simplemente quedarse callados ante las órdenes del príncipe, ambos estaban sudando frío.
"Pueden usar la estancia en su totalidad, los sofás, el comedor, el escritorio, los libros, e incluso la chimenea si gustan. Las cortinas solo se abren si mi padre de la orden, así que esas debemos mantenerlas así." Harry sonrió nuevamente, llevando su mirada a Louis, quién esta vez, era él quién lo observaba. "¿Me repiten sus nombres, por favor?"
"Yo soy Zayn, su majestad."
"Mi nombre es Louis, su alteza."
Y el rizado mostró un par de hoyuelos en sus mejillas al oír la voz del castaño.
"Bonito nombre, ¿cuál es tu apellido?"
"T-Tomlinson, su majestad."
"Muy formal, entonces, joven Louis Tomlinson, joven Zayn, espero tengan una estancia cómoda, les llamaré si necesito algo. No son mis sirvientes, ni mucho menos, solo están aquí en caso de emergencias."
Y Louis por poco cae de rodillas ante el rizado, no logrando contener la gran cantidad de sentimientos que estaban recorriendo todo su cuerpo e instalándose en su corazón.
"Su alteza, aquí estaremos" Atinó a decir Zayn, en vista de que su amigo estaba muy ocupado ahogándose en su propia respiración como para contestar.
Harry soltó una pequeña risa que hizo a Louis temblar, ¿cómo había pasado tanto tiempo sin oír aquel precioso sonido que salía de los labios del príncipe?
"De acuerdo, tomen asiento, siéntanse libres. Iré a tomar un baño y a cambiarme. Hoy no saldré al jardín."
Y dicho esto, le dedicó una mirada fugaz al ojiazul, antes de girarse y abrir la puerta para adentrarse en lo que el príncipe había mencionado, que era su habitación.
Tras el ruido de la puerta cerrándose con seguro por dentro, Louis llevó una de sus manos a su frente, y tuvo que sostenerse de una de las cuatro sillas del comedor que había dentro del lugar.
"Voy a morir, no puedo."
"Hey, Lou" Zayn lo miró con gracia, notando los nervios de su amigo. "Todo está bien, lo haremos bien."
"Zee, ¿Estás viendo dónde estamos? Esto no es el calabozo, ni la bodega, estás en la estancia del príncipe, esto es mucha responsabilidad."
"Claro que se dónde estamos, no soy ciego. Solo te pido que te calmes, no te compliques, todo va a estar muy bien."
"¿Cómo puedes estar tan seguro?"
"Bueno, yo también noté esa mirada."
Louis se quitó su sombrero, y sus cejas casi se juntan por la manera en la frunció el ceño.
"¿Cuál mirada?"
Zayn rodó los ojos y sus dedos se posaron en el puente de su nariz al oír a Louis, a veces su amigo era tan lento.
"La que el príncipe te dedicó cuando te vio." El pelinegro se cruzó de brazos con autosuficiencia, enarcando una ceja. "Al principio creí que solo había sido por la primera impresión, pero después de un rato, me di cuenta de que realmente lo impresionaste."
"¿Qué diablos estás diciendo? Calla, te puede oír. Además, eso no es cierto, ni siquiera notó mi existencia hasta ahora." Louis respondió sintiendo los nervios apoderarse nuevamente de él.
"Louis... Mi tonto e ingenuo Louis." Zayn murmuró con diversión, acercándose para darle un pequeño beso en la cabeza. "Y próximo príncipe de Francia"
Louis rodó los ojos con fastidio, no podía con ello, Zayn a veces insinuaba cosas muy extrañas y lo único que quería era confundirlo. Porque el castaño no podía negar en absoluto que había tenido un extraño flechazo con el ojiverde. Pero solo era eso, un flechazo que, con el tiempo, iba a desaparecer y del cual, sus amigos no tenían que enterarse.
Al anochecer, Zayn y Louis se encontraban sentados en la sala del príncipe, sonaba un tanto extraño, pero ahí estaban. Habían tomado un libro y ahora se encontraban leyendo, cada uno estaba sumergido en la lectura, hasta que la puerta se abrió.
"¡Qué demonios! ¿Por qué están sentados como si este fuese su alcoba? ¡Levántense!"
Y ambos chicos, como si fuesen impulsados por un resorte, se levantaron, dejando los libros en la mesa de centro.
"Ahora díganme en qué momento el príncipe les permitió agarrar estos." Niall tomó el libro que estaba leyendo Louis, y sus ojos se abrieron desmedidamente. "¡Este no es cualquier libro! ¡Todos los libros aquí están firmados y han sido regalos de los autores para el príncipe!" El rubio estaba hiperventilando.
"Ni, yo les ordené que podían tomar y usar lo que quisieran."
Ante aquella voz, los dos mosqueteros y Niall, miraron al príncipe, quién acababa de salir de su habitación.
"Pero su majestad, ellos están aquí para cuidarle, no para sentarse a leer comiendo una manzana" el rubio escandalizado, señaló la manzana a medio comer de la mesa de centro. Zayn apenado, la tomó con una de sus manos y la escondió en su espalda.
"Ven aquí, entra."
Y acto seguido, un Niall muy molesto atravesó la estancia para entrar a la habitación del rizado.
Harry solo río por lo bajo, y murmuró un "lo siento, continúen con lo que estaban haciendo", antes de entrar nuevamente y cerrar la puerta de la recámara tras de él.
Zayn y Louis se miraron perplejos, ¿qué acababa de pasar?
Y del otro lado de la puerta, el príncipe intentaba hacer entrar en razón a Niall, quién solo caminaba de un lado a otro, pasando su mano por su cabello con desespero.
"Harry, tú no puedes hacer eso. Ni siquiera deberían estar en la estancia, tu hermana tiene a los mosqueteros fuera, en la puerta, junto con los guardias. Vengo aquí y los veo sentados y comiendo manzana, mientras leen... ¡Mi libro favorito!"
Harry no pudo evitar soltar una carcajada ante la evidente molestia de su fiel compañero, Niall se tomaba su trabajo a veces muy en serio, pero todo lo hacía porque quería garantizar la seguridad de aquel rizado que era como su hermano menor.
"Niall, relájate, están haciendo su trabajo. Yo les di permiso, no veo el problema."
Niall suspiró, y detuvo su andar, observando al rizado con una mueca en el rostro.
"Harold, tú sabes por qué lo haces. Si los que estuviesen aquí fueran Paul, o Liam, o los otros dos, los tendrías del otro lado de la puerta. Estás haciendo esto por él y lo único que te pedí fue que todo lo tomaras con calma."
Y Harry se sonrojó furiosamente, bajando la mirada cohibido. "De acuerdo, sí, pero no tiene nada de malo, ¡al contrario! Quizá... quizá así lo puedo conocer mejor, ¿no es eso lo que querías? ¿cómo voy a saber quién es y de dónde viene si no lo tengo cerca?"
Niall se mantuvo serio, y prefirió ya no comentar nada al respecto. Aunque no estaba del todo de acuerdo, si a Harry le parecía buena idea, el lo dejaría.
Estaba bien cuidar de él, pero también tenía que descubrir que había más allá del castillo, de su familia, de otros reinos. Tenía que experimentar el amor y él no sería quién le impidiera eso.
Sin embargo, se mantendría con los ojos bien abiertos en ese par, tenía un par de cosas que averiguar.
El rubio salió de la habitación luego de un par de minutos, a juzgar por la mueca que tenía en el rostro, Louis dedujo que algo no estaba bien.
"Caballeros, me tengo que retirar." Habló entre dientes. "Una disculpa por la reacción de hace un momento, no fue la mejor manera de presentarnos. Mi nombre es Niall, y soy el consejero y acompañante del príncipe. Y su mejor amigo."
"No se preocupe, su señoría. Su reacción fue totalmente entendible, nosotros somos Louis Tomlinson, y su servidor, Zayn Malik."
El pelinegro quitó su sombrero para presentarse, y Louis imitó su acción. Sus cabellos se hallaban despeinados, por lo cual, Harry soltó una risa en voz baja, mordiendo su labio inferior con sutileza.
"Solo Niall, ¿está bien? Espero se acoplen pronto a esto."
"Así será."
Los dos mosqueteros se mantuvieron en silencio, hasta que Niall salió de la estancia. Y cuando se fue, también se dieron cuenta de que el príncipe ya había regresado a su habitación.
Louis se dejó caer en una de las sillas, cerrando sus ojos por unos segundos. Analizó la situación en la que se encontraban, y concluyó que lo único que tenía que hacer, muy en el fondo sentía que lo estaba haciendo mal.
Y esperaba estarse equivocando, porque un error en la postura que él se encontraba, era sencillamente imperdonable.
N/A:
¡Hola!
Cap. temprano porque estoy enferma y prefiero subirlo ahorita antes de que me gane el sueño o algo así.
Espero lo disfruten, no tengo mucho que decir hoy más que gracias por todo, no puedo creer que ya llegamos a 300 leídas♡.
Les dejo unas fotitos de como me imagino los espacios del castillo de los Styles.
Les amo, un besito. Si no me siento peor, ¡nos vemos mañana para las primeras interacciones entre Louis y Harry!
-María Tommo.
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