Sí, después de haber perdido mi virginidad, me quedé con Yoon Gi en su cómoda cama. Se hizo de día y no podía dejar de mirar cómo dormía; era como un gatito y ese gatito era mío. Mi novio, mi futuro marido.

Acaricié su pelo con mis dedos y lo escuché gruñir fuerte. Me pareció que le gustaba al desgraciado, así que lo hice hasta que abrió los ojos. Su mirada asesina me excitaba.

—Hola, mi amorcito—le dije con una sonrisa.

El cabrón no me contestó...

Quise levantarme pero mi culo estaba tieso. Intenté girar un poco mi cuerpo y escuché un crack.

—¡Me rompí el culo!—grité asustado, sólo moviendo mis manos.

—Fue mi espalda, bobo—Yoon Gi me dio un alivio con aquello, pero otro susto.

—¡Te rompiste la espalda!—me giré hacia él y chillé. Joder, ¿tan duro me dio?

—Que no, sólo me estiré —rió por mi estupidez y me acarició la mejilla.

Se levantó y vi su cuerpo desnudo. Tuve una hemorragia mañanera con la que creí que me desangraría. Bueno, exageré un poco.

Al rato Yoon Gi me trajo el desayuno en una bandeja. Lo miré sonrojado y cubrí mi cara, que cursi era eso. Él se sentó a mi lado, ahora con un pantalón deportivo cubriéndolo, me dio de comer como si fuese un bebé y yo a él. Era la escena perfecta, tanto que parecía falso.

—Yoon Gi, ¿podemos hacer algo?—le pregunté, masticando.

—Lo que quieras.

—Quiero que tengamos otra cita, hacer un picnic o ir a un balneario, ¿qué dices? Sería re cute.

—¿Re cute?—me miró sin intender mi idioma nuevo—Me parece bien lo que quieras, lo del balneario suena relajante pero habría mucha medio en bolas.

—Ah, mierda—me puse a pensar muy seriamente sobre ello, tenía razón. No quería que alguien más viese su culito pálido —.Entonces hagamos un picnic en el parque.

Decidimos, bueno lo decidí yo... Hacer un picnic siempre formó parte de mis sueños romanticones frustrados. Más tarde empezamos a preparar las cosas. Estábamos en el living ordenando y riendo mientras Yoon Gi me contaba chistes demasiado inteligentes como para alguien con mi coeficiente intelectual, sin hablar de que me ponía a pensar en otra cosa. Me reí igual y él se vio feliz.

—Bueno, está listo—dije entusiasmado.

Me levanté para mirar por la ventana y el sol tan radiante y hermoso se vio tapado por unas horribles nubes que salieron de la nada. Todo el cuelo se cubrió,  un horrible viento empezó a soplar y observé cómo una muchacha se sostenia de un poste de luz para no salir volando. Era gracioso.

—¿Pero qué mierda está pasando?—Yoon Gi se acercó a mi lado para ver la tormenta que se avecinaba.

—Se está acabando el mundo—susurré terrorificamente mirando hacia la nada—Uhhh....

—¿Estás pendejo?—preguntó riendo, pero no estaba bromeando. De repente volví a ver a la chica del poste y me volví a reír.

La lluvia nos arruinó la salida, y obviamente debíamos planificar algo más. Era una lástima que hubiese un plan B, se supone que siempre ha de haber uno de emergencia. Y como no quería pasármela viendo las misma películas de Harry Potter que pasaban en Warner y en TNT, le propuse a Yoon Gi jugar a la play, pero me acordé que no era mi casa. Nos quedamos entonces pensando qué hacer en nuestro día libre. De pronto sonó mi teléfono, era Jin. Como buen amigo debía contestarle, así que acepté la llamada.

—Al habla Jeon Jung...

—¡Jung Kook, por todos los Dioses del Olimpo!—chilló y me dejó sordo— Tengo que contarte lo que me pasó. Mi negro me noticeó, me compró un café y un brownie, me acompañó hasta casa. Casi vomito, ¡me noticeó!

—Oh por Dios, ¡eso es una maravilla! ¿Ya cogieron?—no recordaba que Yoon Gi estaba a mi lado, por lo que tapé mi boca con una mano y me sonrojé.

—No, estúpido, no soy tan perra como tú —rió—.Espero que este negro venga todos los días a recibirme con un café calentito. Por cierto, ¿tú si lo hiciste verdad?

—Mmm...—dudé en decirle la verdad—Nop.

—¡Ah, eres un mentiroso! Seguro Yoon Gi está ahí.

—Nop.

Negué por pura diversión. Jin era peor que una madre, realmente. Sentí el sonido del teléfono de Yoon Gi y éste me miró sorprendido.

—¿Sí?—contestó.

—Yoon Gi, Kook está contigo, ¿verdad?—escuché la voz de Jin y me di cuenta de que había colgado. Ese tipo era más rápido que el correcaminos— Lo sabía, ja. Disfruten su día, ya saben. Adiós, ah y dile a Kookie que lo sé todo, que no puede engañarme.

Colgó y Yoon Gi, que no entendía nada, tiró el teléfono a un lado y se acomodó sobre mí. Lo miré sorprendido por la actitud tan lanzada y luego me besó. Mierda, quizás él si que era más rápido que el correcaminos.

JJK: 22/03/2017