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48

Lalisa POV

Tzuyu parecía inquieta. Su expresión era seria, con la mandíbula apretada y los ojos entrecerrados. Yo me mantuve en calma, a pesar de los nervios y la euforia del momento. Estábamos ahora en su auto en camino a Imperium, donde en este instante Susan debería estar empezando a bailar.

──Podemos dar la vuelta y no ir ahí.── Dejé salir fingiendo preocupación.

Tzuyu quitó sus ojos de la carretera y puso sus ojos en mí.

──¿No me quieres demostrar tu teoría? ¿O te diste cuenta que me estás diciendo un montón de mierda?──Su tono de voz salió grosero. Haciendo temblar mi cuerpo.

Realmente esperaba que todo estuviese funcionando en ese momento, o seguramente Tzuyu me mataría. Y no sabría como defenderme.

──Te estoy diciendo la verdad Tzuyu. Solo me preocupo por ti.── Dije tocando su brazo cariñosamente.

La mujer sacudió su cabeza y continuó manejando. Pronto estábamos conduciendo dentro del enorme estacionamiento del club, y con cada movimiento que Tzuyu hacía mi corazón latía con fuerza. Detuvo el auto y se quitó el cinturón, saliendo rápidamente. Solo tomé una respiración profunda y seguí a la mujer que caminaba a Imperium como si fuese a matar a alguien. Realmente parecía fuera de sí misma.

──¿A dónde vas?── Pregunté con pasos apresurados detrás de ella.

──Voy a buscar a Sana, si no está fuera debe estar en las habitaciones privadas.

Tzuyu habló mientras caminaba a través del enorme pasillo. Abrió puerta por puerta, y todos estaban vacíos. Eso me empezó a asustar, pero todavía quedaba una puerta. Y fue ahí donde fue. Podía escuchar el sonido de sus tacones haciendo eco en el pasillo, Tzuyu tomo una respiración profunda y abrió la puerta. Viendo todo lo que siempre esperaba.

Susan Kim de rodillas en el suelo, quitándose la parte baja de su atuendo. Rápidamente puse mis ojos en Tzuyu que miraba a la mujer de una manera estática. Su expresión simplemente no se podía leer, hasta que tomó una respiración profunda y se acercó a las dos mujeres con furia.

──¡¿Estás disfrutando jugando con tu hermana pequeña, puta?!

La voz de Tzuyu hizo eco dentro de la habitación, haciendo que la stripper se levantase asustada. Incluso con la máscara podía ver la expresión de sorpresa en su cara. Eunbi se levantó rápidamente y nos miró de la misma manera.

──Tzuyu... ──Pude ver a Sana susurrar mientras cubría su cuerpo.

──¡Esto solo puede ser una broma!──Tzuyu gritó.

──Tzuyu, cálmate.── Intenté hablar mientras me acercaba a la mujer. Que en ese instante me alejó.

──¿Que me calme? ¡¿Quieres que me calme después de ver toda esta mierda?! ¡¿Que me calme?!¿Después de verte bailando a la mujer que más odio en esta vida?

Susan bajó del pequeño escenario y se acercó lentamente, probablemente con miedo a lo que estaba por venir. La música que sonaba de fondo paró dejando únicamente un silencio aterrador en el lugar.

──Bebé...── La voz de Sana salió baja y temblorosa.

──¡No me llames así, no te atrevas a llamarme así, Susan!──Tzuyu dio pasos atrás.

──Oh Dios mío, Tzuyu, no seas exagerada.── Dejó salir Eunbi arrogantemente.

Haciendo que la cara de Tzuyu se transformase en furia. La mujer en un instante estaba cara a cara con Eunbi.

──Cierra tu boca si no quieres que te parta la cara.

Eunbi rió de manera burlona.

──¿De verdad vas a pegarme?

──Si es necesario, si, lo haré. Te pondré en el lugar que mereces, deformar esa cara tuya, tu hija de perra.──Tzuyu habló con tanta ira que podía ver las venas de su cuello salir.

¿Cuán maravilloso podía ser esto? La escena era simplemente maravillosa. Como si fuese de una película donde el drama estaba completo. Tzuyu estaba completamente furiosa, Eunbi por el otro lado no quería perder su pose. Y Sana, Sana estaba aterrada, con una expresión estática.

──Tzuyu... ──Sana tocó su brazo.──Puedo explicarlo.──Tzuyu miró en dirección de la japonesa y entrecerró los ojos.

──¿Explicarlo?── Preguntó con incredulidad, dando un paso adelante.── ¿Qué me quieres explicar, Sana?──Dio otro paso.── ¿Que me tomaste como tonta todo este tiempo?──Otro más.── ¡¿Que estabas bailando como una puta para esta perra?!── Gritó.

──No, bebé, puedo explicarlo. No es lo que parece.──Habló visiblemente nerviosa.

──¡No me llames bebé! ¡Deja de intentar explicar esta mierda! ¡No hay explicación para esto, Sana! ¡Eres una perra mentirosa! ¡Quien me engañó con la primera que apareció! ¿No tienes vergüenza? ¡¿Como pude creerte?!

Sana tomó un paso atrás con sus ojos fijados en Tzuyu. Estaba asustada, nerviosa.

──¿Cómo pudiste haberme mentido así? Engañarme así, especialmente con esta mujer.── El tono de Tzuyu estaba cargado de dolor.

──No te estoy engañando, Tzuyu.── Puso ambas manos en la cara de Tzuyu.── Lo juro.

Tzuyu rió con despreció.

──¡¿De verdad piensas que te creeré, Sana?! Podría creer en cualquiera de este club y tendría el mismo valor que tus palabras, en resumen: nada. ¡¿Y quieres seguir jugando a la chica buena?! ¿Mi dinero? ¡¿Es eso?!

Susan tomó una respiración profunda como si estuviese controlando sus impulsos. Y Tzuyu dejó salir palabras con ironía.

──¿Cómo puedes pensar eso de mi? ¡He estado de tu lado todo este tiempo sin ningún interés! ¡No puedo creer que me estés diciendo estas cosas a mí!──Sana gritó con una hermosa desesperación.

Sana bajó su cabeza y pude escuchar sus sollozos en medio de las lágrimas. Podría tener algo de pena si no la odiase tanto.

──No te estoy mintiendo, no lo hago. Entiéndeme...── Dijo cabizbaja.

Tzuyu se acercó a ella y levantó su cabeza, prácticamente forzándola a mirarla en sus ojos revueltos.

──¿Con cuánta gente aquí te has acostado mientras estabas conmigo? ¡¿Te pagaron bien?!

Sana dejó derramar sus lágrimas, y por un instante puede ver como Tzuyu flaqueaba. Eso no podía pasar.

──¡Eres una idiota, prepotente, arrogante! ¡Hice esto por ti! ¡Y me juzgas así! ¡Ni siquiera sabes la razón de todo esto!

La risa de Tzuyu hizo eco, haciendo los sollozos de Sana apenas audibles.

──¿Cómo puedes ser tan cínica? ¿Quieres seguir continuando con todo este drama?

──¡No necesito ningún drama! ¡Te estoy diciendo la verdad!

──¡No sabes lo que es verdad! ¡Eres la mujer más falsa y deshonesta que he conocido, Susan!── Gritó con toda la furia y dolor que llevaba dentro.

──Me estás ofendiendo.──Susurró limpiando sus lágrimas.

──¡Es lo que te mereces! ¡Por mentir así!── Gritó.

──Tzuyu, bebé, cálmate, olvídate de esta mujer.──Dije fingiendo preocupación detrás de Tzuyu que miraba a Sana furiosamente.

La stripper me miró y se quitó la máscara. Su ojos tenían un mezcla de miedo e ira.

──Fuiste tú, ¿no es así? ¡La envenenaste en contra de mí!──Gritó en mi dirección.

Me puse delante de Tzuyu, enfrentado a la mujer con una mirada superior.

──Solo dije la verdad. Que eres una perra inservible. ¡Mentirosa!──Grité.

En una pequeña fracción de segundo sentí como mi cara se calentó. Sana dio una bofetada fuerte en mi cara.

──¡Perra, te vas a arrepentir de esto!

No tuve tiempo de reaccionar. Sana me atacó de una manera furiosa, repartiendo bofetadas tan rápidas que no pude pararla. Tiré de su cabello con fuerza intentado que me dejase. Cuando caímos en el suelo del club, estaba encima de mí abofeteándome mientras intentaba sostener sus manos.

──¡Tu perra, te voy a matar!── Gritó, golpeándome fuerte.

──¡Nunca debiste haber aparecido, Susan!── Le grité, tirando de su cabello con fuerza. Mis uñas arañaron el brazo de la mujer que gruñó. Golpeando mi cara una vez más.

──¡Siempre quisiste eso! ¡¿Verdad?!── Gritó.

──¡Oh Dios mío!──Escuché como Tzuyu gritó mientras quitaba a Sana de mí.

──¡Esto es todo tu culpa!──Gritó con el pelo desaliñado.

Me levanté del suelo sintiendo mi cuerpo doloroso.

──¡Déjame, no quiero que me toques!──Sana gritó a Tzuyu quien la dejó ir en ese mismo instante y se acercó a mí.

──Estás sangrado.──Tzuyu me miró asustada, pero solo me puse delante de ella otra vez.

──¿Crees que esto me afectará en algo? ¡Eres una puta, si, estás engañando a Tzuyu!── Hablé furiosamente dando un paso en su dirección cuando Tzuyu me sostuvo. Y Eunbi rápidamente sostuvo a Sana.

──¡Susan, Jesucristo, cálmate!──Eunbi habló a la mujer.

──¡No me voy a calmar! ¡Voy a darle una paliza a esa hija de perra!

──¿Que está pasando aquí?── Taeyeon entró en la habitación.

Su semblante era asustado y nervioso. La rubia abrió los ojos tan pronto como me miró. Dio otro paso hacia mí, pero sacudí mi cabeza rápidamente, y se acercó a Sana.

──¿Cariño, qué pasó?── Habló preocupada. Taeyeon sabía fingir muy bien.

──Por supuesto, eres la única que faltaba para completar este circo. ¿Tú planeaste todo esto?──Tzuyu habló arrogantemente.

──¿De que estás hablando, Tzuyu?── Preguntó haciéndose la tonta.

──No te hagas la tonta, Kim. ¡No me engañas! ¡Eres una desgraciada alcahueta!── Tzuyu gritó.

──Será mejor que moderes tus palabras, Chou, no olvides que estas dentro de mi club.

Tzuyu rió.

──¿Y tú crees que esto merece respeto? Eres la mayor puta aquí. ¡Tus intenciones son asquerosas! Eres una vieja desagradable mentirosa, que vende a estas mujeres a cualquier coste.

──¡Tzuyu!──Sana gritó.

──¡Tu cállate!──Tzuyu gritó.── Aprendiste muy bien de ella, ¿verdad? Pensé que eras diferente, Sana. Pero si continúas así, tendrás el mismo futuro que tu querida Taeyeon.

──¡Maldita sea, para, no hice nada!

──¿Oh, no? ¿Solo me estabas engañando, verdad?

──¡No te engañé!──Destacó.

──¿Y sigues insistiendo en eso?──Tzuyu gritó mientras se acercaba a la stripper.

Las dos permanecieron cara a cara, con sus miradas conectadas.

──Si querías mi dinero todo lo que tenías que hacer era decirlo. Yo pagaría. Pagaría cada noche por una buena follada.

Sana alzó su mano para abofetear a Tzuyu, pero en ese mismo instante sostuvo su brazo.

──¡Ni siquiera lo pienses, Minatozaki!

Tzuyu apretó el brazo de Sana con fuerza, mostrando lo incontrolada que estaba.

──¡Suéltame! ¡Me estás haciendo daño!── Tiró su brazo.

──¡Déjala ir, deja de hacer una escena!──Era el turno de Eunbi para que entrase en la discusión.

──¿Quién te crees que eres?

──La mujer que se quedará con todo lo que es tuyo, Chou.

──Eunbi... ──Sana susurró.

──Si te refieres a esta perra, puedes quedártela. No la quiero ni siquiera pintada en oro.──Dijo Tzuyu apuntando a Sana.

Dios, nada podía ser mejor que eso. Todo estaba saliendo como esperaba. Podría celebrar en ese mismo momento si fuera posible, pero el plan todavía no había acabado. Destruir el pequeño romance era solo el primer paso de ascenso en el imperio de los Chou. Con Tzuyu dolida, no sería tan difícil tenerla devuelta en mi vida. Y sabía muy bien que nunca se olvidaría de una traición como esta. Lo que más tenía Tzuyu en su vida era orgullo. Y cuando estaba dolido, nada la hacía cambiar de opinión.

──Ahora dices eso, ¿verdad? Hace algunas horas estabas loca por mí.──Sana salió de su imagen frágil, mostrando sus garras que sabía que tenía.

Tzuyu giró su cabeza a la mujer con los ojos entrecerrados.

──Eso no pasará otra vez, quiero distanciarme de ti y de todas tus mentiras.

──Hmm, okay, Chou. Y yo quiero alejarme de ti, de tu arrogancia y de tu prepotencia. Mereces a esa víbora como tu mujer. Encajan perfectamente. ──Dijo Susan apuntándome.

──Lalisa es mucho mejor que tú, Sana. ¡Ella nunca jugó a la santa!

Esas palabras eran como música para mis oídos, y lo mejor de todo era ver la expresión de Sana.

──¿Mejor que yo?──Sana rió.── ¡Estás realmente loca! Consiguió manipularte muy bien. Eres una idiota, Chou, tan tonta. No puedes ver que esa mujer es una serpiente, que solo quiere chupar todo tu dinero.

──¿Cómo puedes estar tan segura?

──Nadie te querrá como yo. ¡Es perceptible desde lejos que esta mujer es una caza fortunas!

──Estoy asqueada de tu amor.──Tzuyu dejó salir groseramente.

Pude ver como tomó una respiración profunda. Taeyeon se acercó lentamente, sosteniendo los hombros de la bailarina quien rápidamente limpió sus lágrimas.

──¡Escucha lo que voy a decir, olvídame, sácame de tus pensamientos, porque ni siquiera mereces tener esos recuerdos! ¡Yo hubiese confiado en ti, Tzuyu! No te hubiese hecho tanto daño, dicho cosas tan feas. ¡Tú no tienes ni idea cuanto me duele hoy, no tienes ni idea cuánto daño has causado en mí!── Gritó en medio de lágrimas.── ¡Idiota, imbécil! ¡Serás absorbida por esta falsa que solo quiere tu dinero!── Empujó a Tzuyu, quien dio unos pasos atrás.── ¡Estás cegada por un falso orgullo, que no viste que todos mis actos fueron para ti! Pero quédate con ella, ¡se muy feliz!

──Genial, se exactamente como es Lalisa, y la prefiero. Porque la conozco, ella no me miente. ¡Ella solo quiere mi bien! Y tú, desaparece de mi vida, no te quiero volver a ver nunca más. ¡Estas despedida de las Industrias Chou! Y ni siquiera aparezcas por ahí, enviaré a alguien para que deje tus cosas en algún lado.── Habló haciéndose a un lado.

──¿Quién te crees que eres?── Gritó Sana, haciendo eco con su voz a través del vacío de la habitación.

──No te preocupes, Sana, estoy aquí para ayudarte.──Eunbi habló abrazando de lado a Sana.

Pude ver como Tzuyu cerró sus manos en puños.

──Gracias, Eunbi.── Se acurrucó en los brazos de la mujer a su lado, tal y como quería que hiciese. Sana cayó como idiota.

──¡Ten cuidado con ella, querrá tu dinero también!── Dijo Tzuyu.

──Conozco a Sana, Tzuyu. Sé que no es una mala persona. Solo se involucró contigo, ese es su único defecto. Pero has lo siguiente, deja su puesto libre y yo sabré como hacerme cargo de ella como tú nunca supiste.

Tzuyu resopló por su nariz, hasta que me miró.

──Estoy tratando de advertirte de la mentirosa que está a tu lado, pero no me importa. Te la puedes tirar.──Dijo dándome la espalda.── Salgamos de este lugar.── Dijo tirando de mí.

Tzuyu salió caminado rápidamente hacia el estacionamiento, no dijo absolutamente nada. Y no me atreví a interrumpir su silencio, su respiración era profunda y descoordinada. Todo debido a la fuerte discusión de hace unos minutos. Sentía algunas partes de mi cuerpo adoloridas, la maldita bailarina era demasiado buena peleando. Pero por supuesto, viniendo de una periferia no podía ser diferente.

Llegamos al estacionamiento y Tzuyu entró al auto rápidamente, y pronto hice lo mismo entrando en el lado del pasajero.

──¡Mierda, mierda, mierda!──Gritó golpeando el volante.

──Cariño, cálmate.

──¡¿Como pudo hacerme esto, Lalisa?!

Si no me equivocaba, vi lágrimas en los ojos de Tzuyu. Si no la conociese muy bien hubiese dicho que eran de odio. Se había involucrado realmente con Sana, en una manera que no me esperaba. Si realmente amase a Tzuyu, me hubiese molestado. Pero de ella solo quería dinero y poder.

──Hay mujeres que son así, bebé. Solo ten en cuenta que estoy aquí, ¿bien?

Tzuyu sacudió su cabeza y encendió el auto para salir de este lugar.

──No lo aceptaré, me mintió.

──Lo importante es que descubriste la verdad. Ouch, maldición.── Exclamé.

Tzuyu me miró.

──Te hizo daño, lo siento.── Su tono de voz era suave.

──No te preocupes, haría lo que sea por defenderte, Tzu.

Oh, tan frágil, tan entregada. Fue más fácil de lo que esperaba. Realmente, Lalisa, eres una gran jugadora. El plan estaba saliendo como lo había planeado.

──Te quiero, Tzuyu, siempre lo hice. E incluso si tú ya no me quieres. Estoy aquí como tu amiga.

Tzuyu bajó su cabeza y suspiró.

──Nunca debí haberte dejado.

──No te preocupes, cariño. Todo a su tiempo.──Hablé abrazando a la mujer que me correspondió.

──Gracias de verdad, y lo siento por todo.

──No tienes que agradecerme y deja de disculparte, te ayudaré desde ahora.

Tzuyu POV

Lalisa salió de mi auto dándome una última mirada. Su cara estaba roja con marcas de las uñas de Sana y su labio ligeramente cortado. Juro que me asusté cuando la japonesa saltó sobre la mujer con tanta furia. Sabía que la sangre japonesa era caliente, pero no había visto algo así más allá del sexo. Agité mi mano una última vez hasta que la vi caminar a su edificio. Fue cuando encendí el auto y conduje a la Industrias Chou. Después de tanto estrés necesitaba un buen vaso de Whiskey y otras cosas.

Conduje a través de las silenciosas calles de Seúl a esa hora, pensando en todo lo que había pasado en el club. Parecía como una escena de película, nada en este mundo podría sorprenderme nunca más. No me llevó mucho y ya me encontraba estacionando en frente de las Industrias Chou. Los guardias de seguridad rápidamente caminaron hacia mí para abrir la puerta de mi auto, mirándome de manera casi sorprendida. No dije nada, solo mantuve mi expresión sería caminando dentro del enorme edifico.

Entré en mi oficina sirviéndome una buena cantidad de Whiskey tan pronto como tiré mi bolso en la esquina del sillón. Ese era unos de los lugares donde me sentía bien, fuerte y poderosa. Como si nadie pudiese alcanzarme. Además era una manera de reforzar mi ego, o solo una manera de enmascarar mis peores problemas.

Aflojé la bufanda azul que estaba alrededor de mi cuello y tomé un sorbo de mi Whiskey. Todavía sentía como toda la ira se expandía en mi cuerpo, solo necesitaba una manera de liberarme de todo eso, y sabía muy bien de qué manera.

Tomé una respiración profunda, escuchando únicamente el sonido de la puerta cerrarse.

──¿Me tardé mucho?

Bajé mi cabeza dejando escapar una pequeña sonrisa de mis labios. Me giré para ver cómo me miraba con superioridad y totalmente provocadora. Bebí hasta la última gota de Whiskey sintiendo como el liquido me desgarraba por dentro.

Maldita mujer.

Me levanté de mi silla caminando hacia ella con rapidez.

──Llegaste en el momento adecuado.

{ Advertencia: Smut MUY intenso y lenguaje obsceno, si no te gusta este tipo de contenido, puedes saltarlo hasta el final. }

Esas fueron mis palabras mientras empujaba su cuerpo contra la pared. Jadeó profundamente cuando mis labios chocaron con los suyos de una manera agresiva, mientras una de mis manos se movía al muslo de Sana, el que subí dándome más oportunidad de encajar mi cuerpo con el de ella. Iba a liberar toda mi ira esa noche. E Iba a mostrar que nadie podía tener lo que era mío. Nuestros labios se movían con prisa y con furia desde hace minutos, sus manos me apretaron contra su cuerpo con deseo y violencia. Mis manos rápidamente se apresuraron a los botones de su abrigo, abriéndolo de una manera impaciente y casi desesperada.

──¡Mierda!── Exclamé con dificultad para abrirlo, perdiendo mi paciencia y tirando con fuerza del abrigo de su cuerpo, arrancando los botones.

Sana dejó salir una sonrisa traviesa, que me hizo perder el sentido. Hasta que sentí sus labios contra mi otra vez, su lengua se deslizó sobre la mía rápidamente, chupando con deseo. Mientras mis manos tomaban su cintura de manera posesiva, moviendo su cuerpo más cerca del mío si eso era siquiera posible. La japonesa llevaba el mismo atuendo que uso para bailar horas atrás. Dejé sus labios, mordiéndolos para terminar el beso, para dirigirme a su cuello donde mordí fuerte.

──¡Tu perra!──Maldijo cuando sintió el dolor de la mordida.

──¡Maldice, maldice más, porque eso únicamente aumenta mi deseo de follarte!

Solo dejé salir una sonrisa, alzando a la mujer del suelo. Forzándola a envolver sus piernas alrededor de mi cintura. Y Susan lo hizo rápidamente. Arqueó su espalda dándome su cuello que ya poseía una gran marca roja, uno de los primeros de la noche podría decir.

La moví desde la pared y la llevé a mi lugar favorito en esa oficina. Susan se sentó en la mesa con una expresión provocativa. Rápidamente la tomé de su cuello, sintiendo como su lengua invadía mi boca, mientras sus manos arrancaban mi blusa. Dejándola completamente abierta, mostrando el brassier que llevaba esa noche. Rápidamente la empujé hacia abajo. Y con rapidez empecé a quitar la parte baja del atuendo de la morena.

──Joder, no tienes ni idea lo excitada que estoy.──Exclamé dejando a la japonesa únicamente con ropa interior.

Rápidamente quité la parte superior de su atuendo, dejando a la stripper únicamente en lencería en sobre la mesa presidencial de las Industrias Chou. Sana mordió su labio de una manera sensual, con una sonrisa.

Nada podía ser más sexy que esa vista.

──¿Que esperas, Chou? Quiero lo mejor de ti hoy.

Dejé salir casi una sonrisa malvada y en un segundo uní su cuerpo al mío, llevando mis manos rápidamente a su ropa interior negra. ¿Debía incluso decir cuan jodidamente sexy Lucía Susan en lencería negra? Me llamó la atención su perfectamente lisa y suave piel, pero particularmente la prefería sin ella.

──Lo tendrás, Susan. Te quiero gimiendo como una pequeña perra.

──¿Oh, en serio?── Se inclinó hacia delante, tomando el borde de mi blusa el cual tiró con fuerza, quitándolo con fuerza de mi cuerpo. Se quedó a centímetros de mi oído, donde susurró: ──Entonces fóllame, fóllame realmente bien hasta que te ruegue que pares, demuéstrame a quien le pertenezco.

Sus palabras salieron tan atrevidas que podía sentir como mi centro se contraía. Susan de una manera provocativa lamió mi lóbulo sin vergüenza. Y bajó el cierre de mis pantalones, bajándolo lentamente.

Perra.

Bajé a la mujer de la mesa, forzándola a darme la espalda. Susan movió su cuello a un lado, dándome espacio libre para hacer lo que quisiera. Deslicé mis manos que estaban en su cintura, hasta que me detuve en sus pechos debajo de su brassier, masajeando con fuerza haciéndola gemir.

──Oh, Tzuyu.

¿Debía decir como los gemidos de esa mujer me dejaban totalmente mojada? Eran arrastrados y atrevidos. Casi una súplica para más. Pellizqué sus duros pezones, haciendo que mordiese su labio y llevase una de sus manos a mi cabello donde apretó fuertemente. Mordí su cuello otra vez y pronto deslicé mi lengua en ese lugar. Removí el brassier de su cuerpo tirándolo lejos para así disfrutar más de lo que me tenía que ofrecer. Con ambas manos apreté sus pechos fuertemente, sosteniendo sus pezones entre mis dedos. Hasta que Sana llevó una de sus manos deteniéndose sobre la mía, mostrándome exactamente como quería que lo hiciese. Con una mano la latina tiró de mi cabeza, ocupando mi boca con la suya, en un beso lleno de excitación y euforia.

Dejé su boca rápidamente y forcé a la morena a agacharse sobre la mesa. Que lo hizo deseosa, mostrándome lo jodidamente caliente que era. Susan giró su cara a un lado y sonrió, guiñándome. Di unos pasos atrás para darle una vista a lo que estaba esperando por mí, y Dios. ¿Lo pueden imaginar? ¿Susan Kim completamente expuesta en el escritorio de mi oficina, únicamente con tacones altos negros en sus pies?

──Tienes un jodido delicioso culo.

Dije deslizando mis manos por su columna lentamente, pasando entre sus nalgas hasta llegar el coño empapado de la japonesa. Sana gimió en el momento exacto que sintió como mis dedos se deslizaban ahí y rápidamente los quitaba, llevándolos a mi boca donde probé el maravilloso sabor que tenía la mujer. Era una clase de droga que te hacia adicto, que te hacia querer mas y mas. Y esta noche lo tendría. Sonreí bajo su casi mirada ardiente, recorriendo con mi mano la suave piel de la japonesa hasta parar en el enorme volumen de sus nalgas. Donde por puro instinto y enojo azoté con fuerza, que impulsó el cuerpo de la mujer adelante.

──¡Ah! ¡Tú hija de puta!── Exclamó entre un sorprendido gemido.

Eso podía ser más interesante de lo que pensaba. Me agaché tomando la bufanda que minutos atrás estaba alrededor de mi cuello. Doblándolo delicadamente, todo bajo la mirada de Sana que me miraba con curiosidad. Sonreí y puse la bufanda sobre los ojos de la latina, algo así como una venda

──Juguemos un poco.── Susurré en su oído, mordiéndolo lentamente.

Sana mordió su labio y sonrió. Amaba esa sonrisa, malvada y seductora. Como si supiese todo lo que estaba por venir.

──Mereces un buen castigo, Susan.

Hablé acariciando una parte de su culo, estaba inquieta. Ansiosa y jodidamente excitada. No dejó moverse en ningún momento causando una jodida deliciosa fricción entre nosotras. Llevé una de mis manos que estaba en su cintura a su caliente y mojado centro. Deslicé mis dedos entre sus pliegues mojados, mojándolos con su delicioso líquido.

──¡A-Ah! ¡Entonces castígame!

Eso era todo lo que necesitaba escuchar. Esas palabras salieron con un deseo pesado, aumentando la adrenalina y excitación que estaba sintiendo. Continué masturbando a Sana quien gimió suavemente. Y con mi otra mano apreté su cintura impulsando su cuerpo contra el mío. El gran volumen del culo de Sana se frotaba a cada instante contra mi coño, mostrándome lo caliente y mojada que estaba.

──Un placer.── Dije con una sonrisa, dándole otro azote al culo de Sana.

──¡Oh joder!

Llevé una de mis manos al cabello de Susan, tirando de él con fuerza forzando a la mujer a girar su cara a un lado para que me mirase.

──¡Te enseñaré que nadie puede tener lo que es mío! ¡Mucho menos mi mujer! ¿Entendido?── Le di otro azote.

Sana gimió deliciosamente.

──S... Si. Oh joder, ¡si! ──Habló.──Azótame, Tzuyu, azótame.

Dios, sentí esa fuerte presión en mi centro con solo verla así. Maldita stripper, ella desmantelaba todas mis barreras. Le di otro azote, viendo lo roja que estaba esa área. Pero a Sana parecía no importarle, al contrario, sus gemidos salían cada vez mas fuertes e intensos. Deslicé mi mano por su cuerpo hasta llegar a su caliente centro. Dejando que mis dedos encontrasen el lugar correcto para volverla loca, hundiéndome profundamente en su cálido centro.

──¡Tzuyu!── Sus gemidos eran altos y sorpresivos.── ¡Joder!──Se estaban volviendo más intensos con cada movimiento de mis dedos dentro de ella.

──Sí, Sana, gime. Gime como una pequeña perra para mí.

Y no se ando con rodeos, gimió. Gimió con el deseo de un devastador orgasmo que le daría.

──Tú... ── Dijo saboreando cada palabra lentamente.

Su boca estaba medio abierta dejando salir su respiración descoordinada. Me podría correr en cualquier momento con solo verla así. Mis dedos se movieron de dentro a fuera de su caliente y completamente mojado coño, Sana era apretada y caliente. Y con cada movimiento que mis dedos hacían dentro de la mujer, su culo chocaba contra mi coño, el que presioné firmemente detrás de ella.

──¡Eres tan caliente, joder, Susan!

Me moví con fuerza y rápidamente, haciendo que su cuerpo se moviese en la mesa que se movía a cada momento dejando caer los últimos objetos al suelo. Sus manos apretaban con fuerza los bordes de la mesa. Se frotaba constantemente en mí, ella quería que sintiese todo con ella. Y confieso que me encantaba.

──Más fuerte, Tzuyu. Oh Dios.

Sana arqueó su cabeza atrás gimiendo ruidosamente, podía ver lo loca que estaba por llegar a su cima. Así que llevé una de mis manos a su cabello otra vez, tirando de él con fuerza, forzando a la japonesa a estar de pie. Sentí su espalda chocar contra mi pecho con fuerza.

──¿Lo quieres mas fuerte? ¿Huh? ¡Habla perra! ──Susurré en su oído.

Sana dejó salir una sonrisa, esa jodida malvada sonrisa. No podía verla a los ojos por el antifaz, pero sabía exactamente lo calientes que eran.

──Si, fóllame fuerte, Chou.── Dijo poniendo una de sus manos en su coño, al ser más precisos en su clítoris que masajeó rápidamente. Gemí solo con ver su desesperación de llegar a su tope. Se masturbó mientras yo la penetraba firmemente y con rapidez, curvando mis dedos ligeramente dentro de ella golpeándola donde más lo necesitaba.

──¡Oh Dios! Eres tan buena, fóllame, Tzuyu.

Cerré mis ojos y chupé el lóbulo de Sana, y ella jadeó. Todavía sostenía su cabello ligeramente, dejando su cuello libre para depositar un fuerte chupón. Dejaría una marca, una marca de que Sana era mía, y yo de ella.

──¡Idiota, eso dejará una marca!── Exclamó.

Joder, ¿tienen idea de lo excitada que me ponía escucharla insultarme de esa manera?

──¡Bien! Ahora todos pueden ver que eres únicamente mía.

──¿Tuya? ¿Quien lo garantiza?── Provocó.

Cerré mis ojos y me moví fuerte con dos dedos dentro de la mujer que gimió entre su pesada respiración, cuando por pura ira y posesividad la penetré con un dedos mas dentro de su apretado centro.

──¡Ah mierda! ──Gimió ruidosamente, casi haciendo que me corra.

──Te lo garantizo, te lo garantizo porque eres mía. ¿Puedes sentirlo? Solo yo te puedo hacer sentir así.

Gimió constantemente, podía ver las venas de su cuello salir, el brillo en su piel y las gotas de sudor corriendo entre nuestros cuerpos.

──Oh Dios, me voy a correr... ¡Tzuyu!

──Córrete, córrete realmente bien por mí, perra.── Susurré dándole una pequeña mordida en su oreja.

Sana abrió su boca, pero sus gemidos se perdieron en su garganta. La japonesa estaba en una clase de frenesí, sus manos recorrieron sus propios pechos, apretándolos fuertemente, mientras que sus gemidos salían de su boca sin parar. Podía sentir como mis dedos se apretaban dentro de ella, se estaba corriendo, y joder se estaba corriendo fuerte.

──¡Si, córrete! Joder, me voy a correr con solo sentirte así.── Hablé cerrando mis ojos.

En el mismo instante que el cuerpo de Sana se movió frenéticamente, pude sentir como la fuerza de su orgasmo la golpeaba, y no podía sopórtalo. Entramos en un aura sexual como nunca antes, toda la ira, la excitación explotó ahí. Se apoyó a si misma en la mesa.

Solté a Susan y la giré para que me mirase, se quitó la venda de sus ojos y me miró arrogantemente, con una respiración descoordinada y con una maldita sonrisa. Hija de perra. Mis instintos más primitivos salían cuando estaba con ella, la sed de poder y la obsesión tomaban cada célula de mi cuerpo. Tomé una respiración profunda viendo a la morena completamente desnuda, sudorosa con su pelo desaliñado.

Sexy.

Entrecerré mis ojos en su dirección, viendo a la castaña deslizar la punta de su lengua sobre sus labios lentamente.

──No me provoques, Sana.

Sana llevó su mano a uno de mis pechos y lo apretó, haciendo una sexy expresión. Entonces arrastró su mano bajo su cuerpo lentamente, pasando por su estómago hasta detenerse en su coño. Donde deslizó con dos dedos entre los pliegues mojados de su sexo. Solo estaba probando mi control propio.

Maldita.

──¿Yo provocando? Por supuesto que no, Tzuyu.── Su tono de voz estaba lleno de cinismo, típico de esa mujer.

Como si esa escena fuese en cámara lenta en mi cerebro, Susan llevó sus dedos a su boca, donde chupo lentamente desde la punta de sus dedos hasta el final varias veces hasta limpiarlos de cualquier jugo suyo, haciendo la misma expresión de minutos atrás. Sentía la fuerte punzada en mi centro, y por puro instinto la acerqué abruptamente.

──Eres una pequeña perra sexy, ¿lo sabes?──Hablé sosteniendo su cabello con fuerza.

──Te encanta, me apuesto a que estás toda mojada.──Provocó.

──Lo estoy, y debería castigarte por eso. Por ser tan deliciosa.

──Entonces castígame, vamos. Castígame realmente bien.──sus palabras salieron tan sucias y audaces que podría jurar que podría jurar que en esa mujer estaba la esencia pura de Susan Kim.

Sonreí y con una de mis manos suavemente abofeteé su cara haciendo que la mujer sonriese traviesamente, y sin mover mi mano sostuve su mandíbula girando su cara a mí. Acerqué su cara a la mía deslizando mi lengua por su mandíbula hasta llegar a su lóbulo donde chupé, dejando salir varios resoplidos.

──Te castigaré con un buen y delicioso orgasmo, perra.

Sin darle tiempo a responder, tiré de su cuerpo fuera de la mesa forzando a la morena a envolver mi cintura con sus piernas. Y con Susan en mis brazos caminé unos pasos hasta sentarme en el sofá que estaba en mi oficina. Miré profundamente en los ojos de la japonesa que estaban negros y calientes, casi ardiendo. Sana capturó mis labios rápidamente en un beso feroz, mientras sus manos apretaban mis pechos con fuerza, pellizcando mis pezones entre sus dedos de una manera deliciosa que no pude evitar pero gemir. Nuestras respiraciones eran jadeantes y pesadas.

──¡Aprieta más duro! Así, Sana.── Dije entre gemidos.

La mujer se quedó con su frente pegada a la mía y con sus ojos conectados a los míos. Sus manos hicieron un agresivo y delicioso masaje en mis pechos mientras sus caderas se movían en mí, haciendo que su coño se frotase contra el mío fuerte.

──¡Oh joder!── Gemí tomando su cintura, forzando su cuerpo contra el mío a moverse más rápido.

La expresión de su cara me llenaba con una gran satisfacción que podía correrme en cualquier momento. Sana se movía sin parar, podía sentir como mi coño estaba completamente mojado con el suyo.

──Restriégate, frota más tu coño en el mío.── Hablé completamente sin aliento, empujando sus caderas hacia atrás y adelante casi en desesperación.

Los movimientos de su cuerpo hacían los pechos de Sana saltar con rapidez, dándome el jodido deseo de tenerlos en mi boca. Sana se puso de pie rápidamente dejándome sin entender nada. Gruñí en frustración pero la japonesa no tomó mucho tiempo para acercarse otra vez. Ahora ella estaba con su espalda girada a mí, dándome la oportunidad de ver su maravilloso culo.

──Abre tus piernas, Chou.

No me atreví a desobedecer las órdenes de mi stripper. Y lo hice, la japonesa se sentó otra vez y empezó a moverse varias veces. Frotando sus nalgas en mi coño rápidamente. Gemí ruidosamente y atraje su cuerpo más cerca, haciendo que su espalda golpease mi pecho otra vez. Deposité una serie de besos húmedos en su sudorosa piel, mientras una de mis manos se movía a su centro, hundiéndome profundamente en su caliente y palpitante centro. Empujando constantemente hacia atrás y adelante. Susan movió su cuerpo con cada movimiento, haciendo frotar mi coño en su culo fuerte. Eso me estaba volviendo loca, no podría soportarlo por mucho más tiempo.

──¡Tzu...yu, oh joder, Tzuyu, más...

──Hmm, ruega. Ruega para que te folle, Sana.

Abrió sus ojos que hasta hace unos segundos atrás estaban cerrados y sonrió, golpeando con una fuerte bofetada en mi cara, dejando esa traviesa sonrisa escapar de sus labios.

──Fóllame, Chou.

Atrevida y jodidamente sexy. Esa era Susan Kim, y la amaba así.

Los fuertes y desesperados gemidos se mezclaban con nuestras pesadas respiraciones, haciendo todo más excitante y puramente sexual. Arqueé mi cabeza hacia atrás sintiendo como mi centro se contraria fuerte, joder me estaba corriendo. Mi cuerpo empezó a convulsionar, la presión de mi centro casi me hizo gritar. Cuando sentí como mis dedos empezaban a apretarse dentro de Sana los quité rápidamente recibiendo un gemido de frustración.

──Ponte en cuatro en el sofá, ¡ahora!── Ordené.

Y rápidamente obedeció. Y Dios, esa vista era más de lo que podía soportar. Susan estaba completamente desnuda en cuatro en mi sofá, su cuerpo estaba sudado con marcas rojas en algunas áreas, su pelo desaliñado. Se veía increíblemente hermosa, como nunca antes. Me acerqué y tiré de su pelo hasta que se puso totalmente recta. Sus manos fueron a la pared donde se apoyó. Y las mías sostenían su cuello con fuerza, nada que pudiese hacerle daño por supuesto. Solo mostrando que esa noche era mía, Sana estaba bajo mi dominio dentro de mi imperio. Forcé su cara a un lado, distribuí besos en su hombro, cuello hasta llegar a su oreja. Chupé lentamente, mientras mis dedos masajeaban su clítoris hinchado. La mujer mordió su labio con fuerza, y después dejó salir profunda respiración, dejando escapar un orgasmo.

Mis dedos apretaron un poco más su cuello, mientras mi otra mano aumentaba mis movimientos. Sana llevó sus manos a sus pechos donde apretó con fuerza. Haciendo temblar todo su cuerpo, estaba siendo tirada a un acantilado llamado orgasmo. Su cuerpo entero empezó a convulsionar. Podía sentir su liquido abundante deslizarse entre mis dedos. La mujer se tambaleó lentamente, pero seguía sosteniéndola firmemente contra mí.

Quité mis dedos de su coño y los llevé a su boca que abrió recibiendo mis dedos lentamente. Sentí la lengua de Sana contorneándose entre mis dedos chupando cada resto de sus jugos. Y joder, tenía la urgencia de gemir con ese solo acto.

──Sí, chupa. Siente lo deliciosa que eres, Susan.

¿Pueden imaginarlo? Chupó desde el principio hasta el final lentamente con esa traviesa expresión. Quité mis dedos de su boca y tomé sus labios en un beso para compartir ese sabor. Terminamos el beso con una pequeña mordida en su labio inferior. Sana sonrió débilmente y se giró para verme y tomar mis labios en un beso lento.

Sana POV

Estábamos en el suelo de la oficina de Tzuyu, mas precisamente en su esponjosa y suave alfombra. Ella estaba con su cabeza en uno de los cojines del sofá y yo estaba sobre ella, tendida parcialmente en su cuerpo con mi cabeza en su pecho. Tzuyu deslizó una de sus manos por mi cabello acariciándome cariñosamente, podría dormirme fácilmente si no supiese que en unos minutos tendríamos que irnos. Después de todo no se vería bien cuando los empleados empezasen a llegar y viesen nuestro deplorable estado.

──No sé si puedo levantarme de aquí, Tzuyu.── Susurré, haciéndola reír suavemente.── Hablo en serio, has terminado conmigo.

Subí mi cabeza, apoyando mi barbilla en su pecho para mirar en sus brillantes ojos. Se veía hermosa.

──Estabas disfrutando mucho en el momento, ¿sabes? Te viniste muchas veces.

Sonreí ampliamente y mordí mi labio.

──Creo que podemos repetir otras veces.── Hablé malvadamente.

──Seremos capaces de repetirlo varias veces, pero no hoy porque no tengo fuerza para nada.

──¿Chupé toda su fuerza, señorita Chou?── Pregunté con una ceja levantada.

──Toda, señorita Minatozaki. Vaya día ha tenido.

Me encogí y subí mi cuerpo para depositar un beso lento en sus suaves labios. Cuando escuché un ruido viniendo desde afuera de la oficina, me levanté de golpe.

──¡Tzuyu!

A Tzuyu parecía no importarle, se levantó lentamente y me miró con una cara sonriente.

──¿Escuchaste eso? ¿Los guardias de seguridad nos vieron?── Pregunté asustada.

La oficina de Tzuyu poseía algunas paredes hechas de vidrio y otras de concreto. Esa noche no nos molestamos en cerrar las persianas como la última vez que nos quedamos aquí.

──No te preocupes, SaTang. No es nada que no debió haber pasado.

Entrecerré mis ojos en su dirección de manera confusa. Tzuyu sonrió y se acercó lentamente, robando un pequeño beso de mis labios.

──Vamos, tenemos que irnos.── Hablé dándole un último beso en su boca.

Frunció e hizo una cara.

──No, SaTang.

──Tzuyu, estamos en la empresa. No podemos ser vistas en este estado.── Hablé poniéndome de pie completamente desnuda.

Tzuyu me miró por largos minutos con una sonrisa malvada.

──Ni siquiera lo pienses.── Dije tomando mi lencería pare vestir.

Se encogió y sonrió. No nos llevó mucho y ya estábamos vestidas apropiadamente, un poco desastrosas, pero vestidas. Tzuyu se estaba poniendo sus tacones cuando escuché como mi teléfono vibraba. Cogí el pequeño aparato y vi una notificación. Era de Eunbi.

< Eunbi: Hicieron un gran espectáculo en el club esta noche, chicas. >

Sonreí, y Tzuyu se acercó lentamente. Tocando mis hombros y depositando un pequeño beso en mi cara.

──¿Quién era, SaTang?

──Eunbi. Dijo que hicimos un hermoso espectáculo hoy.── Hablé mirándola.

La mujer abrió una amplia sonrisa.

──Tiene razón, Tzuyu, fuiste una gran actriz.

──¿Lo fui?

──Si, por supuesto. Hollywood se está perdiendo una gran actriz, ¿no lo crees?

──Nos merecemos un Oscar, señorita Minatozaki. ──Habló besando mis labios.

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