17.
Alex
Si alguien le hubiera dicho a mi yo de hace un año, un mes o incluso una semana que ahora tengo novia y estoy en una relación formal, me reiría, le preguntaría que se había fumado y que compartiera lo que sea que le llevara a pensar tremenda locura. Pero no, ahora estoy en una relación y he madurado (más o menos).
Sigo sin entender porque la gente exagera tanto con eso de enamorarse y dice cosas estúpidas como que “el amor mueve montañas” o “cuando encuentras a la persona adecuada para ti sientes que todo encaja”, pero admito que tener a alguien que se preocupa por tí y con quien estar es agradable.
—¿Hola? Planeta tierra llamando a Alex— Chloe, mi novia, mueve la mano de una manera incluso cómica frente mi cara tratando de llamar mi atención.
Sí, se me hace raro referirme mentalmente a ella así pero tampoco me disgusta. En ese momento vuelvo a la situación, será cerca de medianoche o así, Bella y Finn están saliendo al jardín trasero supongo, no hay rastro de mi hermana ni de Noah, Ethan está jugando con Wendy y los mayores siguen riendo y contando anécdotas en el comedor.
—Perdona, ya estoy de vuelta, estaba pensando en mis cosas, ya sabes.
—Pues deja de pensar tanto y baila conmigo que sola me aburro— por la forma en que alarga las sílabas y la sonrisa tonta que le baila en los labios me doy cuenta de que está algo borracha.
Acepto su propuesta, puede ser divertido. Me levanto y bailo con ella las canciones que van sonando en modo aleatorio en la playlist que creamos entre todos, por lo general son movidas y te animan a bailar sin preocuparte demasiado por el resto de cosas. Igual que siempre que estoy con Chloe, logra que me olvide de mis pensamientos y preocupaciones, es una de las cosas que más me gustan de ella.
En algún punto, estoy bailando con ella una canción cualquiera cuando dan la media noche.
—¡Feliz año nuevo, Alex! Me alegra mucho pasarlo contigo y espero que sea el primero de muchos que pasemos juntos— me dice con esa sonrisa radiante que solo ella tiene y que me dedica únicamente a mi, resulta contagiosa.
—¡Feliz año nuevo! —Contesto y le doy un corto beso en los labios, durante ese momento todo el mundo exterior desaparece y solo existimos nosotros en nuestra burbuja de felicidad.
Al separarme es cuando me fijo en ella, su cabello rubio claro le cae en ondas hasta un poco más abajo de los hombros; sus ojos marrones como el café, que ha maquillado con una capa de máscara de pestañas y eyeliner; la sonrisa de dientes blancos perfectos que me dedica a mí; el vestido color verde claro que destaca todas sus curvas y le llega hasta por encima de las rodillas. Es preciosa y se ha fijado en mí, debería estar agradecido, y lo estoy.
Poco después, la familia se pasa al salón para celebrar la entrada del año nuevo entre risas y brindis. Me veo obligado a separarme de Chloe que está siendo interrogada por mi madre, pobrecita, esa mujer tiene el don de la palabra y es capaz de hacerte confesar tus peores secretos sin darte cuenta. Me gusta que la haya aceptado en la familia tan rápido pero a veces sus preguntas pueden ser un poco intensas.
Estoy aburrido, mi vista pasa entre los presentes y me llama la atención ver que Bella está bajando las escaleras con paso apresurado, las manos en puños y una expresión seria en el rostro, está claramente molesta ¿qué le habrá pasado? ¿Acaso Finn se habrá atrevido a hacerle algo? Impulsado por la rabia que me produce ese último pensamiento voy hacia ella para preguntarle.
—Bella, ¿ha pasado algo? ¿estás bien? —Pregunto al acercarme y llegar al final de las escaleras de parqué.
—La verdad es que no lo estoy— responde con voz entrecortada y le sale una lágrima de la impotencia. Su mirada normalmente alegre y observadora ahora está apagada.
—¿Quieres contarme qué ha pasado?— le digo, sintiendo como mi corazón late cada vez más rápido por no saber que le hace sentir así.
—Sí, deberías saberlo pero mejor ven fuera, no quiero arruinarle la noche a los papás— mira hacia ellos, están hablando de aquella vez en que corrí con los ojos cerrados en el jardín, choqué con la valla y me hice una brecha en la frente, aún tengo la cicatriz. Están alegres y entiendo que no quiera molestarlos con sus problemas, pero eso no significa que no sean importantes.
La acompaño hasta el porche trasero y nos sentamos en uno de los sillones exteriores que tenemos, no la pierdo de vista ni un momento y por el camino no hago más que darle vueltas a qué habrá pasado y admito que cada escenario que imagino es peor que el anterior.
Pasan los segundos y espero a que empiece a hablar pero está perdida en sus pensamientos.
—¿Bella? —La llamo suavemente por su nombre para sacarla de esos pensamientos.
Entonces vuelve al momento actual, me mira y me dedica una pequeña sonrisa que no le llega a los ojos a modo de disculpa por haberse olvidado de que yo estaba aquí.
—Perdona, es que no sé por dónde empezar.
—Supongo que por el principio, ¿no? —Bromeo para aligerar el ambiente y parece funcionar.
—Verás… — Empieza a decir nerviosa, sin tener claro por dónde empezar, tarda unos minutos en ordenar sus ideas pero al final me lo cuenta todo, desde cuando estaba paseando por aquí hace un rato con Finn y les parecieron ver a mi hermana con Noah muy juntos, que de repente salió corriendo y confusos le fueron a preguntar a Sarah que había pasado, la forma en que ella se derrumbó y por último la discusión que habían tenido.
Tengo muchos sentimientos al mismo tiempo, me preocupa que mi hermana, la misma que no suele decir cuando está mal se haya roto ante Bella y Finn; me preocupa más que ahora mismo esté viviendo sola en su habitación el dolor que se siente la primera vez que te rompen el corazón, que aunque yo no lo haya vivido me han dicho que es terrible; que se haya peleado con su mejor amiga de toda la vida también me preocupa; pero sobretodo siento un odio profundo hacia Noah, hay que ser muy cobarde para huir después de besar a una chica sin decirle nada, sé que yo tampoco estoy para hablar en el tema pero eso es caer muy bajo.
—Estoy preocupada por Sarah, ya sabes cómo es, le encanta ver películas románticas, ha cantado las canciones de One direction desde siempre, y tiene en su mente la idea de vivir un amor perfecto como los que ve. Ahora se ha llevado un golpe de realidad y debe de estar destrozada.
Las palabras de Bella son las perfectas para describir a mi hermana, es una de las mejores personas que conozco y si alguien se merece vivir un amor de película, sin duda alguna es ella .
—Tienes razón, debemos centrarnos en ella y en ayudarla aunque no creo que sea buena idea ir ahora a ver cómo está, será mejor dejarla tranquila por esta noche y hablamos con ella por la mañana.
—Desde luego que es mejor dejarla tranquila por ahora, mi cabeza aún sigue en la discusión de antes, habíamos discutido antes pero nunca así.
—No se lo tengas en cuenta, estaba mal por lo que había pasado y lo ha pagado contigo porque estabas ahí pero no era del todo consciente de lo que estaba haciendo y ya sabes que en condiciones normales no lo hubiera hecho.
Es curioso como muchas veces el dolor que sentimos se convierte en enfado y lo pagamos con una persona inocente que está cerca solo porque no podemos gestionarlo por nosotros mismos, yo mismo lo sé de primera mano.
—Lo que no me cuadra en la historia es por qué Noah se fue de esa manera, no parecía esa clase de chico— mis palabras salen por mi boca antes de que pueda procesarlas, pero no las retiro, necesito saber la respuesta.
—Me pregunto lo mismo, se lo comenté a Sarah y ese fue el detonante de la discusión.
—Pero tú eres su prima, si alguien sabe la razón deberías ser tú, ¿no?
No me gusta ponerla entre la espada y la pared pero quiero saber la respuesta y me da la sensación de qué sabe más de lo que dice.
—Bueno…—Comienza dubitativa— algo puedo imaginarme pero no lo sé con certeza.
—Por favor Bella, si sabes algo que sirva para ayudar a Sarah y entender la situación cuéntamelo.
Se la ve dándole vueltas a sus ideas, decidiendo si debería contarme lo que sabe pero unos segundos más tarde parece decidirse por confiar en mí.
—A ver, no debería ser yo quién contara esto y tampoco puedo dar muchos detalles…— se muerde la lengua, decidiendo cuánto contarme—. Ten claro que Noah es un buen chico, es solo que no lo ha tenido fácil y tiene muchos problemas. Pensé que le hacía bien estar aquí con nosotros y estaba mejor, pero por lo de hoy se ve que no.
—¿A qué clase de problemas te refieres? —Si es un drogadicto o violento desde luego que no quiero que se acerque a mi hermana.
—Nada demasiado malo pero no puedo dar más detalles, lo siento.
Suspiro, no me ha dado nada concreto que me sirva para ayudarla pero si algo de contexto para entender las acciones de él, supongo que algo es algo.
—Vale, gracias de todos modos.
Me dedica una sonrisa a modo de disculpa y entonces me fijo en la noche, es una de esas tranquilas de verano, la temperatura es agradable, lo suficiente como para estar bien sin sudadera. La hierba está aún mojada de la lluvia reciente y puedo oír el sonido de los grillos a lo lejos que se mezcla con la brisa marina y crea un ambiente de lo más tranquilo.
—¿Recuerdas esas noches de verano cuando éramos pequeños? —me escucho decir de repente.
—Como olvidarlas— me responde con un brillo en la mirada que hacía tiempo no veía—. Solíamos quedarnos en la playa hasta muy tarde, nos bañábamos a la luz de la luna, hacíamos maratones de películas cuando nos quedábamos a dormir juntos, que era casi siempre. También hacíamos hogueras y contábamos historias de miedo que luego no nos dejaban dormir— a medida que va hablando voy recuperando recuerdos perdidos en la memoria y una sonrisa hace acto de presencia en mi rostro—. Qué buenos tiempos, ojalá volver a ellos.
La nostalgia me invade pero entonces una idea aparece en la mente y se la digo ilusionado sin pensar demasiado.
—Podemos, ¿no? Es decir ya no somos niños pero las noches en la playa, los baños a las tantas de la noche y las hogueras, eso sí que podemos recuperarlo.
—Estaría genial, solo que mejor cuando toda esta situación se resuelva.
—Claro, perdona, es sólo que por un momento me olvidé de todo— respondo sintiendo como la emoción se desinfla un poco, pero no del todo.
Me prometo a mí mismo qué haré todo lo que esté en mi mano para arreglar esta situación y convenceré a los demás de hacer planes guays en lo que queda de verano porque sé que cuando estemos en el invierno tan solo querremos volver a este momento y disfrutar cada día. Siempre pasa, en verano sentimos que tenemos todo el tiempo del mundo y dejamos las cosas para luego, pero al llegar a su fin solo nos quedamos con arrepentimientos por todo lo que no hicimos y no haber aprovechado el tiempo.
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