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43

Sana POV

Sentí una brisa fresca recorrer mi cuerpo, apreté mis ojos mientras deslizaba mi mano sobre la cama en busca de una sábana, o mejor, del cuerpo de Tzuyu para calentarme. Pero el intento fue lamentablemente un fracaso. Con cierta dificultad abrí los ojos, mirando la cama vacía. ¿Dónde estaba Tzuyu? Me tapé con la sábana para protegerme del frio, después de todo yo aún estaba desnuda debido a los acontecimientos anteriores. Cuando vi a Tzuyu en el balcón, inclinada sobre el barandal.

Entrecerré los ojos en su dirección, y me di cuenta que Tzuyu estaba sumergida en sus pensamientos. Volteó su cara y dejo escapar una bocanada de aire, dejando el humor salir. Estaba fumando, odiaba el hecho de que ella fumara. Solo lo hace cuando esta tensa o enojada. Me senté en la cama sintiendo mi cuerpo un poco adolorido, en concreto donde Tzuyu se centró más aquella noche. Pero no me molestaba todo había sido increíblemente maravilloso, nuestra vuelta de la huelga fue en grande y agradable.

Coloqué mis piernas fuera de la cama, dejando que solo las puntas de mis pies toquen el frío suelo. Un escalofrió recorrió mi espalda, pero me levanté. Me envolví en la sábana blanca y camine en dirección de mi mujer. Tenía que confesar, que Tzuyu estaba jodidamente sexy aquella noche. Su cabello estaba levemente despeinado, cayendo como una cascada hermosa por su espalda. Ella solo llevaba un baby doll azul oscuro, tan corto que podría ver su trasero. No sabía qué hora era, pero el cielo aún estaba oscuro y la noche estaba muy fría. Caminé con pasos muy lentos que Tzuyu ni percibió mi presencia, hasta que abrace su cuerpo. Tzuyu estaba de pie en el mismo lugar, respirando profundo. Le di un pequeño beso en su hombro, donde después apoyen mi barbilla.

──¿Insomnio?

──Sí, y demasiados problemas en mi cabeza.── Dijo de forma seria.

Suspiré y apreté más mi brazo, dejando que mi mano deslizara por su abdomen plano, en una suave caricia. Podía escuchar nuestras respiraciones débiles con el silencio que hacia allí.

──Relájate, bebé, todo va a estar bien.

Tzuyu no respondió, se quedó en su lugar. Parecía enojada y distante. Solté su cuerpo y se volteo hacia mí. Sintiendo un escalofrió por todo mi cuerpo al mirar sus ojos que se mostraban fríos y enojados.

──¿Que está pasando mi amor?

Pregunté cogiendo su rostro con mis dos manos. Tzuyu desvió su mirada, y negó con la cabeza.

──Nada.

──¿Cómo nada Tzuyu? estás extraña.

Ella no respondió solo me miró.

──Ven a la cama conmigo, te hago mimos mientras tratas de dormir.── Dije tratando de darle unas suaves caricias a su cara, pero ella desvió su cara de mí.──¿Tzuyu, me puedes decir cuál es el problema?── Pregunté mientras la tenía pegada a mi cuerpo.

Ella me miró de frente, con una mirada tan fría que tenía miedo.

──¿Desde cuándo me estás engañando?

──¿Qué?

Dije rápidamente sin entender la pregunta. Mi cerebro tardo algunos segundos para que realmente crea que ella estaba preguntándome eso. ¿Engañando? ¡Oh por dios!

──¡Eso que escuchaste Susan! ¿Me crees que soy una imbécil?

──¡Tzuyu, mi Dios! ¿De dónde sacaste eso?── Pregunté con calma.

──No importa. ¿Creíste que yo no lo iba a descubrir?

Ella habla pausadamente, enmascarando la ira que sabía que estaba sintiendo.

──¿Descubrir qué? Yo no hice nada.

La mujer dejó escapar una risa sarcástica, y se dirigió hacia el otro lado en un silencio angustioso. Todavía estaba un poco perdida, no tenía ni idea de donde saco esa acusación y en la forma en que lo dijo me dejo sin reacción, ella estaba irreconocible. Tomé una respiración profunda, tratando de comprender. Y por impulso me acerqué a ella.

──Mi amor, cálmate ¿sí? Lo que dijiste no tiene sentido.

──¡No me toques!──Gritó haciendo que me asustara.

── Amor escúchame. No hice nada, yo nunca te eh engañado.── Intentando explicarle en voz baja.

──¡Sé que me engañaste! Oh Dios mío.

──¡No sabes nada porque yo no hice nada!

──¿Tienes placer al engañarme?

──¡N-no, yo no te estoy engañando!

Estaba nerviosa, Tartamudeé tratando de explicarle todo este mal entendido. Nunca había engañado a Tzuyu, ni siquiera pensaba en esa hipótesis. Quería al menos comprender, de explicarle. Sin embargo en el estado que ella se encontraba no me lo permitió.

──¡No me mientas! ¡Tu trayectoria ha sido sucia conmigo!

──Juro que después de que descubriste lo de Susan yo no te he mentido.

──¡Ah! ¡¿No?!

Ella dejó escapar una risa malévola, llena de sarcasmo. Dios mío, ¿qué paso?

Tzuyu llegó a intimidarme, me hizo retroceder unos pasos hasta que mi espalda chocó contra el barandal.

──¿Crees que no vi a Eunbi en Imperium ese día? ¿Crees que no sé qué ella fue a tu camerino?

En esa fracción de segundo todo mi cuerpo se congeló. Creo que toda la sangre de mi rostro desaparición, yo debía de estar pálida. Solo bajé la cabeza y tomé una respiración profunda, tratando de juntar fuerzas.

──¡Me mentiste otra vez! ¿No era suficiente con la primera?

──Tzuyu...── Intenté explicarle, pero ella me golpeó con las palabras.

──¡No soporto que me mientan! ¡Y por lo visto lo adoras! ¿Estás teniendo una aventura con ella?

Negué con la cabeza, intentando buscar las palabras correctas.

──Yo no tengo, nada con ella bebé. Por favor.

Sentía que mis ojos se llenaban de lágrimas, maldición. Le había mentido a Tzuyu, no debí haber ocultado la presencia de Eunbi en Imperium, pero nunca me involucré con ella. Nunca la engañé. Pero parecía que no tenía fuerzas en aquel momento para explicarle, Tzuyu estaba tan furiosa que me hizo tenerle miedo.

──¿Cómo quieres que te crea? Tú siempre mientes.

──Yo simplemente no quiero arruinar nada entre nosotras, ni siquiera he hablado con ella lo juro. Mi dios, era la primera vez que la vi allí.

──Eres demasiado astuta. ¿Crees que voy a creer eso?

Podía ver las venas del cuello de Tzuyu marcarse, Las palabras salían rudas y cortantes de sus labios.

──Necesitas creerme, yo no te engañé.

──Te quiero lejos de mí.── Dijo, tirando el aire de sus pulmones para luego continuar hablando.── Lejos de mi empresa ¿Entendido? No te quiero más en mi vida Sana.

──No lo hagas.

──¡Tú eres la única que lo hiciste! ¡Mentirosa, falsa!

Tzuyu habló con rabia, apartándose de mí rápidamente. Sin embargo, agarré su brazo, haciendo que se quedara.

──¡Para, por favor... escúchame! ──Dije con los ojos llorosos.

──¡Suéltame! ¡Largo de mi vida! ──Gritó.

Oh no, no. Dios mío, esto no puede estar pasando. Empecé a llorar, ese llanto estaba cargado de miedo, pero era miedo de lo que sería yo sin ella. Sentí que mi cuerpo se debilitaba, me apoyé en la pared sentándome en el suelo. Cerré los ojos con fuerza, y cuando los abrí vi la luz del techo y los ojos de Tzuyu sobre mí.

──¿SaTang? ¿Qué paso mi amor?── Preguntó un poco preocupada.

Una pesadilla, era una maldita pesadilla. Cerré los ojos otra vez, sintiendo mi respiración entrecortada.

Tzuyu estaba a mi lado, mirándome con ese par de ojos marrones y brillantes. Muy diferente a la Tzuyu de mí sueño.

──Tuve una pesadilla.──Le susurré.

──Está bien, ya pasó ¿sí?

Ella habló de forma preocupada, mirándome atenta. Despacio, ella deslizó un pulgar sobre mi rostro era una caricia cariñosa y reconfortante. Suspiré, y cerré mis ojos intentando aprovechar al máximo de aquel instante.

──Ven aquí conmigo SaTang, voy a cuidar de ti.

Sonríe viendo que ella se acostaba a mi lado nuevamente, haciéndome una señal para que yo me aproximara. Y así lo hice, me acerqué a ella, quedando parcialmente sobre su cuerpo. Tzuyu comenzó a acariciar mi cabello con calma, tal vez esperando que diga algo.

── Tú estabas demasiado molesta en el sueño.──Susurré.

── ¿Y porque estaba enojada, mi amor?

──Me acusaste de haberte engañado, fue horrible. Trate de explicarte, pero no me escuchabas.

Tzuyu suspiró y continúo con sus caricias.

──No va a suceder eso SaTang, confió en ti.──Dijo en voz baja.

Levanté mi cabeza, para mirarla a sus ojos que me transmitían confianza. Apoyé mi barbilla sobre su pecho y sonríe.

──¿En serio?

── Enserio mi amor. Confió en ti, y en tu carácter. Sé que no serias capaz de engañarme.

──¿Eso me deja tan aliviada, sabías? Yo sé que te escondí cosas, pero tú ahora sabes todo.

Tzuyu sonrió y se inclinó para besar mis labios.

──Quédate tranquila ¿sí? Yo te amo Sana, no quiero que tengas miedo de mí. Yo sé que soy un poco celosa.

Fruncí el ceño por su "poco" y se rió.

──Estaba bien, soy muy celosa. Pero yo no soy mala, yo nunca te haría algo a ti.

──Lo se Tzuyu, Tú eres diferente. Y es por eso que Te amo.

Tzuyu arqueó una ceja y me tiró en la cama, quedando encima de mí. Solté una risa baja, cuando abrí los ojos sentí mi corazón desfallecer. Oh Dios, ella era la mujer más linda que he visto en toda mi vida. Tzuyu estaba prácticamente sentada sobre mí, completamente desnuda, mostrando sus pechos, mostrando sus pezones. Quité los ojos de ellos, y para ver su amplia sonrisa perfecta. ¿Pueden entender cómo la sonrisa de ella me hacía perder el rumbo de la vida? Tzuyu delicadamente deslizó la punta de la lengua sobre su labio inferior, provocando algo en mi cuerpo. Me quedé mirando sus ojos marrones tan intensos y suspiré.

──¿Me amas?── Preguntó desafiante, moviendo la cabeza a punto de hacer su cabello a un lado. Maldición, ella era tan atractiva.

──¡Sí, te amo mucho! ¿Y tú me amas?

Tzuyu estaba totalmente recta, colocando su mano sobre su barbilla como si lo estuviera pensando.

──Déjame pensar.

──¡Idiota!── Gruñí sentándome en la cama, con ella sentada en mi regazo. Tzuyu dejó escapar una risa divertida, y al instante llevé una mano a su cuello, tirando de su rosto para un intenso beso. Nos detuvimos ya que ella me tiró de nuevo en la cama. Sus manos agarraron mis muñecas y las puso encima de mi cabeza con cierta fuerza. Tomé una respiración profunda y sus ojos que estaban medio cerrados debido a su amplia sonrisa.

──No maldigas Sana, ya te dije lo que causa en mí.

──Entonces. ¿Me amas?

Se mordió el labio, y poco a poco se inclinó para depositar un pequeño beso en mis labios.

──Te amo Minatozaki Sana.

Habló rosando sus labios con los míos, sonreí de solo escuchar esas simples palabras.

Tzuyu a su vez deslizó sus labios por mi cuello, donde trato de lamer lentamente haciéndome jadear.

──Amo tu piel.──Me susurró al oído.──Amo tu olor.── Luego respiro fuerte.──Amo cada detalle de ti.

──¿En serio?

── ¡En serio! No sé cuándo sucedió, pero estoy completamente enamorada de ti. Echo de menos cada vez que no estamos cerca, cuando no puedo ver tu sonrisa, y no poder tocar tu cuerpo.

Mi corazón latía frenéticamente con cada palabra que salía de su boca. Tzuyu distribuía besos por mi cuello, por mis hombros, para luego parar sobre mis senos.

──Ellos son lindos.── Tzuyu dijo mientras los masajeaba, sentí una punzada en el vientre.

──Son pequeños Tzuyu...

──Me gustan así, son perfectos.── Soltó en un tono malicioso, apretando sus dedos sobre mi pezón rígido. Se pasó algunos segundos mirándolos y yo los de ella. Estaba cansada y adolorida, pero el deseo de tener a Tzuyu fue devastador.

──Te dejaré descansar, te di duro.

La mujer habló en voz baja acostándose sobre mi cuerpo.

──¿Y si yo no quiero descansar?

Tzuyu tenía su cabeza apoyada en mi pecho, y levantó su mirada teniendo sus ojos entrecerrados en mi dirección. Yo solo me mordí el labio inferior, y ella sonrió maliciosa.

──Y después dices que yo soy una ninfómana.

Tzuyu habló con una sonrisa traviesa, subiendo su cuerpo para encajar con el mío. Aquella madrugada sería demasiado larga para las dos.

Y realmente lo fue, desperté aquella mañana con el cuerpo adolorido y cansado. Lo que menos hicimos aquella noche fue dormir.

Me senté en la cama lentamente observando a Tzuyu, se enrolló con la sábana. Ella tenía una expresión serena y feliz. Sonreí y deposité un beso en su frente, pero ella ni siquiera se movió. Cogí mi teléfono que estaba en la mesita de noche al lado de la cama para ver todas mis tareas del día. A pesar de tener una relación con Tzuyu, yo aún era su secretaria y cuidaba de sus deberes y de su vida profesional. Suspiré pesado al ver la lista enorme que tenía, pero todo eso era demasiado fácil para mí.

Pensé en despertar a Tzuyu, pero estaría toda la mañana quejándose de que estaba cansada y realmente estaría cansada. Yo había acabado con toda su energía la noche anterior. De un salto me levante de la cama completamente desnuda, caminando hacia el baño, necesitaba ropa y un baño.

Me recogí el cabello en un moño, mientras que esperaba que la bañera se llenara. Al pasar enfrente del enorme espejo pude notar algo diferente en mí. Me acerqué lentamente, con los ojos abiertos mirando las marcas en mi cuerpo.

──¡Oh Dios mío!── Dije con miedo mirando la marca roja casi purpura que tenía en mi cuello.

Aquella maldita mujer me había chupado con fuerza. Analicé de cerca tocando donde estaba más oscuro. Maldición, me quedé observado más de dos minutos toda la parte de frente de mi cuerpo cuando me di la vuelta y tuve otro susto.

VOY. A. MATAR. A. ESA. ¡PERRA!

En la parte inferior había grandes marcas, eran marcas jodidamente violentas, y la marca de una evidente mordida. No podría ir a la playa por una temporada. Oh dios, ¿cómo bailaría con aquello?

Mire del otro lado, y las marcas eran más débiles.

Esto no tendría remedio.

Eunbi POV

Giré unas tres veces aquella cuchara dentro del café caliente, viendo el humo desvanecerse. Yo estaba exhausta aquella mañana, tras la maldita salida con mis amigos y beber mucho. Estar en casa siempre era maravilloso, recordar los viejos tiempos nunca era suficiente. Lo que realmente me molestaba era el fuerte dolor de cabeza y mi ego herido.

Más de una vez Chou Tzuyu me había dado en el frente, que hija de puta. Masajee mi sien lentamente cuando noté que alguien se sentaba en frente de mí.

──Buen día flor de día.

Jeongyeon dijo, sonriendo cínicamente.

──¿De verdad crees que es un buen día?

La castaña sonrió, cogiendo una de las fresas de mi plato para luego morderla.

──Tienes una cara pésima Eunbi, es por el efecto del alcohol.

──He dormido muy poco Jeongyeon, aquella rubia era insaciable.── Murmuré agotada.

La mujer dejo escapar una risa alta, pero trató de controlarla cuando llamó la atención de la gente. Yoo Jeongyeon era mi amiga, y directora del sector Issartel Enterprise. Nos conocimos hace cinco años en los clubs de Europa en el tiempo perdido y feliz de mi vida.

──¿No lo puedes manejar Jung?

──¿Qué? No es eso, simplemente no estaba de humor para el sexo.

──Yo creía que estabas de humor, pero viendo esa cara veo que no.

──¡Nada puede cambiar eso Jeongyeon! ¡Tzuyu, una vez más salió de frente!

Dije enojada. Jeongyeon me miró con calma mientras bebía su café.

──No sé cuál es tu problema con Tzuyu, ella es una persona maravillosa.

Rodé los ojos irritada y resoplé.

──¿Estás empezando a defender a tu pequeña amiga?

──Simplemente no veo ninguna razón para esta disputa.

──Creo que es demasiado pretenciosa, anda con la nariz en alto pensando que es la dueña del mundo.

──Debe ser la propietaria de una parte de él.──Se burló.

── Jodete.──Maldije y ella abrió los ojos fingiendo estar ofendida.

──No empieces a maldecir, ¿de acuerdo? Me acabo de regresar del Reino Unido gracias a ti, no me hagas lamentarlo.

──Lo siento, no lo haré. Estoy feliz de que hayas vuelto, tu lugar está aquí, Jeong.

Dije de una manera tranquila mirando a la mujer que analizaba la gente que estaba en el restaurante. Estábamos en uno de los hoteles más caros de Nueva York, el hotel estaba bastante cerca de la ubicación de la entrega de premios de la noche anterior.

──No lo sé, es un poco raro estar de vuelta aquí.

──No lo creo, me gusta tenerte de vuelta. Volveremos a Seúl mañana. ¿Estás preparada para ver a tu familia y viejos amigos?

──¡Por supuesto! ¡Los he extrañado a todos a morir!── Dijo emocionada.

──¿Todos? ¿Incluso a tu ex?── Pregunté de una manera persistente, por lo que Jeongyeon me fulminó con sus ojos castaños.

──Ya te dije que no quiero hablar de Nayeon.

──Ella y Todopoderosa están juntas todo el tiempo, al menos eso es lo que he oído.

──Puedo incluso encontrarme con Tzuyu, pero no con Nayeon.

──Todavía pienso que ese enfado con ella es amor.

──Eunbi, por favor. Yo ya no tengo sentimientos por esa mujer.

Jeongyeon habló rápidamente en un tono exaltado, dejando al descubierto su nerviosismo sobre el tema. Yo solo le sonreí y me encogí de hombros, fingiendo creer sus palabras resentidas. Cuando conocí a Jeongyeon, estaba en una marea de tristeza por tener que mudarse a Europa, a petición de sus padres. Había dejado a su familia y amigos atrás, y a su casi ex novia. En un principio estaba en un llanto sin fin, pero le hice ver que podía ser feliz sin nadie. Y ella rápidamente siguió mi consejo, y ahora ella estaba completa. Como ella dice "quién está a cargo ahora soy yo". Pero yo estaba segura de que en el fondo esa era una máscara, Yoo Jeongyeon todavía le gustaba, su perdición llamada Im Nayeon.

──¡Está bien, cálmate, no te exaltes! ──Dije riendo.

──Eres un idiota.

──¡Tú me amas así, Jeong!

──¿Quién te lo dijo? No estoy obligada a soportar tu mal humor por haber perdido contra Tzuyu en la entrega de premios, ni tus pequeños chistes sin sentido del humor.

──Por supuesto que sí. Eres mi mejor amiga.

──Está bien, mejor amiga, levanta tu trasero de ahí y vamos. Quiero hacer algunas compras antes de volver a Seúl.

Refunfuñé durante unos minutos todavía sentada. Tzuyu se puso de pie, mirándome con una cara como si estuviera diciendo "Vamos, estoy esperando". Suspiré con cansancio y sin el más mínimo sentido del humor me levanté. Ella extendió la mano hacia mí tomándola, caminé a su lado hacia el vestíbulo del hotel. En el camino me di cuenta de un movimiento fuerte, una mujer con un cuerpo bien modelado y familiar hablaba por teléfono en un tono agresivo.

──Sí, espera ahí, no hagas nada sin comunicármelo primero a mí. Bien. Déjamelo a mí.── Su tono de voz dulce me hizo parar, sabía muy bien quién era ella.

──¿Qué pasó?──Jeongyeon preguntó mirándome.

Sonreí.

──Minatozaki Sana es lo que pasó.

──Oh Dios, Eunbi, para. Deja a la chica en paz.

──No estoy haciendo nada todavía.

── Tú sólo quieres molestar porque sabes que ella está con Tzuyu.──Jeongyeon dijo mirándome.

──¿Has visto lo caliente que es? Nunca he visto a una mujer con un culo como ese.

Jeong me miró, y luego miró a Sana que estaba parcialmente reclinada sobre el mostrador firmando unos papeles.

──Cierto, aquello de ahí no es fácil de encontrar. ──Se encogió de hombros haciéndome reír.

──Exactamente. Ahora voy a hacer mi trabajo.

Crucé el vestíbulo en grandes pasos hasta que me acerque a la japonesa de mi pasado, parecía muy concentrada en todos esos papeles. Probablemente estaba resolviendo las cosas de la estancia de Tzuyu aquí.

──Está Bien, ¿todo está listo entonces?

──Sí, señora.

──Mande un desayuno completo para la señorita Chou en la suite principal, por favor.

Sana dijo antes de darse la vuelta y toparse de frente conmigo.

─Oh, l-lo siento.

Tan pronto como Sana puso sus ojos en mí, todo el color desapareció de su rostro. La japonesa se puso pálida, con los ojos muy abiertos.

──Parece que viste un fantasma.──Hablé en tono de broma.

Sonrió con torpeza y dio un paso atrás.

──No sabía que estabas aquí, Sana, yo no te vi en la entrega de premios de ayer.

──Sí, yo... ──ella tomó una respiración profunda.── tenía compromisos en Industrias Chou.

──Ah, es una lástima, me hubiera gustado tenerte allí.

──Pero vi todo en la televisión.

──No es lo mismo que estar cerca.──Dije con calma mirándola a los ojos.

Sana miró hacia otro lado, enfocándose hacia el ascensor y luego a mí de nuevo.

──Bueno, tengo muchas cosas que resolver, así que nos vemos otro día.── Dijo yéndose a toda prisa, pero la sostuve.

──Detente, parece que huyes de mí como el diablo huye de la cruz. Quiero hablar contigo, Sana.

Ella suspiró pesadamente y se me quedó mirando.

──Eunbi, no quiero problemas con Tzuyu. Así que, por favor, entiende.

── ¿Tzuyu es celosa?── Pregunté sonriendo.

──¿Tú qué crees?

──Creo que hay mejores cosas en esta vida, Sana.

──Amo a Tzuyu, y ella es lo mejor para mí.

──Todo puede cambiar. Así que venga, vamos a hablar un poco.

Tzuyu POV

Me estiré lentamente, sintiendo algunos crujidos de mis articulaciones. Oh Dios, estaba simplemente agotada. Abrí los ojos lentamente sintiendo la luz tenue molestándome. Sana había cerrado todas las persianas para que el sol no me despertara temprano, y al parecer le había funcionado, puesto que ya casi eran las 10:30am.

──Oh Dios, me quedé dormida.

Me senté en la cama, en busca de cualquier señal de Sana en el dormitorio, pero todo estaba en silencio puro. Miré a ambos lados, cuando me di cuenta de una pequeña nota:

"Voy a ser buena y te dejare dormir, te cansé mucho esta noche. Cuando despiertes toma un baño largo y caliente para relajarte, voy a enviar tu desayuno a la habitación. Te amo.

Psdt: Estoy resolviendo todo, no te preocupes".

Sonreí tan pronto como terminé de leer. Sana siempre estaba un paso adelante, ni siquiera al tener una relación conmigo deja a un lado su faceta profesional, algunas veces me molestaba. Como ahora, sería mucho mejor que despertar al lado de mi mujer, pero estaba demasiado ocupada trabajando.

Me levanté de la cama sintiendo un escalofrío a través de mi cuerpo tan pronto como mis pies tocaron el suelo. Caminaba a toda prisa al baño donde hice toda mi higiene matutina. Después de algunos minutos de relajación en la bañera de hidromasaje, terminé de tomar mi baño agarrando la toalla de la cómoda al lado. Seque mi cuerpo poco a poco, para después dar atención a mi pelo. Tan pronto como estuvo relativamente seco, abrí los ojos hacia el espejo y vi una marca roja en mi costilla. Me acerqué un poco más al espejo y di la vuelta para mirar a mi espalda.

Mierda.

Sonreí al ver a los arañazos en la espalda, y no eran pocos. Pero ellos eran de tipo agradable a la vista, eran sólo una prueba concreta de que mi mujer estaba muy satisfecha con lo que hicimos. Sonreí al recordar el momento exacto en que ella había hecho eso.

Maldita japonesa del infierno.

Tomé el último sorbo de café caliente, agarrando la pequeña servilleta de color marfil para limpiarme las esquinas de la boca. Miré el reloj, viendo que ya era demasiado tarde. Me levanté de la mesa en dirección al baño, me retoqué el lápiz labial rojo que estaba usando esa mañana. Y luego, agarré mi bolsa para salir de la habitación, en este momento Sana ya había resuelto todo con mi estancia en ese lugar. Tenía plena confianza en ella, ella se encargó de incluso mis facturas y mis tarjetas de crédito.

Me dio una última mirada alrededor, comprobando que no había olvidado nada. Entonces salí de la habitación, y cuando cerré la puerta me encontré con Sana en el pasillo, apoyada en la pared un tanto pensativa.

──¿SaTang?──pregunté.

La mujer se sobresaltó y me miró asustada.

──Hola.

Entrecerré mis ojos en su dirección, y ella se estremeció. Me acerqué lentamente el analizándola.

──¿Está todo bien, bebé?

Ella asintió con una sonrisa débil, casi nula.

──¿Qué estás haciendo aquí de pie? ¿Por qué no entras?

──Yo... ──Comenzó a hablar con calma.── Estaba en una llamada con Jihyo, acabó de colgar.

La miré fijamente durante unos segundos, y ella suspiró. Sana estaba un tanto extraña, su respiración era agitada, y sus ojos estaban temerosos.

──¿Paso algo?

──¿Por qué?

Traje mi mano a la cara, haciendo una ligera caricia sobre su piel tan suave y con olor dulce.

──Estás tensa, Sana, ¿quieres decirme?

Sana se apoyó contra la pared y se mordió los labios, pensativa.

──Nada ha sucedido, bebé, sólo estoy un poco estresada. Todavía tienes que ir a firmar los papeles del registro de salida.

Asentí con la cabeza y besé su frente lentamente

──Está vien, vamos a ir allí ahora, ¿ok?

──Sí, Y luego tenemos que subir a la azotea para ir al helicóptero. Tu jet privado no estuvo listo a tiempo, y les dejé en claro a ellos que lo necesitas hoy.──Sana resopló molesta.

Le sonreí y tiré su cuerpo en un abrazo.

──No te preocupes, vamos a tomar el helicóptero.

──Vamos a tener que cancelar la primera reunión en la empresa a causa de eso.

──Oh Dios, mi mujer está demasiado estresada. ¿Quieres entrar en la suite de nuevo? Prometo hacer que te relajes.

Sana sonrió y se mordió el labio con una mirada desafiante.

──¿Tienes el valor?

Sonreí y pegué su cuerpo otra vez contra la pared atrás de ella.

──Yo tendría valor para hacerlo aquí si me dejas.

Sana suspiró profundamente, tan pronto como mis dos manos se deslizaron dentro de su vestido casual.

──No, para. Tenemos que irnos.──Dijo para salir de mis brazos, me encogí de hombros y la seguí hasta el ascensor.

Mientras que firmé unos papeles Sana estaba caminando de un lado a otro en el teléfono con Daniel, informando todo lo que se debe hablar en la reunión de hoy. Había vuelto muy temprano a Seúl, y con mi retraso debido al jet privado, debía conducir a la reunión. Ella estaba visiblemente alterada y tensa. Y eso me dejaba un tanto agobiada. Sana incluso con la enorme cantidad de tareas siempre mantuvo la calma, y hoy era muy diferente a eso. Tal vez estaba cansada, después de nuestra noche ocupada no había dormido casi nada. Firmé el último documento del hotel, recibiendo una sonrisa de la recepcionista, y luego me uní a la japonesa estresada.

──¿Has terminado?

Asentí.

──Entonces vámonos, señora Chou. El helicóptero está esperando por nosotras.

Delante de todos Sana no se dirigía a mí por mi nombre, y no mantenía ningún tipo de intimidad. Era una relación restringida a trabajar, hasta que estábamos solas, por supuesto. Caminamos hacia el ascensor principal que nos llevaría a la azotea, donde el helicóptero ya estaba esperando por nosotros.

──¿Se van tan pronto?

Me detuve, y me di vuelta. Topando me de cara con la desafortunada presencia de Eunbi.

──Tengo un montón de compromisos.

Eunbi sonrió cínicamente, y se quedó mirando Sana detrás de mí.

──Buenos Días, Sanita.

Su tono de voz indicaba intimidad, hizo que toda la sangre me hierva en el cuerpo. Sana asintió con una sonrisa débil.

──Si nos disculpas tenemos compromisos.── Dije, poniendo mi mano en la cintura de Sana.

──Por supuesto, majestad, el reino necesita a su reina, ¿Estoy en lo cierto?

──Exactamente, tenemos que cuidar que los súbditos no lo invadan creyendo que son reyes.

Si nuestras miradas pudieran tener láseres, Eunbi y yo ya nos habríamos destruido entre sí. Ella se limitó a sonreír, y luego la dejé ahí, llevando a Sana lejos de esa mujer.

El vuelo se estaba realizando en silencio puro, acabábamos de despegar. Sana estaba en un lado y yo en el otro, mantuvo los ojos atentos a los edificios que ahora parecían pequeños para nosotros. Sus ojos estaban un tanto perdidos, y su semblante reflexivo. Puse mi bolsa a un lado, y lentamente me acerque más a ella.

──Estás muy callada.

Sana sonrió tan pronto como le recogí el pelo a un lado y deposité un beso en su cuello.

──Sólo estoy pensando.

Le di otro beso, y deslicé la punta de la nariz por su suave piel, sintiendo su aroma dulce que tenía.

──¿Pensando en qué?

Ella cerró los ojos, y besé de nuevo su cuello. En el mismo instante Sana se estremeció, haciéndome sonreír.

──Acerca de todos estos problemas, me estoy volviendo loca. ──Ella susurró.

──Tienes que mantener la calma, estresándote y poniéndote así no ayudará en nada.

──¿Cómo Tzuyu? Tengo tantas cosas que resolver.

──Estoy aquí para ti, bebé.

Sana miraba fijamente mis ojos y sonrió. La sonrisa de esa mujer me desarmaba por completo, Me preguntaba si era normal estar tan idiota por Minatozaki Sana. Yo ni siquiera me reconozco más, la japonesa con los ojos cafés y calientes habían derribado la barrera de hierro que me protegía. Para Sana, yo era sólo la simple Tzuyu. Por alguna razón, en esta vida, mi ser interior la había elegido para ser mi refugio, mi debilidad. Mi cielo y mi infierno.

──Lo sé, Tzu, lo siento.──Susurró abatida.

Había algo mal con ella, lo sabía. Pero me gustaba esperar a que ella se siente lo suficientemente segura como para decirme.

──No tienes que disculparte. Estoy aquí para ti, ¿de acuerdo?

Ella asintió con la cabeza, y me acercó. Tome sus labios carnosos y suaves en un beso calmado.

En el principio era sólo el contacto de los labios en movimiento, pero no me conforme con sólo eso. Delicadamente me deslicé la punta de la lengua en los labios de Sana, rápidamente entendió mi mensaje, haciendo espacio para profundizar nuestro beso. Suspiré profundamente cuando sentí el tacto de terciopelo de su lengua con la mía, era tan tierno y delicioso que casi gemí. Deslicé mi lengua sobre la de ella lentamente, absorbiendo de manera lenta e intensa. A medida que los minutos pasaban nuestro beso se profundizó más y más, llegando a ser rápido e intenso.

Mi mano se posó en el muslo de Sana, apretando firmemente lo que la hizo gemir en voz baja. Era increíble la necesidad de disponer de ella, de poseerla, la forma en que su cuerpo me hacía perder el control fácilmente. En una sacudida tomé su cuerpo con fuerza, lo que obligó a la mujer ponerse a horcajadas sobre mi regazo. Sana cerró los ojos y suspiró profundamente cuando mi lengua tocó la piel de su cuello.

──¡Tzuyu, Oh mi Dios!

Su voz salió débil y sin aliento. Pero no me importa, incluso, por el contrario. Continué, arañando sus muslos lentamente, haciendo a Sana clavar sus uñas en mi cuello.

──¡Los pilotos, oh mierda! ──Exclamó cuando mordí el punto de su pulso.──Nos van a ver así.

Era más excitante toda esa situación. Sana a horcajadas sobre mi regazo, con su vestido levantado parcialmente. El piloto estaba sentado más adelante de nosotros, pero si se daba la vuelta vería más de lo debido. Sonreí diabólicamente a ella, y me incliné hacia delante, bajando las persianas de cristal que nos separaba. Gracias a Dios que el helicóptero en que estábamos era el más grande que poseía. Estaba dividido en el medio, como si hubiera dos cabinas, una para los pilotos y otra para los pasajeros. Entre los dos sólo había una puerta de seguridad para casos de emergencia.

──Nada de qué preocuparse, señorita Minatozaki.

Sana entrecerró los ojos en mi dirección y sacudió la cabeza.

──Tú eres muy traviesa.

No pude evitar la sonrisa que se escapó de mis labios. Me quedé mirando su boca entreabierta y sin decir absolutamente nada Deslicé mis manos que estaban en sus rodillas, deslizándose sobre la suave piel de sus muslos hasta entrar por debajo del vestido, por fin encontrar el elástico de las bragas finas que llevaba.

──Usted ama cuando estoy así, Sana, acéptalo.

──Qu... e... ──ella habló un poco desconcertada.──¿Qué haces?

──Aproveche la cortesía del vuelo Srta. Minatozaki.

Eran mis palabras antes de tirar de sus bragas con fuerza suficiente para que la tela se rompa. Sana se quejó por el acto de brutalidad, y antes de que pudiera reclamar tome su boca en un beso feroz. Mis manos corrieron hasta el dobladillo de su vestido, tirando del vestido fuera de su cuerpo. Suspiré, al ver su cuerpo desnudo para mí. En esa fracción de segundo todo parecía estar en cámara lenta. ¿Pueden entender? Tener aquella japonesa sentada en su regazo dentro de un helicóptero en pleno vuelo, quedando totalmente desnuda en frente

Era alucinante.

──Eres la mujer más caliente que he visto en mi vida.

Y como si mis palabras fueran mágicas, los ojos de Sana asumieron un brillo diferente. Oscuros y sensuales. Sonrió diabólicamente.

──¿Oh, de verdad?

Ella preguntó con una voz ronca, mientras desabrochaba el cierre de su sujetador que cayo rápidamente al suelo. Dejando sus pequeños pechos tan expuestos para mí. Yo nunca me cansaría de mirarlos, son tan lindos y deliciosos. Con las dos manos cogí y apreté despacio. Una, dos, tres veces. Sana analizaba todo con los ojos bien atentos.

──Sí, joder eres tan buena.

──Si soy tan buena, prueba, prueba de mí Tzuyu.

Los cambios de personalidades dentro de aquella mujer era la ruina de cualquier ser humano. En un momento ella podría ser dulce y tierna, con aquella sonrisa que destruye tu vida. Pero en otro ella simplemente puede rendirte a cualquier orden, a cualquier deseo. Yo sonreí, y me incliné en frente, para entonces deslizar la punta de la lengua sobre su pezón rígido y rosado de Sana. Ella mordió su labio inferior, arqueando su pecho para ofrecerme más. Y la sensación de tenerlos en mi boca era indescriptible. Chupé con audaz, rodeando la pequeña aureola de color rosa muy rápidamente. La pequeña mano de Sana rápidamente se puso en mi cabeza, apretando mi cuero cabelludo con poca fuerza. Me daba más impulso para continuar, solté uno y pase para el otro.

Incluso involuntariamente el cuerpo de la japonesa se movía sobre el mío, provocando sensaciones que dicho interés no puede contener.

──Los chupas tan bien Tzuyu.... Eso.... Mueva la lengua más rápido.

Mi nombre salió tan lentamente de su boca que yo casi gemí. Sentí mi sexo húmedo, y palpitante. Pero seguí, y solo pare cuando dejé los senos de mi mujer totalmente sensibles al toque. Sana colocó sus manos en mi nuca, tirando de mi cara hacia la suya. Profundamente nos mirábamos por unos poco segundos interminables, en sus ojos pude ver lo loco que era aquello y excitante. La japonesa deslizó su lengua por sus labios y los unió a los mío. Gemí y tiró su cuerpo desnudo hacia mí. Entonces clave mis uñas en sus nalgas con fuerza, haciendo que Sana se muerda su labio. Apreté su cuerpo, fuerte y rápido. Ella suspiro y abrió sus ojos en mi dirección mientras la tocaba en su parte intima, están tan mojada.

──Mierda, estas jodidamente caliente y húmeda aquí.

Ella no dijo nada, solo continuó mirándome. Poco a poco con el índice y el dedo medio lo deslice entre sus pliegues de su sexo tan suave. Podía sentir mis dedos pegajosos los deslicé hacia arriba y abajo en la vagina de Sana.

──Amo sentirte así, ¿sabías? Amo ver cuán preparada estás para mí.

──No hagas tantos juegos, no tenemos mucho tiempo.── Susurró moviendo su cadera, forzando mis dedos contra su sexo.

──¿Cómo lo quieres? ¿Hmm? Dime Srta. Minatozaki.

Hablé distrayendo besos por su cuello, luego hasta llegar a su lóbulo de su oreja, donde chupé con bastante rapidez. Ella gimió, haciéndome pensar que le gustaba.

──Quiero que me folles, como solo tú conoces Tzuyu.

Me estremecí en el momento exacto en que terminó la frase, ella sabía exactamente que decir y en el momento adecuado. Masturbé a Sana por algunos minutos, haciendo que ella se mueva para enfrente y para atrás despacio. Mis dedos se deslizaban tan fácilmente entre sus pliegues de su sexo en que pude penetrar sin esfuerzo.

──¡Hmm! Eso, frota con más fuerza... ──Pidió.

Y así lo hice, con tres dedos hacia presión sobre su clítoris hinchado. Moviendo sin parar, rodeando aquella región tan caliente. Mi voluntad fue incluso chuparla toda con toda mis fuerzas en ese momento.

──¿Así? ¿Esto es bueno para ti Sana?

──¡Más, necesito más Tzuyu!

Apoyé mi cabeza sobre los hombros de la mujer, gimió suavemente para que nadie nos oyera. Loco, lo sé, porque el ruido del helicóptero no dejo que eso suceda. Pero Sana se mantuvo controlada, para mi desgracia. Me encanta escuchar sus gemidos desesperados y hambrientos. Masajeé su clítoris y luego de sorprender a la mujer hundí dos de mis dedos en su sexo totalmente empapado.

──¡Oh Tzuyu!

Un gemido alto y sorprendido escapo de sus labios. Sana se arqueó hacia atrás con la boca abierta, en una perfecta "O" Dios, era la visión del paraíso, Sana completamente desnuda, con el pelo ondulado suelto perfectamente hecho una hermosa cascada que cae sobre su espalda, dejando sus pechos completamente a mi visión. Ella volvió a la normalidad, apoyando sus manos en el asiento acolchonado detrás de mí. Y comenzó, por dios, ella comenzó a mover sus caderas, forzando mis dedos ir dentro y fuera de su sexo lentamente. Sentí que mis dedos se sumergían en su interior cálido, húmedo y completamente apretado. Parpadeé un par de veces y cada vez que aumentaba la velocidad de las embestidas.

──¡Mierda! ¡Sana!── Gemí aturdida.

Ella comenzó a moverse más rápido y más fuerte, en la medida en que su deseo estaba pidiendo más, y eso fue lo que me hizo marearme.

──Así, así Tzuyu.... ──Dijo lamiendo sus labios.

──¿Así Sana? ──Penetré fuerte y profundo.

──¡Oh! ¡Mierda! ──Las palabras salían de su boca ahogadas.──¡Fóllame más fuerte, ya!

Dijo en su desesperación a un orgasmo. A medida que su cuerpo se movía frenéticamente sobre mí. Sana prácticamente cabalgaba sobre mis dedos, subiendo y descendiendo su cuerpo. Haciendo su meneo de cadera en mí regazo.

──Oh, dios, es tan buena esta sensación de sentir tu coño tragar mis dedos. Podría follarte así durante horas y horas.

──¿Le gusta? ¿Le gusta tenerme así Tzuyu?── El tono de su voz era tan ronco que hacía que me mojara.

Sus ojos malvados me miraban con deseo, sentí mi boca seca. El lugar parecía ser demasiado pequeño para nosotras, el calor estaba totalmente insoportable, quería rasgar toda la ropa de mi cuerpo. Sana de arriba hacia abajo rápido, fuerte. Podía ver las gotas de sudor corriendo por su cuello, perdiéndose entre sus tan deliciosas curvas. Estábamos jadeando y sudorosas, el clima en el interior de la cabina estaba tan caliente que las ventanas comenzaron a empañarse a nuestro alrededor.

──¡Me encanta, mierda, amo follarte así!

Sana no se detuvo, ni siquiera un minuto. No disminuía la velocidad, y ni la intensidad. Con una mano se volvió su cabello por completo, dejando a un lado la muestra de su cuello. Me incliné y la besé, para después aspirar su fuerte olor. Sana tenía un olor refrescante y femenino, y ahora un tanto del sexo.

──¡Tzuyu! Oh Dios, Tzuyu me yo voy a venir para ti.

── ¿Si? Entonces córrete Sana, córrete en mis dedos.

──¡Maldición!── Exclamó moviendo sus caderas tan rápido, por lo que su culo golpeaba en mi regazo.

Por dios, cerré los ojos apretando mis muslos para no gozar, pero sería imposible. Mi sexo latía, y toda la situación me obligó a tirarme por un acantilado en un llamado orgasmo. Sana apoyó su mano en la ventana empañada, dejando la marca de sus dedos allí. Y movió su cuerpo intensamente, mientras mis dedos entraban y salían rápidamente de su centro. Apretando con fuerza. Maldita sea, ella estaba disfrutando. La penetré fuerte, tocando su punto de placer. Era enloquecedor, mantuvo los ojos cerrados, podía ver las venas de su cuello, lo que indica que la presión en su cuerpo era más fuerte de lo que podía soportar. Ella se arqueo y continúo sus movimientos, por lo que sus pechos saltaban con cada empujé de mis dedos en su vagina completamente empapada.

──¡Mierda! Tienes una muy buena manera en follarme.──Gruño perdida en el placer que estaba sintiendo.

Con la otra mano la deslicé en una de sus nalgas y la apreté con fuerza ayudando a sus movimientos hasta que no pudo más. Sana se movía, pero estaba parando poco a poco sobre mis dedos. Junto a ella yo había subido al placer de la cumbre, sin ni siquiera ser tocada. La facultad de dar placer a Sana era suficiente para mí. Apoyé la cabeza en el respaldo del asiento. Buscando el aire que se había escapado de mis pulmones cuando Sana se movió, dejando mi regazo. Antes de que pudiera preguntar sentí las manos de Sana en mis muslos. ¿Qué demonios estaba haciendo? Me eché hacia atrás y la miré fijamente. Sana estaba arrodillada frente a mí con una mirada traviesa, por Dios.

Sana POV

Tzuyu me miró sorprendida. Tal vez no imaginaba que yo aún tuviera disposición para continuar tras ese jodido orgasmo que había acabado de darme. Pero justamente por haber sido tan buena yo la recompensaría. Sonreí perversamente, mordiéndome el labio inferior.

──Qué estas hacien... ──Intento hablar, pero le hice una señal clara para que se callara. Y Tzuyu no se atrevió a desobedecerme.

Me hinqué y ante los ojos de Tzuyu, levanté su falda lentamente, exponiéndola. Usaba únicamente bragas de encaje negro que hacían un maravilloso contraste con su piel morena.

──Mi cortesía de este vuelo para usted, Señorita Chou.──dije pretendiendo cordialidad.

No podía negar que todo eso se veía increíblemente excitante. En toda mi vida nunca me imaginé tener sexo dentro de un helicóptero en pleno vuelo. Si se cayera en este momento, juro que no me importaría. La respiración de Tzuyu estaba completamente dispareja, y me encargaría de que permaneciera así. Lleva ambas manos a sus bragas de encaje, y las bajé muy lentamente. Observando que estaba completamente empapada.

Jesucristo ella era mi fin.

──No puede gemir muy fuerte, Señorita Choy. Contrólese ¿Okay?

Tzuyu asintió y yo sonreí traviesamente. Tan pronto como bajé completamente sus bragas y las quité, inhale el aroma que ella me proveía, era maravilloso. Tzuyu tenía una esencia jodidamente maravillosa.

──Tienes una vagina con una esencia tan dulce, que siento la necesidad de follarla toda mi vida.

──¿Qué estás esperando?

──Estoy esperando que me ruegues.

──No empieces a jugar conmigo, Sana.

Sonreí y separé las piernas de Tzuyu. Dejándola abierta para mí. Dios, estaba maravillada. Ver a Tzuyu tan entregada no era para muchos, de hecho, solo yo podía tenerlo. Tzuyu era hermosa incluso ahí también, rosada y húmeda.

Me incliné hacia adelante, depositando besos en sus muslos, donde deje pequeñas mordidas. Tzuyu se movía un poco, permanecía ahí, mirando cada movimiento. Entonces, seguí mi camino, depositando besos húmedos hasta llegar a donde ella me quería. Gimió, gimió solo por tenerme en donde más me necesitaba.

──¿Estás tan sedienta, Nena?

──Hija de perra.──murmuró enojada.

Con la punta de la lengua lamí el líquido que goteaba de su entrada, pero sin tener contacto directo con ella. Tzuyu estaba inquieta, ansiosa. Pero yo no, yo tenía toda la calma que el mundo podía darme. La cogería, y la cogería muy bien. Lamí toda el área de su muslo interno cerca de donde me necesitaba. Y después me quede erguida, con una cara que fingía inocencia.

──Piedad. Por favor. ¡Pon tu boca en mi vagina de una vez por todas!

──Me encantas, grosera y mandona.

Tzuyu de tanto retorcerse cerró más las piernas, y yo me encargue rápidamente de abrirlas de nuevo. Me acerqué a su centro, soltando una bocanada de aire que la hizo temblar. Tzuyu suspiró pesadamente, y gimió en el momento exacto en el que lamí su centro caliente.

──¡Oh Dios mío! ──gimió abriéndose más para mí.

Y la lamí de nuevo de abajo hacia arriba muy lento.

──¡Mierda, joder Sana!

Tzuyu estaba tan desesperada que se retorcía en el asiento. Lamí otra vez, y otra vez. Arrancando de su garganta gemidos roncos y ahogados. Con dos dedos abrí sus húmedos pliegues para deslizar la punta de mi lengua en movimientos frenéticos e intensos. En ese mismo instante el cuerpo de Tzuyu se arqueó en el asiento, e incontrolables gemidos salieron de su garganta.

──¡Así! Joder... así. Haz más.

Tenía un sabor delicioso, exótico y dulce. Dejé sus pliegues abiertos para atacar donde sentía más placer, cerré la boca en un pequeño puchero, y chupé fuerte esa área. Eso parecía haberla dejado totalmente fuera de órbita, su mano jalaba mi cabello, forzando a mi cabeza para que continuara. Y yo solo obedecí, chupé su montón de nervios con el deseo que yo tenía de un orgasmo. Tzuyu cerró los ojos fuertemente, podía ver las venas de su cuello resaltar, la cara roja, la boca entre abierta, dejando escapar su respiración pesada y gemidos roncos.

──¡Mierda, vas a acabarme! ¡Chupa, si Sana, chupa!

Moví la lengua rápido en su clítoris, y Tzuyu comenzó a mover la cadera buscando más contacto. Estaba completamente perdida en embestirla contra mi cara. Su líquido se pegaba a mi barbilla, pero ni siquiera me importaba. Mi único objetivo era darle placer a esa mujer. Y estaba haciéndolo, Tzuyu afectuosamente apartó mi cabello a un solo lado, mirándome mientras lamía su centro sin parar.

Las palabras salían incoherentemente de su boca, Tzuyu susurraba por más. Y yo obedecía, la penetre con dos dedos y seguí chupándola. Abrí los ojos y la vi enterrando fuerte las uñas en el cuero del asiento del helicóptero. Estaba sudorosa, caliente. Dios, todo era demasiado loco, ya no sabía si el piloto podía escucharnos, pero ya no me importaba eso. Estaba cogiendo a Tzuyu de dos formas y con la misma intensidad. Las embestidas acompañaban el ritmo de mi lengua que rodeaba su clítoris intensamente.

──¡Joder! Sa... Sana, me voy a correr, joder me voy a correr...

Sus dedos apretaban mi cabello fuertemente, forzándome más y lo hice. Metí los dedos profundo en su centro mientras chupaban fuerte. Hasta que los sentí ser aplastados dentro de ella con una fuerza violenta. Tzuyu se estaba corriendo deliciosamente, su líquido escurría entre mis dedos con una mayor intensidad de la normal, y en mayor cantidad.

──¡Oh Jesús!──gimió.

Yo estaba simplemente maravillada con todo eso, me encargué de lamer todo hasta que su cuerpo gradualmente se detuvo. Tzuyu inclinó la cabeza hacia atrás y su respiración errática hacia su pecho subir y bajar rápidamente.

──Sana, yo... ──trató de hablar.

Sonreí y me levanté, montándome de nuevo en sus piernas. Pero esta vez solo para robarle un beso, un largo beso.

──Esté con absoluta certeza entrará en mi lista de los mejores momentos de toda mi vida.──susurró entre mis labios, haciéndome sonreír.

──¿Tienes una lista?

──La tengo, con todos los momentos que he pasado contigo.

Sonreí de nuevo y bese sus suaves labios, haciéndola probar su propio sabor.

──Te amo tanto.

──Te amo mucho más, SaTang.

Después de unos momentos escuchamos el sonido de los audífonos, Tzuyu los había desactivado cuando comenzamos a manosearnos. Los encendió de nuevo, recibiendo el mensaje de que íbamos a aterrizar. Dios, abrí los ojos nerviosamente, y tuve cuidado de vestirme. Estaba completamente desnuda, a comparación de Tzuyu quien solo se puso sus bragas. Cosa que yo ni siquiera tenía, porque ella se había encargado de romperlas.

──Mira lo que hiciste. ¿Cómo se supone que trabajaré sin bragas, Chou?

Tzuyu soltó una risa entretenida, y las tomó de mi mano, poniéndolas dentro del bolsillo de su abrigo.

──¿Qué crees que estás haciendo?

──Lo guardaré como un recuerdo de nuestra cogida aérea.

Solté una risa involuntaria, traté de recuperarlas, pero ella no me lo permitió, dijo que ahora eran suyas.

──¡Solo puedes estar loca! ──dije arreglando mi vestido visiblemente arrugado.

──¿Qué? ¿Estás diciendo que no encuentras esto excitante? Las mantendré en mi cajón de la oficina.

──¡Ni siquiera lo pienses!

──Puedo hacer una colección de ellas, Señorita Minatozaki. Leí eso una vez, en una muy buena historia. Una empresaria que mantenía una relación con su secretaria, una cosa puramente sexual. Cada vez que tenían sexo, la empresaria rompía las bragas de su secretaria y las guardaba.

La miré con los ojos entrecerrados.

─Es por eso que eres tan traviesa, ¡Deja de leer esas cosas!

─Era genial, uno de estos días la buscare y la leerás conmigo.──dijo Tzuyu traviesa.

Moví la cabeza y me senté junto a ella, arreglando mi desordenado cabello.

─Vamos a aterrizar, Señorita Minatozaki. Actué natural.

En unos minutos aterrizamos en las oficinas principales de Industrias Chou. El piloto tan pronto como apagó el helicóptero, salió a abrir la puerta para nosotras. Ni siquiera lo miré a la cara, no quería averiguar si había escuchado o no, lo que había sucedido ahí. Tzuyu me sonrió de forma cómplice. Después caminamos hacia la entrada, donde vimos a Nayeon.

Nos sonrió, pero rápido entrecerró los ojos en nuestra dirección.

──¡Buenos días, Im!──dijo Tzuyu emocionada.

Nayeon me miró, y después miró a Tzuyu.

──Jesucristo, se ven como si acabaran de tener sexo.

Pienso que toda mi sangre se me fue a las mejillas, Tzuyu solo rió y se encogió de hombros.

──¡Ventajas!──dijo mi novia.

──¡Tzuyu!──exclamé.

──¡Oh por Dios, pervertidas! ¡Y yo aquí esperándolas para la junta mientras ustedes estaban cogiendo en el helicóptero! Tzuyu, ¿Estuvo bien? Yo nunca lo he hecho. ¡Será mejor que me lo prestes!

──Solo tienes que pedirlo, Nayeon.

──Tú, cállate.── dije apuntando a Nayeon.── Y tú, Chou, compórtate, tenemos una reunión.

──Si, Tzuyu, parece ser que la jefa aquí es ella.──dijo Nay.

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