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CAPÍTULO LI

Capítulo extenso, +4000 palabras.

Tras ese tiro tan repentino, Louis abrió su boca, siguiendo la trayectoria de la bala con la mirada, y chilló al mismo tiempo que el príncipe cuando vieron al rey recibir el impacto.

"¡No puede ser cierto!"

"¡Harry, presiona ahí con fuerza!"

"¡Está perdiendo mucha sangre!"

"¡Papá, resiste, por favor!"

Los arqueros no tardaron mucho en dejar ir sus flechas, ningún mosquetero o guardia se movió de su lugar para evitar un incidente, cualquiera que se cruzara podría salir herido, así que el trabajo restante estuvo a cargo de ellos.

Solamente Krov, por intentar llegar a quién había sido su superior por varios años, no midió bien las repercusiones.

Su instinto lo impulsó a ir tras él al ver que intentaba escapar; por desgracia, no dio más tres pasos al advertir la dirección que tomó un nuevo proyectil.

Paró en seco, replegándose por una quemazón desconocida asaltándole cierta parte de su cuerpo. Era un ardor que apenas se estaba extendiendo en su ser, su mano se pintó de color bermellón cuando tocó la herida y el quejido que salió de su boca alertó a sus colegas que permanecían a un lado suyo.

Rápidamente trataron de auxiliarlo.

Kéven gastó sus últimas municiones en busca de lastimar a cualquiera, ya no le importaba alguien en específico. Estaba seguro de que ya no tenía mucho tiempo.

Liam se había vuelto loco, se removía de su lugar y saltaba por todos lados dejando que el pánico le consumiera. Ya había aguantado mucho, era claro que iba a colapsar en algún momento.

"¡Liam, no!"

El llamado de Zayn lo alertó, y apenas pudo captar el tirón de su mejor amigo en su brazo derecho, porque justo en el izquierdo, notó una fricción rara sobre su dermis, creando un agujero en la manga de su camisa.

La vida le recompensó un poco todas las pruebas que ya le había puesto. El morocho lo había salvado de que la bala entrara por su piel.

♡◆♧

Louis no podía ni con su propia alma, el simple hecho de ver a Harry llorando de aquella forma tan desconsolada, con sus manos intentando parar la hemorragia en el estómago de su padre, e implorando con gritos a su progenitor que resistiera y no se fuera, le terminó de romper el corazón.

Porque Harry no tenía que sufrir nunca.

No le dio más vueltas al asunto, sin preámbulos y sin ninguna presión de por medio, tomó su espada de la empuñadura, trotando luego con el objetivo claro. Vio de soslayo a sus amigos observando su carrera con extrañeza, e incluso distinguió que Zayn había agarrado a Liam para que no fuera con él. 

El morocho sabía que esa tarea era completamente suya.

Por fortuna, los arqueros lo ubicaron, y evitaron por completo lanzar las saetas en su camino, no iban a lesionarlo.

Louis pegó un brinco cuando escuchó el torrente ruido del arma siendo accionada, y cuando la voz de Krov retumbó en sus tímpanos, no tuvo el valor de mirar hacia el costado. No pudo ver a su amigo presionar su propia mano a la altura del hombro.

Casi se cae al pisar mal, no iba viendo por dónde pasaba, únicamente intentaba no tropezarse con todos los difuntos que yacían esparcidos por el lugar.

Su corazón se detuvo brevemente al estar delante de lo que parecía ser la reencarnación de satanás. Éste se giró, para mirarlo con los ojos impregnados de furia, con su clásica sonrisa torcida, y le colocó el fusil a la altura de la cara.

Sin embargo, cuando Kéven jaló el gatillo apuntando justo en su frente, no salió nada, ni una sola bala. El cartucho estaba completamente vacío.

Louis entendía hasta cierto punto el dolor que el hombre había pasado al perder a su familia, a los suyos, porque él también lo vivió hace muchos años y hasta la fecha, le seguían ardiendo los recuerdos.

Pero tampoco podía justificar los actos, él no creció odiando a los delincuentes que le robaron un techo y el amor de sus padres, ese que lo reconfortaba por las mañanas nubladas. Nunca pensó en vengarse cuando su vida dio aquel giro tan grotesco y terminó en la calle, sin una sola moneda.

Con ese sentimiento de por medio, el antiguo jefe de los mosqueteros terminó sentenciando su realidad; porque aunque Louis sintiera el coraje circulando por su sangre, existían más razones para hacerlo.

Lo haría por el intento de homicidio de Zayn.

Lo haría por todo el mal trato que sufrió Liam.

Lo haría por la muerte de Maxime.

Lo haría por Krov.

Lo haría por su rey.

Lo haría por la seguridad de la reina y la princesa.

Lo haría por todas las personas que no merecían morir.

Lo haría por Harry.

Para protegerlo de cualquier mal en un futuro.

Al próximo rey.

Y quizá, solo quizá, lo haría también por él mismo. Por todas las humillaciones, por todas esas veces que le hizo llorar, por las incontables ocasiones en que se mofó de él... y por tratar de matarlo.

Como lo había dicho, esto era asesinar para sobrevivir. Y una escoria como él, no merecía hacerlo, porque representaba un peligro inminente para el pueblo.

Así que dejó de pensar y antes de que otra cosa ocurriera, con un esfuerzo final, ayudándose ambas manos levantó la hoja por detrás de su cabeza. Rugió cuando se abalanzó hacia el frente, incrustando el frío metal en la caja torácica de Kéven, con el fin de atravesarle el corazón.

Ya no había más que hacer, el último boqueo del hombre, atolondró al castaño, pero con rapidez dio una zancada en reversa, sacando la espada de su organismo.

Lo siguiente fue ver a Kéven morir.

Y con él, se iban las malas intenciones, el peligro, la polémica y el rencor.

♤◆♧

La calma aún tardaría en llegar, no estaba ni cerca de poder instalarse. A pesar de que la persona que había generado la batalla, se encontraba fuera del juego, era hora de hacer el recuento de los daños.

"¡Trae al médico pronto!" Harry rogó a uno de los guardias sobrevivientes. "¡Por favor, al médico!"

El guardia no tardó nada en correr hacia la salida, y en compañía de uno de sus compañeros, se montaron a dos de los caballos que estaban tranquilos después de la tempestad.

"Papá, aquí estamos." Gemma lo sostenía en sus brazos, acariciando con delicadeza sus mejillas. "Aquí estamos, solo aguanta un poco más."

El menor continuaba ejerciendo presión en la herida, tratando de contener un poco el flujo sanguíneo, y no podía parar de llorar. Miraba con aflicción a su padre, no quería perderlo, no podía hacerlo de ese modo, se negaba a permitir que se fuera.

"Solo unos minutos más, el médico ya viene, por favor." Imploró el rizado, mordiendo su labio inferior con fuerza.

Pero el rostro del rey cada vez se ponía más y más pálido, sus labios estaban perdiendo el color, tenía que mantener la boca abierta para jalar aire, y sus ojos amenazaban con cerrarse poco a poco.

"¡Des! ¡Oh, dios mío!"

La reina al fin había podido acercarse, luego de que el riesgo disminuyera, le permitieron ir con su esposo. Ella había estado llorando amargamente desde el inicio, y ahora parecía que su sufrimiento no tendría fin.

Se hincó a su lado, colocando sus manos en el rostro del rey, y él solo pudo sonreír ligeramente; ya no tenía esa aura tan angelical que lo adornaba, tampoco esa energía tan intimidante que sus hijos le habían heredado. Solo era uno más de tantos en la larga lista que la muerte había hecho y en espera de ser recogido por aquel ente que portaba una guadaña.

"Cariño, todo va a estar bien." Murmuró la mujer, en un hilillo de voz. "El médico ya viene... y te va a atender."

Anne no quería admitir que su fe se había esfumado al ver el estado en el que su esposo se hallaba, juraba que la lesión estaba en otro sitio, no precisamente en la boca del estómago. La ropa de Desmond estaba completamente cubierta del tono rojizo que ella tanto odiaba, porque nunca fue partidaria de la violencia, siempre intentó evitarla y buscar otras soluciones antes que tener que acabar de este modo.

"Cielo..." El rey siseó, haciendo que sus hijos y esposa le miraran.

"No te esfuerces, no." Pidió Anne, esta vez acomodando su cabello con suavidad. "No hables, vas a estar bien, estaremos bien."

"La ayuda viene en camino, tranquilo." Gemma añadió, con las lágrimas desbordando sus ojos.

"Solo..." Des hizo una pausa, inflando su pecho con demasiada dificultad. "Quiero decirte gracias... por lo m-maravillosa... y... por darme unos hijos e-excepcionales."

La reina lloriqueó, porque ya no era certero que todo se fuese a solucionar, quizá un ciclo estaba cerrándose y le daba miedo el siguiente, no estaba lista para ser solamente ella.

Pero Desmond también tenía cuentas pendientes con la vida, y su forma de saldar todas esas deudas, fue dando su último respiro por la familia que formó a través de los años.

Si le había quitado la oportunidad a otras personas de poder vivir felizmente, tal y como él lo hizo por mucho tiempo, en compañía de sus magníficos hijos y de la mujer de sus sueños, esta vez tenía que darlo absolutamente todo por su propia descendencia, por el vínculo inmenso que los cuatro tenían, pero que, por desgracia... a partir de ahora solo serían tres.

Porque si, el corazón de Desmond Styles dejó de latir segundos más tarde. Dejando así, su existencia terrenal para continuar su camino a la eternidad.

Y los lamentos de toda su familia se escucharon por cada rincón del castillo, provocando que los asistentes, quienes habían salido por fin de sus escondites, bajaran la cabeza con pesar, acompañando a la corona real en su dolor.

Los mosqueteros retiraron sus sombreros, uniéndose a la pena de haber perdido a su gobernante y no ser lo suficientemente buenos como para protegerlo. Así mismo, estaban algo asustados por su futuro, ahora que no tenían un jefe, y con la muerte del rey, lo más probable es que terminaran destituidos sin consideración alguna, y sus alcobas se convertirían en calabozos.

Por su lado, Louis no dejaba de ver a su príncipe gimoteando y aferrándose al cuerpo inmóvil de su padre, apretando con fuerza sus ojos y con las mejillas totalmente mojadas.

No se atrevió a acercarse, no sabía que reacción iba a tener por parte de Harry, así que decidió darle su espacio, y esperar a que el chico sacara toda esa tristeza con su hermana y madre, eran los indicados para estar ahí.

♡◆♧

Liam y Zayn miraban a Krov sentado en el suelo, el desdichado muchacho estaba siendo curado por el médico que trajeron los guardias, había llegado tarde para salvar al rey, pero eso no fue impedimento para que Anne le ordenara que buscara sobrevivientes y los atendiera de inmediato.

Gracias al todopoderoso, la bala que Krov tenía enterrada en su hombro no produjo ninguna adversidad fatal, claramente le dolió excesivamente cuando se la retiraron, y más aún cuando el medico procedió a limpiar la herida y demás.

Pero no se dejaba de remover en su lugar, los toques que sentía encima eran muy molestos; por más que intentaba quedarse quieto, no podía y el doctor estaba haciendo su mejor esfuerzo por mantenerlo quieto con su otra mano, pero el no cooperaba. 

"¿Te duele mucho?" Preguntó Liam, mordiéndose los labios con impaciencia.

"¿Se nota?" El chico tenía un gesto muy expresivo. "Cuando menos estoy vivo."

"¡Si! Dos centímetros a la derecha y te vas."

"¡Liam!" Zayn le regañó.

"¿Qué? ¿Qué dije?"

El pelinegro negó, antes de abrazar a su amigo con todas sus fuerzas. Era increíble que resultaran casi ilesos; al principio Zayn calculó unos dos minutos de combate para terminar tirados, esperando su trágico pase al otro mundo. Pero se desenvolvieron como jamás imaginaron hacerlo, y solo al final, fue cuando Liam recibió el roce en su brazo que no había hecho más que causarle una especie de quemadura, la cual había sido atendida.

"¿Dónde está Louis?" Preguntó Krov, antes de aullar por la inesperada tortura en la llaga que tenía. "¡Joder!"

El médico suspiró por tercera vez, fastidiado por los quejidos del joven.

"Creo que está con Harry." Zayn respondió la pregunta hecha, y luego rascó su codo. "Estamos en problemas, ¿cierto?"

El mosquetero lo sabía, era obvio que estaban en un serio caos y no se le hizo justo que Louis diera la cara por todos ellos.

"Deberíamos ir." Susurró, apretando los dientes cuando al doctor se terminó la paciencia y presionó con rudeza el vendaje que le hizo. "¡Auch!"

"No sé si sea prudente, creo que también tienen otros temas de que hablar."

"Lo sé, creo que del miedo, habló de más."

"Se defendió." Agregó el ojimiel.

"Lo hizo, pero ten en cuenta que nunca había conversado con Harry sobre eso. Tomó por sorpresa al príncipe, ahora tenemos que arreglarlo, podemos decir que nosotros fuimos quienes aceptamos el cargo."

Los tres chicos compartieron miradas inconclusas, no sabiendo muy bien lo que iba a pasar ahora que estaban con un pie afuera del reino.

"¿Y si nos exilian?"

"Liam, eso no va a pasar... cuando mucho, nos mandan al calabozo."

De acuerdo, a veces Zayn también era muy extremista.

"Hay que esperar que nos llamen a dar nuestro testimonio, uhm..." Comentó Krov, soltando un suspiro cuando finalmente terminaron de hacerle la curación. "Ahora, las cosas pueden cambiar. Es decir... Des... Harry... ustedes saben."

"¿Qué?"

Liam se perdía muy fácil en las conversaciones.

"El siguiente al mando..."

"¿Quién?"

"¡Enfócate, Liam!" El mosquetero se río por primera vez en un buen rato.

"Li, Krov quiere decir que técnicamente, ahora que Desmond ya no está, bueno, el cargo le corresponde a Harry." Habló Zayn, tratando de ubicarlo.

"Exacto."

"¡Oh! Bueno, hay algo de razón en ello... pero, ¿Y la reina?"

"Ella no puede gobernar." Explicó el mayor. "La jerarquía no funciona así, en todo caso, la corona podría pasar a la princesa, pero ella tiene sus planes con el príncipe Gustav. Es un sistema hereditario, por ende, si ella rechaza el cargo... le toca directamente al príncipe."

El morocho alzó ambas cejas al entender el meollo de la cuestión, algo tan simple como que ahora el monarca debía ser el siguiente miembro de la familia. Liam hizo un puchero, ladeando un poco su cabeza.

"¿Y tú crees que Harry decida mandarnos a cadena perpetua o algo así?"

"Yo lo vi algo molesto."

"Igual yo."

"Como sea, cuando nos toque hablar, hay que decir únicamente la verdad."

El trío de mosqueteros aceptó la propuesta, porque después de todo, ya no había ningún peligro si hablaban con honestidad, las explicaciones que fueran solicitadas, las darían sin tapujos y mejor aún... sin miedo.

♡◆♧

La noche siguió su curso, y tras la poca iluminación producida por varios guardias sosteniendo velas, en las áreas exteriores del castillo se llevaba a cabo el levantamiento de los fallecidos.

Poco a poco, iban retirando los cuerpos inmóviles de los que terminaron dando su vida en una batalla que ni siquiera les correspondía. Algo que fue injusto, inesperado y que nadie tenía idea del trasfondo de los hechos.

Eso, hasta que Kéven habló.

Y no era que las personas no supieran dicha historia, todos en el pueblo la conocían porque tras esos días tan desagradables, Desmond si envió como disculpa muchas carretas con comida y demás, bolsas con oro puro para las familias afectadas, y el aviso de que las casas serían completamente construidas desde cero.

Kéven no había mentido en la historia, pero si olvidó mencionar, que después de la discusión que Desmond tuvo con Anne cuándo eso ocurrió, el arrepentimiento le obligó a ir casa por casa en las aldeas, pidiendo las más sinceras disculpas desde el fondo de su corazón.

Porque la reina tenía razón, lo material no iba a reemplazar de ninguna forma la pérdida de un familiar, la conexión que se formaba entre padres e hijos, entre hermanos, entre tíos, o cualquier integrante de una familia, estaba por encima de todo el dinero del mundo. Lo entendió cuando su esposa y él tuvieron una charla que siempre iban a recordar:

"¿Te imaginas? Si nosotros tenemos hijos, ¿le vas a dedicar tiempo a su crianza? ¿O el día que les ocurra algo solo me vas a enviar fruta y tus condolencias?"

"Para eso estás tú, mujer, para enseñarlos a valerse por sí mismos y yo, dejaré la corona en buenas manos. Si tú los educas bien, no tendrá por qué ocurrirles algo malo."

"¿Hablas en serio? ¿Eso quiere decir que no me ayudarías con la formación de los que serían los próximos gobernantes del país?"

"Te repito, de eso te encargarías tú."

"¿Y tú de qué te harías cargo?"

"Mhn, de procrearlos."

"Bien. Entonces yo no tengo nada que hacer aquí, porque mis futuros hijos necesitan un padre, no un rey egolatra que solo piensa en su ganancia."

"¿Perdón?"

"Lo que oíste, Des. Arreglatelas tu solo."

El rey no comprendió de inmediato e hizo caso omiso a lo que tomó como un berrinche de su mujer. Hasta que la vio empacando, echando todo a una vieja y enorme valija, dispuesta a irse del palacio.

Fue ahí cuando reaccionó, cuando se dio cuenta de que su vida sin ella volvería a ser muy mediocre. Porque de verdad la amaba, llevaban poco tiempo de casados pero sintió eso que se debía de sentir cuando conoces a tu alma gemela. Era amor en todas sus letras.

Tuvo otra extensa plática con ella y esta vez, prestó atención a cada detalle, a cada palabra, y resolvió sus dudas. No estuvo de más, le pidió disculpas por haber sido tan ciego tantos meses, por solo pensar en él y no en las personas que le rodeaban.

Así, Anne le condicionó, y sólo se quedaría si él era capaz de disculparse frente a frente por sus malas decisiones con todas las personas afectadas.

Eso hizo.

Luego, el cambio para bien del rey fue muy notorio. Porque al fin empezaba a sentir empatía por las demás personas, se preocupaba por su reino y no solo por él. Y la reina lo comprobó cuando tuvieron a Gemma, ahí reiteró la gran persona que tenía a su lado y que solo era cuestión de reformar. Porque Desmond nunca fue malo, estaba desubicado.

Como padres, hicieron un gran trabajo con la educación de sus pequeños, la princesa era muy independiente desde niña, y aunque el príncipe era más apegado a su mamá, le enseñaron a siempre ser solidario pero recto con sus decisiones, porque para ser rey, era necesario estar seguro de lo que hacías y sustentarlo con la ley.

Por ello, ahí estaba Harry, en el gran salón recargado en el respaldo de su trono, su madre sentada en el que le correspondía a ella, y Gemma de pie a un lado, con los brazos cruzados y con el disgusto plantado en todo su rostro.

Finalmente se habían llevado al rey, luego de una larga despedida, de prometerle que todo iba a estar bien, que iban a salir adelante con su mutuo apoyo, permitieron que lo levantaran para preparar su sepultura, y al amanecer tenían que estar presentes para darle el último adiós.

En realidad, todos los caídos que correspondían al personal del palacio, tendrían un lugar en el camposanto con Desmond. Los ajenos y forasteros, serían únicamente cremados en los hornos y convertidos en cenizas.

Para ellos no existía un espacio disponible.

También había que resaltar que ningún invitado resultó herido, quizá raspones o pequeños rasguños, pero ninguna doncella, ningún duque, vizconde, o familiar directo de los reyes perdió la vida por error. Lograron mantenerse protegidos al no entrometerse de más, estaban intactos y ahora intentaban descansar un poco en lo que podían darles salida hacia sus respectivos hogares.

Pero primero, la reina indicó que se realizara un rondín rápido de vigilancia y algunos mosqueteros fueron los encargados, solo tenían que asegurarse de que no hubiese mayor desorden en las primeras millas de camino para que los carruajes tomaran sus rumbos, garantizando el hecho de que llegarían con bien a sus palacios.

Louis estaba parado frente a ellos, con la mirada fija en sus botas sucias y manchadas con gotas de sangre. Con el pantalón roto, con su camisa rasgada y la casaca dañada, su rostro aún tenía hematomas y sus dedos de la mano izquierda los lastimó más cuando cargó la espada que terminó con Kéven.

Harry quiso correr a besarlo, a darle un baño, a cobijarlo y que durmiera en sus brazos frente a la chimenea mientras bebían una rica taza de té caliente.

Sin embargo, se contuvo, ya que necesitaba aclarar lo sucedido.

"Louis." Anne le llamó, y el mencionado dio un paso al frente sin atreverse a verle. "Creo que nos debes una explicación."

"Si, su alteza." Susurró, antes de sorber su nariz.

"Bien, la estamos esperando."

La reina no parecía estar enojada, le pedía las cosas de forma tranquila y neutral, sin aquel tono molesto que en ocasiones llegaba a escuchar cuando algo estaba mal y ella se daba cuenta.

"Intentaré ser lo más objetivo posible... pero comenzaré diciendo que tal y como lo dijo Kéven, yo no soy un mosquetero." Dio inicio a su argumento, aún observando el suelo. "Pero no lo hice con ninguna mala intención, su majestad. Todo fue una trampa en la que mis dos amigos y yo, caímos por ilusos..."

"Tienes tiempo para contar que fue lo que pasó." Exigió Anne, y pronto, los ojos del castaño hicieron contacto visual con ella. "Te escuchamos."

Louis apretó sus labios, y recapituló la serie de acontecimientos que lo habían llevado hasta ahí. Ordenó primero todo en su mente y dejó de preocuparse al saber que ya nadie podía hacerle daño por decir la verdad.

"Por muchos años, Kéven se burló de mi. Porque yo siempre quise ser mosquetero y nunca me permitió demostrarle que con un entrenamiento adecuado, podía obtener el título." Dijo, tratando que su voz no se quebrara. "Hablo por mi, porque yo arrastré a Liam y Zayn en esto. Ellos incluso me advirtieron que había algo extraño en... bueno, en la propuesta que Kéven nos hizo de la nada."

"¿Qué fue lo qué les dijo?" Gemma preguntó con curiosidad.

"Llegó a decirnos que nos daría la oportunidad que tanto tiempo le pedimos. Hasta ese momento, no sabíamos nada, únicamente llegó con los uniformes, nos enfundamos en ellos, y dejamos que la emoción ganara."

El príncipe oía con interés, y por cada palabra que Louis decía, sus facciones se ablandaban más y más.

"Eso, hasta que nos dijo que tendríamos que ser escoltas de nuestros reyes y príncipes." Su manzana de adán subió y bajó antes de proseguir. "Nos exigió su bienestar, y comentó que si podíamos solventar su seguridad, él mismo se encargaría de darnos el título."

"¿Él?" Anne arrugó su frente. "¿Por qué querría darles la designación si no tenían conocimiento en ninguna área?"

"Supongo... supongo era parte del plan, su alteza. Rememorando un poco, en una ocasión se burló de nosotros y mencionó que si nos ponía como mosqueteros, al ser un trío de inexpertos, a ustedes los... los matarían en cualquier ocasión..."

Algo en el cerebro de Louis hizo click. Y ahora se sentía estúpido, muy estúpido por no entenderlo desde el inicio; tuvo la respuesta desde el comienzo y no la vio hasta después.

"¿Y así aceptaste?" Por fin, Harry murmuró, y de inmediato los orbes de Louis se dirigieron a él. "¿Estabas de su lado?"

"¡No! Por dios, Harry." Louis olvidó por un segundo que no estaban solo ellos dos. "Quiero decir, no, su majestad. Yo nunca quise hacerles daño, jamás podría. Le repito que cuando Kéven nos solicitó, yo pensé en nada más que la oportunidad que ahora se estaba obteniendo."

"¿Y luego que ocurrió?"

"Mhn, empezamos a entrenar. Pero fue bastante... muy conflictivo porque ninguno de nosotros tenía la condición física para hacerlo. Yo no podía sostener siquiera una espada, Zayn no resistía nada en los entrenamientos, y Liam se ponía nervioso y caía en la desconcentración. Éramos un desastre."

Anne y su hija se dedicaron una fugaz mirada, antes de volver a interrogar.

"Hoy demostraron otra cosa, están vivos y ayudaron en gran parte a la batalla, ¿qué pasa con eso?"

"Cuando fue el atentado del carruaje dónde el consejero salió herido... Ese día nuestro jefe enfureció con nosotros y nos retiró las prácticas. Nos suspendió permanentemente de los entrenamientos como mosqueteros y eso significaba que no podríamos seguir aprendiendo, generando con ello un hueco en el camino que iba a ser de riesgo para ustedes. Entonces, a mí se me ocurrió una idea sustentada en..."

La interrupción que hizo en su diálogo, fue para recordar el por qué de la ayuda que le pidió a Krov.

Harry.

La seguridad de Harry.

"¿En qué?" La reina incitó a que continuara hablando.

Louis dudó un poco en decirlo, pero se había prometido hablar con sinceridad, y aunque eso le costara muy caro, lo haría.

No más mentiras.

"En salvaguardar a su hijo. Así que le pedí ayuda a uno de mis compañeros... porque quería asegurar que el príncipe no corriera ningún riesgo al estar bajo mi guardia. Liam y Zayn estuvieron de acuerdo porque también debían protegerlas a ustedes... Por eso decidimos entrenar por nuestra propia cuenta."

Harry y Louis tuvieron una súbita conexión con sus ojos, el verde y el azul se combinó, a la espera de una colisión sentimental que estaba a punto de ocurrir.

"Y en mi caso, puedo decir que mis intenciones siempre fueron cuidar de su hijo." Exclamó, sin sacarle la vista de encima al rizado. "Yo no iba a permitir que algo le pasara."

"Louis..." El corazón de Harry empezó a latir con fuerza, y esperó no se escuchara por todo el lugar.

"Porque yo me enamoré de él."

Holaaaa♡.

Ayer iba a actualizar pero me quedé dormida, disculpen:(.

Acá les dejo el capítulo, espero lo disfruten, como compensación lo dejé largoooo.

Nos vemos lo más pronto posible, un besote, les amo demasiado.
-María Tommo.

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