CAPÍTULO III
Al día siguiente, Liam, Louis y Zayn tomaban su desayuno en el pequeño comedor, ellos ya tenían que estar aseados, desayunados y uniformados para hacer sus labores en el reino a primera hora. Siempre había prendas que lavar y botas que lustrar.
En realidad, no era que tuvieran el gran uniforme, pantalones holgados, playeras sin mangas y por si hacía frío, un chaleco, nada del otro mundo.
Eso sí, diariamente les entregaban todas aquellas prendas perfectamente lavadas y planchadas, de eso no se podían quejar.
"¿Por qué las uvas son tan pequeñas?" Liam se cuestionó, mientras observaba la fruta entre sus dedos. "Quiero decir, algo tan rico debería de ser tamaño extra grande, como una sandía." Realizó un puchero con decepción, mientras se metía la pequeña fruta a la boca.
"Liam, si las uvas fuesen del tamaño de una sandía, no serían uvas." respondió Zayn, mientras cortaba un pedazo de pan.
"Tal vez no, pero sería magnifico, quizá tendrían otro nombre, ¡tal vez uvandía!"
"¿De verdad acabas de mezclar el nombre de la uva con la sandía?" Louis lo observó con gracia, antes de beber un trago de su té.
Liam solo sonrío divertido, tomando otra uva entre sus dedos, la cual ni siquiera llegó a su boca ante el sobresalto por el estruendo de la puerta del comedor abriéndose.
Kév entró con una gran sonrisa en el rostro, como si de un niño se tratase, Zayn pensó que nunca lo había visto tan feliz y eso lo asustó.
"Buen día, muchachos. ¿Cómo amanecieron el día de hoy?"
¿De cuándo acá él era amable con ellos?
"Buen día, señor. Todo bien, ¿qué tal usted?" Preguntó el ojiazul, generalmente él era el que contestaba a sus preguntas, Zayn sencillamente intentaba no cruzar palabra con él a menos que fuese necesario y Liam, bueno, él se mantenía al margen.
"Perfecto, magnífico." Se acercó a la mesa de los chicos, y tomó una manzana entre sus manos.
"Les traigo la mejor noticia que pueden imaginar." Declaró, antes de darle una mordida a la fruta.
"¿Lo desterraron y ahora nos pondrán otro jefe?" Susurró Liam para Zayn, el cual solo atinó a proporcionarle un codazo con discreción y reprimir una risita.
"¿Cuál es la buena nueva?" Se atrevió a preguntar Zayn, la curiosidad le había ganado.
Kéven sonrió complacido, tomando asiento en una de las sillas vacías frente a la mesa. Dejó la manzana a medio comer sobre ella, y cruzo sus brazos con autosuficiencia.
"Serán ascendidos."
Los tres muchachos fruncieron el ceño con extrañez, ninguno quería dejar de trabajar para los mosqueteros, quizá por eso Kév estaba tan feliz, porque por fin se desharía de tres niñatos con sueños inalcanzables como solía decirles.
"¿Ascendidos? ¿A qué puesto?" preguntó Liam, igual de confundido que sus dos amigos.
"Honestamente señor, no nos gustaría dejar de trabajar para los mosqueteros, nos gusta mucho, y lo hacemos bien, siempre entregamos a tiempo, y sobre todo, tal cual lo piden." Louis se adelantó a hablar, antes de oír la respuesta de su jefe.
"¿Sí? ¿Así de tanto aman su trabajo?" Los tres asintieron en respuesta, una sonrisa arrogante se coló por los labios del hombre. "Bien, entonces el cargo que les venía a ofrecer no es para ustedes." Respondió con frialdad, poniéndose de pie ante miradas curiosas. "Ni siquiera porque era su meta al venir aquí, ¿no tenías ese estúpido sueño de portar un sombrero nuevo y real, Louis?"
Kéven señaló el viejo y desgastado sombrero de Louis, el cual se encontraba a un lado suyo.
En ese momento, el castaño estuvo al borde del desmayo.
"¿Qué..? Acaso... usted... ¿Qué e-está insinuando?" Murmuró, tomando rápidamente entre sus dedos su sombrero, abrazándolo contra su pecho.
Liam y Zayn se miraron entre sí, con la misma cara de sorpresa, ¿qué diablos estaba pasando?
"Insinúo que, a partir de hoy, dejarán de usar esos uniformes tan desagradables, y portaran el de un mosquetero." Fue todo lo que Kéven dijo, antes de girarse sobre sus talones para caminar hacia la salida.
"Limpien todo aquí, en quince minutos vengo por ustedes, les haré un par de pruebas antes. Deben estar listos al medio día." Y fue todo lo que dijo antes de salir, como de costumbre, azotando la puerta.
Louis estaba técnicamente desconectado de este mundo, no entendía nada, ni tampoco por qué estaba pasando, su sombrero se apretaba con fuerza en su pecho, y sentía que todo en su vida estaba por una vez, saliendo como él esperaba.
"¿Chicos..?" El primero en hablar fue Liam. "No aceptaremos, ¿cierto?"
"¿De qué hablas?" Por fin, Louis salió de su trance, y en automático, posó su mirada en el ojimiel. "¡A eso hemos venido aquí Li! ¡Lo logramos!"
"Lou, perdóname, pero el jefe no puede venir simplemente a decirte que serás un mosquetero real, ¿lo entiendes, no? Él no puede hacer eso."
"¿Bromeas? ¡Claro que puede! Yo más que nadie conozco el proceso, Kéven elige a los candidatos, les hace pruebas, y los entrena varios meses. Si en ese tiempo, logran demostrar lealtad, valentía, y sobre todo, fuerza y voluntad, se realiza la ceremonia frente al rey para que proclame a los nuevos mosqueteros." (*)
Y tal cual así era. En todo su tiempo en el castillo, Louis había observado todos los procesos, todo lo que tenían que hacer para ganarse el título, y siempre soñó con él. Algo en su interior le decía que estaba a un paso de lograrlo.
"Pues sí, ¿pero no te parece sospechoso?" Preguntó Zayn, al tiempo en el que se acercaba a Lou y lo abrazaba por los hombros. "Amigo, esto no es tan común, en realidad es extraño, hasta hace unos días Kév nos repitió que nunca lo lograríamos, y hoy aparece como si nada, a decirnos que regresa en quince minutos por nosotros para entrenarnos, según él."
Louis resopló con fastidio, quizá sus amigos estaban un poco en lo cierto, pero su deseo era mucho mayor, su sueño, y su ilusión de portar el traje y de sentirse por una vez en su vida completamente satisfecho consigo mismo, podía más que la razón en ese momento.
"Chicos, respeto lo que dicen, y lo entiendo. Pero si se nos está presentando la oportunidad, por la razón que sea, yo la tomaré. No sé ustedes, pero yo lo haré."
El mayor habló con determinación, y colocó el sombrero que tantos años lo había acompañado, en su cabeza.
Miró a Zayn y a Liam, que parecían pensarlo, así que solo se limitó a extender su mano al centro, con la palma abierta hacía abajo.
"Los mosqueteros siempre están unidos." Murmuró Liam, al ver la acción de Louis. "Y nosotros también."
Zayn sonrío, y asintió un par de veces. Acto seguido, colocó su mano extendida encima de la de Louis.
"O vamos todos, o no va ninguno."
Liam también posó su mano en el centro, sobre la de sus amigos. Louis sonrió de oreja a oreja, aquellas preciosas arruguitas al final de sus ojos aparecieron, ahora sabía que siempre estarían juntos en esto.
¡Todos para uno, y uno para todos!" Vociferaron los tres en unísono, rompiendo en una risa nerviosa después, sabían que el camino sería complicado, pero aun así, estaban listos.
Y ahora Zayn quería vomitar.
Definitivamente su condición física no le estaba ayudando en nada. Habían tenido que correr casi cincuenta vueltas al patio, y ya había perdido la cuenta, habían hecho más ejercicio que en toda su jodida existencia, y el pelinegro estaba a punto de caer rendido.
Por otra parte, Louis lo estaba comenzando a disfrutar. Era el más hábil de los tres, eso había sido desde siempre, tenía muy buena condición, velocidad, quizá le faltaba fuerza, pero con el entrenamiento sabía que en cualquier momento la desarrollaría.
Y por último estaba Liam, también había aguantado el ejercicio, solo que de vez en cuando se llevaba uno que otro susto ante los gritos y órdenes de su ahora, encargado. Los sentidos del chico siempre estaban alertas, aunque su precaución, como él le llamaba al miedo, a veces le jugaba en contra.
"Dios mío, no puedo creer que vayamos a hacer esto diario..." resopló Zayn para sí mismo, recargándose en uno de los tantos árboles que rodeaban el lugar. Limpió el sudor con su camisa, y cerró los ojos un momento.
"¡Malik! ¡Correrás más tiempo por detenerte!"
Y fue ahí, donde Zayn en su mente recordó todas las malas palabras que conocía.
Al final de la prueba, Kéven se dio cuenta de que en realidad, ninguno de los tres servía para nada.
En la prueba de resistencia física, Zayn si había terminado desmayado a mitad del patio, con un Liam soplándole en la cara y un Louis corriendo por agua para aventársela.
Louis por su parte, había resistido físicamente, pero cuando tuvo que tomar una espada, y peor aún, el escudo, el peso de ambos lo sorprendió tanto que apenas y pudo sostenerlos de manera correcta.
Liam aguantó perfectamente ambas pruebas, pero al llegar a la prueba de defensa personal, el chasqueo de las espadas pegando entre sí, lo sobresaltaba tanto que no podía si quiera mantenerse concentrado, dejando caer la suya al suelo repetidas veces. Fantástico.
"Trío de inútiles."
"No pensarás mandarlos así con el rey, ¿o sí?" Su acompañante cuestionó. Había estado observando junto a su superior el pre-entrenamiento de los muchachos, porque si, eso ni siquiera se acercaba al entrenamiento real.
"El rey no tiene por qué saber que estos tres no son lo que aparentan, mi querido Pierre. Con que se vistan y se presenten tal y como lo pidieron sus señorías, es más que suficiente." Respondió con audacia a su amigo.
Él no quería que sus mejores hombres dejaran de trabajar para él, él los entrenaba, gracias a él eran los mejores, no podían pasar simplemente a ser escoltas, ellos merecían más, merecían estar en una batalla y defender su nombre a capa y espada.
"¿Y si el rey te pregunta por qué no han obtenido el título?"
"Le diré que estamos esperando la próxima ceremonia, que aún hay tiempo. Tú confía en mí, aparte de ellos mandaré a Paul, Bennet y Maxime, ellos si son buenos y harán que los reyes se sientan seguros."
"Pero no son tus mejores mosqueteros, tienes a Krov, tienes a Scott, y a Elian..."
"Pierre, cierra la boca." El tono de Kéven había cambiado, estaba comenzando a molestarse. "Los que mandaré también son buenos, a excepción de estos tres, pero nadie tiene por qué saberlo. Ellos siempre han querido ser mosqueteros, vamos a darles la oportunidad."
Pierre guardó silencio, finalmente la decisión que su amigo tomara, no era de su incumbencia, después de todo, él simplemente se dedicaba a revisar que los mosqueteros estuviesen haciendo correctamente las actividades, no era su responsabilidad, y si algo salía mal, el único responsable iba a ser su superior, o sea Kéven.
"De acuerdo, tú sabes lo que haces."
"Si, lo sé."
Louis no podía con la felicidad. Si bien aún no era un mosquetero oficial, el lucir por fin el uniforme le hacía sentir muy poderoso y atractivo.
La camisa se ceñía a su pecho con delicadeza, el pantalón apretaba de manera sutil sus piernas, la casaca caía impecablemente sobre su torso, la pechera cubría su cuello elegantemente y que decir de las botas. Perfectamente limpias y nuevas, de su talle, bastante cómodas.
No podía dejar de girarse frente al gran espejo, observando cada detalle, la casaca era azul con toques dorados y el símbolo que caracterizaba a un mosquetero en el centro. Todo lo que algún día había soñado.
"Chicos, creo que el pantalón no me queda." Liam batallaba para subirse la prenda, negando un par de veces con la cabeza. "Esto no es de mi talla, no estoy gordo."
"Li, creo que tomé el tuyo." Zayn se acercó a su amigo, señalando el pantalón que tenía puesto, le quedaba holgado.
Zayn era un poco más delgado, y Liam estaba bastante fornido, honestamente era el único de los tres que hacía algún tipo de ejercicio diario, desde sus días en la calle, por eso no se le había complicado nada el entrenamiento en cuanto a las actividades físicas.
Ambos amigos rieron, mientras intercambiaban sus pantalones, los cuales les quedaron finalmente perfectos.
Terminaron de ponerse todo, al igual que Lou, se acercaron al espejo para verse con detalle, sonriendo ante su reflejo.
"¡Wow, nos vemos geniales!" Liam estaba convencido, las prendas estaban hechas nada más y nada menos por el mismísimo costurero de los reyes.
"En realidad, resalta mucho nuestra belleza natural." Respondió Zayn, al tiempo que se colocaba los guantes de piel que complementaban todo el conjunto.
Louis observaba en silencio todo, decir que estaba a punto de llorar no era una exageración. Podía imaginarse en alguna batalla, sobre un caballo, con una espada -quizá un poco más pequeña-, ayudando a los más necesitados, estaba muy orgulloso de todo lo que estaba ocurriendo y nada arruinaría esa felicidad.
"¿Cuándo vendrá el jefe por nosotros?" Louis preguntó, observando los tres sombreros sobre el taburete. Todos nuevos, la pluma de color rojo lo adornaba delicadamente, tal como el suyo, pero en buen estado.
"En unos cinco minutos, dijo que primero hablaría con nosotros de algo importante, y de ahí comenzaremos a desempeñar las actividades que nos sean asignadas."
El ojiazul asintió un par de veces, y tomó el sombrero nuevo entre sus manos. La textura era diferente, denotaba una mejor calidad que el suyo.
Liam y Zayn ya se habían colocado los propios y jugueteaban entre ellos, acomodándolo una y otra vez, con las sonrisas más blancas que Louis había visto en su vida. Luego de un suspiro, se colocó el nuevo, era raro, pesaba un poco más, pero era suyo, no era un regalo, finalmente se lo habían otorgado a él.
Sin embargo, aquel que le habían obsequiado hace unos años, lo sostuvo y lo guardo en el baúl que había en su ahora nueva habitación.
Porque sí, los habían cambiado de habitación a una de la residencia de los mosqueteros, eran más grandes, con camas ligeramente más cómodas, mantas frescas y suaves, ahora tenían derecho a más cosas, a lugares en mejores condiciones y más limpios. E incluso, a una mejor comida, a partir de ahora debían cuidar más su alimentación.
Estaba nervioso, sí, porque no sabía bien que tendrían que hacer, Kév les dijo que les tenía su primer encargo y que, si lograban hacerlo bien, él mismo se encargaría de conseguir que el rey les otorgara el título de mosquetero real.
La puerta fue tocada tres veces, y Liam prácticamente corrió a abrirla. Del otro lado, se encontraba su jefe, y Pierre.
Ambos entraron a la alcoba, y cerraron la puerta detrás de ellos. Observaron con gracia a los tres muchachos y Pierre luchó por no reír, a pesar de verse ridículos, daban el porte.
"Por lo visto están listos..." Kév mordió el interior de su mejilla. "Bien, ahora escuchen con atención. Les tengo el trabajo del que dependerá su estancia como próximos mosqueteros." Los tres asintieron. "Hace unos días, atacaron al príncipe aquí dentro del castillo, y el rey me pidió que le mandara a seis mosqueteros para que sirvan como guardia real de su hijo, y de ellos." Liam, Zayn y Louis se tensaron de inmediato, ¿qué?
"¿Nos vas a mandar a nosotros?" Un Liam muy incrédulo no pudo evitar preguntar.
"Sí, irán ustedes tres. Paul, Bennet y Maxime también. La reina Anne y el rey Desmond decidirán quienes cuidarán que parte del castillo, pero es una gran responsabilidad. Y necesito que dejen en alto nuestro nombre." Habló Kéven con firmeza. "Esta es la oportunidad que estaban esperando, así que no la desaprovechen. Y en caso de que les pregunten, dirán que ya llevan meses de entrenamiento, que están capacitados y que por algo los he elegido, ¿de acuerdo?"
"Pero..."
"He dicho, ¿de acuerdo?"
"Sí, señor." La tercia respondió.
Si bien eso era mentir, no estaban dispuestos a recibir algún castigo por no acatar órdenes, sabían que el calabozo no era el lugar más apto para un humano, quizá para las ratas sí, por eso siempre estaban ahí acompañando a los que por ciertas razones, pasaban algunos días de castigo.
"Bien, ahora, caminen. Los reyes y sus hijos nos esperan en el salón real para presentarlos ante ellos." Kéven salió de la habitación, empezando a caminar hacía otra de las habitaciones, pero se detuvo al oír la voz de su amigo.
"Maxime, Paul y Bennet ya están arriba." Aseguró Pierre.
"Entonces vamos, no hay tiempo que perder."
Todos emprendieron camino escaleras arriba, las piernas de Louis temblaban como gelatina, las manos de Zayn sudaban y Liam iba rezando en su mente.
¿El rey? ¿La reina? ¿Los príncipes? No tenían si quiera el gusto de conocerlos, en toda su estancia en el castillo, solamente habían visto al rey Desmond una vez, el día que llegaron, y ni siquiera cruzaron palabra. Él solo se limitó a mover la cabeza, y uno de sus súbditos, los llevó a su nuevo hogar para explicarles el trabajo a realizar.
No tenían idea de que esperar, ni siquiera sabían si era buena idea, o si en algún momento lograrían cubrir con las expectativas, pero por el momento, podían sentir la emoción, Louis quería saltar, gritar, reír, llorar. Una mezcla de sensaciones lo invadía, el sabía que lo mejor estaba por empezar.
N/A:
¡Hola! Primero que nada, quiero darles las gracias a las personitas que se han tomando el tiempo de leer y votar por mi fic, no saben cuan feliz me pone, estoy muy emocionada con este proyecto.♡
Otra cosita que quería aclarar, es que el hecho de que el personaje de Louis se describa como una persona sin tanta "fuerza física", no tiene nada que ver con lo que es Lou en realidad.
Recuerden que esto es ficción, solo que para el desarrollo de su personaje, necesito que cumpla ciertas características, y una de ellas, es la falta de fuerza. Al igual que con Liam y Zayn, la descripción de sus habilidades y destrezas solo es meramente para un mejor desarrollo de la historia.
Si se quieren imaginar el traje que están portando ahora Liam, Zayn y Lou, les dejo una imagen, así es como están vestidos para conocer por fin a la corte real, ¡que emoción!
(*) Y por último, pero no menos importante, el proceso de selección de mosqueteros, salió de mi mente jaja. Dudo que se hiciera así en aquellos años, pero aquí, Louis esta convencido de que así se realiza.
Bueno, nos vemos en el siguiente capítulo, ¡L y H ya estan por conocerse!
Lxs amo. Besitos. ♡
-María Tommo.
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