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Taeyeon POV

Sonreí al mirar los ojos de Susan que me miraban inocentemente. Ella era muy inocente, incluso después de tantos años aprendiendo, Sana seguía teniendo dentro de ella la ingenuidad que no coincidía en un mundo tan maquiavélico. Podía sentir lástima por ello, pero no podía perderla. No a Sana, ella era la fuente de poder y deseo en Imperium. Era su cuerpo y su baile que atraía tantas miradas y gente que tenía la ambición de poseer su cuerpo. Como un perfecto diamante pulido en las manos de Dios, o el diablo por tanto deseo.

──Supe que tomarías la decisión correcta, querida.──Hablé con entusiasmo, haciendo sonreír a Sana.

──Tu última petición, ¿Verdad? Después de tanto tiempo ayudándome, me encontré siendo muy injusta al no aceptar.

──Por supuesto, eres una chica maravillosa, Susan. Estoy muy triste por saber que dejarás Imperium. Pero sé que quieres otros caminos en tu vida.

Sana sonrió dulcemente, sentándose en el cómodo sofá, donde me senté rápidamente.

──Sí, tengo muchos planes. Pero quiero que sepas que estoy tremendamente agradecida por todo lo que hiciste por mí, Taeyeon.

──Lo sé, mi pequeño ángel. No te preocupes por eso. Quiero que sepas que las puertas de Imperium siempre estarán abiertas para ti.

──Eres una mujer maravillosa. Me ayudaste mucho.

──No podía hacer menos, vi que me necesitabas aquél día, Sana.

Nos miramos la una a la otra por un par de segundos y luego la atraje en un abrazo calmado. La chica suspiró fuerte y me abrazó de vuelta.

──Bueno, querida, es bastante tarde. Me voy, te llamaré mañana para informarte el día de tu espectáculo.

Sana se levantó y asintió mientras caminaba hacia la puerta principal. La abrió gentilmente, intercambiamos otro pequeño abrazo y unas simples buenas noches, y luego me fui.

Tecleé el número de Lisa tan rápido como entré en mi coche y dejé el edificio de Sana. No tardó demasiado para que la otra mujer respondiera:

──Voy a tu casa, tengo noticias.

──¿Puedo al menos saber sobre qué son?── ella preguntó con curiosidad.

──Nuestra victoria está cerca. Abre una botella de champán, quiero celebrarlo contigo.

──Con gusto.── Ésas fueron las palabras antes de colgar.

──¿En serio?──Lalisa preguntó con una gran sonrisa.

──¡Sí! Se lo creyó como una tonta. Tendrías que haber visto como me lo agradecía.

──¡Oh Dios, eso es increíble!── Exclamó con entusiasmo mientras cogía las dos copas.── Debemos brindar por ello.

Sonreí a la mujer que tenía los ojos brillantes de lo feliz que era. Lisa me extendió la copa con el champán caro que compró especialmente para esta ocasión.

──Un brindis por nuestra victoria.── Ella dijo alzando las copas.

──Salud.── Hablé haciendo el mismo gesto que ella.

Me bebí todo el líquido de mi vaso, para después dejarlo encima de la mesa.

──Tenemos que mantener la calma. La llamaré mañana y la informaré el día de la actuación. Cuando el día llegue, encontrarás una manera para encontrarte a Tzuyu y llevarla a Imperium.

Lalisa sonrió, mordiendo el labio. Podía ver como de eufórica estaba.

──Ella va a flipar.── Dijo sentándose en el sofá de la sala de estar.

──Me lo imagino. Tzuyu parece muy posesiva.── Hablé uniéndome a ella.

──Lo es, el instinto de una mujer de negocios, ¿Verdad? Le gusta mandar a todo aquello que esté a su alrededor.

──Es muy arrogante.

──Eso me gusta de ella. La hace mejor que las demás. Pero le dolerá cuando descubra que su dulce zorra está mintiendo.

Solté una risa débil.

──Estarás ahí para consolarla.

──Por supuesto que estaré, en cualquier forma que me necesite.

──Puedo estar un poco celosa por eso, ¿Sabes?

Lalisa me miró y rió.

──Tzuyu es muy buena en el sexo. Pero tú me gustas más.

──Por supuesto que lo soy.── Hablé acercándome a la mujer y tomando su boca en un beso.

──Sólo puedo pensar en los titulares de las revistas en un par de meses. Yo al lado de Tzuyu otra vez, pero como su mujer.

──Te encanta, ¿Verdad? El dinero y la fama.

Lalisa se rió y tomó el último sorbo de su copa de cristal.

──Me encanta. ¿Tienes alguna idea de lo poderosa y rica que es Tzuyu? Es la mejor empresaria de Corea del Sur. Dueña de una fortuna incalculable.

──De lo que sé, todavía pertenece todo a su padre.

──Ese maldito viejo casi está muerto. Pero ya casi le podemos considerar inválido. Él sigue olvidando todo.

Dejé salir una risa ruidosa.

──¿Cómo?

──Tiene Alzheimer. Es por eso que tuvo que dejar la presidencia. No tiene uso ahora, como siempre. Nunca le gusté.

──Puede que tenga razón sobre ti.

──No, porque es un hombre rico jugando a ser humilde. Seguro que le encantó la pequeña zorra de Sana.

──Oí que se lleva muy bien con la familia de Tzuyu.

──Qué lástima, le queda poco para que la expulsen de ella.

──Eres tan mala.── Hablé con una sonrisa, tirando mi cuerpo contra el suyo encima del sofá.

La mujer se mordió el labio y envolvió mi cuello con sus brazos.

──Tú también, Taeyeon.── Ella dijo antes de besarme.

Sana POV

« Unos días después... »

Me estiré lentamente sintiendo los suaves besos de Tzuyu en la piel de mi espalda. Ella distribuyó pequeños besos por toda la zona de una forma lenta y amorosa, haciéndome dar las gracias a Dios y al mundo por haber aceptado dormir en su casa ése día. Estábamos completamente desnudas aquella mañana, estando sólo cubiertas por el edredón blanco de su cama, todo por todos los actos de la noche pasada. Pasaron unos días sin que Tzuyu y yo no tuviéramos tiempo a solas, con tanto trabajo y tantas preocupaciones todo se hacía más complicado.

Sin embargo, gracias a su empeño, la mujer de ojos verdes decidió que tuviésemos el resto de la tarde libre y que disfrutemos. Y eso fue exactamente lo que hicimos. Pasamos una noche increíble y placentera, preparamos la cena, vimos una buena película, y entre tantas caricias y besos disfrutamos de ésos momentos. Era increíble cómo me sentía en paz con su presencia. Como si me hiciera olvidar el mundo entero cuando estábamos juntas.

──¿No crees que es hora de despertarpara la doncella?── Tzuyu susurró en mi oído.

Me moví lentamente, sacudiendo mi cabeza. Tzuyu se rió suavemente y dejó un beso en mi hombro.

──No la recuerdo tan perezosa, señorita Minatozaki.

──Eso se llama intimidad, ahora puedes ver como soy de verdad.

──¿Y no lo había visto todavía?── me preguntó con la ceja arqueada.

──¡Hmm, está bien, lo has visto! Pero no soy perezosa, sólo estoy cansada.── Exclamé dándome la vuelta para verla.

Tzuyu se encogió de hombros y se puso encima de mí. Encajando entre mis piernas, con su cabeza descansando en mí pecho. Deslicé mis manos por toda su espalda en una ligera caricia, tenía una piel muy suave y blanca.

──Tú eras quien se quería cansar anoche.

──¿Sólo yo, Chou? Tú no querías, ¿Verdad? Creo que fue otra mujer la que me llevó a la habitación.

Tzuyu se rió y me miró.

──No, otra no. Sólo yo puedo hacer eso.── Habló fingiendo estar enfadada.

──Sólo tú, Tzuyu. Sólo te quiero a ti.

Dije mirando fijamente a sus ojos que me miraban de una manera muy intensa y profunda. Amaba cuando los ojos de Tzuyu cambiaban de color, aquella mañana casi eran de un tono más apagado.

──Yo también te quiero, SaTang.── Me susurró mientras acercaba su boca a la mía.

Cerré mis ojos en el mismo instante en el que noté los sus suaves labios entrar en contacto con los míos, de una forma delicada me besó la boca. Haciéndome suspirar cuando sentí el contacto de su lengua con la mía. Estuvimos así durante unos minutos, cuando ella terminó el beso con pequeños picos.

──Te amo, ¿Te lo he dicho alguna vez?

Sonreí ante la forma tan cariñosa con la que habló.

──Yo también te amo, Tzuyu.

Me miró durante unos segundos y luego alzó sus cejas como si hubiera tenido una idea.

──Cuando ésta situación tan turbulenta pase, quiero viajar contigo.

──¿Y la compañía?── Pregunté.

──Podemos dejar alguien al cargo durante unos días. Te garantizo que no pasará nada malo.

──¿Qué dirá la gente cuando descubran que la secretaria viajó con la jefa?

──No dirán nada, pronto dejarás de ser mi secretaria.──Tzuyu habló mientras salía de la cama.

Mis ojos acompañaron su cuerpo que se movía por la habitación. Ésa vista era indudablemente una de las mejores, teniendo en cuenta que Tzuyu estaba completamente desnuda.

──¿Me vas a despedir?

Tzuyu se giró para mirarme y me sonrió. Mientras se ponía una sudadera y unas bragas azules.

──Sí, tengo otros planes para ti.

Entrecerré mis ojos hacia ella y me arrodillé en la cama, aguantando las sábanas por mi cuerpo.

──¿Puedo saber cuáles son?

──Es una sorpresa, señorita Minatozaki.──Dijo Tzuyu caminando hacia el baño.

──No, no, no, siéntate aquí. Vamos a hablar.

Hablé desde donde estaba, pero Tzuyu ni siquiera me prestó atención. ¿Planes para mí? ¿A qué se refiere? Salí de la cama, buscando mi ropa en el suelo. Tenía la curiosidad de saber si era sólo yo y Tzuyu que siempre perdíamos nuestra ropa por toda la habitación después de una noche movida. Creo que no. Cogí mis bragas y mi sujetador que estaban tirados al lado de la cama, cuando escuché mi teléfono sonar. Desbloqueé la pantalla para responder, cuando escuché la voz de Taeyeon:

──Buenos días a la bailarina más guapa de mi club.── la mujer habló en un tono emocionado.

Suspiré pesadamente y después respondí:

-──Buenos días, Taeyeon.

──¿Cómo estás, querida?

──Genial, ¿Y Tu?

──Mejor que nunca. Te llamo para confirmar todo contigo. ¿Estás preparada para hoy?

Esa pregunta me hizo temblar, era mi última actuación como Susan Kim, y la más polémica. La decisión de bailar para Eunbi era mi última alternativa, y a pesar de todo esperaba que todo funcionase. Y que pueda dejar Imperium sin ningún tipo de problema, lo que sin duda era muy difícil.

──Eso creo, estoy un poco nerviosa.

──No lo estés, cariño. Todo funcionará para nosotras dos.

Sonreí.

──Por supuesto que sí, no podía ser distinto.──Solté de buen humor.

──He guardado un bonito traje para ti. Espero que te guste.

──Woah, ¿Todo esto para complacer al cliente?

──Para acabar con nota alta.──Escuché su voz con tono seguro.── Te mereces esto más que nadie, Susan.

──Mi amor, ¿Has visto mi móvil? ──Tzuyu soltó desde el fondo.

──¿Estás con tu querida? Oh lo siento, hablaremos esta noche, Susan. Te veo luego.──Taeyeon dijo y luego colgó.

Taeyeon POV

──Disfruta mientras puedas, Tzuyu, pronto dejarás de tener esa oportunidad.──Hablé conmigo misma entusiasmada cuando finalicé la llamada con Sana.

──¿Qué dijiste?

Eunbi me preguntó frunciendo el ceño en mi dirección.

──¡Oh! Nada, acabo de hablar con su bailarina, señora Jung.

Eunbi sonrió ampliamente y caminó con su copa de champán hacia mi escritorio.

──¿Y está todo preparado para hoy?

──¡Sí! ¡Por supuesto! Lo prometí, ¿Verdad? Esta noche tendrá a Susan.

──Me gusta su facilidad por tener las cosas hechas, Taeyeon. Es maravilloso hacer negocios con usted.

Sonreí con confianza a la empresaria que mantenía un rostro arrogante y eufórico. La situación tanto para mí como para Eunbi era de extrema victoria. Para mí porque fui capaz de mantener a Susan en Imperium, con todo el desastre que ocurrirá pronto, Tzuyu la despedirá de Industrias Chou y se quedará sin lugar de trabajo. Y para Eunbi, por el simple placer de tener algo tan importante de Tzuyu era digno de celebrarlo.

──Podemos seguir haciendo negocios para siempre.

──Por supuesto que puede, señora Jung. El reino de Tzuyu está acabando.

──Eso espero.── Dijo Eunbi alzando su copa.

Hice el mismo gesto para sellar nuestra asociación. Hasta que oímos la puerta abrirse, haciendo espacio para que Lalisa entre. Ella amplió los ojos porque no esperaba la presencia de Eunbi en ese momento. Nos miramos entre nosotras por unos segundos cuando ella se acercó.

──No sabía que tenías visita. Pasaba por aquí y decidí visitarte.──La mujer dijo con una sonrisa incómoda.

──No hay problema. Ella es la señora Jung.

Lisa se acercó y extendió su mano en un saludo.

──Eunbi está de aquí es...

──Lalisa Manobal, lo sé.──Me cortó mientras le daba la mano.

──¿Cómo me conoce?── La mujer preguntó rápidamente, en el fondo sintiéndose incómoda.

──Eres la ex prometida de Tzuyu, ¿Cierto?

Ella se echó atrás y me miró. Mi asociación con Eunbi no envolvía a Lisa, ella estaba detrás de todo pero no quería tener ningún tipo de conexión para que en un futuro no se pudieran estropear las cosas con Tzuyu.

──Sí, tienes razón. Eres la dueña de Empresas Issartel, ¿Verdad?

──¡Cierto! Creo que ya nos vimos en algún que otro evento.

──Seguro.

──Bueno chicas, me tengo que ir. Tengo cientos de cosas que resolver en mi compañía. La veo esta noche, Taeyeon.

──Estaré esperando.

──Buenos días, señorita Manobal.──Eunbi habló antes de marcharse.

Nos mantuvimos en silencio hasta que vi a la mujer bajar por la escalera y saliendo por la entrada principal.

──¡Mierda! ¿Por qué no me dijiste que estaría aquí?── Me preguntó enfadada.

──¡No me acordaba que vendría!

──¡Genial!

Me acerqué a la mujer, cogiéndola por su cintura lentamente.

──No te preocupes por eso. Todo saldrá bien. Eunbi está de nuestro lado.

Me miró durante unos largos segundos y suspiró aliviada.

──Tienes razón.──Sonrió.──Hoy es el gran día, Taeyeon.

──El día en que acabaremos con ese estúpido flechazo.

──Exacto. Tan pronto como Sana llegue, envíame un mensaje e iré a por Tzuyu.

──Mantengámonos en contacto. Pero mientras, celebremos un poco nuestra victoria.── Hablé tirando de la mujer en un beso.

Jihyo POV

──¿Puedes parar?

Pregunté irritada. Sana estaba completamente nerviosa aquella tarde, o mejor dicho, todo el día. Movía sus malditas piernas varias veces mientras golpeaba la punta del bolígrafo en la mesa, eso me estaba molestando. Últimamente, siempre estaba así, sabía exactamente porqué y no la juzgaba por eso. Pero la desesperación no ayudaba en nada.

──Estoy nerviosa, ¿Vale?── Me susurró.

──Lo sé, pero estar así no ayudará en nada.

──No lo entiendes, Jihyo.── Exclamó girándose a mí.

──Shasha, sé que esto es complicado. Pero piensa en el lado bueno, dejarás Imperium y serás capaz de vivir con Tzuyu.

──Me centro sólo en eso. Pero bailar para Eunbi no me hace mucha gracia.

──¿Y por qué coño aceptaste?

──Porqué no tenía otra opción.

──Ya te dije lo que pensaba. Tengo una manera muy fácil para acabar con esto.

──Darle una paliza no hará nada bueno, lo sabes, ¿Verdad?

Resoplé, ¿Cuál es el problema? La mujer se merece una buena paliza. Y no me importaba ser la persona que lo hiciera.

──Lo que tú digas.── Me encogí de hombros y continué haciendo garabatos en el cuaderno azul de Sana.── ¿A qué hora te marchas?

──En una hora tengo que salir de aquí.

──¿No crees que es demasiado pronto?

──Taeyeon me dijo que me fuera temprano. Me compró un nuevo traje y quiere hablar primero.

──Parece que está increíblemente interesada en ése baile tuyo de hoy.

──Es el último, ¿Cierto?

Miré a Sana que me sonrió. Taeyeon estaba renunciando demasiado pronto, si no la conociera tanto diría que era inocente. Pero con tantos años de conocimiento sabía que no sería el último baile. O que incluso lo sería.

──Quién sabe.

La atmósfera ése día era tensa y misteriosa. Sentía que hoy pasarían muchas cosas. Tal vez Sana lo estuviese sintiendo, tal vez era por eso que estaba tan nerviosa y distraída.

──¿SaTang? Buenas tardes, señorita Park.──Tzuyu habló acercándose a nosotras.

──Buenas tardes, señora Chou.

──Hola, Tzu.

──Quiero hablar un poco contigo, cariño ¿Puedes venir a mi despacho?

Sana aceptó.

──Jihyo, pon luego mi cuaderno en mi bolso, por favor.──Sana habló antes de entrar en la oficina de Tzuyu.

Una de las persianas del despacho de Tzuyu estaba abierta, dándome una pequeña vista de las dos juntas. Tzuyu se estaba recostando en su mesa y Sana estaba de pie en frente de ella. Las dos parecían estar centradas en su conversación. La mujer de negocios cogió las dos manos de Sana mientras la miraba a sus ojos. Eso era evidente, porque estaban bastante cerca. Afortunadamente ésa planta estaba restringida, no todo el mundo podía ir a la planta de la presidencia. Por otra parte Industrias Chou ya sabría la relación que las dos mujeres tenían. Que creo que ya iba siendo la hora, pero Sana siempre decía que todo tenía que estar en su lugar antes de la noticia. Pronto mi mejor amiga se convertiría en una Chou.

Poderoso, ¿Verdad? Ella sería la esposa de la mejor empresaria de Corea del Sur. Pero eso no era la mejor parte para Sana, después de todo el dinero era algo que no la atraía. Sin embargo, después de tantos años sufriendo la amargura de la vida, ella tenía la oportunidad de vivir con la mujer que la amaba tanto. Quién diría, meses antes que lo único que sabía de Chou Tzuyu era su gran personalidad y su extenso poder adquisitivo. Oh, y por supuesto su arrogancia. Pero con el tiempo y los efectos de Sana/Susan cambiaron y para bien.

Las dos parecía hablar de una forma muy afectiva, durante todo momento Tzuyu acariciaba la cara de la japonesa en frente de ella. Sana hablaba de algo mientras sostenía las manos de Tzuyu. Pronto Tzuyu se acercó, tocando el cuello de Sana, y se inclinó para un beso.

──Aww, el amor me hace vomitar.── Hablé conmigo misma, soltando una risa pensando en lo loca que parecía al hablar sola. Me levanté de la silla de Sana y caminé para el ascensor.

Miré otra vez y todavía se estaban besando, pero nada demasiado carnal. Tzuyu besaba a Sana con toda la calma del mundo, sus brazos se mantenían envueltos alrededor de la delgada cintura de la japonesa que parecía estar perdida.

Hacen una linda pareja, ¿Verdad? La ciencia podría ser generosa y permitir a los hijos salir de ahí, ¿Os imagináis como debe ser el sexo?

──Jihyo, Jihyo... Tú y tus pensamientos.── Dije a mí misma mientras entraba en el ascensor.

Sana POV

Cerré mis ojos lentamente moviendo mi cuello de un lado a otro tratando de relajarme. Aquel, seguramente debe de ser uno de los momentos más tensos de todo mi tiempo en el Imperium. Dejé Industrias Chou hace una hora, Tzuyu dijo que ella se quedaría revisando algunos papeles de trabajo. Me sentí culpable por dejarla sola con tanto trabajo, pero no tenía elección. Terminé dándome una ducha caliente en mi camerino, esperando a que Taeyeon me trajera el nuevo outfit que había comprado.

Para complacer a Jung ella estaba realmente comprometida. Ella estaba retrasada de todos modos, media hora y sin siquiera una señal. Sequé mi cabello y con la rizadora, lo ricé. Me gustaba a mi misma así, aprendí a vivir con ambos lados de mi vida. En diferencia a Sana, Susan Kim tenía más salvaje apariencia o sensual de lo que podría decir. Y sabía que no era la única, dentro de cada humano que estaba allí era desconocido para otras personas. Cosa que algún día sería mostrada.

──¡Buenas noches, buenas noches!── Taeyeon dijo alegremente caminando dentro del camerino.

Me levanté del sillón y sonreí débilmente hacia ella.

──Dios, ¿qué cara es esa Shasha? ¿Estás así porque es tu último baile?──dijo mientras colocaba el outfit en el vestidor.

──Por supuesto, es un poco difícil para mí.

──Sabes que puedes renunciar, ¿verdad? A mí no me importa.

Sonreí y caminé hacia el outfit.

──No, quiero dejarlo y hay ciertas cosas que no tienen vuelta atrás, Taeyeon.

──No estoy de acuerdo contigo pero vale.── ella habló acercándose.── Mira esto fue especialmente hecho para ti, ¿Te gusta el azul?

──¡Me encanta!

──Genial, te verás maravillosa. Es un tejido ligero que hace más fácil que te lo quites cuando empieces el striptease.

Asentí sacando el outfit de los protectores.

──Es verdaderamente precioso.

──Sabía que te gustaría. Este es un momento especial, es un último baile, el cierre de un ciclo.

Miré a Taeyeon que tenía los ojos brillantes. Ella me ha ayudado mucho, podía ver claramente todo lo que he evolucionado gracias a ella.

──Daré lo mejor de mí en este baile.

Ella dio paso a una amplia sonrisa.

──Sé que lo harás Susan, eres maravillosa. Jung se quedará alucinada.

Bajé mi cabeza y tomé una profunda respiración.

──¿Habrá alguien más en esa habitación?

──¡No! Solo ella y tú, así lo pidió ella, algo más privado.

Retrocedí lejos de Taeyeon dirigiéndome al mini-bar que había allí. Necesitaba una gran cantidad de alcohol para tener coraje en ese momento. Eché un poco de Whiskey en un vaso, lo que bebí justo después. El líquido descendió por mi garganta causándome un calor interno. Dios no sabía cómo a Tzuyu le podía gustar tanto.

──Luces tensa Sana, ¿Pasó algo?──preguntó suspicazmente.

──¡No! Claro que no, solo estoy nerviosa.──hablé rápido tratando de aparentar seguridad.

──Todo estará bien, esta será una noche para recordar siempre.──sus palabras salieron pesadas lo que hizo que mis hombros pesaran.

Suspiré fuertemente y tomé el resto del líquido del vaso. Miré la pantalla del móvil y me di cuenta de que solo quedaba una hora y media antes de mi espectáculo.

──Terminaré de prepararme, todavía tengo algo de tiempo.

──¡Por supuesto! Toma tu tiempo y haz trabajar tu magia.── Taeyeon dijo guiñándome antes de dejar la habitación.

Este literalmente iba a ser un día para recordar.

Lalisa POV

Salí de mi coche que estaba aparcado en frente del gran edificio de Industrias Chou. La noche era fría en Seúl debido a la fuerte tormenta, ajusté mi abrigo por mi cuerpo y corrí hacia la entrada principal. Había poco movimiento a esa hora, muchos empleados ya habían marchado. Gracias a una buena propina uno de los empleados me dijo que Tzuyu todavía estaba dentro, en su despacho. Un lugar que era bastante difícil de llegar.

Me acerqué al guardia de seguridad de la entrada lentamente, un hombre alto y fuerte vestido completamente de negro.

──Buenas noches, señora, ¿Necesita algo?── Me preguntó adecuadamente.

──Sí, necesito hablar con Chou Tzuyu.

──¿Tiene alguna reunión?

Rodé mis ojos y resoplé.

──No, cielo, soy su prometida.

El hombre arqueó una ceja, mirándome de la cabeza a los pies.

──¿Puedo ver su carné de identidad, por favor?

Acepté, buscando por mi bolso para darle mi carné. El cual el hombre se encargó de pasarlo por el sistema y comprobar mi entrada.

──Lo siento, señora Manobal. Pero su entrada está bloqueada.

──¿A qué se refiere con "bloqueada"? ¿Cariño, sabes con quién estás hablando?

──Lo siento, señora, pero...

──¡Pero nada! Sabes que te puedo despedirte, ¿Verdad?

El hombre agonizó un poco, parpadeó más de lo debido.

──Puedo comprobar su carné una vez más si desea.── Él dijo intentando calmarme.

No tenía tiempo para tanta tontería.

──Quiero que llames a la oficina de Tzuyu directamente.

──No tengo ése permiso, tampoco sé el número.

──¿Qué clase de empleado eres?

Otro hombre, mayor, se acercó tan pronto como vio toda la situación.

──¿Hay algún problema?

──Sí, quiero hablar con mi mujer y este hombre no me deja entrar.

──¿Quién es su mujer? ──me preguntó con curiosidad.

──Chou Tzuyu, la dueña de todo esto.

El hombre amplió sus ojos e intercambió una mirada con el hombre de seguridad a su lado.

──Puedo comprobar su carné.

──¡Oh por Dios! ¡Otra vez! ¡Llama a su despacho ahora mismo si no quieres que haga un escándalo!

El hombre sólo asintió y caminó hacia la recepción. Le seguí justo después, mirándole en el teléfono durante unos minutos. Hasta que finalmente colgó y me miró.

──He hablado con la señora Chou y bueno, ella permitió su entrada.

──¿Qué?── Pregunté sorprendida.

──Ella permitió su entrada, señora.

Dios estaba realmente de mi lado aquél día. Tzuyu permitiendo mi entrada tan fácilmente a ésas horas de la noche sólo podía ser gracias a Dios. Salí de mis pensamientos y pasé por el hombre como un huracán, ni siquiera dándole tiempo a decir nada más. Me quedé durante unos minutos que parecieron horas dentro del ascensor, cuando las puertas de metal se abrieron en la planta de Tzuyu. Tomé una respiración profunda y salí de ahí, dándome cuenta que todo estaba muy calmado. Excepto por el ruido de la lluvia de fuera y mis tacones golpeando el suelo frío. Las luces estaban encendidas e incluso los rayos de los relámpagos hacían un gran destello en ese lugar. Paré en frente de la puerta de la oficina de Tzuyu e inhalé aire.

──Vamos, Lalisa, puedes hacerlo.──Dije a mí misma justo antes de entrar al despacho de Tzuyu.

──¿Puedo saber por qué coño estás haciendo un espectáculo en el vestíbulo de mi edificio?── Sus palabras salieron de forma grosera y enfadada, esa era la Tzuyu que conocía.

──Buenas noches a ti también, Tzuyu.

Rodó los ojos y resopló.

──¿Qué estás haciendo aquí?── Me preguntó mirándome.

──Gracias por dejarme entrar. ¿Me puedo sentar?

Tzuyu frunció el ceño, probablemente preguntándose por mi timidez.

──Toma asiento.

Asentí y me senté, dejando mi bolso aparte en el sillón.

──Dime lo que quieres, y no te tomes mucho tiempo. Todavía quiero salir esta noche.── Ella dijo dándome la espalda, llenando su vaso con Whiskey y cubitos de hielo.

──¿Vas a salir con tu novia?

Se quedó de pie, luego lentamente atrajo su vaso a sus labios, mojándolos ligeramente con alcohol.

──Sí, precisamente con ella.

──Creo que eso no será posible.── Hablé tranquilamente.

Tzuyu se giró hacia mí frunciendo el ceño.

──¿Puedo saber por qué?── Preguntó mientras se apoyaba en contra del mostrador detrás de ella.

──Tzuyu, primero quiero que sepas que estoy aquí como tu amiga.

Tzuyu soltó una fuerte carcajada con sarcasmo.

──¿Amiga? ¿Qué quieres, Lalisa? ¿Dinero? Si es eso, te daré una buena cantidad, pero déjame en paz.── Tzuyu dijo encogiéndose de hombros mientras tomaba un gran sorbo de su bebida.

──Oye, no me ofendas de tal manera. Sabes que no quiero tu dinero, nunca lo quise.── Hablé con tono triste.

Ella se mantuvo en silencio, analizándome a fondo. Tzuyu era maquiavélica, demasiado lista. Ella te podía ver a través de ti, es por eso que tenía que ser lo más cuidadosa posible para que no notase nada raro y arruinase mis planes.

──¿Entonces, por qué tengo el honor de tu presencia a esta hora?── Me preguntó todavía con esa pequeña sonrisa molesta.

──Estoy aquí para abrir tus ojos, otra vez, Tzuyu.

──¡Oh no! Otra vez no, Lisa. Si sólo me vas a hablar mal de Sana, por favor vete.── Ella dijo echándose hacia atrás.

──Tzuyu, no seas tonta. Escúchame.── Exclamé.

──No tengo nada que escuchar de ti. Ni siquiera quiero que estés aquí ahora.── Habló groseramente.

──Es muy triste escuchar cosas así de ti, ¿Sabes? Te quiero, Tzuyu, y estoy aquí tragándome mí orgullo por el nombre de éste amor.── Dije calmada, intentando pasar el resentimiento que no tenía.

Su expresión facial se suavizó, luego la mujer de ojos marrones asintió y se sentó en frente de mí. Aclarándose la garganta para luego hablar:

──Bueno, te daré unos minutos para hablar.

Asentí, corriendo la punta de mis dedos por mis "lágrimas" que insistían en caer.

──Tzuyu, sé que ya no me quieres, que no quieres volver a verme. Pero me gustas mucho y nunca aceptaré a nadie haciéndote daño.

Ella no dijo nada, quedándose completamente callada. Con sus ojos clavados en mí. Con una expresión que fácilmente describiría como aburrimiento.

──Sé que estas saliendo con Sana, y que aparentemente estás feliz con ella.

──Estoy muy feliz con ella.── Me cortó rápidamente.

──Lo sé, pero ella no te merece. Y nunca lo hará.

Tzuyu resopló y tomó un sorbo de su Whiskey.

──¿Y puedo saber por qué?

──¡Porqué te está engañando, Tzuyu!── Solté rápidamente.

──Oh Dios mío, Lalisa. Esto es una enfermedad.──Me dijo tranquila, mirándome como si tuviese algún trastorno mental.

──No, cariño, no lo es. Es la verdad, no lo puedes ver porque estás enamorada. Pero Sana miente, y te está engañando con otra mujer.

Sacudió la cabeza y dejo salir una risa sin apenas humor.

──Estás loca. ¿Tienes alguna idea de lo que la estás acusando? Sana no es de ese tipo de mujer.

──¡No lo estoy! Y te puedo demostrar que lo está haciendo.

──¿Puedes demostrarlo?── Me preguntó desconfiada.

──¡Sí que puedo!

──Bueno, ¿Cómo me lo demuestras?

Tomé una respiración profunda y la miré fijamente.

──Puedo demostrarlo porque sé que en este momento Sana está en ese asqueroso club de baile para Jung.

Tzuyu se congeló, mirándome de un modo desconcertado. Tal vez intentando asimilar lo que acababa de decir. Me podría reír de su cara en ése instante, pero tenía que aguantarme el rostro de una buena mujer.

──¿De dónde consigues esas cosas, Lalisa?──Me preguntó riendo.

Resoplé.

──No me lo estoy inventando. Es la verdad. Durante todo este tiempo han estado juntas, Tzuyu.

Tzuyu asintió y tomó otro trago de su bebida.

──¿Y cómo sabes eso?

──Creo que te has dado cuenta que he estado ausente, ¿Verdad?

Tzuyu asintió.

──Estaba buscando una forma de demostrarte que Sana no es quién tú crees. Y en una de esas veces visité el club donde ella baila. Y fui informada que estaba con una mujer, inmediatamente pensé que eras tú por supuesto.── Respiré profundo y continué.── Pero no, vi a Jung Eunbi ahí, y por pura curiosidad empecé a hablar con ella. Y distraídamente me dijo que estaba conquistando a la mejor bailarina del lugar.

La expresión de la cara de Tzuyu que antes sonreía con humor, ahora era seria. Me miró prestándome atención a fondo a lo que estaba diciendo.

──Hay muchas bailarinas en ese lugar, Lalisa. Y no solo Sana.

──Las dos sabemos que la mejor de ahí es Susan Kim. Y fue justo ese nombre el que dijo ella. Tan pronto como lo escuché, curioseé información para ayudarte. Pero no encontré mucho.── Dije tristemente.── Hasta principios de esta semana me encontré con Eunbi por casualidad, tomamos un café y me dijo que por fin lo había conseguido. Susan haría un espectáculo privado para ella, esta noche.

──¿Y te lo creíste? ¡Eunbi está mintiendo!

──Por supuesto que me la creí.

──¡Ésa mujer está mintiendo, por Dios!── Tzuyu exclamó preocupada.

──Ella no tiene ninguna razón para mentir. Ahora Dana, veo que tiene muchas, ¿Verdad?

──Ella no me engaña.──Su tono de voz salió rasposo y enfadado.

──Sí que miente, y está mintiendo ahora.

──¡No lo está, deja de intentar envenenarme en contra de ella! No volveré contigo.

──No, sólo quiero abrirte los ojos para que dejes a ésa mujer que te engaña. No me puedo creer que no lo veas. ¿De verdad aceptarás que te sigue engañando con tu peor enemiga? Porque si recuerdo bien, Eunbi siempre quiso quitarte todo lo que era tuyo. Y con Susan no será distinto.

Tzuyu cerró sus ojos y se levantó rápidamente. Sacudió su cabeza varias veces mientras caminaba de un lado al otro. ¡Bingo! Estaba funcionando, sonreí mientras vi su expresión confundida. Pero se paró tan pronto como se fijó en mí.

──¡Eso no es verdad, no tengo ninguna razón por la que creerte!

──¿Y tienes razones por las que creer en Sana? ¡Ya mintió la primera vez, no es tan difícil mentir ahora!

──¡Joder! ¡Ella no me está engañando!── Soltó Tzuyu golpeando fuerte sus manos en el escritorio.

Bajé mi cabeza, encogiéndome. Sintiendo todo mi cuerpo temblar. La ira estaba tomando todo su cuerpo, sus ojos.

──Estoy aquí como amiga, Tzuyu, si quieres podemos comprobarlo. Llama a Sana, pregúntala donde está y a qué hora vuelve.

──Confío en ella, no necesito hacer eso.

──No deberías creer a una sucia mentirosa.

──¡Lávate la boca para hablar de mi mujer, no te voy a dar el derecho!── Tzuyu gritó.

Era evidente como ella se estaba descontrolando. Como si toda esa información había afectado sus pensamientos, y era precisamente así como la quería. Una Tzuyu posesiva y descontrolada.

──¡Vete de aquí!

──No voy a irme.

──¡Vete ahora!

──¡Por Dios, llámala! ¡Hazlo, y créeme! Estoy siendo sincera.

──Voy a llamarla para demostrarte que estás equivocada.── Habló rápidamente, cogiendo su móvil de su mesa.

Sus movimientos eran rápidos y agresivos. Tzuyu marcó su número la primera vez, pero aparentemente no lo cogió. Intercambié una mirada con ella quien sacudió la cabeza intentándolo otra vez.

──¡Hola, SaTang!── Dijo soltando una profunda bocanada de aire.

¡Mierda, Mierda! Esa zorra había respondido.

──Te estoy llamando para saber dónde estás, pensé sobre salir nosotras dos ahora.

Tzuyu estaba callada, probablemente escuchando lo que la mujer estaba diciendo. Juro que estaba sintiendo mi corazón correr, ese era un momento crucial para que todo saliese bien. Suspiré profundo, intentando controlar toda la emoción que se apoderó de mí.

──Sí, entiendo. Está bien.── Ella me miró.── Hablaremos mañana entonces, Sana. Te amo.

¡Bingo!

Tzuyu bajó su cabeza y miró al suelo. Su rostro estaba serio, confuso. Estaba en silencio, sólo mirándola.

──Dijo que no puede, que está con su hermana pequeña, que su madre la dejó con ella por sorpresa.── Ella dijo lentamente, como si estuviera forzada de aceptar lo que pasó.

──Te está mintiendo, ¿Lo sabes, verdad?

Tzuyu no dijo nada, caminó hacia el gran ventanal de su oficina, viendo la tormenta que caía fuera. Desbloqueé mi móvil, viendo el texto de Taeyeon:

< Taeyeon: en media hora Susan empezará su baile, date prisa. >

Mierda, tenía que ser más insistente. Me levanté del sillón y me acerqué a ella.

──Tzuyu...

──No me toques.── Soltó.

──Sé que es difícil, pero lo tienes que saber.

──No dije que te creía, Lisa. Siempre has odiado a Sana, tienes todos los motivos para estar mintiendo.

──¡Pero no lo estoy! Quiero tu bienestar, y no literalmente detrás de esa puta. ¡Maldita sea! ¡¿No lo puedes ver?! Estoy aquí ayudándote después de toda la humillación que me hiciste! ¿Y todavía sigues siendo desagradecida? ¡Por una pequeña mujer que solo quiere tu dinero! Despierta, Tzuyu, Sana es una puta que duerme con quien la ofrece dinero.

Tzuyu me fulminó con la mirada, soltando un suspiro de aire profundo. Di un paso atrás cuando cogió mi brazo fuerte, causándome un poco de dolor.

──No hables de Sana así, o no responderé por mí misma.── Sus palabras fueron agresivas y bruscas.── No tienes la autoridad de llamarla así, y debes pensar muy bien antes que digas algo más aquí.── Sus ojos eran diabólicos, furiosos. Tzuyu apretó mi brazo más fuerte, haciéndome quejar de dolor.

──Estás ciega de amor, Dios. ¡Mira esta situación! Si quieres que te de una prueba concreta, ven conmigo.── Hablé soltando mi brazo.

──¿A dónde? ¡No voy a ir a ningún lado!

──¡Al club, Tzuyu! Verás a tu amada bailar para la mujer que odias tanto.

Estuvimos por unos minutos mirándonos. Tzuyu luchaba en una batalla entre creerlo o no. Que confieso que me daba miedo, pero sabía que al final yo ganaría. El instinto posesivo de Chou hablaba más alto, como siempre lo hacía.

──Está bien, iré. Pero si no es verdad, acabaré contigo.

──Me agradecerás por todo esto al final de todo, Tzuyu, y estaré aquí como siempre para ayudarte. Pero si ninguna de estas cosas que te estoy diciendo fuera cierta, desapareceré de tu vida para siempre.

Ella sacudió su cabeza y cogió su bolso saliendo por la puerta.

Eunbi POV

Las pocas luces me hacían difícil caminar por el pasillo hacia la habitación privada de Imperium. Esa noche el club estaba con poco movimiento, puede que por la ausencia de Susan en el escenario principal. Muchos empresarios estaban dispersados por ahí, siendo rodeados por hermosas mujeres con poca lencería. Todas muy preparadas para algo más, por lo que sabía de los cotilleos, muchas de las bailarinas de Imperium también eran prostitutas. Importaban donde las más deseadas no encajaban. Susan Kim mantenía la fama de la "Intocable", sólo quería saber hasta cuándo.

──¡Señorita Jung!──Taeyeon agitó el brazo desde atrás.

Saqué una gran sonrisa y me acerqué.

──Hola, Taeyeon.

──Me alegro que hayas llegado, te estaba esperando.

──No podía olvidarme de este momento tan importante, ¿Verdad?

──¡Por supuesto!── Agarró mi brazo lentamente. Te llevaré a la sala privada. Hemos reservado la mejor del club, creo que este momento se lo merece.

──¡Claro que se lo merece, algo histórico!── Dije emocionada.

──Seguro que lo será.── Ella me dijo fijándose en mis ojos.

Caminamos rápidamente por los pasillos de Imperium, donde había varias habitaciones. Taeyeon me señaló donde se encontraba la mía. Asentí brevemente y entré en la sala. El lugar tenía poca luz como el resto del club, pero desde la puerta podía ver el pequeño escenario que había. En el centro estaba la barra, y en el suelo algunos gajos de luces para indicar los limites que la bailarina podía pisar. Alrededor de la sala, en una esquina un sofá aparentemente cómodo y en el centro una silla con una mesa al lado. Un pequeño bar donde me acerqué rápidamente, vertiendo una copa de champán. Cogí la botella cara situada en un cubo con hielos y la puse en la mesa, sentándome en la silla cómoda de al lado. Admití que todo aquello me estaba dejando en pura euforia, seguro que esa noche sería emocionante.

Bebí una gran cantidad de champán cuando las luces empezaron a moverse, tomé un intenso suspiro mirando al escenario que todavía estaba completamente oscuro. Los altavoces empezaron a funcionar que significaba que la canción iba a comenzar. Me acomodé en la silla, vertiendo más champán en mi copa. Cuando las luces pararon en el cuerpo de la mujer sobre el escenario, la música comenzó.

Susan Kim movió su cuerpo lentamente de un lado al otro en el lento comienzo de la canción que se escuchaba detrás. Se dio la vuelta, dando unos pasos hacia delante hasta llegar a la barra de acero que la sostuvo lentamente. Siguiendo con su espalda hacía mí. La música llegó a un ritmo fuerte y sensual, dándole ímpetu a la manera en cómo sus caderas se movían. Dios, ella era increíblemente sexy. La morena llevaba el pelo extremadamente ondulado, en su cara una máscara negra para tapar su identidad que ya no era un secreto para mí. ¿Cuándo se había convertido tan jodidamente sexy? Lo pensé mientras la veía balancearse de forma sensual contra la barra de acero en el centro del escenario. Sana ahora era la dueña de un cuerpo definido, y lleno de perfectas y sinuosas curvas.

Tragué con dificultad para luego darle un sorbo de mi bebida. Susan se giró al frente mientras bailaba, recorriendo sus manos por todo su cuerpo. Ella en ningún momento me miró. Pero a diferencia de ella, los míos estaban pegados al cuerpo de la japonesa. Ella era realmente un espectáculo de hipnosis, todo alrededor de ella se hacía sinónimo de deseo y lujuria. Tenía todas las armas para desarmar a cualquier humano haciendo caer en deseo. Sus dos manos alcanzaron la barra de acero, y con fuerza suspendió su cuerpo, y para mi sorpresa parecía que eso le era fácil de hacer. Susan tenía la mejor práctica con la barra, su cuerpo se movió con la delicadeza de un felino astuto. Sacudí mi cabeza, viendo a la morena desconectar sus manos de la barra y empezar a recorrer su cuerpo lentamente.

Sus expresiones eran provocativas y sensuales, se entregó completamente de una manera inexplicable. Como si en ese momento la dulce Sana se extinguía de ese cuerpo, dejando solo a la imponente Susan. Ahora entendía el porqué de los actos posesivos de Tzuyu, la stripper hacía enloquecer incluso a la persona más centrada y fuerte. Con el movimiento sensual de su cuerpo, provocaba todos tus sentidos, dejándote en el borde de un acantilado llamado deseo, codicia.

Con más certeza esas habilidades estaban hechas por demonios, porque todo en ella te lanzaba en un pecado carnal. Susan se bajó de la barra y balanceó sus caderas. Subiendo y bajando el gran volumen de su culo. Por Dios, ¿Podría decir que me estaba poniendo viendo eso? Su cuerpo se frotaba lentamente con contra la barra de acero, mientras el juego de luces estaba a cámara lenta. Literalmente me sentía en otro mundo, Susan llevó sus dos manos a su cabello y balanceó sus caderas hacía mí. Su boca estaba medio abierta dejando su expresión casi placentera, una de sus manos pasó por la tela de su pequeña blusa que comenzó a quitarse.

La japonesa se quitó la tela de su cuerpo tirándola, y caminó hacia la pequeña pista, cerca de mí. Esa fue la primera vez que nuestros ojos conectaron, Susan tenía un aire prepotente y arrogante. La stripper se arrodilló, y me miró para luego quitarse la segunda parte de su traje. Joder, estaba buenísima. Estaba prácticamente a cuatro patas, moviendo su cuerpo de manera sensual.

No, no, no.

Estaba en un tipo de burbuja en ese momento. La música fuerte, el juego de luces, la bebida y la mujer delante de mí a la vez me hacían olvidar todo, pero como todo no podía ser perfecto, alguien tenía que fastidiar todo eso.

Fue cuando sentí un movimiento detrás de mí y cuando me giré Tzuyu caminó hacía nosotras como un huracán.

──¡¿Estás disfrutando jugando con tu hermana pequeña, puta?!

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