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Confesiones ⭐

Llegué a la casa de mi amado en unos cinco minutos. Andaba con el pijama azul y mis zapatillas negras. Algunos me miraron raro, como si hubiese escapado del manicomio.

Toqué timbre y sentí mi pulso acelerarse. Yoon Gi abrió el portón y subí las escaleras hasta su piso.

—Hola—me sonrió, asomándose por la puerta.

—¿Y la comida?

—Hola dije.

—Hola, ¿y la pizza? —volví a preguntar.

Yoon Gi rodó los ojos y me tiró del brazo para que entrara. Observé el pequeño departamento tan bien ordenado. La tele estaba prendida, la pizza en la mesa y el sofá listo para que mi trasero se sentara.

—Creí que había alguien contigo —me senté cómodamente y lo observé de reojo.

—Nop, sabes que vivo solo—me acercó una lata de cerveza y la abrí para beber—¿Nadie te robó?

—No, que bueno.

Comí una porción de esa maravillosa masa con queso y tomate y miré la tele tranquilamente. Como siempre, Yoon Gi miraba una película de acción.

—Oye, Kook—me llamó, acercándose un poco a mí—. Necesito contarte algo.

—Habla—bebí más cerveza mientras esperaba sus palabras.

—Me engañó...

—¿Quién?—lo miré y abri mis ojos como un maldito loco psicópata— No me digas...¡Oh, por el amor de Dios!

La cara de Yoon Gi me lo dijo todo. Grité internamente por saber que esa maldita era una traidora, pero por otro lado no quería ver a mi Yoon Ginnie triste.

Me asintió y soltó un largo suspiro. Debía contenerlo y ayudarlo, por lo que me acerqué hasta su lado y lo rodeé con un brazo.

—Fue después de que te fueras corriendo. Se suponía que la vería, pero ella prefería verse con otro...

—¡Será perra!—grité indignado.

Casi golpeé la mesa con el puño. Realmente no podía creerlo. Yoon Gi no se merecía que nadie lo tratara así; era un ser especial, una cara de culo que aguardaba un corazón de un romántico. Bah, eso quería creer yo.

Le acerqué la lata para que bebiera. No iba a dejar que se deprimiese por una cualquiera. Animaria su noche como fuera.

—No te pongas así, no te merece. Esta noche mandaremos todo a la mierda, ¿qué me dices?

No me dijo nada y bebió.

Bebió, bebió y no paró hasta unas cuantas latitas. Su cara estaba roja , mientras que yo intentaba aguantar las ganas de beber otra, pero si lo hacia vomitaría.

—¡Essss la terceraaa vezzz que me engaaañaa alguiennn!—Yoon Gi ya estaba borracho, su dedo apuntándome y hablándole al jarrón como si fuera mi cara, me lo decía todo—Yo...Yo...¡Hip!

—Yoon Gi, estoy aquí, aquí... —le giré el rostro para que me mirase.

—Ah... Sí, sí.

Intenté juntar el desastre de la mesa para no dejar todo como una pocilga. Pero Yoon Gi estaba muy, pero muy borracho. Me agarró del pijama y me obligó a sentarme.

—Yoon Gi, debes ir a dormir.

—¡Noh!—Alzó la voz y se acomodó con su cabeza entre mi cuello y hombro—Tengo que... Tengo que...¿Qué tenia que hacer, hip? ¡Ah, sí! Kook debo contarte un secreto.

—Está bien, pero luego te vas a dormir.

Balbuceó durante un rato y luego intentó mirarme, pero sus ojos estaban algo perdidos.

—Yo... A mí —se rió sin motivo y luego siguió —Me gustan los hombres también. Como a ti.

—¿Qué?

Sabia que Yoon Gi estaba muy borracho y que podía decir cualquier chorrada, pero ¡OMG!

—Sí, sí. Y ademasssss... Me gusta alguien. Te diré quién es.

—Dímelo ya, por favor...

—Él es un amigo, mi mejor amigo. Tiene el pelo así como tú y... Mmm una narizota así también.

Yoon Gi me toqueteo la cara como si fuese plastilina. Si no estaba entendiendo mal... Ese chico era yo.

—¿Y... Cómo se llama?

—¡Jung Kookssss!—gritó—Él es lindo, es bueno conmigo pero... Es un poco idiota.

Mi corazón se detuvo. No respiré. Me caí para el costado y pegué un grito tan fuerte que Yoon Gi se asustó.

No podía calmarme, no podía. ¡Yoon Gi dijo que le gustaba!

—¿Lo conoces?—me preguntó mirándome confundido.

—¡Soy yo, tarado!

—Oh... Eres tú —me agarró la cara y la estrujó entre sus manos—¿Cómo apareciste... Hip, aquí?

No aguantaba más, su cara estaba muy cerca. Pero no debía, no... Estaba mal, Yoon Gi y su borrachera podrían estar traicionándome... Era una broma, seguro.

—Y-Yoon Gi... Ve a dormir.

—No.

Se abalanzó sobre mí, colgándose de mi cuello y me mordió la camisa del pijama. Parecía una cabra queriendo comer mi ropa.

—Yoon Gi, me estás baboseando la camisa.

Levantó su cabeza y me miró serio.
—Te voy a besar.

—¡¿Qué?!

Sus labios estaba muy cerca. Cerró los ojos y casi rozó los míos. Me iba a morir... ME IBA A MORIR.

JJK: Continuará...

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