D O S
Me encontraba en el gimnasio, Jinsol estaba
a mi lado, ambas usando la trotadora. Mientras yo casi corría, ella caminaba co
miendo una barrita de chocolate.—¿De quien escapas?
—No.—No quería escucharla hablar.
—Adivinaré: Problemas con Heejin.
—No son problemas. No hemos hablado en una semana, le daré tiempo.
—Se alejan. Eso es grave. Enfermizo. Es como si una pareja se cansara de tener sexo o algo parecido.
Bufé mirándola.—Sí, ¿y tu comiendo chocolate a velocidad 2?
—No es la 2. Necesito recuperar energía. Tu quemas músculos, y yo grasa.—Ruedo los ojos y sigo trotando
Luego de una sesión de ejercicios, volver al trabajo y luego irme a casa reviso el buzón. Busco entre todos el número de mi departamento y luego tomó todos los sobres de papel para subir por las escaleras. Me quito el saco a penas llego a la entrada y dejo los papales para poder quitarmelo bien y dejar mi bolso a un lado. Comienzo a revisar cada una. Cuentas y más cuentas. Hasta que una me extraña. Es una demasiado colorida..
La separó de las demás y la abro leyendo en voz alta.—Fiesta por mi próximo embarazo, estas invitada...Querida Hyunjin... amaría que vinieras (Disculpa el juego de palabras)* Besos, Heejin...—Un suspiro se me escapa mirando hacia la ventana y luego de nuevo el sobre con dibujos extraños de espermatozoides.
De todos modos voy, me reciben con collares falsos hawaianos, la música es alta de nuevo y me acomodo sola en un lado bebiendo cerveza y tragos suaves.
—Hey, Hyunjin. ¿Quieres?—Jungeun levanta una botella con líquido rojo entre sus manos, no sé qué es, y tampoco lo acepto.
—Me estoy alejando de los licores fuertes.—Me excuso.—Y, ¿quién organizó esto?¿El doctor que hace el proceso está aquí o qué?
—Si, es el doctor Choi.—Me apunta hacia atrás, al dirigir mi mirada allí, veo a un hombre con bastante barba y, como no, fumando hierba.
—¿Dejaras que ese tipo experimente con "tu amiga"?
—Es un profesional.—Me "tranquiliza"—Esto fue idea mía, es lo que esta de moda. El donante está en otra habitación, todos nos vamos, ella entra y la inseminan con esto.—Me señala un gotero.
—¿Deberia estar...limpio?
—Solo estoy bromeando, Hyunjin.—Ella se ríe y una débil sonrisa aparece en mi cara.—Probablemente lo harán con una máquina especializada, y sofisticada en un hospital.
—Será horrible.
—Hyunjin, ¿que pasa contigo? Es como si estuvieras llena de energía negativa y te saliera por todos lados.—Hizo un gesto extraño.—Toma esto, así te calmaras.
—¿Qué es?
—Es como hierba, pero en unas pastillas, se la robé a mi madre. Creo que debería cambiar el departamento... poner verde... café.—Luego me miró.—Igh, se parecerá a tu suéter, que horrible.—Me dió un toque en el hombro pasando de mi.
Miré hacia abajo a mi suéter, que era de un simple verde oscuro, ¿que tenia de malo? Tomé la pastilla y la dejé en mi boca bebiendola con el vaso con licor que tenia en la mano.
Un rato después me sentía extraña, la comida estaba extrañamente deliciosa, no era fan de los bocadillos de las fiestas, pero la salsa y las galletas eran exquisitas, oh, me había quitado el suéter también. Mi vista estaba un poco inestable, a veces sentía que iba a dormirme sobre la salsa.—Mmh~—Gimo por el sabor y antes de volver a comer otra galleta la salsa cae sobre mi camisa. Ni siquiera con el agua, que fue bastante, logró salir la mancha.
—No puede ser.—Murmuré mirando la mancha ahora de agua en mi camisa.
—Eres muy extraña.—Me dice un tipo, su cabello es castaño. Lo miro de reojo y sonrió incómoda.
—Sí, solo Heejin me diría eso.
—¿Te sirvo algo?
—Mmh, sí. Champagne.—Pedí. El se estiró a la botella tomando un vaso para servirme.—Gracias cantinero.—Murmuré.—Soy Hyunjin.—Me presenté.
—Soy Hansol... El donante.
—Oh sí... Hansol el donante. Yo soy Hyunjin, la mejor amiga de Heejin, casi.
Jungeun pasa mirándome extraño pero luego pasa al lado de Hansol saludandole con efusividad, se nota que no es la primera vez que se saludan, lo entiendo en parte, Hansol es atractivo para chicas como Jungeun, supongo.
—Me siento como un trofeo.—Me dice dandome el vaso.
—Tienes mucha suerte.—El asiente.—Me dejas preguntarte algo, ¿por qué haces esto?
El hace una mueca.—Necesitamos dinero.
—¿Quienes?—Pregunto. El se acomoda mirando hacia el otro lado, hacia la sala.
—Mi esposa y yo. La chica de allá.—La chica está en una esquina, tiene unos lindos ojos grandes y cabello negro brillante.
—Oh, es muy bonita.
—Sí, gracias. Es la luz de mi vida, mi alma gemela.—Asiento mirando hacia otro lado.—El sueldo de profesor no me alcanza, y ella es catedrática en Columbia, enseña literatura moderna, es buena en eso.
Jungeun aparece otra vez dejando un exttaño sombrero sobre la cabeza de Hansol.—Hola.—Vuelve a saludar.—Es hora.
El deja su vaso y me mira.—El deber llama.—Asiento sonriéndole falsamente y Jungeun se voltea a verme.
—Es hermoso.—Dice en un susurro yendo detrás de él.
Me quedo sola en la barra de nuevo. No he visto a Heejin, supongo que está su habitación. Luego de servirme otro vaso voy hasta la habitación abriendo un poco la puerta. Ella está sentada en el marco de la ventana mirando hacia afuera. Con mis nudillos toco la madera de la puerta para llamar su atención. Ella me sonríe a penas me ve y lo hago también.—Hola.—Me saluda.
—Hablé con el donante.—Digo acercándome a ella.
—Es hermoso, ¿no crees?
—Sí, muy hermoso.—Me siento al frente de ella. Ella me sonríe está vez falsamente.—¿Qué te pasa?
—¿La verdad?—Asiento.—Tengo miedo.—Dice con la voz rota.—Se hizo esta fiesta, como si fuera divertido, pero es muy espeluznante.
—Tranquila.—Sonrió levemente.
—¿Crees que estoy loca, no?
—Creo que tendrás una linda criatura, es...tú no estas loca. Estarás bien.
Ella me sonríe.—Gracias.—Se acerca más a mi dandome un abrazo, acaricio su espalda suavemente.—Siempre me entiendes.—Asenti recibiendo un beso en la mejilla.
—Lo sé. Te entiendo.—Me dió un apretón y luego se levantó.
—Bueno, estaré en mi fiesta.—Me lanza un beso.—Estaré bien, bailaré un poco.
—Te ves genial.
Ella vuelve a sonreír abriendo la puerta.—Adiós.
—Silencio, atención.—Escucho la voz de Jungeun a lo lejos, la verdad todo me da vueltas, el alcohol hizo de las suyas un rato después, hasta me cuesta estar de pie.—¿Están listos? Bien, antes de empezar con todo esto. Quiero hacer un brindis por el donante: Hansol.
—¡Sí!¡Ahí esta!—Grito aplaudiendo con el vaso tambaleando en mis manos.
—Y también, quiero hacer un brindis, por Heejin. Porque estamos aquí, porque eres una inspiración para todas. Estas inspirando a todas.
Hay algo al lado de mi, no sé si es una persona o una pared pero levanto mi brazo para hacer un brindis con el, o ella, lo que sea. Todos brindan y yo solo me mantengo quieta. Logro reconocer a Heejin y ella me hace un gesto.
—Ven, ven a bailar.—Primero me niego, pero un puchero aparece en su cara y me invita una vez más mientras se divierte con sus demás amigas.
Me despido de quien esta al lado de mi, todavía no se que es o quien, pero hay que ser educados, y tambaleando me dirijo hasta el baño tocando la puerta innecesariamente fuerte por mis manos torpes.—Usa el otro baño.—Logro escuchar desde dentro.
Hago una seña como si me pudiese ver.—Está bien.—No tengo más opción que ir al baño de la habitación de Heejin. Siento que voy a vomitar, me apoyo en la puerta y al darme vuelta noto que tiene todo un calendario, mi sonrisa se hace grande y mi cabeza cae a un lado. Siento que voy a caerme.
Termino de hacer mis necesidades y me lavo el rostro con el agua más helada posible, pero me sigo sintiendo mareada.
Seco mi rostro con la toalla y veo a un lado un pequeño envase plástico, lo tomo entre mis manos tratando de enfocar la mirada.
—Donante...Hansol.—Leo a penas. Abro el recipiente y una sonrisa traviesa mi cara mientras enciendo la llave del agua. Tal y como si fuera un niño jugando a "torturar" hormigas empiezo a "amenazar" al esperma de meterlo al agua mientras me río.
No sé cuántos minutos estoy así, pero para mi cerebro, bastante dormido cerebro, es bastante divertido al menos hasta que alguien toca la puerta. Debido al susto que me llevo después de minutos de silencio el recipiente cae de mis manos.
—Está ocupado.—Grito escuchando los pasos irse. Cuando miro de nuevo el recipiente dentro del lavabo, este se ha vaciado gracias al agua. Al levantarlo caen los pocos restos y me quejo mirando la llave.
Me siento en el suelo sin saber que hacer, había hecho una tontería y bastante grande, pasé una mano por mi cabello desesperandome lentamente mirando el envase completamente vacío. Miro por todas partes del baño hasta ver el "escondite" de Heejin. Está lleno de revistas, dejo el recipiente a un lado mientras saco las cincuenta revistas mirando algunas para ver cual puede servir.
—"Entrevista con Marie Jung"—Leo. Miro hacia un lado y me estiro a cerrar la puerta con seguro y empiezo a desabrochar mi pantalón teniendo la revista en mis manos.
Todo me da vueltas, tomar el ascensor para subir a la oficina fue una muy, muy mala idea. Mientras doy unos cuantos pasos mi estómago se revuelve y vuelvo unos pasos hasta el basurero frente a los ascensores para poder vomitar una vez más.
Al levantarme hay una chica de la oficina, le hago un gesto y sigo caminando hasta la oficina. Ahí por fin encuentro mis pastillas para el dolor de cabeza y dejo dos caer en agua que de inmediato hacen espuma. Estoy quedándome dormida otra vez hasta que una carpeta llena de papeles se azota a mi lado haciéndome pegar un salto.
—Oye—Me quejo hacia Jinsol.—. Tengo dolor de cabeza.
—Estás despedida.—Me apunta.—¿Qué fue todo eso de anoche?
—¿De qué hablas?
—Fuiste a mi casa, en la noche. Era muy tarde. Completamente borracha.
—Espera, ¿fui a tu casa?—Pregunté.
—Sí, hablabas...tonterías, me hiciste recordar a mi padrastro.—Se burló.
Me recosté en la silla.—¿Y qué te decía?
—No sé... balbuceabas, que era un cambio riesgoso...que algo... se te había caído, algo así, oscuro, muy terrible. Iba a llamar a la policía.
—No recuerdo nada.—Dije negando.
—¿En serio? Genial.—Sacó algunos bocadillos de la mesita, burlándose de mi con su tono sarcástico.—No dejabas de decir, Marie Jung, Marie Jung~.—Fingió llorar.
—¿La de el programa matutino?—Pregunté confundida, no podía recordar ni una imagen de algo así, ni siquiera Marie Jung.
—Sí, lindo cuerpo, es linda. Creo que fue... Miss alguna vez, no lo sé.
—Fui a la fiesta de Heejin... Pero se me borró todo.—Hice un gesto. Me levanté de la silla yendo hasta Jinsol.
—¿Qué vomitaste en mi casa también?¿Todo?
Negué.—De verdad... no lo recuerdo.
—Necesitas ayuda.
*: en la versión original que está en inglés la carta dice: I'll love you to come, que significa me encantaría que vinieras, pero también puede traducirse a me encantaría que TE vinieras, haciéndolo sonar muy diferente, creo que se entiende en que sentido específicamente considerando el contexto también.
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