Llamé a Jin porque no quería estar solito, necesitaba desahogarme con alguien y él era quien podía entenderme.

—Aquí al habla tu consejero personal.

—Jin...—me sorbi los mocos—Yoon Gi es un estúpido, lo odio.

—¿Qué pasó? —su tono de voz cambió repentinamente.

—Me invitó a su casa, bebió, se emborrachó, nos besamos y me toqueteo bien descaradamente... Hace un rato me fui de su casa. Finge que no pasó nada. Me confesó estando borracho que yo le gustaba y...¡Ahhh, me voy a suicidar!

Lloré más fuerte y se me empezaron a caer más los moquitos. Me soné con una servilleta y esperé respuesta de Jin.

—¿Qué dices que dice que dijo?

—¿Me estás escuchando...?

—Sí, lo hago pichón, pero tus sonoras ganas de sorberte los mocos me confundo.

—Aish, Jesús... Dije que Yoon Gi me confesó su amor, estando borracho.

Escuché un ruido al otro lado. Como si algo se hubiese caído. ¿Jin se habría desmayado? No lo creí; noté que ese ruido era en realidad de una bolsa de papas fritas.

—Pergdon eshtoy comiemgdo...¡Ohgh Myfh Gosh, esg un imbegshil!—lo escuché tragar—Sabes... Ahora que me hablas de Yoon Gi, a mi me pasó algo parecido con mi negrito.

—¿Qué ocurrió?

—Verás, yo trabajo en un restaurante y anoche fue con la perra esa. Tuve que atenderlos y cuando me sonrió me puse tan nervioso que le vomité... Mierda, fue tan vergonzoso Kook. Aun lloro.

—Oh, Jin...¡Que asco!—grité.

—Sí, gracias por recordármelo...—otra vez escuché la bolsa—Aghora eshtoy comiegmdo para calgmar mi corazhong...¿Quieres  venigr a casha?

—No, no quiero terminar borracho y cogiendo contigo...

Estaba tan herido que después de pensarlo un rato, quizás no era mala idea ir a casa de Jin. Era mi amigo y él también se sentía mal por culpa de un hetero.

—Yo no quiero que tengamos sexo, por favor Jung Kook no seas pendejo. Sólo será para comer helado y llorar. Como unos pasivos que somos, ¿tu eres pasivo cierto?

Siempre fui un sumiso, pero sólo era para Yoon Gi. Si no fuera por él, le estaría dando a otro como macho que era.

—Obvio que lo soy—dije orgulloso— ¿Crees que debería esperar a que pida perdón?

—¡Pues claro, él fue el imbécil! Ya verás como lo tienes de rodillas en la puerta de tu casa, primero para disculparse y después para otra cosa.

—Jin, por favor, no seas tan vulgar. Tú quieres que Nam haga eso.

—Nam...¡Agh soy un asqueroso vomitador de zapatos caros!

Jim comenzó a lamentarse. No me dejó hablar y empezó a contarme cómo stalkeaba al negro. En realidad me hubiese gustado consolarlo, pero yo también estaba herido. Así que colgué y apagué el teléfono porque sabía que Yoon Gi llamaría. Si quería pedir perdón, que lo hiciera cara a cara. Su casa estaba a cinco minutos de la mía. ¿Qué le costaba mover su culo hasta aquí?

JJK:02/03/2017