A la mañana siguiente, Steve, Tony y el pequeño Spiderman, como lo había nombrado el rubio, se presentaron en la oficina de Fury, que no tardó mucho en descifrar qué era lo que estaba haciendo ese niño ahí.

–Me quieren decir que, a dos hombres entrenados en la mejor agencia de espías, con categorías que solo se les da a los mejores, héroes del país, se les pasó por alto la intromisión de un pequeño niño de cinco años en su nave...– Aunque las palabras eran una clara pregunta, el tono demandante en el que se expresaba el moreno solo indicaba que estaba molesto y casi casi indignado.

–Bueno, si pasó esto significa que esta no es la mejor agencia de espías, después de todo –. Las palabras de Tony fueron la gota que derramó el vaso de la paciencia de Fury.

–¡Ustedes dos están en serios problemas! – El director que había estado sentado hasta ese momento, se levantó de la silla, haciendo que esta se cayera en el proceso, Steve dio un paso hacia atrás abrazando con más fuerza al pequeño niño que hizo amago de querer llorar en cuanto escuchó el potente grito. –Pondré al agente Barton a averiguar de dónde vino este niño y en cuanto tenga los resultados ustedes se encargarán de devolverlo. Mientras tanto, tendrán que ser sus cuidadores y con ello me refiero a que estarán juntos las veinticuatro horas del día en el apartamento del capitán Rogers.

Steve sintió su corazón acelerarse por la orden que acababa de recibir, pasar todo el día con Tony... Todo el día y toda la noche... Juntos, en su apartamento... Tendría que comprarle un regalo de agradecimiento a ese pequeño por darle el mejor momento de su vida.

–Dime que estás bromeando Nicky, no puedes obligarme a perder mi vida social– Protestó Tony muy en desacuerdo de la orden del general.

–Stark, tu vida social se reduce a salir con la señorita Potts– Fury cerró los ojos con cansancio, recogió la silla del suelo y se sentó nuevamente.

–Pero...

–Y hay algo más– Interrumpió Fury a Iron Man antes de que continuara –Están suspendidos una semana.

–¡¿Qué?! ¡Eso no puede ser! – Por fin Steve se atrevió a hablar.

–¡Fuera de mi oficina! – Gritó Fury antes de seguir con esa discusión. Si tan solo Steve o Tony pudieran saber que pasaba por la mente del director habrían sabido que esa semana de suspensión era para que se dedicaran completamente al cuidado del pequeño.

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–¡Todo es tu culpa Rogers!

Y así comenzaba una nueva discusión de pasillo por parte del Capitán y Iron Man.

–Tony, cálmate, asustas al pequeño Spiderman.

–¿Spiderman? Steve ¿Ya te escuchaste? ¿Es ridículo, ni siquiera es un hombre, porque le dices así?...

Stark habría seguido con la discusión de no ser porque Pepper se acercó a él muy enfadada gritando su nombre desde que lo vio.

–¡Me abandonaste en el restaurante! – La chica adoptó una postura desafiante ignorando por completo al rubio con el niño en brazos.

–Pepper, querida... no es lo que crees, es que...– Tony levantó sus brazos con las palmas extendidas tratando de calmar a su novia.

–¡Nada de eso! Es que creí que teníamos algo especial pero tu...

–¡Papi! – Se escuchó la aguda vocecilla del pequeño niño aun por encima de los gritos de Pepper.

–¿Papi? – Dijo ella confundida volviéndose directamente hasta el pequeño castaño, lo examinó por unos instantes y notó un cierto parecido físico con el de su novio, a excepción de unos preciosos y alegres ojos azules que más bien parecían sacados del mismísimo ADN de Steve.

–¿Podrías controlar a ese niño? – Frustrado Tony le reclamó a Steve que solo se encogió de hombros.

–No me está llamando a mi...– Era cierto, pues el pequeño extendía sus manitas hacia Stark que en un acto de instinto maternal no pudo negarse y también extendió sus manos para cargar al niño.

Pepper que solo observaba se sintió ajena a la escena que se formó, intentó enojarse, pero simplemente no pudo, pues logró ver lo que por tanto tiempo, desde que conoció a Tony y Steve, se había estado negando.

Ellos hacían una pareja perfecta.

–¡Eres increíble Stark!... ¡Tienes un hijo!... y lo gracioso es que pareciera como si es la mezcla perfecta de ustedes– Potts sonrió y luego suspiró. Tony se quedó mudo con la boca abierta intentando negarlo todo, pero fracasando en el intento, Steve, por otro lado, sostenía una boba sonrisa que nadie estaba seguro de cómo interpretarla. – Felicidades por tan hermoso bebé– Terminó diciendo la chica para irse por dónde había llegado.

Steve se giró hacía Tony y Tony intentó apartar la avergonzada mirada, sin embargo, el momento se volvió mucho más incómodo cuando el pequeño se estiró para abrazar a ambos hombres dejando los tres cuerpos muy cerca.

–¡¡Papi, papi!! – decía entre risas sin separarse.

–¿Creo que este niño tiene problemas, es decir, ¿tiene qué? ¿Cinco? Y aún no puede decir nada más que papi– El comentario de Stark aligeró el ambiente y con eso el niño también se separó de ambos.

–¿Preferirías que te dijera mami? – Bromeó también Steve y comenzó a caminar para salir de la agencia.

–Si el chiquillo va a llamar mami a alguien, será a ti– Tony rió ligeramente y Steve se quedó sin palabras, raro, pensó Tony al ver al soldado muy calladito y levemente sonrojado. Quizás en secreto quisiera tener una familia o algo así...

De vuelta al apartamento se detuvieron en un supermercado para comprar una y mil cosas para niños, entre juguetes, comida y otras cosas básicas. Tony insistió en comprar pañales, a lo que Steve con toda paciencia le explicó que el pequeño ya podía avisar cuando quería ir al baño.

En cuanto pusieron un pie dentro del apartamento de Steve el pequeño Spiderman comenzó a correr por todos lados y saltar sobre los muebles.

Tony suspiró cansado dejándose caer sobre un sofá viendo a Steve que como buena "ama de casa" se dirigió directo a la cocina a colocar todo el comprado en su respectivo lugar, otro nuevo suspiro se apoderó de sus labios y decidió que lo mínimo que podía hacer para ayudar en esa situación era cuidar del pequeño.

Corrió junto con el niño de un lado al otro de la forma menos cómoda posible. Agachado a la altura de un niño de cinco años.

Tuvo que saltar, subirse a los muebles, tirarse al piso, estar en cuclillas y finalmente construir un fuerte contra monstruos en plena sala. Tony se divirtió como nunca ese día. Entendía por qué Steve le había dado incluso una especie de nombre cariñoso.

–Vamos, pequeño Spiderman, ayudemos a tu papi en la cocina– Dijo Tony después de pensar en Rogers haciendo la cena mientras llevaba puesto un lindo delantal, la sonrisa boba que se acomodó en su rostro habría sido digna de tomarle una foto y enmarcarla, de no haber sido porque el pequeño que jugaba con una lata de aerosol aromatizado presionó el atomizador y Stark recibió de lleno en sus ojos todo el líquido. Gritó de dolor en el instante mientras rodaba en el piso, alarmando en seguida a Steve que corrió hasta la sala con su escudo en la mano y efectivamente con un delantal rosado para la cocina, el niño no paraba de reír y Steve no paraba de preguntar qué había pasado.

Cuando Tony pudo lavarse el rostro y quitarse el líquido de la cara, se vio al espejo con ojos totalmente rojos, pero nada superaba el ver el cuerpo del súper soldado en un delantal rosado...

La noche llegó, cenaron juntos en el pequeño comedor, arrullaron al pequeño que, por fin, luego de cinco cuentos de hadas seguidos, se quedó dormido.

  – Es un pequeño demonio, te lo digo en serio –Se quejó Tony, aunque su sonrisa decía lo contrario, a pesar de tener los ojos un poco irritados aún – Y creo que deberíamos llamarlo Spider-Kid o Spider-Boy... ¿No lo crees? o quizás aún mejor, deberiamos bautizarlo con un nombre. ¿Qué te parece Benjamin? Así podríamos llamarlo Ben o Benny o....

Steve escuchaba el tremendo monólogo y simplemente asentía con una sonrisa llena de ternura notando como Tony se tomaba muy enserio lo del nombre del niño. 

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Muy temprano en la mañana, Steve fue el primero en levantarse, preparó un desayuno apto para dos niños, -porque Tony era un adulto con gustos de niño- él lo sabía a la perfección, por eso estaba la mesa lista con una enorme torre de pancakes, tostadas con jalea, leche, cereal, jugo de naranja, café y donas de varios sabores.

Stark se despertó con el inconfundible olor a café inundando sus fosas nasales, caminó hasta la cocina y tuvo un extraño sentimiento de querer correr a abrazar al hombre frente a él, que no dejaba de revolver algo en una cacerola, sin embargo, no hizo nada de lo que su mente le pedía hacer.

–¡Hey soldado! descanse– Steve se giró y sonrió a más no poder al encontrarse a Tony con el cabello revuelto, la ropa desordenada y una pose de militar sosteniendo su mano contra su frente.

–¿Dormiste bien? – Preguntó el rubio, sintiendo la escena demasiado familiar y fuera de su alcance, aunque eso no le impidió disfrutar del momento.

–Sí, bueno, hice lo que pude, tu sofá tiene un resorte saltado...– Tony permaneció callado solamente viéndose a los ojos con Steve –¿Quieres que... te ayude con eso? – Preguntó tratando de romper el incómodo momento que se formó según él.

Era la hora de que mami y papi cocinaran el desayuno, porque el pequeño niño, muy calladito desde la puerta de la cocina, fue lo que logró apreciar la escena que se desarrollaba entre ambos adultos, riendo y cocinando como una súper familia...

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Y hasta aquí la segunda parte del fic <3

Pronto subiré la tercera parte.

Cómo siempre, estaré muuuuuy feliz de saber sus opiniones, muchas gracias por leer, votar y/o comentar <3 <3 <3

XOXO
Rust00