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U N O



Seúl hace 7 años

KHJ

Mirenos, siempre caminando, caminando rápido. Creo que por eso se llama: La carrera humana. Pero lo que más creamos en este mundo es la conexión, en algunos -suertudos- sucede a primera vista, y en otros, tarda un poco más. Es el destino trabajando solo como el sabe. Es excelente para algunos, para otros es un rompecabezas, es como un tren expreso. Pero esa no es la forma como realmente funcionaba. Para el resto de nosotros es menos romántico, es complicado, un desastre. Se trata de la hora incorrecta de oportunidades y no se es capaz de decir lo que necesitas decir, cuando tienes que decirlo.

Al menos así fue para mi.

Las calles de Seúl, a pesar de llevar años aquí, siguen siendo extrañas para mi. Alocadas y muy ruidosas. Cruzo la calle llevando mi bolso entre mis manos y entro al restaurante de comida rápida. Hay bastante gente, luego de pasar por varias personas logro ver una mano alzada que por suerte es la persona que quiero ver.

—Veo a una mujer triste.—Se burla de mí.

—Descubrí que soy triste, estúpida y que no freno cuando la gente se burla de mi.—Sonrió falsamente.

—Tengo que mostrarte algo.—Heejin me dice buscando en su bolso.

—Yo también, mira.—Le enseño mi teléfono. Hay una foto.—Tengo esos síntomas, y es esa enfermedad.

Heejin hace una mueca hacia mi y me devuelve mi teléfono.—No seas paranoica, Hyunjin. Me agotas.

—¿Mi salud te agota?

Ella me ignora.—Mi turno.—Me enseña un gráfico del diario de hoy.—Mira esto.

—Es el gráfico de crecimiento...del diario, que también compré hoy.

—Que bien. Ahora, según lo que leíste ¿que puedes resumir?—Dice señalando el gráfico.

—No entendí bien.—Digo sincera.—Son fundamentos sobre el índice de po-

—Algo simple, sin esfuerzo.—Me interrumpe.

Enarco las cejas.—Que disminuyen la gente que se cas-

—Exacto.—Vuelve a interrumpirme.—Aquí esta la cantidad de gente que se casa.

—¿Y?—Pregunto. Me fijo en mi plato y comienzo a comer.

—Pues quiero que te enteres que tendré un bebé.

Mastico lento con el ceño fruncido.—¿Te embrazaste?

Deja el diario de lado con una sonrisa.—No, pero estoy en eso. Fui al doctor y me dijo que mis niveles son excelente, perfecto, todo bien. Pero después comenzó a hablar de mi edad y-

—Mmh~

—No hagas eso. Es como si tuvieras sexo con la comida.—Pide.

Suelo hacer sonidos cuando como, supongo que es un mal hábito a vista de Heejin, pero es algo que he tenido desde siempre.—Lo siento. Sabes que siempre lo hago.

—Y luego me dije, que puedo hacerlo. Tengo un buen trabajo, y estabilidad. Y no necesito un hombre.

—Técnicamente sí. Espero que no sea Chanhyuk, porque quedamos que después de ese desastre, ibas madurar.

—Esto no tiene que ver con Chanhyuk.—Me dice jugando con la servilleta.—Pero gracias por recordarme.

—Lo que quiero decir, es que un hijo debe ser concebido dentro de una relación buena y verdadera. Es lo normal, es lo mejor.—Dije encogiendome de hombros.

—Estoy harta de pensar en como se "supone" que debe ser, no voy a esperar. HyunJin no quiero... ¿Sabes qué? Tendré un bebé. He estado buscando en los bancos de... —Suspira.— Semen.—Dice bajo.—Y...

—¿Y?—Digo colocandome ansiosa.

—Necesito tu ayuda.

—¿Cómo vas a llegar al fondo de esto? Es una tonteria —Me sostengo de la manilla que cuelga en el metro. Heejin está sentada frente a mi.—, es una tontería. Escuché que una mujer recibió esperma y luego supo que era de una estrella porno Gay.

—No he escuchado nada de eso.—Se quejó.

—Ella se enfermó.

—Estás inventando, Hyunjin.—Me encogi de hombros.—¿Y por qué nos subimos al metro?

—Es el mejor lugar para seguir hablando.—Me excusé sentándome a un lado de ella.

—Eres terrible, Hyunjin. Tengo que prepararme, esta semana tengo cuatro entrevistas.

—¿Qué tendría de malo mi esperma?

—¿T-tu esperma?—Asenti.—Pero nosotras somos amigas, seria raro.—Volvi a asentir levemente.—Eres neurótica, y muchas veces pesimista.

—No soy pesimista, soy realista.—Interrumpi.

El tren se detuvo.—Hyunjin. Esto no es por ti. Te guste o no, eres así.—Ella se levantó yendo a la puerta.

—Oye.—Traté de llamarla pero ya se había alejado lo suficiente.

—¡Nos vemos!—Las puertas se cerraron y solo hice una mueca.

—Fue como agua helada cayendome encima.—Dije saliendo del ascensor junto a Jinsol.

—¿Y qué esperabas? Lo que pasa es que estas celosa, tienes todo el derecho de estar enojada. Ella decidió que fueran amigas hace seis años. Es como cuando te contagiaste y-

—Silencio, no tiene nada que ver con esto.—Dije revisando los papeles sobre la mesa de una de las oficinistas.

—Tuviste la oportunidad de estar con ella y no lo lograste. No pasa nada, superalo.

—¿Por qué dices eso?

—Porque eres única, una asesina de romance.—Jinsol le dió una calada a su cigarrillo.—Pero estas bien.

Tomé los papeles mirándola incrédula.—Una cosa, ¿cuál de tus tres matrimonios sustenta eso?

—Bueno, fueron tres matrimonios especiales.

—Te agradezco los consejos, pero estoy bien.—Seguí caminando con ella a un lado burlándose de mi.

JHJ

—Dime que no invitaste a Hyunjin.—Jungeun dijo, ambas estábamos preparando al ministro para su entrevista.

—Por supuesto que lo hice.—Me apresuré en decir.

Ella solo siguió aplicando un leve maquillaje al hombre sentado.—¿Recuerdas a la chica del Internet?

—Mmh... rompió con ella.

—Claro~. Creo que mis orgasmos duran más que cualquier relación que pueda tener.

Me alarme.—Silencio.—Dije entredientes dedicandole una sonrisa al ministro.—Lo siento.—Le dije avergonzada.—Aquí están sus apuntes, ministro.—Le entregué el papel.—Sé que Hyunjin es una persona un poco difícil, pero dice las cosas como son, y además, siempre me ha apoyado en cualquier problema. No hay nadie en quien confíe más. Ella siempre me apoya.

—Sí como no. Es un gran sujeto. Pero es alguien con quien no te puedes relacionar.

—Sí se puede relacionar con ella. La quiero mucho. Debe haber alguien para ella.

—Ajá. Espero que la fiesta no termine mal. Terminamos.—Avisó al hombre haciendo un gesto con su mano.

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Me encontraba esperando a Heejin fuera del edificio, hacia frío y mi cuerpo estaba tenso intentando encontrar calor en un estado de no moverme. A penas la vi mi cuerpo se relajó un poco.—¿Nos vamos?

Ella asintió y cruzamos la calle para caminar.—Oye, hay un donante que quiero que conozcas. Deseo que sea alguien que puedo ver a los ojos —Suspiré irritada.—, que pueda tomar su mano. No puedo hacer eso con el esperma. Quiero algo fresco, por eso lo voy a congelar.

—Si se congela no es fresco.—Ella rió—¿Qué tipo de cualidades estás buscando?

—Es importante que tenga buen humor.

—¿Por qué todas las mujeres dicen eso si es mentira?

Heejin me miró ofendida.—Entonces, que se alto.

—No.—Me negué.

—Que sea...¿Gracioso?¿Que sea gracioso?

No era mi ambiente este tipo de fiestas. Toda la gente riendo por encima de la música. Odiaba la música pop. Pero aquí estaba, en una esquina comiendo maní mientras los demás se emborrachaban. Había perdido de vista a Heejin a penas llegamos, y eso que era su fiesta.

—¿Quieres bailar, Hyunjin?—Jungeun se me acercó, estaba con un vestido y tenia un lindo maquillaje encima.

—No, por ahora no, gracias. No estoy de humor.

Jungeun bufó.—Eres una aguafiestas.

—No quiero interrumpir la alegría de tus invitados.

—¿Te vestirte formal para mi fiesta? Que lindo.

—Gracias...

Miré hacia el frente notando a Heejin riendo con un tipo, ambos con botellas de cerveza en las manos. Me acerqué a ella.

—Heejin, acompáñame. Estoy muy aburrida.—Dije ignorando a otra persona.

—Hyunjin el es Yunwoo.—Hice una mueca mirándolo de reojo.—Es un director de películas.

—Hola amigo.—Saludé, el solo sonrió.

—Es mi mejor amiga.—Heejin empezó.

—La mejor.—Interrumpi, sin mirar al hombre detrás de mi.

—Es analista.

—Financiera.—Interrumpi otra vez.—Acompáñame.—Heejin me miró incrédula.

—Hey, Hyunjin. ¿Podrías aconsejarme financieramente?—Dijo el tal Yunwoo.

—Sí, bueno..Hazlo directo y tendrás buenos resultados. Vámonos.—Repetí.

—¿Es algo malo?

Asentí.—Sí, vamos.—Tomé su brazo.—Será un minuto.—Ella se soltó de mi agarre caminando hacia el balcón, el único lugar solo.—Que feo es.—Me quejé.

—Ya basta.—Me miró de mala manera. Abrí la ventana que nos separaba del balcón y ambas salimos. Volví a cerrar por si acaso.—¿Qué pasa?

—Es casado.—Sentencié. Mirando su espalda.

—Divorciado.—Se dió la vuelta apuntandome con su índice.

—Miente.

Rodó los ojos.—¿Cómo sabes?

—Tiene la argolla de matrimonio marcada en el dedo.—Ella me miró sin entender.—No estarás pensando que sea el donante.

—¿Sabes qué, Hyunjin? No lo sé, igual lo haré.—Colocó un cigarrillo en sus labios.—Lo haré.

Se lo quité de los labios y lo tiré por el balcón sin preocuparme por su mirada amenazante hacia mi.—¿Qué dices?¿Estás loca? Dejaras qué ese chiflado sea el padre de tu hijo, estás mal.

—Aún no lo sé.

Bufé.—Haz lo que quieras.—Dije yendo al ventanal.

—Eso haré.

Aproveché que se encontraba de espaldas y al salir del balcón solo cerré la ventana con seguro yéndome. No hice ni tres pasos cuando la escuché gritar mi nombre desde afuera. Apresuré mis pasos hasta el estéreo para subir la música y sus gritos se escucharon más bajo.

Sonreí por lo bajo tomando un bolígrafo y un pedazo de papel que había en la encimera y me acerqué al tal Yunwoo.

—Ey Yunwoo —Llamé—. Heejin se fue.

—¿Se fue?¿Adónde?

—A donde un traficante. No te preocupes.—Hice que se volteara y apoyé el papel sobre su espalda.—Pero me dijo que quería verte.

—Uh~ ¿Quiere verme?

—Sí, eso mismo. Ella me dijo: Dale esta dirección, que traiga muchos condones y juguetes.—Terminé de escribir y el se dió la vuelta.—¿Qué esperas?

El tomó el papel y no pasó mucho hasta que salió, y fui de nuevo al ventanal para poder dejar a Heejin salir.

Ella iba furiosa delante de mi, sus tacones resonaban en la acera, mientras yo caminaba con las manos en los bolsillos cuidando el no pisar las líneas del suelo. Ella se detuvo para mirarme por lo que los pasos que nos separaban fueron menos.—¿Lo mandaste a Cheongju, Hyunjin?

—Sí, no se me ocurrió otro lugar.—Mis pasos se adelantaron dejándome a mi adelante.

—¿Por qué no lo aceptas? Es solo una idea, déjame respirar.—Frunci el ceño dando zancadas más largas.—¿Qué te pasa últimamente?

—No pasa nada.

—Sí, sí pasa.

—No creo que debas hacerlo. Entiende.—Dije algo molesta.—Eso de tener un bebé, no me gusta, no lo hagas.

—Hyunjin basta.—Ella se detuvo, y yo me voltee a mirarla.

—Y si conocieras a alguien mañana, o en un mes, o en seis meses. No lo sabrás, y será tarde.

—¿Por qué es tan difícil que lo aceptes? Hyunjin, no quiero esperar a que un sueño se cumpla o alguna versión, eso puede nunca pasar. Escucha, nunca fue mi decisión crecer en Pyeong-Taek esperando por un sueño que nunca iba a llegar, que iba a tener que buscar un donante de esperma, pero aqui estoy.—Suspiré desviando la mirada.—Y tengo miedo, ¿y no puedo contar contigo?¿Puedes apoyarme sin juzgarme? Se supone que eres mi amiga.

Vuelvo a mirarla, sus ojos están llenos de lágrimas, odio verla así.—Sí...

Ella niega y después desvía la mirada.—Creo que no debemos vernos por un tiempo.—Se acerca más a la calle.—Un tiempo fuera.

—Ya usas las palabras de madre.

—Wow.—Estiró su brazo.—Taxi.—Llamó, el auto amarillo se detuvo delante de ella, ni siquiera miró cuando se subió.

—Nos vemos luego.—Grité, ella no respondió. El auto avanzó alejándose.—Y Jungeun es tu amiga...



Disfruten el primer capitulo de esta cortita historia, espero que les guste tanto como a mi hehe.

Tengan una linda noche

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