[Narra Seok Jin]

Me seguía lamentando por mi repentino vómito sobre los zapatos de cuero de mi negrito Nam. Recordaba su cara y uh... Todas las noches lo soñaba. Me despertaba sudando y temblando perseguido por esos ojos que me miraban con odio.

Se lo conté incluso a mi madre y hasta se me burló la muy insensible. Volver al trabajo me resultó una tortura por al menos una semana. Mis compañeros (no todos) se burlaban de mí. Me decían que podía dedicarme a lustrar zapatos. Ja, que graciosos...

Ese día fui al turno de noche. El restaurante estaba lleno y tuve mucho trabajo. Atendí gente muy amable y otra no tanto. Siempre hay alguien que se queja de todo, pero como eran muy viejos los dejé pasar. No quería problemas por asesinar a alguien con una cuchara para el postre.

Estaba distraído atendiendo a una pareja que celebraba su aniversario. No me prestaban atención, cosa que no me interesó; simplemente les serví su comida y su vino. Después de atender, llegó mi hora de salir siendo las doce y media de la noche. Me abrigué debido al frío y me despedí de algunos compañeros.

Al salir a la calle, sorpresivamente me encontré con él. Nam estaba con un gorro de lana y una chaqueta muy abrigada. Tenía algo en su mano que me ofreció. Era un café caliente junto a un brownie. No entendí que estaba pasando pero tomé el vaso en mi mano y con la otra la bolsita del brownie.

-¿Qué significa esto?-le pregunté.

-Creerás que estoy loco, pero tenía ganas de regalarte un café -contestó sonriendo-Y además, no te preocupes por lo que pasó. Todos tenemos malos días.

Si mal día se refería a mi vómito, estaba en lo cierto. Fue un mal día sí, pero a la vez mi emoción por haberlo visto sonreírme transformó todo.

Me avergoncé al recordarlo y desvié mi mirada. Bebí un poco del café y pegué un gran mordisco al brownie; estaba realmente delicioso, esos trozos de chocolate me hicieron volar al cielo de los dulces.

Nam me observó y volvió a sonreír. Esos hoyuelos me volvían loco por lo que no pude evitar mirarlos y sonreír inconscientemente. Le di las gracias por el café y me dispuse a salir corriendo, como si la actitud de Jung Kook se me hubiese pegado.

-No te vayas, espera-me detuvo y me siguió -.Eres amigo de Yoon Gi, ¿verdad?-asentí, vagamente -¿Cómo puede ser que nunca te haya conocido ni presentado como se debe?

-Ah, pues, mira mi nombre es Kim Seok Jin-le dije con todo el orgullo que me caracterizaba-.Estás en presencia de un aspirante a modelo fracasado que trabaja en un restaurante y tiene que servirle a puros viejos con caras de haber chupado limones...

Seguí hablando y Nam de repente se empezó a reír. No sé dónde estaba la gracia de mi desgracia, vaya. Bebí café apresuradamente, terminándolo y después metí todo el brownie a mi boca como si fuera una hámster.

-Bien, supongo que ahora es mi turno-dijo encogiéndose de hombros-.Mi nombre es Kim Nam Joon, trabajo en un bar y en mis ratos libres me gusta escribir.

Estrechamos nuestras manos y sonreímos. Estaba tocando la mano de mi crush, LA MANO. Creo que hiperventilé y estuve a punto de volver a vomitar, pero me aguanté. Mi negro y yo nos fuimos caminando juntos bajo el oscuro cielo, iluminado sólo por un montón de estrellas. Si bien estaba nervioso y creí que no podría decir una palabra, fue el que más habló en todo el camino. Seguimos hablando hasta que llegamos a mi casa, me despedí de él y me dijo que nos volveríamos a ver y que la próxima me daría una bolsa llena de brownies.

🌟
Se supone que este fic sería sólo narrado por Jung Kook pero se me dio por escribir esto :'v