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S I E T E

Ir por Chaewon. Primero tuve que ir a mi departamento, si iba a pasar el fin de semana en casa de Heejin, tengo que llevar a mi perro conmigo. Voy a la dirección que Heejin me da y no tengo ni siquiera que buscar el departamento donde vive Mijoo o como se llame, porque han dejado a chaewon en el pasillo, sola. Le digo al taxi que espere y corro junto a mi perro al edificio. Ella me ve y por primera vez me sonríe así como lo hace con Heejin, no demora en tomar sus cosas y correr hacia mi, eso hace que mi corazón salte emocionado.

Después de recoger a Chaewon, ir al supermercado, comprar jabón y shampoo especial para piojos, una marca en específico es la que Heejin me dijo, así que llevo esa. También detergente, y waffles que Chaewon pidió.

Después de comprar debemos ir a casa y poner toda su ropa en el cesto de la ropa sucia antes de bañarla. La dejo solo con sus pantaletas.

el shampoo debe estar en su cabeza diez minutos, eso me dijo, que no entre a sus ojos, muy importante. Así que la dejo mirando la televisión, ella come cereales y le puse una gorra de baño, por si acaso, no quiero que le entre en los ojos.

Después, recoger todo en una bolsa, todo lo que este cerca de ella. Asegurarme de recoger las fundas de las almohadas y sábanas. Poner todo en la lavadora con la temperatura más alta. Tengo que seguir todo al pie la letra.

"Realiza todo eso, que no parezca grave." Y lo hago, intento sonar divertida para Chaewon, aunque no es muy necesario, ella entiende mi falta de humor, eso lo saco de mi.

Leer las instrucciones del shampoo, y lavar su cabello. Meto a Chaewon a la tina con el agua tibia, ella juega con varios juguetes de plástico sobre el agua mientras yo hago todo como Heejin explicó.

Y la peor parte, me dijo ella, usar el peine especial. Nunca me había imaginado una tarde con mi hija sacando los piojos con pinzas y un peine especial.

—Lo veo y no lo creo.—Murmuro al encontrar uno sacándolo cuidadosamente con el peine, pero lo pierdo de vista cuando Chaewon voltea.

—¿Por qué?

—Por nada malo.—Hago que se gire otra vez.—No te preocupes.—Vuelvo a mi labor.—iugh, iu, iu.

—¿Están caminando por toda mi cabeza?

—Ya no, ya están muertos. Ya estas limpia.—Digo cepillando su cabello todavía.

—¿Estoy limpia?

—Ya lo estabas, y ahora lo estarás aún más.

Después de una hora tal vez o más termino, es bastante tarde. Le pongo el pijama a Chaewon, cambio sus sábanas y seco su cabello.

—Ya es hora de dormir.—Digo colocando una manta encima suyo.—Y oficialmente estas a salvo de piojos...o como se diga.—Le sonrió.—Bueno, que descanses.—Me acerco a su lamparita tocando el interruptor, a un lado están bastantes marcos de fotos, todos con lqs fotografías que vienen en el marco, esas de personas sonriendo.—Que gran colección.—Digo tomando uno de ellos y volviendo a la pequeña.—¿Por qué no usas uno de estos?

—¿Por qué todos me preguntan eso?

—Ah...porque las personas ponen sus fotos en sus marcos.

Ella hace un puchero.—Pero..ya tenían fotos.

—Sí, pero son fotos de desconocidos.—Refuto con una sonrisa.

—No, yo los conozco.—Dice tomando uno que está en su mesita de noche.—Aquí..están las personas, esta es una familia. Es una bonita familia, con dos pequeños hijos.—Me acerco a ella y me siento en la cama mirando el marco y a ella.—Es un día bonito y...están en un lugar muy cerca de una tienda de mascotas.

Asiento.—Claro...es gracioso pero para mi son modelos posando.—Vuelvo a dejar el marco donde estaba.

Ella me apunta otro marco.—Él es mi abuelo.

Me volteo a mirar, y no es el padre de Heejin, ni creo que sea el de Hansol. Es otra foto que viene con el marco.—¿El de aquí?—Es un hombre pescando sobre un bote.

—Es el papá de mi papá. Tiene un bote, y a diario va a pescar al lago. Es muy inteligente.—Bosteza.—¿Mamá no te dijo eso?

—No, pero ahora ya lo sé.—Y entiendo. Chaewon ve...a su familia, imagina que lo son.

—El es mi tío San.—Apunta otra.—Es el hermano mayor de mi papá.

Enarco las cejas.—¿El de aquí?—Dejo el marco y ahora tomo el otro que me señalaba. Es un hombre sonriente como todos los modelos.—Me regaló un ipod en mi cumpleaños, pero creo que era robado, porque ya traía música.—No puedo sonreirle, mis ojos se llenan de lagrimas, no quiero llorar frente a ella.—¿Cómo es la familia de tu padre?

—No sé, no la recuerdo.

—¿Por qué no?

—Mi padre nos dejó cuando yo era niña.—Respondo sincera, no duele tanto como antes.

Ella suspira y luego se levanta buscando entre sus marcos hasta darme uno con una foto, una niña en la espalda de su papá, ambos sonriendo a la cámara, lo tomo con algo de confusión.—Esa es para ti.

Sonrió y me acercó a ella dejando un largo beso en su frente mientras siento las lágrimas picar en mis ojos.—Dulces sueños.

Al día siguiente, luego de que Chaewon me despertara, ambas nos preparamos el desayuno, la dejo mezclar la masa de los panqueques mientras yo hago mezclo huevos en un recipiente para preparar un omelett. Ambas estamos con pijamas todavía.—No le pongas mucha harina, porque parecerá un ladrillo. Podrías hacer una pared con eso.—Me río.—Debes ponerle más Leche, ¿de acuerdo?

—Okay.

—¿Qué te parece hacer algo delicioso?¿Galletas de chocolate o pan de mantequilla? Hagamos rápido unos panqueques para desayunar. ¿Te gustan?

Ella toma un recipiente de vidrio con sésamo y me lo extiende mientras sonríe.—Ponle unos piojos.—Se burla.

Siguiéndole el juego finjo una expresión de asco.—¿Te parece bien comer tus propios piojos?

—No, pero es gracioso.—Se ríe.

—Si quieres textura los podemos freír y comerlos poco a poco.—Me burlo y veo en la entrada de la cocina a Heejin con una sonrisa.—Hola, Heejin.—Saludo.

Chaewon rápidamente mira hacia Heejin moviendo sus pies con efusividad sobre la encimera de la cocina.—¡Mami! Hyunjin guardó los piojos.—Dice riendo y se baja de un salto con el recipiente en las manos corriendo hacia ella.

—¿En serio? Déjame verlos.—Heejin se agacha para abrazarla.

—Ya llegaste.—Chaewon murmura en el abrazo.

—¿Dijiste que hay piojos?¿Es de verdad?—Ella pregunta abrazándola con fuerza.

—Sí, Hyunjin los cazó y los mató.

—¿Sí? lo siento, cariño. No te volveré a dejar.—Le da un beso en la mejilla.—Te amo.—Chaewon dice lo mismo y corre a la sala a ver la televisión supongo.—Linda gorra.

Toco mi cabeza, había olvidado eso. Luego de mi paranoia, como diría Heejin, me puse un poco del shampoo especial de Chaewon, por si acaso.—Empecé a tener comezón y me puse algo de shampoo.

—No puede ser.—Se ríe.—De verdad te agradezco mucho por todo.

—Sí, esta bien. ¿Qué tal tu fin de semana?

—Muy bien. Excelente, es muy hermoso, tranquilo. El lago... su abuelo construyó la cabaña con los troncos que el mismo cortó y—Finjo roncar. Ella me mira mal.—Es maravilloso, iremos en dos semanas...y llevaremos a Chaewon.

Siento mi corazón romperse, pero sonrío, es lo único que puedo hacer después de todo cobarde.—Que bien...ah...eh, es algo serio, ¿verdad?—Pregunto, esperando no escuchar lo que sé que dirá.

—Sí...parece que...nos mudaremos juntos.

—Ah.—Titubeó.—Eso...Heejin, disculpa...eso es un verdadero error.—Ella niega.—Una equivocación.

Ella bufa.—No, Hyunjin, no arruines las cosas.—Ella sale de la cocina.

—No, ¡Heejin!—Llamo yendo detrás de ella.—Estuvo casado hasta hace muy poco tiempo y creo que te tendió una trampa.—Ella deja sus cosas con fuerza sobre la mesa.—Y tambien que usa a Chaewon para retenerte. Se aprovecha de eso.

—¿Sabes que? Creí que por un pequeño segundo habías cambiado.—Me dice mirándome, está encarandome, y esta molesta.—Pero no es asi. Trato de continuar con mi vida y tu sigues sigues la misma. La verdad es que yo soy feliz.—Se apunta a si misma.

—¿Segura?—Digo sin creerle.

—¡Sí!—Asiento sin creerle. Ella me mira mal.—Hansol es un gran sujeto. ¿Entiendes? Y tu...¿Sabes qué? solo porque tú no te arriesgues en tu vida, no significa que puedas estropear la mía.—Camina hacia sus cosas que dejó uno segundo atrás, duele, duele lo que dice. Pero no quiero ceder.—Dejo que alguien entre a mi vida. Deberías intentarlo también. Si tienes algo más que quieras decir —Se acerca a mi y cruza sus brazos.—, dímelo.—Quiero decirlo.—Hyunjin. Dímelo, no hay problema. ¿No dirás nada?

No puedo.

—Uh~ Huele bien.—Hansol entra. Hago una mueca.—Hola, Hyunjin. Gracias por controlar todo por aquí.—Miro a Heejin, ella me dice que "no" con la mirada.—La próxima vez deberías ir con nosotros.

Es la señal para irme. Sin decir nada me voy, me quito la tonta gorra de baño y me voy. Ni siquiera me importa que esté lloviendo cuando salgo, supongo que merezco sufrir un poco, también merezco correr en la trotadora hasta sentirme desmayarme. Porque nada me quita de la mente el que Heejin se vaya a vivir con ese idiota y menos que no hemos hablado por una semana.

Cuando alguien toca la puerta, estoy confundida, nunca nadie viene a mi departamento. Jinsol es demasiado rica, es la jefa, y no creo que sea ella. Así que, paranoica, abro la puerta con algo de miedo. Pero veo a Chaewon. Su respiración es agitada y tiene el cabello desordenado junto a varias heridas en su cara y barro en su ropa.

—¿C-chaewon?—Abro rápidamente la puerta para verla mejor, miro por encima de ella para intentar si viene Heejin o alguien, pero nada.—¿Qué haces aquí?

—Mi mamá me dejó en la fiesta de Yunjin, e hice lo que me dijiste.—Sus ojos están llenos de lágrimas.—Pero Yunjin me trató mal, y quise actuar como loca.

Me agacho a su altura tocando su mejilla.—Mira tu cara.—Señalo, tiene sangre en sus mejillas, y muchos rasguños.

—Me golpeó fuerte y muchas veces.—Dice con la voz rota.—Y me volvió a golpear otra vez.—Tiro de su brazo para abrazarla.—Pensé que funcionaria, pero no funcionó.

—¿En donde?¿En donde fue la fiesta?—Ella se separa de mi.

—En el parque.—Enarco las cejas, necesito más detalles que ese.—En el parque...Dosan.

Abro los ojos sorprendida.—¿Parque Dosan? Está...a veinte calles de aquí. Llamare a tu madre a que venga por ti.—Me levanto para ir al teléfono.

—No, Hyunjin. Tú llévame a casa.—Me volteo. Sé que no puedo decirle que no. Se ve tan decaída.—Tú llévame, Hyunjin..

Suspiro.—Chaewon, ¿por qué viniste aquí?

Ella chasquea la lengua.—Porque pensé que estarías orgullosa de mí.

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