epílogo #3
Sana POV
Antes de que pudiera pensar en lo que estaba ocurriendo allí, el reflector de luz iluminó en el centro del escenario principal, en el cuerpo de la hermosa mujer. Mi corazón latía con fuerza, en latidos violentos y frenéticos. Conocía ese cuerpo mejor que nadie. Y ahora estaba apoyado contra el poste de baile. Tenía la cabeza arqueada hacia atrás, dejando caer el pelo largo en la espalda como una cascada hermosa. Un abrigo rojo, zapatos de tacón alto y una máscara.
Tragué saliva, estática.
──¿Tzuyu?
Simplemente no podía creer en lo que estaba viendo, era ella, o más bien, era Sally. La mujer sostuvo el poste de acero con las dos manos, mientras caminaba lentamente a su alrededor. Bajo la luz blanca de los reflectores, pude ver la silueta de Tzuyu moverse con gracia en sintonía con el sonido que inundó ese lugar. Era una escena que nunca pensé que vería, y confieso, que era una de las mejores de toda mi vida. Me senté en la silla que había para mí, justo en frente del escenario. Hoy, sería sólo una clienta, como un día lo fue ella para mí. El misterioso aire que inundaba el lugar era totalmente excitante y tentador. Tzuyu se detuvo al lado del poste de acero, moviendo su cuerpo lentamente de un lado a otro, mientras que con las dos manos se desabrochaba el abrigo que cubría su cuerpo. Tragué saliva en el instante exacto en que ella volvió la cara hacia un lado, dejando una sonrisa cargada de deseo escapar de sus labios. Sally se quitó parcialmente el abrigo, mostrando primero los hombros, sin detener nunca el movimiento de su cuerpo. Se giró sobre sus talones, deteniéndose frente a mí. Los ojos marrones de Tzuyu, quiero decir, Sally, tenían un brillo intenso y profundo. Respiré lentamente, sin parpadear una vez. El grosor de la tela del abrigo rojo cayó al suelo, lo que me hizo dejar de respirar durante una fracción de segundo.
Wow.
Tzuyu llevaba una ropa interior de encaje rojo, con medias y liguero. El tejido en su cuerpo destacaba la piel morena de mi más nueva y única stripper. Era una especie de corsé totalmente atado, estaba conectado con el liguero que ataba las medias que cubrían las gruesas piernas de la mujer. ¿Debo comentar las diminutas bragas que llevaba? Mis pensamientos burbujeaban con los ojos ansiosos de cómo esa pieza podría estar en la parte de atrás. Y Sally, como una buena chica, no se tomó mucho tiempo para mostrármela. Y Dios, la espalda de Tzuyu estaba prácticamente desnuda. La cinta estrecha que mantenía el corsé se entrelazaba adecuadamente, de modo que en poco tiempo podía quitarlo con un solo tirón que rompería el pequeño nudo en el extremo, muy cerca de su trasero, que en ese instante estaba cubierto sólo por la fina pieza de tela de sus bragas. Y el liguero, por supuesto.
──Quieres matarme... ──susurré.
Ella sonrió, probablemente leyendo las palabras que salieron de mis labios. Con los zapatos de tacón negro, caminaba de nuevo más cerca del tubo, dándome la espalda. Sally movió las caderas, adelante y atrás varias veces, mostrando cómo Dios había sido generoso con su cuerpo, más precisamente con su trasero. Ella sostenía el poste con ambas manos, mientras se balanceaba lentamente. Simplemente estaba hipnotizada de aquella vista y con cada pequeño movimiento que hacía. Volvió la cara hacia un lado, mostrando una expresión atractiva, que aunque cubierta por la máscara de negro, era notable el contenido sexual. Crucé las piernas, apretándolas un poco duro. La stripper se volvió hacia adelante, todavía sosteniendo el poste, ahora por encima de su cabeza. Y lentamente se sentó, frotando su cuerpo sobre el acero inoxidable. Tzuyu abrió las piernas y se me quedó mirando.
Mierda...
La visión de Chou Tzuyu vestida sólo con ropa interior roja y una pequeña máscara mientras bailaba sensualmente en el poste era al menos surrealista. Sentí que todo mi cuerpo se calentaba, y un escalofrío correr por mi espalda. Sólo Dios conoce los pensamientos sucios en mi cabeza ahora mismo. Ella tenía esa sonrisa en sus labios, como si supiera exactamente el estado deplorable en el que ella me tenía. Tzuyu levantó su cuerpo, dándome la espalda otra vez. Y para mi sorpresa total, la mujer con una habilidad desconocida para mí, suspendió su cuerpo del suelo, sosteniendo el poste. Sus muslos gruesos se aferraron allí mientras poco a poco dejó caer las manos. Tzuyu movía su cuerpo en una sincronización perfecta con la música. Como si los ritmos sensuales que inundaban ese ambiente, controlaran los movimientos realizados por ella.
Los mechones largos y oscuros caían como una cascada hermosa, dejando sus hombros al descubierto. Sally sostuvo el poste de acero inoxidable con las dos manos y dejó caer sus piernas, abriéndolas para mover su cuerpo allí. Los movimientos alternaban entre lentos y a veces rápido. Me sentía como si todo el mundo se había detenido allí, como si no hubiera nada más que esa mujer. ¿Fue exactamente así como ella se sintió cuando me vio bailar? Sin ni siquiera el más mínimo contacto, Tzuyu estaba causando una ebullición de sensaciones placenteras en mi cuerpo. Al verla de manera sensual y sexual en ese momento me estaba volviendo completamente loca. Rápidamente, ella juntó las piernas alrededor de la parte superior del poste de acero y bajó su cuerpo, permaneciendo al revés. Sus manos tocaron el suelo, para luego subir de nuevo.
Impresionada, despertada y completamente sorprendida. Ella tenía un ritmo maravilloso, como si se hubiera entrenado duro para alcanzar la perfección. Y eso no lo dudaba. La determinación de Tzuyu era evidente en cualquier meta que quería alcanzar. Y seducirme, debe ser uno de los más fáciles para ella. Después de todo, ella no necesita mucho para tener a alguien que desee de ella, mucho menos si ese alguien era yo. La mujer se bajó del poste, y puso sus pies en el suelo de nuevo. Todo mientras bailaba perfectamente con la música. Su piel era un poco más brillante, tal vez debido al sudor por el esfuerzo. Sus movimientos transmitían claramente algo sexual, lleno de lujuria y sensualidad. Ella deslizó sus manos por su pelo largo, el cuello, los senos, el estómago. Cerré los puños cuando la vi deslizar sus delicadas manos sobre su coño, hasta sus muslos. Sentí mi sexo palpitante ante la tentadora vista.
Hija de puta.
Tzuyu se arrodilló en el suelo, arqueando su cabeza hacia atrás, dejando su cuello totalmente libre. Sentí que se me hizo agua la boca con la maldita urgencia de besar cada pequeño detalle de su piel. Movió su cuerpo, como si se estuviera frotando a sí misma con algo debajo. Al igual que lo hacía cuando ella me estaba follando. Sus manos sostenían su cabello mientras sus caderas se movían en una vuelta lenta y continua adelante y hacia atrás. Ella me quería matar. Mi coño estaba completamente mojado debido a Tzuyu. Y todo lo que más deseaba en ese momento era poseerla allí mismo, sin la más mínima vergüenza o delicadeza. Ella abrió los ojos ya través de la máscara y me miraba con esa mirada desafiante.
Esa puta mirada que era capaz de mojar tu ropa interior.
Sally se puso de pie y se dirigió hacia la pequeña escalera. Mi corazón aceleró el ritmo, rompiendo a golpes violentos y desesperados en cada paso que la stripper daba hacia mí. Sentí mi respiración irregular. Por una fracción de segundo cerré los ojos, cuando oí el ruido del hielo en movimiento en el interior del cubo de metal que estaba encima de la mesa. Abrí los ojos, y Sally servía un vaso con champán. Me quedé mirándola a los ojos, sin decir absolutamente nada. Tzuyu no sonreía y no se atrevía a hablar. Delicadamente ella me dio el vaso, el cual me encargue de llevar a mis labios.
──¿Sorprendida, señorita Minatozaki-Chou?
La voz de Tzuyu era rasposa, tal vez era la excitación que nos consumía. El lugar que hace unos minutos estaba frío, ahora estaba caliente como el infierno. El sonido de los tacones de Tzuyu hizo eco en medio del final de la canción. Ahora caminaba alrededor de la silla en que estaba sentada.
──Extremadamente sorprendida.
Mi garganta estaba seca, incluso habiendo degustado la deliciosa champaña que ella me había servido. Enderecé mi cuerpo en el instante en que ella apoyó las manos en mis hombros, apretando lentamente. Tzuyu bajó la cabeza, dejando sus labios cerca de mi oído.
──Dije que volvería con una sorpresa para ti, Sana.
Antes de que pudiera hablar, o al menos intentarlo, Tzuyu se acercó y se sentó en mi regazo. Con una pierna a cada lado de mis muslos, permaneciendo abierta para mí.
──Feliz cumpleaños, bebé.
Mi coño se contrajo al final de la frase. Tzuyu se me quedó mirando. Y no me atrevía a apartar los ojos de ella. Ella envolvió sus brazos sobre mis hombros, rodeando el cuello. Para entonces empezar a mover sus caderas en mí, adelante y atrás, lentamente. Sentí mi cuerpo en llamas, nuestras respiraciones eran pesadas y jadeantes. Sin apartar sus ojos de los míos, se balanceó, de acuerdo con el ritmo de la música. Los papeles se habían vuelto, ahora me torturaría como siempre yo lo hacía.
──Me estás matando, Tzuyu.
──Sally, mi nombre es Sally Chou esta noche.
Ella arqueó la parte posterior del cuello, dejando caer el pelo despeinado. Su cuello estaba ahora totalmente libre para mí y no pasó mucho tiempo para tomar ventaja. Con la punta de la lengua me deslicé desde el principio, cerca de su clavícula, hasta la punta de la barbilla. El pecho de Tzuyu se levantó y cayó en una respiración desajustada. Mis manos descansaban sobre sus muslos, donde apreté. Tzuyu no se atrevía a quitarlas de allí, ella estaba pidiendo tanto como yo un mayor contacto entre nuestros cuerpos. Tanto es así, que se movía con más intensidad. Su coño se frotaba sobre mí con un poco de fuerza.
──Me vas a volver loca. ──Susurré.
──Voy a devolverte todo lo que me has hecho durante estos años. ──Dijo mientras me miraba, quitando la capa que cubría mi cuerpo.
Tzuyu se levantó lentamente, haciéndome maldecir internamente. Pero no pasó mucho tiempo para sentarse de nuevo. Ahora ella estaba de espaldas a mí mientras se balanceaba lentamente en mi regazo. La excitación consumía cada célula de mi cuerpo, haciéndose cargo de mis pensamientos, mis acciones y todo lo que me movía. Tzuyu en ese momento era mi propiedad. Mis ojos viajaron de su espalda, a su culo, que se frotó deliciosamente en mi coño.
──Te deseo.
La mujer dejó su columna vertebral en posición vertical, girando su cuerpo un poco hacia un lado para mirarme. Todo mientras bailaba en mí.
──¿Cuánto es lo que me deseas, Susan?
Sostuve su cintura, ayudándola a mover sus caderas de un lado a otro. Estaba sudando y ella también. La temperatura allí era devastadora. Quería deshacerme de todas las piezas de ropa que nos cubrían.
──Mucho, te deseo muchísimo, Sally. Me estás poniendo tan jodidamente mojada. ──Ella sonrió y se mordió el labio inferior.
──¿Cree que es justo? ¿Has visto lo que me has hecho durante todo este tiempo?
Mis manos se levantaron de su cintura a sus pechos. Cerré mi mano sobre ellos, apretando lentamente. Tzuyu suspiró profundamente, pero no se detuvo.
──¡Dios, lo sé! No me arrepiento, lo haría todo de nuevo.
──¿Lo harías?
──¿Para tenerte así como hoy? Sí.
Sally sonrió cínicamente y se levantó. Deteniéndose frente a mí.
──Estamos tan solo en el principio. Ven conmigo. ──ella ordenó.
Extendió la mano y me la sostuvo con prontitud. Nuestras miradas se fijaron, como una línea continua. Cogí la copa de champán que había sobre la mesa y fui detrás de Tzuyu. Mis ojos se perdieron en su cuerpo, cubierto sólo por la ropa interior fina y delicada.
──¿Te gusta lo que ves? ──Preguntó ella sin siquiera mirar atrás.
──Me encanta lo que veo.
Intercambiamos un breve vistazo antes pararnos en frente de una de las salas del club. Tzuyu y yo entramos en una de las habitaciones privadas. La penumbra dejó todo con un aire misterioso y atractivo. Traje la copa de champán a mis labios, bebiendo hasta la última gota. Coloqué el vaso de cristal fino en uno de los mostradores, y me le acerqué. La habitación privada, diferente de las demás, ahora tenía una cama. Tzuyu había pensado en todos los detalles de aquella noche. Estábamos de pie, una en frente de la otra en el centro de la habitación.
──Te voy a dar un regalo de cumpleaños ahora. ──Dijo depositando un beso en mis labios, mientras ella con delicadeza se quitó la máscara.
──Tú ya me has dado uno.
Tzuyu sonrió, para luego doblarse hacia abajo y retirar la tela que cubría mi cuerpo. Luego se levantó de nuevo frente a mí. Tanto ella como yo sólo llevábamos ropa interior ahora.
──Te gustará más cuando la sorpresa esté completa, señorita Minatozaki.
Me encantaba cuando me llamaba así. Cuando me exaltaba de esa manera. Sally prácticamente se tragó mi cuerpo con sus ojos, pero no se atrevió a tocarme.
──Estoy controlando mis impulsos en este momento, Sana. ──Dijo con los ojos fijos en mí.
──¿Qué quieres hacer conmigo?
Di un paso hacia delante y apoyé las manos en su cintura, con el fin de acercarla más. Quería besarla. Pero Tzuyu se volvió rápidamente, de espaldas a mí. Rápidamente me acerqué más, envolviendo su cintura desde atrás, presionando mi cuerpo al de ella.
──Quiero tirarte en esta cama y hacerte mía. ──Susurró ella en cuanto su cuerpo quedó atrapado al mío.
──¿Y por qué no lo haces?
Le susurré al oído, dejando que mis labios se deslizaran por esa zona, hacia su cuello. Tomé una respiración profunda, sintiendo el dulce aroma que emanaba de los mechones oscuros de Sally. Se llevó las manos a su cabello, moviéndolo a su hombro izquierdo. Por lo tanto, dejando el cuello y el hombro derecho libre para que pudiera besarla allí. La mujer tomó una respiración profunda, tan pronto como sintió mis labios sobre su piel caliente.
──Hoy quiero que sea diferente.
──¿Diferente cómo?
Arrastré mis labios en su hombro, donde ligeramente clavé los dientes. Mientras mis manos apretaron el cuerpo de mi mujer contra el mío.
──Quiero que me folles, señorita Minatozaki.
Nuestros ojos se encontraron al final de la frase. Una ola de calor inundó hasta el último detalle de mi cuerpo, centrándose más precisamente en mi centro. Dejé escapar un fuerte soplo de aire entre los labios.
──¿Estás segura? Te encanta dominar.
Tzuyu se volvió hacia mí, todavía con los ojos fijos en los míos.
──Lo estoy. Hoy voy a ser tu sumisa.
Tzuyu POV
Los ojos de Sana brillaron con puro deseo. Como si desease cada segundo de ese momento. Cuando tomé el impulso de seguir hablando, la morena tomó mi boca en un beso. Sentí como mis labios presionaban los suaves labios de la japonesa. Sana apretó mi cintura con sus delicadas y posesivas manos, mientras me hacia retroceder varios pasos. Nos detuvimos únicamente cuando mi espalda hizo contacto con la fría pared de esa habitación. Dejé que un sorpresivo gemido escapase de mis labios al sentir como su cuerpo me inmovilizaba deliciosamente ahí. La lengua de la japonesa se deslizó sobre la mía de manera voraz, casi desesperada, aumentando aún más la intensidad de la maldita excitación que se apoderó de mí.
──Te voy a devolver todo lo que me hiciste aquí un día, Tzuyu.
Sana subió mis manos sobre mi cabeza, inmovilizando mis puños contra la pared con solo una mano. Mientras sus labios y lengua se deslizaban sobre mi cuello. Mordí mi labio inferior cuando clavó sus dientes sobre mi piel, probablemente dejando una marca.
──¿Lo harás? ¿De la misma manera? Lo dudo. ──La provoqué.
En un movimiento rápido, la japonesa giró mi cuerpo contra la pared. Ahora tenía mi espalda girada a ella. La japonesa sostuvo mi cabello, forzándome a girar mi cara a un lado para mirarla, mientras presionaba su cuerpo detrás del mío. Mi respiración falló, causando que emitiese un sorpresivo gemido. Cerré mis ojos sintiendo el calor que emanaba de nuestros cuerpos. Tenía los pechos de Sana presionados contra mi espalda, tal como ella tenía mi culo presionado contra su centro. La respiración pesada de Sana chocó contra mi oreja, haciendo temblar todo mi cuerpo.
──¿Lo dudas, Sally?
No dije nada. Apretó sus dedos entre los mechones de mi cuerpo mientras deslizaba su lengua sobre mi cuello.
──¡Respóndeme! ──Me ordenó.
──¡Lo dudo! ──Me mantuve fuerte.
Sentí las manos de Sana, que hace segundos atrás estaban en mi cintura, subían hacia mi pecho, donde apretó lentamente. Tragué con fuerza al sentir su lento y al mismo tiempo intenso toque.
──No deberías dudar de mí. Creo que en todos estos años de matrimonio he sido una buena aprendiz. Y he aprendido muy bien a dominar.
Su mano bajó de nuevo, deslizándose por mí estomago lentamente, deteniéndose en mi centro.
──¿Estás de acuerdo? ──Preguntó.
Jadeé cuando sentí sus ligeras caricias. Sus dedos vagaron sobre la fina prenda de la pequeña braga roja que llevaba. Un calor casi colosal se concentraba ahí mismo, donde me tocaba. Tenía mi cara contra la pared y su cuerpo contra mí.
──Lo veremos esta noche. ──Hablé con algo de dificultad, posteriormente la japonesa llevó su mano dentro de mis bragas.
Podía escuchar la risa sarcástica salir de su boca. Respiró profundamente, mientras llevaba su dedo índice y medio a la entrada de mi centro.
──Estás tan mojada. Tan caliente, Sally.
Tener a Sana dominándome esa noche era al menos diferente. No es que no lo hubiese hecho antes. Pero esa noche, todo era estaba siendo más intenso. Literalmente habíamos cambiado lugares. Hoy, era Sally Chou, una stripper. Y ella, mi cliente. Sana quitó su mano de mis bragas, y rápidamente la que tenía en mi cabello.
──Quédate quieta. ──Ordenó.
No me atreví a desobedecerla. Sana depositó varios besos húmedos sobre mi piel mientras sus manos se movieron hasta el corsé estrecho. Sentí como el lazo se rompió lentamente. Entonces, la prenda de mezclilla fue removida de mi cuerpo, cayendo al suelo. Ahora solo llevaba bragas, medias y tacones altos. Dejé que mis ojos se cerrasen, cuando sentí su cuerpo contra el mío otra vez. Sana se había quitado su brasier también, porque sentí sus pechos totalmente desnudos contra mi espalda. Empezó a besar mi cuello y nuca con un poco mas de intensidad, mientras sus manos apretaban mis pechos con fuerza.
──Te ves tan caliente vestida así. ──Susurró.
──¿Te gusta? ──Pregunté en medio de un gemido.
──Me gusta mucho. Me excita con solo verte así.
Los dedos de Sana presionaron mis pezones, apretando de una manera tan deliciosa que me hizo gemir. Giré mi cara hacia un lado, y Sana tomó la oportunidad para tomar mis labios en un beso hambriento. A pesar de la desfavorable posición para un beso, lo hizo muy bien. Nuestras lenguas se movieron una deliciosa y excitante sincronía. El aire ahí era pesado, la temperatura más caliente de lo normal. Mi cuerpo estaba sudando, y el de ella también. Sana soltó uno de mis pechos y deslizó su mano dentro de mis bragas otra vez. Con dos dedos empezó a masajear lentamente mi clítoris. La japonesa bajó los mismos dedos hacia el centro de mi mojado coño, para entonces volver a subir.
──Tu coño está tan mojado. Tan listo para mí.
Cada palabra que salía de la boca de mi esposa causaba una jodida punzada en mi sexo.
──Me vas a volver loca.
Sana movió sus dedos más rápido, haciendo presión en mi clítoris. Si continuaba así, no tardaría en correrme. Y ella lo sabía. Sana sabía muy bien qué me gustaba en la cama. Los dedos de la japonesa se detuvieron, haciéndome maldecir.
──Shhh... No quiero que te corras ahora, no tan fácilmente. ──Susurró.
Sus dedos fueron a un lado de mis bragas, donde lentamente bajó. Se arrodilló detrás de mí, quitando mis bragas completamente. Giré mi cara a un lado, viendo como llevaba la prenda a su nariz.
──Hueles tan bien.
Estaba tan perdida en ese aura sexual, como si estuviese intoxicada con la situación. No era diferente de mí, por supuesto. Deslizó una de sus manos sobre mi culo con una suave caricia. Entonces depositó un beso húmedo sobre esa área. Cerré mis ojos con fuerza cuando me dio una bofetada muy fuerte.
──¡Joder! ──Exclamé sorprendida y excitada.
Sana se puso de pie y me giró para verla.
──No voy a ser amable contigo, Sally.
La japonesa tiró de mí con fuerza, llevando mi cuerpo a la cama. Donde me tiró con fuerza. Sana llevaba unas pequeñas bragas negras, tan delicada y sexy. Sentí como mi boca salivaba y la maldita urgencia de poseer su cuerpo. Pero hoy, la noche era suya. Y parecía extremadamente encantada con eso. Sana se sentó en mis caderas, inmovilizando mis manos sobre mi cabeza. Mientras su boca besaba la totalidad de mi cuello, clavícula. Movió lentamente sus caderas, provocando una maldita fricción entre nuestros sexos. Sus manos dejaron las mías y fueron directo a uno de mis pechos. Donde apretó de una manera placentera. Inclinando mi cabeza ligeramente. Teniendo la imagen de mi mujer, acomodando sus labios sobre mi pezón. Gemí suavemente cuando la lengua caliente de mí la morena hizo contacto con esa área. Vi cada lento movimiento que hizo ahí. Ese par de ojos marrones me miraban con intensidad, mientras chupaba mi pecho con tanta devoción. Apreté mis ojos ligeramente, arqueando mi cabeza hacia tras. La habitación era silenciosa, dejándonos oír únicamente el sonido de la succión y mis jadeos. Mordió ligeramente, mientras frotaba su centro contra el mío.
──Oh Dios mío... ──susurré en medio de una respiración pesada.
Sana fue al otro pecho, repitiendo los mismos movimientos que hizo con el otro. Su lengua se movió rápido alrededor del pezón duro. Lo soltó y deslizó su lengua por todo mi pecho, bajando por el valle que los separaba. Mi pecho se elevó y cayó rápidamente. Estaba jadeando, caliente y jodidamente excitada.
──No puedo soportarlo más, Sana.
Me dio una sonrisa malvada y cínica. Pero continuó besando, ahora bajando por mi abdomen. Vi como su lengua bajaba al centro de mi estómago. Sana acomodó su cuerpo más abajo, ahora quedándose entre mis piernas, que estaban abiertas para ella. En ese momento, estaba únicamente en medias y tacones altos. Estaba inquieta, sedienta por ella. Y Sana parecía amar eso, porque sopló ligeramente en esa área, haciendo temblar todo mi cuerpo.
──Chúpame, por favor...
Besó el interior de mis muslos, deslizando su caliente lengua muy cerca de mi ingle. Sana se aseguró de jugar conmigo. Estaba totalmente abierta para ella, en una petición desesperada. La japonesa deslizó su lengua entre mis pliegues, pero no donde más la necesitaba.
──Pregunta otra vez, vamos. ──Ordenó con sus ojos fijos en los míos.
──Chúpame. ¡Necesito que chupes mi coño ahora!
No se tomó mucho tiempo, sentó su lengua en mi montón de nervios.
──¡Oh si, joder!
La lengua de mi mujer se deslizó sobre mi clítoris de una manera tan deliciosa, causándome que arquease mis caderas involuntariamente. Cerré mis ojos por un par de segundos, en los que sentí como mi cuerpo entero vibraba.
──¡Mírame, Sally! ──Ordenó.
Abrí mis ojos y observé a la morena quien me chupaba con tanta devoción.
──Chupas tan bien, Sana. Estoy tan excitada, joder.
Sana con dos dedos abrió mi centro y chupó esa área lentamente. Presionando la punta de su lengua sobre mi clítoris, antes de bajar hasta mí centro mojado.
──Eres tan deliciosa. ──Susurró.
Mordí mi labio inferior, en un fallido intento de controlar mis gemidos. Pero era imposible contenerlos mientras sentía como la lengua de Sana me penetraba lentamente. Intenté cerrar mis piernas, pero con su mano libre me sostuvo. Sana quería hacerme sentir hasta el último segundo. Su lengua bombeó de dentro a fuera lentamente.
──Si...
Subió con su lengua otra vez a mi clítoris. Cerrando ahí sus labios, para chupar con más intensidad. En impulso, llevé una de mis manos a su cabello, donde apreté con fuerza. Presionando la cara de Sana contra mí centro.
──Chúpame, joder... ──Dejé salir casi en un susurro.
Incliné mis caderas hacia delante, aumentando la intensidad de los movimientos. Sana no se atrevió a reducir la intensidad, al contrario. Movió su lengua con tanto dominio en mi centro que me hizo gemir ruidosamente. Mi cuerpo estaba completamente absorbido por el placer, no tenía control de mi misma. Yo solo quería, quería correrme por ella.
──Yo... ──Cerré mis ojos. ──Me voy a correr, Sana, sigue, por favor. Joder, me voy a correr.
Sentí como su mano apretaba mi muslo con fuerza. Abrió sus ojos, observando mi reacción. Mi cuerpo entero estaba convulsionando mientras tenía a esa mujer ahí, chupándome. Moví mis caderas con fuerza contra la cara de Sana, sintiendo como el fuerte placer de mi centro tomaba cada esquina de mi cuerpo. Me corrí de la manera más intensa que pude en ese momento. Sana me lamió hasta limpiarme, antes de arrastrarse sobre mi cuerpo.
──Oh Dios mío... ──susurré en medio de una respiración pesada.
Sana fue al otro pecho, repitiendo los mismos movimientos que hizo con el otro. Su lengua se movió rápido alrededor del pezón duro. Lo soltó y deslizó su lengua por todo mi pecho, bajando por el valle que los separaba. Mi pecho se elevó y cayó rápidamente. Estaba jadeando, caliente y jodidamente excitada.
──Eres la cosa más deliciosa que he puesto en mi boca.
Sana inclinó su cabeza, chocando sus labios sobre los míos. Nuestro beso sabía a sexo, y a ella parecía encantarle todo eso. Porque movió su lengua con la mía con deseo y hambre. El beso no duró mucho, estaba sin aire. Mi pecho subía y bajada con una respiración profunda y pesada. Sentí como mis piernas temblaban por el orgasmo que la japonesa me había dado.
──No se ha acabado. Gírate.
──¿Qué? ──Pregunté confundida.
──Te quiero en cuatro para mí.
Su tono de voz sonó claramente como una orden. Tomé una respiración profunda, aún sintiendo mis piernas temblorosas. Los ojos cafés de Sana mi observaban de manera intensa, transmitiendo un brillo que indicaba cuanto me deseaba. Deslicé la punta de mi lengua sobre mis labios y asentí.
──¿Realmente quieres continuar dominándome?
──Si. Yo tengo el control hoy, ¿verdad?
Sana se arrodilló en la cama. La castaña estaba todavía con sus pequeñas bragas que rápidamente me hice cargo de quitárselas.
──Te quiero sin esto. ──Dije quitando la prenda de su cuerpo.
Poco después de quitarlas completamente, llevé el fino encaje a mi nariz, sintiendo el aroma que emana del sexo de Sana. Vi como sacudió su cabeza, antes de acercarse lentamente. Obedeciendo las órdenes de mi esposa, giré mi espalda a ella. Descansando mis manos en la cama, poniéndome en cuatro para ella.
──Tzuyu... ──Escuché mi nombre salir de manera tan arrastrada de la boca de Sana.
Tomé una respiración profunda, sintiendo como mi pecho se inflaba. Se acercó un poco, ahora descansando sus manos en mi cintura. El cuerpo de Sana se unió al mío, causando un mayor contacto. Giré mi cara a un lado, dejando caer mi pelo únicamente a un lado. Vi una mirada sedienta en mi dirección. La japonesa deslizó una de sus manos por la línea de mi columna, hasta llegar a mi cabello. Donde sin cuestionarse tiró con la fuerza suficiente para hacerme soltar un grito ahogado.
──Es tan excitante verte de esta manera, ¿sabes? ──Preguntó con una voz ronca.
──¿Te gusta lo que ves?
──Me encanta lo que veo, me encanta como puedes ser una hermosa sumisa en cama, Chou. ──La mano libre de Sana se deslizó sobre mi muslo, yendo a mi culo.
──Siempre te voy a dominar, Sana. ──Jugué con ella.
──No siempre la activa es la que domina, Tzuyu. Ya has estado a merced de mi voluntad muchas veces. Pero si te refieres exclusivamente al acto...
Mi esposa llevó su mano a mi cintura, y con la ayuda de la otra que estaba en mi cabello, tiró mi cuerpo hacia atrás. Pegando mi cuerpo totalmente al de ella. Ahora ambas estábamos de rodillas en la cama. Sana sostuvo mi cuerpo de una manera posesiva y firme.
──Hoy serás dominada.
──Joder. ──Gemí con fuerza por la manera que tomó.
La mano de Sana bajó desde mi cintura hasta mi sexo. Esta vez no fue delicada. Sus dedos frotaron mi hinchado clítoris con una presión que me hizo gemir más. El aliento de la castaña sopló en mi oreja, en medio de palabras sucias que me dejaron encendida. Los labios carnosos de la japonesa se deslizaron sobre mi cuello, que en ocasiones recibió ligeras mordidas. Acababa de correrme, todo mi cuerpo estaba todavía muy sensible. Llevé mis manos a mis pechos, apretando un poco fuerte. Era como si cada célula de mi cuerpo pidiese un segundo orgasmo. Frotó sus dedos circularmente, sin parar.
──Necesito más... Jodida mierda, Sana.
──¿Más? Se más especifica... Dime lo que quieres.
Apreté mis pechos más fuerte y más rápido mientras ella movía sus dedos en mi centro. Arqueé mi cabeza hacia atrás, mordiendo mi labio inferior.
──Dios... Te quiero, te quiero dentro de mí.
──¿Quieres? ──Jugó un poco más.
Sana frotó otra vez, y entonces con la punta de sus cuatro dedos, me dio relativamente una ligera palmada en mi centro, más específicamente en mi clítoris.
──¡Joder, si! ──Exclamé ruidosamente.
Mi respiración era completamente pesada, mi cuerpo jodidamente sudoroso. Sana soltó mi cabello y me empujó en la cama. Forzando a ponerme en cuatro otra vez. Y sin retraso, sus dedos volvieron a mi sexo, ahora dirigiéndose al centro. Apreté mis dedos con fuerza en la fina sábana blanca de la cama cuando los dedos de la morena entraron en mi centro.
──Si, fóllame, Sana... Fóllame realmente fuerte.
En ese momento tenía mi guardia baja. Sana tenía todo el control esa noche. Estaba haciendo todo lo que un día le hice a ella. Y no iba a negar nada, al contrario, iba a ceder hasta el último segundo de mi orgasmo.
──Eres tan caliente, Sally. Dios....
Los dedos de la japonesa bombearon de dentro a fuera lentamente, mientras mi sexo los recibía. Cerré mis ojos, todavía agarrando la sabana mientras movía mis caderas de delante hacia atrás. Sana sostuvo mi cabello con su mano libre, mientras con la otra me penetraba. Estaba jodidamente mojada, lo que ayudaba.
──Me follas tan bien... Oh. Puedo ser tuya toda la noche, Susan.
Oí como gemía, incluso sin ser tocada. Sana sabía ahora exactamente cuan placentero y excitante era dominar a alguien completamente. E iba hacer de esto una de sus mejores experiencias. Como ella siempre hacia conmigo.
──Fóllame, más rápido. ──Gemí.
Aumentó los movimientos que sus dedos hacían. Ahora me penetraban con una mayor intensidad y rapidez. Me iba a correr pronto. Mi cuerpo entero estaba sin el más absoluto control. La maldita presión que propagaba y al mismo tiempo se concentraba en mi centro. Los gemidos se mezclaban en medio de la respiración pesada y el silencio de la habitación. Todo ahí inspiraba al sexo. Mordí mi labio inferior con fuerza cuando sentí la mano que hace algunos minutos estaba en mi pelo, golpeaba con fuerza una palmada en mi culo.
──¡Joder! ──Exclamé, recibiendo otra.
──Quiero que te corras por mí. Córrete mientras te follo.
Sentí mi vista vidriosa, las gotas de sudor bajaban por mi cuerpo y ese calor me tomó completamente. Llevé mi mano a mi centro, a mi clítoris, donde masajeé rápidamente. Mis gemidos eran ahora constantes y arrastrados, mi cuerpo se movía con rapidez. Sentí como centro se contraía, haciendo presión contra los dedos de Sana que se movían dentro de mí.
──Sana... Oh, Dios.
Los movió hasta el final de mi devastador orgasmo que me poseyó. Sentí mis brazos y piernas débiles. Sana quitó sus mojados dedos de mi centro, y por una fracción de segundo vi como los llevaba a sus labios.
Definitivamente quería matarme.
Tumbé mi cuerpo en la cama, con mi espalda aún girada a ella. Sana depositó pequeños besos sobre toda la línea de mi columna. Quedándose parcialmente sobre mí.
──Estuviste increíble. ──Susurró antes de besar mi cuello.
Mostré una sonrisa cansada.
──Creo que no tengo palabras para ti.
Sonrió y descansó su mano junto con la mía, que estaba en la sabana. Sana hizo ligeras caricias y descansó su mandíbula en mi espalda, dejando que sus ojos me observasen.
──¿A mi stripper le gustó?
──Creo que mis orgasmos responden tu pregunta.
Giré mi cuerpo para verla, recibiendo ahora el cuerpo desnudo de mi esposa sobre el mío. Sana se acomodó mejor, y lentamente envolví su cuerpo con mis brazos.
──¿Realmente creíste que no iba a volver hoy?
──Si, y Dios, estaba devastada.
Fruncí el ceño, inclinando mi cabeza para besar sus labios rápidamente. Todavía sabía a sexo.
──Parecías enfada, fuiste muy grosera conmigo.
──En el momento te lo merecías, Chou.
──¿Y ahora que merezco?
Sana movió sus labios, mostrándome una hermosa sonrisa que me dejó completamente perdida.
──Ya te he dado una parte que lo que merecías. Ahora mereces todas las caricias y besos por ser una maravillosa esposa.
──Hmm, eso me encanta.
──Lo haces, ¿no es así?
La castaña inclinó su cuerpo para buscar mi boca. Cerré mis ojos cuando sentí el gentil toque de sus labios sobre los míos. Sana los movió lentamente, como si quisiese disfrutar cada segundo de ese beso. Abrí mi boca, recibiendo su lengua, que expertamente deslizó sobre la mía. Explorando el espacio de mi boca de la manera más deliciosa. Chupé su lengua lentamente mientras llevaba mi mano a su cuello, donde arrastré la punta de mis uñas. Ella suspiró, pero no se atrevió a interrumpir nuestro beso. Continuamos por un corto tiempo, antes de sentir mi labio inferior ser mordido y tirado entre los dientes de la morena, quién sonrió hermosamente. Nos miramos la una a la otra sin decir absolutamente nada, parecía feliz, tan feliz como yo en ese momento.
──Siento que te amo más cada día que pasa, Tzuyu.
──Estoy segura de que te amo más cada día que pasa. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, bebé.
Sonrió, dejando salir un suspiro entre sus labios. Para entonces descansar su cabeza sobre mis pechos. Quizás nunca me iba a acostumbrar al torbellino de emociones que Sana me daba. Durante todos nuestros años juntas, atravesamos por buenos y malos momentos, que únicamente sirvieron para consolidar el fuerte sentimiento que crecía sobre nosotras. Con ella, me sentía completamente feliz. Si alguien me hubiese dicho años atrás que esa hermosa mujer, que vino a mi oficina el primer día a quedarse en Industrias Chou, iba a ser mi esposa y la madre de mi hija, hubiese tenido un mal momento creyéndolo. No porque Sana no tiene los requisitos y admirable carácter, pero porque nunca imaginé un futuro así. Ella me cambió. Con su única manera. Con la sensualidad y poder de Susan Kim, me tenía atrapada. Como ser dominada por deseo y desenfrenada pasión, que eran imposibles de contener. La stripper fue el punto de comienzo de nuestra historia, que estaba redondeada perfectamente por la Señorita Minatozaki. Una simple secretaría, que con su dulzura, determinación y esfuerzo probó ser diferente de todas las mujeres. Sana/Susan. Era la unión de mi infierno y paraíso. De guerra y paz. La combinación más perfecta de mi vida.
──¿SaTang? ──La llamé suavemente.
──Hola, bebé. ──Mi esposa susurró mientras me miraba con ese par de brillantes ojos marrones.
──Te amo. Feliz cumpleaños. ──Dije volviendo a besarla.
FIN.
Ahora sí, llegamos al final de esta historia TT ♡︎
Les agradezco nuevamente por haber esperado todo este largo tiempo las actualizaciones y de igual forma apoyar la adaptación. (っ˘з(˘⌣˘ )
Bye bye~ ♡︎
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