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40

Taeyeon POV

Me quedé por algunos momentos más observando todo el movimiento del club, hoy era otro día abarrotado. Gracias a Dios, o mejor, gracias a Susan. Negué con la cabeza pensando que no iba a venir esta noche, y tanta irresponsabilidad me llenaba de furia. Sana siempre había sido impecablemente profesional en Imperium, hasta que conoció a Tzuyu, por supuesto. Ni siquiera quiero pensar en eso ahora mismo, su tiempo de presentarse ya había pasado, y no había ni una señal, ni siquiera una maldita llamada. Mina tomó su lugar esta noche, la japonesa era mi segunda mejor bailarina del lugar, su cuerpo escultural y la facilidad que tenía para seducir, cubría la ausencia de Susan. Pero no mucho, la "intocable" tenía clientes que solo asistían por ella, por nadie más. Clientes importantes, magnates de Seúl.

──Escuché que Susan no vino.

Tomé una respiración profunda, permanecí en el mismo lugar en el que estaba. Llevé el cigarrillo a los labios, expulsando fuerte el humo por la boca, para después voltearme hacia Lalisa. La mujer se veía hermosa, y sonreía como si dijera "te lo dije".

──No tiene caso que pongas esa cara de funeral Taeyeon, sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano. Ausencias y negligencias.──la mujer hablaba pacientemente mientras caminaba hacia el gabinete de bebidas, sirviéndose un Martini.

──No debe hacerme esto, yo fui la persona que más la ayudo.

──Ya se olvidó de eso, tiene a Tzuyu ahora.

Tzuyu... solo el nombre me hacía sentir una gran repulsión. Maldito el día en que entró al club. Apreté fuerte el vaso, sintiendo que en cualquier momento se rompería entre mis dedos. Hasta que sentí los delgados dedos de Lalisa deslizarse por mis brazos en una caricia.

──Te lo dije, Taeyeon, pero aún así te apiadaste de ella.──susurraba sus palabras fríamente en mi cuello, causando que todo mi cuerpo temblara.──Susan no merece tu compasión.

──No es su culpa, es culpa de Tzuyu.──dije con enojo.

Sentía a Lalisa sonreír a mis espaldas, su mano subió a mi hombro donde apretó lentamente, en un lento y relajante masaje.

──No importa de quien es la culpa, no podemos dejar que nuestro plan se venga abajo. No podemos dejar que Tzuyu se lleve a Susan de Imperium ¿Cierto?

Dijo Lalisa suavemente, mientras dejaba que sus labios húmedos se deslizaran por toda la extensión de mi cuello. Solo asentí. Nunca nos habíamos envuelto de forma carnal, pero esta noche pareciera que quería algo más.

──Cierto.

──Perfecto. Ahora quiero que bajes al piso principal del club. Sabemos que la Señorita Jung está ahí. Y convéncela de conocer a nuestra pobre bailarina.

Dijo cerca de mi oído, dando una pequeña mordida en el lóbulo cuando terminó de hablar, cerré los ojos y suspiré, mirando a través de la gran ventana de vidrio. Jung Eunbi estaba divirtiéndose a expensas de una de las bailarinas. Si ella sería la solución a mis problemas, lo haría.

──Déjamelo a mí, lo haré.

Lalisa sonrió pícaramente, guiñándome el ojo.

──Te espero aquí para celebrar, Taeyeon.── dijo sentándose en mi silla.

La miré por última vez antes de dejar la oficina. Bajé las escaleras escuchando la sensual música volverse más fuerte cada segundo, pasé entre algunas personas importantes de las que hable, hasta llegar al centro donde estaba mi objetivo. Eunbi sonreía traviesa, sus ojos estaban cargados de lujuria por la bailarina que movía la cadera sensualmente, semi desnuda, delante de ella. Estaba disfrutando el pequeño show, el algunos momentos ponía algunos dólares en el elástico de las bragas de la bailarina. Me acerqué lentamente, me senté junto a ella en el sofá de cuero marrón. Eunbi dejó salir un soplo de aire, dejando que el humo de su cigarro se esparciera por el ambiente.

──¿Disfrutando el show?

Me miró con una sonrisa sorprendida, dejando el cigarro en el cenicero junto a la mesa.

──Estoy fascinada.

──Hmm, ¿en serio?

──Sí, es mejor cada vez, Taeyeon, mira.── apunto a la rubia que me movía sensualmente delante de ella.

──Me honra que le guste Señorita Jung, usted es uno de los clientes más importantes de Imperium.

Sonrió con un aire arrogante, tomando un sorbo de su bebida rojiza.

──¿Lo soy?

──Por supuesto, sé que viaja mucho y no tiene mucho tiempo para frecuentar mi club. Pero tengo cosas mucho mejores que mostrarle.

Eunbi me miró curiosa, arqueando una ceja con una sonrisa en su cara.

──¿Mejor? Si ya estoy fascinada con ella, imagínate con lo mejor.

──Mucho mejor, Señorita Jung.

──Estoy abierta a nuevas propuestas.── dijo en tono de broma.

Eunbi ya estaba muy emocionada, seguramente ya había bebido más de lo que debía. Pero nunca perdió su postura arrogante y la sonrisa traviesa. La mujer ya tenía una reputación de ser juguetona y predadora, su nombre siempre estaba estampado en las revistas de chismes, siempre muy bien acompañada de mujeres hermosas, modelos e incluso prostitutas. Pero a Eunbi no le importaba, después de todo ¿a quién le podrían importar las opiniones de otras personas con la cantidad de dinero que tenía?

──Muy bien, sabe reconocer buenas bailarinas, le presentare a la mejor bailarina de todo el club.

──¿Mejor que todas ellas?

──Mejor que ellas, la mejor de todo Seúl.── dije confiadamente.

──Estás poniéndome muy curiosa de conocer a esa mujer.

──Maravilloso, en tres días actuara aquí. Si quiere, puede venir, para que aprecie a mi preciosa gema. Si es de su interés, podemos hacer buenos negocios.

──¿Cuál es su nombre?

──Susan Kim, debo advertirle que ella nunca sale con ningún cliente, no es una prostituta, solo una bailarina. Pero le garantizo, que es mejor que todas éstas juntas.

Eunbi soltó una pequeña risa, tomando un sorbo de su bebida.

──¿Nunca salió con ningún cliente?

──No, como le dije es solo una bailarina, no acepta ningún tipo de acercamiento.

──Para todo en la vida hay una excepción, Taeyeon.

Retar a Eunbi a conquistar a Susan era la mejor forma, era el tipo de mujer que ama los retos, pero más allá de eso, amaba ganarlos.

──No sé si puedas hacerlo, Eunbi, ella solo le dio la oportunidad a una mujer en este club todos estos años.

Podía verla fruncir el ceño, dándome una mirada curiosa.

──¿Quién sería la afortunada?

Sonreí cínicamente.

¿No te lo puedes imaginar?

──Odio adivinar, dime. ¿Tiene que ser poderosa, no es así?

──Lo es.

──¡Dime!

──Chou Tzuyu.

En el instante que escucho el nombre de Tzuyu, una sonrisa apareció en su s labios. ¡Bingo!

──¿La única?

Asentí pacientemente.

──Tzuyu fue la única que logró acercarse a Susan, siempre viene a ver sus actuaciones.

──¿Cliente regular entonces?

──Sí, digamos que Tzuyu no se pierde ninguno.

──Tzuyu y yo siempre nos hemos encontrado a lo largo de la vida.

Dijo Eunbi mirando a la bailarina frente a ella, parecía estar pensando en todo lo que habíamos hablado, su expresión la traicionaba.

──Creo que ahora la tal Susan me gusta incluso más, le demostraré que si Tzuyu pudo hacerlo, yo también.

──¿Entonces vendrás?

──Por supuesto, necesito apreciar tu preciosa gema, Taeyeon.

──Genial, no te arrepentirás te lo garantizo, bueno disfrute de la noche si necesita algo solo llámeme, Señorita Jung.

Levantó su vaso en mi dirección con una sonrisa, y me fui. Las cosas comenzaron mejor de lo que imaginé, caminé a pasos lentos a mi oficina, y por la ventana pude ver a Lalisa mirándome, hice una señal de éxito, y ella sonrió, Tzuyu no me quitaría a Susan, no lo haría.

Tzuyu POV

No había trato, por suerte o el destino, estábamos atrapadas en esa oficina hasta que la hora de su presentación termino. Debo confesar que eso me dejo muy feliz, después de todo no me agradaba tener a mi mujer bailando en un club, para un montón de gente que la imaginaba de una manera en la que solo yo podía tenerla. Al principio Sana no creía que la puerta en realidad estaba atorada, pero después lo aceptó, con una petición cargada de dulzura decidió pasar la noche conmigo.

Le pedí bañarse conmigo, pero se negó, diciendo que yo no merecía nada esa noche. Y no había plegaria que la hiciera cambiar de opinión. Solamente me ocupé de tomar un largo baño, para después irme y darle una de mis camisetas para que durmiera, después de todo no había empacado ropa para pasar la noche. Mientras SaTang estaba bañándose, me encargue de preparar algo de comer, pase toda la tarde atrapada en una agencia eligiendo el mejor auto para Sana. Obviamente yo quería darle un auto mejor, pero conocía muy bien a la japonesa. Si iba a ser difícil que aceptara este, imagina si le comprara un auto tan caro como el mío.

Enloquecería.

Negué mientras cortaba algunas frutas en un cuenco, era muy tarde y no haría algo muy tardado o pesado para comer. Una ensalada de fruta sería suficiente para mantenernos satisfechas hasta el comienzo del siguiente día, un esfuerzo que no haríamos. Desafortunadamente. Corté todo en piezas pequeñas, desde fresas, bananas, kiwis, uvas, manzanas, etc. Mezclando todo con yogurt natural.

Caminé a la habitación dejando la bandeja en la mesa de noche, no podía esperar a que Sana comenzara a comer. Se tomó cinco minutos más, hasta que la puerta se abrió. La japonesa salió del baño usando solamente mi camiseta gris que llegaba apenas un poco más arriba de medio muslo. Removió el exceso de agua de su cabello distraídamente. Mientras yo suspiraba como una idiota. ¡Oh Dios, Tzuyu!

La miré por Dios sabe cuántos minutos, notando cuan caliente se veía usando mi ropa. Claro que prefería a Sana usando lo que me gustaba más, nada. Pero la camiseta se veía genial. Terminó de secar su cabello y puso sus ojos en mí.

──¿Qué?── dijo con una sonrisa.

──Me gusta verte usando mi ropa.

Sana le dio una mirada rápida a su cuerpo, y después me miró.

──¿La única?

Asentí pacientemente.

──Me gusta usar tu ropa, aunque esta camiseta es muy larga.── comento mientras caminaba hacia el baño.

Era un poco grande. Dejaba al descubierto las piernas de la castaña y parte de su trasero. Una vista hermosa debo decir, estaba usando unas pequeñas bragas de encaje blanco. Seguramente sería una maravilla quitarlas con mi boca. Sacudí la cabeza por los pensamientos pervertidos que estaba teniendo, hasta que regresó del baño con un frasco de humectante en la mano. Sana puso una pierna en la orilla de la cama y lentamente esparció un poco de crema corporal en su piel, y deslizó sus manos lentamente. Era algo tentador todo eso. Imagina, tu acostada en tu cama viendo a Sana usando únicamente una gruesa camiseta, con su cabello húmedo echado a un lado, mientras sus manos se deslizan por sus largas y bien formadas piernas. Sabía lo que me provocaba y lo hacía a propósito.

──¿¡Tzuyu?! ──escuché su voz y la miré.

Sana me veía con una sonrisa cínica, negué y tomé el cuenco que tenía la ensalada de fruta.

──Hice esto para que comiéramos.

Sana hizo una cara de emoción y después gateo por la cama para acercarse. Sana, o mejor dicho Susan se quedó muy cerca, al punto de sentarme en mis piernas.

──Se ve delicioso.── dijo como si lo que hizo fuera lo más normal del mundo.

El peligro vivía dentro de esta mujer, Sana y sus pequeñas acciones me provocaban a poseerla. Pero sabía que no me lo permitiría, no esta noche, como parte de mi castigo.

──Y lo es, hice algo muy ligero.

Puse las manos en los muslos de Sana e hice una lenta caricia, la japonesa me miraba con una sonrisilla. Y lentamente tomó una cuchara para capturar un poco de la ensalada de fruta, yo no hice nada. Solo moví las manos de abajo hacia arriba, de los tobillos al trasero, donde apretaba.

──No, ni siquiera lo piense, Señorita Chou.── Sana hizo un signo de negación con su dedo, y limpió sus labios con la lengua quitando el yogurt que había quedado ahí.

──No hay manera en que no te toque cuando estas sentada así en mis piernas.

──Entonces me voy.

Cuando tomó impulso para levantarse de mis piernas, la tomé firmemente de la cintura. Haciendo que sus ojos encontraran los míos automáticamente.

──¿Cuál es el problema? ¿Por qué no quieres tener sexo conmigo?

Sana siguió comiendo y después puso un poco en mi boca, estaba muy bueno.

──Estas castigada, Tzuyu.

──¿Puedo preguntar por qué?

Entrecerró los ojos en mi dirección, y me miraba como si dijera "Deja de ser tan cínica".

──¿Todo esto es por el auto?

──¡Obviamente! Esto no puede pasar. ¿Si me vieras salir del jet privado de esa mujer, me comprarías uno también?

Solté una risa divertida, hablar de esa manera parecía una exageración. Pero solo le había comprado un auto. ¿Qué hay de malo en eso?

──No te rías, estoy hablando en serio, Chou. No puedes actuar como si fueras mi dueña.

Suspiré y Sana me dio más ensalada de fruta.

──Lo siento, SaTang. Fue un impulso, ¿está bien?, sé que actué de mala forma, y me disculpo.

──Actuaste muy mal.

──Lo sé, pero en serio quiero que te quedes con el auto.

Sana me miró con algo de severidad.

──SaTang, piensa que ese podría ayudarte tanto a ti como a las chicas, el auto de Jihyo se averió y ahora tienen uno nuevo.

──Tzuyu, cuando un auto se avería se manda al mecánico, no compramos otro. Al menos es lo que la gente normal hace.

Sonreí, tome su cara y la acerque para darle un beso lento, y Sana me correspondió a pesar de que estaba enojada.

──Esto no hará que termine la huelga.

Esta vez fui yo quien entrecerró los ojos en su dirección.

──¿Huelga?

──Sí, tengo que encontrar una buena forma de castigarte. Y una huelga de sexo resuelve el problema.

Dijo Sana calmada, tomando la última pieza de fresa del cuenco, y mordiéndola lentamente, en una maldita provocación.

──No es gracioso.──dije poniendo el cuenco en la mesa.

──No estoy jugando, no hay sexo para ti.

──¡Sana!──grité, empujando su cuerpo contra el colchón.

Chilló cuando me senté sobre su cadera atrapando sus muñecas contra la suave cama.

──¿Estás segura que no quieres tener sexo? ──susurré en su oído con voz ronca.

Podía ver a la japonesa tragar fuerte, y después continúe. Deslicé mis labios por su lóbulo. Dejando pequeñas bocanas de aire escapar por mis labios.

──Estoy se-segura.── susurró.

-──Qué puedo hacer para que cambies de opinión? ──pregunté bajando besos por su cuello.

En un rápido movimiento la japonesa revertió nuestras posiciones, posicionándose de la misma forma que yo estaba antes, sonreí. ¿Se había rendido?

──Ruegame.──dijo lamiendo sus dedos índice y pulgar lentamente.──Y acepta ser la pasiva.

Me reí, pero me reí fuerte. No rogaría para ser la pasiva, ¡De ninguna manera! Ya habían sido suficientes ocasiones en las que me había rendido, eso estaba destruyendo mi ego.

──Nena, vamos. Detente.──Dije subiendo las manos por la camiseta de Sana.

──¡No! Tómalo o déjalo.

Me quedé mirando por unos minutos a la mujer quien sonreía provocativamente, lo estaba haciendo a propósito. Confieso que la maldita mujer sabía muy bien como castigarme.

──SaTang...

──¿Vas a aceptar?

──¡No!

──Muy bien, entonces no hay sexo para ti.

Dijo Sana levantándose, haciéndome sentir culpable en el fondo por no aceptar. Después de todo ella también estaba perdiendo con este juego. Y vería que tan lejos iba a llegar.

Sana POV

Le di un beso casto en los labios a Tzuyu, aún estaba durmiendo serenamente, había aceptado apropiadamente su castigo, y solo había dormido acurrucada a mí, era muy temprano, ya estaba vestida para regresar a casa, necesitaba ropa para el trabajo, así que le escribí una nota:

"Me fui temprano para recoger mi ropa, te veías hermosa durmiendo y no quise despertarte. Te veo en Industrias Chou.

Te amo, Sana."

Le dio un pequeño beso al papel y lo dejé en el buro, le di una última mirada a Tzuyu que seguía durmiendo y después me fui.

Reluctantemente entre a "mi" auto. Tzuyu no había aceptado de ninguna manera a que me negara. Necesitaba uno, y estaba muriendo por comprar uno. Pero ganarme uno de mi novia no estaba en consideración. El auto era hermoso, lujoso y costoso. Todo lo que no podía tener, pero ahora lo tenía ¿cierto?

El viaje por las calles de Seúl fue relativamente tranquilo, no tomo mucho para que llegara a mi edificio.

──¡Vamos chicas, tenemos que tomar un taxi! Estar sin mi lata vieja está dejándome un dolor en el corazón.──dijo Jihyo tomando las llaves de la casa.

──¿Ya enviaste a alguien que lo recoja?

Pregunto Dahyun tomando su bolso.

──No, necesito llamar a alguien que lo remolque, esa lata vieja no dejara este lugar aun con una oración de la Santa Madre.

Me reí suavemente y solo las acompañé, bajamos en el elevador entre bromas y nos dirigimos al estacionamiento. Jihyo y Dahyun me miraron confundidas cuando me detuve a lado de mi auto.

──Shasha, sé que no tenemos un auto, pero robar uno no es lo mejor que puedes hacer.

──Jesús claramente dijo que no debemos robar.

──No puedo robar lo que es mío, Dubu.── dije presionando el pequeño control que abría el auto.

Ambas me miraron con los ojos abiertos.

──¿A quién le robaste esto? ──preguntó Dahyun asustada.

──Cariño, si es lo que me estoy imaginando. Casaremos a Sana con Tzuyu lo más pronto posible.

──Jihyo... ── regañé a la mujer.

──¿Podrían ponerme al tanto?

Jihyo soltó una risa fuerte, subiendo al asiento del copiloto. Y Dahyun la siguió al asiento trasero.

──Sí estoy en lo correcto, esto fue un regalo de Tzuyu, ¿estoy en lo cierto?

Dahyun jadeó mirándome.

──¿Es verdad?

Las miré a ambas que estaban esperando una respuesta rápida.

──Fue más un capricho que un regalo.

──¿Cómo?

──Tzuyu me dio el auto porque nos vio bajándonos del auto de Eunbi anoche.

──¡Misericordia!──dijo Dahyun.

──Shasha, ¿crees que si vamos al departamento de Eunbi, Tzuyu te regale otro?

──Jihyo, detén esta insensatez, ¿de acuerdo? Tzuyu actuó muy mal.

──Son muchos celos para una sola persona.──dijo Dahyun estando de acuerdo conmigo

──Solo tengo que decir que amo este auto. Miren chicas, todo digital y sofisticado.── dijo Jihyo tocando el tablero del auto.

──Aún así lo voy a regresar.

──¡No lo harás! Ahora cállate y conduce.

──Lo haré, no quiero que siga financiándome.──dije poniendo en movimiento el auto y alejándome.

──Sana, necesitas entender una cosa, aún si Tzuyu no te financia, un día cuando las dos tomen el siguiente paso en su relación, tendrás que aprender a vivir con los beneficios que ella puede darte.

──Jihyo tiene razón, tendrás que dejar tu orgullo de lado, Sana. Podemos ver que Tzuyu solo quiere lo mejor para ti.

──Lo sé, pero no quiero ser la persona que la succiona.

──¡Pensé que te gustaba! ──dijo Jihyo con doble intención.

──¡Jihyo!

Dahyun yo dijimos en armonía.

──Piedad, contrólate, Park. Quiero saber si algún día iré al cielo.

──Dubu, amor, todos tenemos sexo ¿está bien? Yo, Sana y tú. El sexo es bueno, nos rejuvenece. Si me voy al infierno por eso, tendré más sexo para que valga la pena.

──Tengo que estar de acuerdo con ella.

──Jesús las perdonará por todos esos pecados.

Nos reímos y seguimos el camino a la compañía.

Tzuyu POV

Caminé en pasos apresurados a Industrias Chou, recibiendo un tímido saludo del portero. Y algunas miradas curiosas y atentas de otros empleados. Estaba completamente segura que mi fama con ellos es que era una completa perra con los empleados, y particularmente no me importaba. Seguí mi camino al elevador sin siquiera mirar a los lados, presioné el botón iluminado, indique el piso de mi oficina y antes de que las puertas de metal se cerraran pude ver a mi mujer entrando junto con sus amigas. Y maldición, se veía increíblemente sexy.

Los ojos chocolate de Sana inmediatamente se conectaron con los míos, y rápidamente una sonrisa apareció en sus labios, la cual fue contestada con enorme placer.

──Buen día, señoritas.──dije con los ojos en Sana.

──Buen día, Señora Chou.──Dahyun y Jihyo dijeron al mismo tiempo.

──¿Usted no va a desearme un buen día, Señorita Minatozaki?── dije con una sonrisa cínica.

Sana estaba usando esa mañana un vestido rojo, algo ajustado, que llegaba un poco debajo de medio muslo, y eso destacaba sus jodidamente maravillosas curvas, sus piernas estaban cubiertas por medias negras, y en sus pies zapatos de tacón negros. La japonesa se giró hacia mí, dejando me notar su llamativo y delicioso escote, su cabello estaba sujeto en un moño bien hecho.

──Buen día, Señora Chou.

La maldita mujer dejó salir cada palabra de manera arrastrada. Haciendo que todo mi cuerpo temblara. Y mis ganas de repetir nuestro episodio en elevador me comía por dentro.

──Señorita Minatozaki, ¿Tuvieron un buen viaje de su casa a acá, señoritas?

Sana arqueó una ceja.

──Genial, el auto es muy bueno, señora.──la Señorita Kim habló amablemente.

──¿Quisiste decir divino, cierto? Incluso estoy pensando en dejar mi auto ser remolcado de una vez. No quiero volver a entrar en esa lata vieja otra vez, después de haber estado en el lujoso auto de Shasha.── dijo Jihyo riendo.

──Jihyo... ──Sana la empujó, lo cual me hizo reír.

Deslicé la mano ligeramente por la columna de Sana, lo que la hizo pararse derecha.

──¿Nos vamos? ──dije tan pronto como se escuchó el ding, haciendo que las puertas se abrieran.

No caería en los juegos de Sana, ella quería con todas sus fuerzas hacerme rogar. Pero mi orgullo era más fuerte que eso.

No era fácil lo admito, resistir a Sana era un aprueba de fuego, la cual no estaba preparada para afrontar, la maldita mujer decidió probar mis límites durante dos días desde el anuncio de huelga, sin la más ligera vergüenza. Pero no podía rendirme. Estábamos ahora en mi oficina, yo junto al sector financiero de la compañía estábamos en una importante reunión en la cual no me podía concentrar. Porque Sana estaba en la parte de atrás, sentada en el sofá tomando notas de forma distraída, se veía hermosa como siempre. Hoy estaba usando una blusa de seda, una ajustada falda negra, que se amoldaba perfectamente a su cuerpo, esta con una postura recta, con las piernas cruzadas. Dándome una vista completa de que esa mañana Sana estaba usando un liguero negro. Maldición, ¿Por qué demonios tenía que estar usando eso? Golpeé los dedos en la taza de té en mi escritorio. Dejando hablar a los dos hombres. De vez en cuando asentía, pretendiendo que estaba escuchando todo, cuando de hecho estaba perdida en la japonesa delante de mí.

Ahora entendía porque mi padre siempre decía "No mezcles trabajo con relaciones personales" Este era el resultado.

Sana ajustó los pequeños anteojos en su cara, poniendo un pequeño mechón que insistía en caer en su cara detrás de su oreja. Escribía los temas más importantes que estábamos discutiendo, así que no me importaba si no estaba escuchando lo que estos hombres aburridos estaban diciendo. Escuché uno de ellos aclarase la garganta, sacándome de mis pensamientos.

──¿Señora Chou?──dijo el más joven.

Lo miré y él estaba mirándome.

──Entonces, ¿le gusta este nuevo método? ──preguntó.

Parpadeé algunas veces, viendo a Sana quien me miraba con una sonrisa.

──Lo voy a pensar, ¿está bien? Analizar todo, y después los llamaré. Ahora si me disculpan.

Los hombres se miraran entre ellos y asintieron, para después levantarse y salir de mi oficina. Moví la cabeza tomando un sorbo de mi té helado. Sana se levantó de donde estaba con una amplia sonrisa, sabía que ella era la razón por la cual estaba así.

──Estaba muy distraída, Señorita Chou.── dijo cerrando su cuaderno y caminando hacia mí.

La japonesa rodeó mi silla, y se sentó en el escritorio, justa a lado mío. Mis ojos inmediatamente cayeron en sus pies, los cuales estaba apoyados en el mueble detrás de mí. Dejando sus piernas y el liguero expuestos.

──¿Cómo no estarlo? ¿Por qué demonios está usando eso, Señorita Minatozaki?── Exclamé dejando mi mano descansar en su muslo.

──¿No te gusta? Lo compré para ti.

Dijo Sana fingiendo inocencia, mientras cruzaba las piernas otra vez, mirándome.

──Sana... Sana...

──Necesitas ver el resto de la lencería, es hermosa.── susurró juguetona y después se levantó.

En un segundo me levante tras ella y pegué mi cuerpo al suyo. Haciendo que la japonesa apoyara el cuerpo en el gabinete delante de ella. Sana soltó un suspiro y sonrió cínicamente.

──Puedo verla ahora si quieres.──le susurré en el oído, mordiéndole el lóbulo.

Podía ver el vello de Sana levantarse, mis manos corrieron rápidamente al dobladillo de su falda, donde rápidamente la levante, haciendo a Sana suspirar.

──Estás loca...

──Usted está volviéndome loca, Señorita Minatozaki.── deslicé los labios por su cuello, mientras con las manos presionaba su cuerpo contra el mío.── Completamente loca.

──Oh Dios, Tzuyu... ¡Alguien puede vernos!── su nervioso tono de voz, solo aumentaba mi deseo de poseerla.

La huelga que Sana me había impuesto estaba volviéndome loca. No sería capaz de manejarlo por más tiempo. Me alejé un poco de su cuerpo, y di una mirada rápida, y maldito infierno. La lencería era pequeña, no cubría absolutamente nada. Ella estaba destinada a torturarme.

──¿Estas nerviosa? Nadie te dijo que me provocaras tanto, Susan.

Susurré bajo, dejando que mis manos que estaban en sus muslos subieran a su cadera, hasta bajar de nuevo, pero ahora hacia su centro. Sana estaba nerviosa, el temor de ser descubiertas estaba excitándola. Deslicé mis delgados dedos por la delgada tela que cubría su centro, haciéndola suspirar profundamente.

──¿Miedo?, no tengo miedo, Tzuyu.──Dijo la japonesa sensualmente, girándose para encararme.──Pero no obtendrás nada hasta que aceptes mis condiciones.──dijo tratando de salir de mis brazos.

La sujeté fuerte, atrapando su cuerpo con el mío firmemente.

──Cuando esta huelga termine, Minatozaki, prepárate, porque compensaré todo este tiempo.

Tomé mi teléfono, el cual estaba vibrando incansablemente en el escritorio, y lo conteste:

──Chou Tzuyu.── hablé.

──¿¡Chewy?!

──¿Zuha? ──pregunté confundida, haciendo que Sana se detuviera a medio camino.

──Hola, Tzu, ¿Ahí esta Sanake?

Sonreí en el teléfono

──Sí, pequeña, ¿Paso algo?

Sana frunció el ceño, y se acercó rápidamente.

──¿Qué pasa?── preguntó nerviosamente.

Le hice una seña para que guardara silencio.

──No pasó nada, solo que estoy en casa de la Tía Hana, y no quiero estar aquí sola. Es muy aburrido.

──¿Dónde está tu mamá?

──Fue por mi papa a alguna ciudad. Pero no recuerdo cual, ¿Tzu, podrías recogerme?

Lo pensé por algunos minutos.

──Por supuesto, lo haré. No te preocupes, hablamos después pequeña.── dije terminando la llamada.

──¡Tzuyu dime que está pasando! ¿Zuha?── exclamó Sana en agonía.

──¿Puedes relajarte? Zuha está bien.

──¿Cómo es que te llamó? ¿Cómo tiene tu número?

Me levanté de la silla, y acerqué a Sana de la mano lentamente, hasta que estuvo cerca de mí. Cuando se trataba de Zuha, Sana era muy cuidadosa.

──Nena, mírame.

La japonesa me miró angustiada.

──Kazuha está bien. Me llamó para pedirme que la recogiera. Dijo que era muy aburrido donde estaba.

Sana entrecerró los ojos, y sonreí.

──¡¿Qué?! No puedo creer que esa niña te llame por una tontería como esa...

──SaTang, le dije que podía llamarme cuando quisiera. Y lo está haciendo.

──Hablaré con ella, no puede hacer eso.

Jalé su cuerpo, más cerca del mío y le rodeé la cintura con los brazos.

──Déjala en paz, SaTang, la recogeremos por la tarde.

──¿Qué?── preguntó sorprendida.

──Exactamente lo que escuchaste, reprograma nuestros compromisos. De acuerdo con Kazuha, la Tía Hana no es divertida.

──¿Dónde está Ryota?

──Dijo que se fue por tu padre.

Sana bufó exasperada, moviendo la cabeza.

──Relájate, ¿De acuerdo?, todo está bien.

──No lo está, Tzuyu, mi madre no puede dejar a Zuha en la casa de alguien más solo así, para ir a buscar a ese pedazo de basura.

──¿No está en la casa de una tía?

──Sí, pero Hana ni siquiera es cercana a la familia.

──La recogeremos hoy, relájate.

──Si quieres, y me lo permites por supuesto, iré sola y la dejaré con Mina para regresar al trabajo.

Sonreí, y deposite un pequeño beso en los labios de Sana.

──Mira, Zuha me llamo. Entonces Señorita Minatozaki, usted es solo una invitada en nuestro día.

La morena abrió la boca, pretendiendo estar ofendida.

──¿De eso se trata? ¿Un complot?

──Sí, ¿aceptas pasar el rato con nosotras?

Sana sonrió y me besó.

──Por supuesto que acepto.

La jalé incluso más cerca si eso era posible en un lento y duradero beso, no sé por cuanto tiempo nos quedamos en ese afecto, pero solo nos alejamos cuando escuchamos que abrían la puerta.

──Woah, ¿enredándose en la empresa?──preguntó Nayeon riendo.

Solté a Sana lentamente, riéndome de Nay que nos veía con una expresión traviesa. La japonesa a mi lado, se sonrojó violentamente mientras se arreglaba la blusa.

──Nayeon...

──¿Estoy mintiendo? Vine aquí para resolver asuntos importantes, y me encuentro a la presidenta besando a una empleada.

──¿Eso es envidia? ──preguntó Sana juguetonamente.

──Obviamente. Estoy en una sequía interminable. ──Bufó Nayeon enojada.

──Tzuyu también, disfrútalo.──dijo Sana saliendo de la oficina.

──¿Estás en una sequía interminable?

──Huelga de sexo, ¿puedes creer eso?

──Lo peor en la vida, ¿quieres olvidar tu dolor bebiendo?

──Si.──dije riendo.

──Genial, el whisky bastará, mientras tanto ve esta carpeta. Encontré todo lo que pediste. Podemos empezar el proceso y pronto tendrás lo que quieres.

──¿Pronto? ──pregunté sacando los papeles de la carpeta.

──Pronto, con mucho dinero por supuesto. Pero tendrás lo que quieres.

──El dinero no es problema, Im.

──Eso lo sé muy bien, Jefa.──dijo Nayeon levantando su vaso.

Sana POV

Me entró la curiosidad, después de dejar la oficina de Tzuyu, ella y Nayeon se hacían cargo de asuntos que ni yo conocía. Pregunté si necesitaban algo, pero ella se negó e incluso me dijo que necesitaba estar sola con su mejor amiga. Está bien, eso me molesto más de lo que debería, no es que estuviera celosa, pero siempre estaba al tanto de cada asunto que se trataba en esa oficina, menos de este. Me quedé en mi escritorio, haciéndome cargo de todas mis actividades, cuando ella salió de la oficina.

──¿Nos vamos, SaTang?

──¿A dónde?

──¿Qué quieres decir con "a donde"? a recoger a Kazuha.

En un segundo recordé que Tzuyu había prometido recoger a Kazuha, no sabía que mi hermana llamaba a mi novia, y yo no estaba de acuerdo. Después de todo Tzuyu era una mujer muy ocupada, y cerrada a otros. Y su actitud de dejar todo e ir juntas me dejaba sorprendida.

──¿Tzuyu, estás segura?

Miró la pantalla de su teléfono, y después me miro a mí.

──Por supuesto, ya programé lo que haremos.

La miré sorprendida.

──¿en serio?

──Sí, así que vamos. Llevaremos tu auto.

──Tuyo ¿cierto? ──dije tomando mi bolso.

──Bueno, vamos a pretender que es mío.

Hablé con Hana quien me dijo que Ryota se había ido a buscar a Taro, ya que no había aparecido en dos semanas. No es que me importara claro, ya hace tiempo que los que se decían ser mis padres no me causaban ningún sentimiento. La única persona que en verdad me importaba estaba dentro del auto con Tzuyu.

──La traeré mañana por la mañana, ya que Ryota no regresará pronto.

──Está bien, Ryota dijo que regresaría mañana por la noche. Es mejor si la niña se queda contigo, no está acostumbrada a mí, siempre se siente fuera de lugar.

──Me lo imagino, debería estar con su madre.

──Sabemos que antes que todo Sinu valora su matrimonio.──habló calmada la mujer.

──Lo que claramente está haciendo mal. Como sea, no me importa ella y mucho menos él.

Madalena toco mis hombros en una lenta caricia.

──No deberías odiar a tu madre, Sana.

──No la odio, solo no me importa lo que haga con su vida.

──Aún así, continúa siendo tu madre.

──Dejó de ser mi madre cuando no estuvo a mi lado cuando más la necesitaba.

La mujer no dijo nada tan pronto como terminé el comentario, lo sabía todo. Pero nunca dijo nada de lo que había pasado.

──¿Tienes algo con la señorita de ahí? ──preguntó apuntando a Tzuyu que estaba jugando con Zuha.

──Nada que te interese, tía. Regresaré mañana por la mañana. Buenas tardes.

Caminé con pasos lentos de vuelta al auto, escuchando el fuerte sonido de la música. Entrecerré los ojos viendo a Zuha bailar en el asiento trasero y a Tzuyu riendo divertida. Era hermoso ver a los personas más importantes de mi vida divirtiéndose y llevándose bien. Tzuyu se veía mucho más relajada, antes de ir a recoger a Zuha nos habíamos cambiado de ropa, ahora estaba usando un pantalón claro, una playera estampada y su chaqueta de cuero. Su cabello estaba ondulado, y en la cara tenia lentes Ray-Ban. Amaba el hecho de que tenía esta actitud de chica mala cuando no estaba siendo una mujer todo poderosa. Este estilo le quedaba bien.

──¿Puedo saber que desastre es este? ──dije entrando al auto.

──Oh, Zuha, hay que bajar la música, SaTang luchará por poner orden en su auto.

──Sanake, ¿este auto es tuyo? ──la pequeña casi grito.

Lancé una mirada furiosa a Tzuyu quien sonrió.

──Sí, Zuha, es mío.

──Woah, me dijiste que tendrías un buen auto, pero no me dijiste que sería tan hermoso.

──Hmm, ¿entonces finalmente aceptaste el auto? ──preguntó Tzuyu arqueando una ceja.

──Cállate, Tzuyu. Ni siquiera lo sabía, Zuha, ni siquiera lo sabía.

──Pero lo sabes ahora, ¿cierto? Entonces vamos, se dé un lugar asombroso, donde podemos tener un buen picnic.

──¿De verdad? Amo los picnics, ni siquiera recuerdo la última vez que tuvimos uno.──dijo Zuha tranquilamente.

──Debe ser porque nunca tuviste uno, Zuha.

Nos reímos divertidas.

──Mi mamá nunca quiso tener uno con nosotros, ¿verdad Sanake?

Suspiré y asentí.

──Bueno, cambiaremos eso hoy, ¡vamos a hacer un picnic! ──dijo Tzuyu emocionada.

Y lo hicimos, teníamos toda la tarde por delante. Tzuyu nos llevó a uno de los parques más hermosos de Seúl, nuestro picnic fue maravilloso. Con todo y la sábana blanca y roja y todos los bocadillos que nos gustaban. Era obvio que Tzuyu había enviado a alguien a comprar todo eso, pero me hacía feliz saber que le importaba lo suficiente para darnos el mejor tiempo posible. Ya habíamos caminado por la enorme extensión empastada del parque, deteniéndonos a comprar algodón de azúcar y globos para Kazuha, incluso habíamos alimentado a los patos que nadaban en el lago central. Ahora estaba sentada en una banca, mientras las miraba hacer burbujas de jabón, había tantas burbujas que un labrador color caramelo, comenzó a saltar para "comer" la mayoría de las burbujas. Solté una risa graciosa cuando Tzuyu hizo muchas burbujas, y Kazuha cayó al piso riendo cuando el perro saltó tratando de atraparlas. El avergonzado dueño lo jaló con la correa, pero Tzuyu hizo una señal de que estaba bien. Le dio el pequeño objeto que hacia las burbujas a Zuha y se me acercó.

──Kazuha, deja en paz al perro.

Dijo viendo a mi hermana acariciar al enorme perro delante de ella. El perro movía la cola animadamente mientras su dueño lo sujetaba por la correa.

──Déjala, Sana, está divirtiéndose.──dijo Tzuyu sentándose a mi lado.

Estábamos sentadas cerca del lago, Tzuyu lentamente se recostó contra el árbol que nos daba buena sombra, no es que hiciera calor, pero el clima estaba bien aquí.

──Tengo miedo de que la muerda.

Tzuyu sonrió e hizo que me acercara, haciendo que mi cuerpo se uniera al de ella.

──Relájate. Estamos aquí para olvidar todos los problemas. Y ese perro parece estar bien entrenado.

Suspiré derrotada, viendo a Zuha hablarle al pobre animal que no entendía absolutamente nada. Tzuyu y yo nos reímos.

──Parece que le gusta.──la escuché susurrar

──Le gustas mucho.

Tzuyu sonrió abiertamente, depositando un beso en mi mejilla.

──También me gusta, SaTang. Y me gusta verte así de feliz.

Miré a Tzuyu que mantenía sus ojos atentos en mí. Sus iris eran de un marrón oscuro, con un brillo diferente.

──Serías una buena madre.──dije sonriendo.

Tzuyu entrecerró los ojos y alejó la mirada.

──¿Eso crees?

──Por supuesto, te llevas bien con Zuha, pareciera que se conocen desde hace años.

──Las Minatozaki tienen algo que hace que me enamore de ellas muy rápido.── dijo apretándome lentamente en sus brazos.

──¿Eso es cierto?

Tzuyu asintió.

──¿Sabías que una cierta Chou tiene los mismos efectos?

Tzuyu sonrió y sello sus labios con los míos.

──¡Pero creo que la malcrías mucho! ──hablé desconectando mis labios de los suyos, mientras tocaba su nariz con le punta de mi dedo índice.

──Tal vez, pero no hay daño.

──¡No claro que no, imagínatelo! Vas a malcriar mucho a tu hijo.── dije saliendo de entre sus brazos, encarándola.

──Cuando tengamos un hijo, puedo imaginármelo, ¿sabes?

Sonreí, sentándome

──¿Puedes?

──Por supuesto, SaTang, extrañamente lo suficiente, tú serás la mamá gruñona y mandona, y yo seré la mamá cool.

Abrí la boca, pretendiendo estar ofendida.

──¡Por supuesto que no! ¡Le vas a gustar más así!

──Nos amará por igual, nena.

──No lo hará, si tú haces todo lo que quiere, le vas a gustar más.

Crucé los brazos e hice un puchero.

──No lo hará, deja de hacer puchero. Nos amara de igual forma, aun si hago todo lo que él quiera.

──Te dejaré en huelga de sexo si mal crías a nuestro hijo.── la amenacé.

Ahora era el turno de Tzuyu de estar sorprendida.

──No lo harías...

──Lo haría, sabes muy bien eso.──me levanté.──así que no juegues a la listilla.

──¿Yo?, vamos nena, ¡No interferiré en ninguna de tus ordenes! ¡Lo que tú digas se hace! ──Tzuyu se levantó y me jaló por la cintura.

Solté una risa fuerte, y enrede los brazos en su cuello.

──¡Genial! Me gusta que obedezcan, Chou.

──Sí, Señorita Minatozaki.──Tzuyu fingió complacencia.

──Te amo tanto, ¿sabes?── dije intensamente.

──También te amo, SaTang, te amo tanto.

Me sonrió y miró profundo a los ojos. Después se acercó lentamente y unió sus labios con los míos en un beso cargado de amor. Juro que podía debilitarme, tenía tanto poder sobre mí. Y cada día me encontraba más enamorada de esa mujer. Poco a poco Tzuyu mostraba una pequeña pieza de su interior, y como podía ser maravillosa. Como podía hacer que todo funcionara, solo teníamos que desearlo. Y lo deseaba. Lo deseaba porque estar con Tzuyu era tener el mejor momento de toda mi vida. En poco tiempo me sentía amada, cuidada y deseada. Aún con todos los problemas, y el mundo contra nosotros, al final ella me hacía sentir que todo funcionaria. Y tiene razón, si te esfuerzas y luchas por tus objetivos, no hay nada que pueda derrumbarte, nada te impedirá ir a dónde quieres ir. Créeme, estar con alguien a quien amas, en momentos como estos es un sentimiento inexplicable. No importa quién es, novio, novia, amigos o incluso tus padres. Siente cada maravilloso momento como si fuera el último de tu vida. Márcalos con un punto de tu felicidad, e incluso con todo el tormento que la vida te impone, recuerda:

Al final todo estará bien.

──¡Sanake!── gritó Kazuha acercándose.

Me separé de los brazos de Tzuyu y miré a la pequeña que venía guiando al perro.

──¿Zuha qué estás haciendo con ese perro?

Tzuyu rió.

──Trevor dijo que podía caminar con él, ¿no es hermoso, Sanake?, ¡Quiero uno!

Dijo Zuha hincándose a lado del perro, acariciándolo en la cabeza, y el lamiendo su nariz.

──No, no, ni siquiera lo pienses.

──¡¿Tzuyu puedes darme un perro?!

──¡Minatozaki Kazuha!

──Por supuesto, Zuha, podemos agendarlo un día e iremos a comprar un cachorro.

──¡No, no Tzuyu!

Tzuyu y Kazuha me miraron como diciendo "Por favor, por favor"

──No puedes ir a casa con un perro, Zuha.── le dije calmada.

La pequeña hizo una cara triste, y miró a Tzuyu quien se rascaba el cuello cuidadosamente.

──Podemos comprar uno y dejarlo en mi departamento.

En el mismo instante en el que Tzuyu habló, los ojos de Zuha se abrieron de emoción.

──Tzuyu...

──¡Amo a los perros! Puedes hacer eso totalmente.

──Juro que si Sanake te deja un día, voy a pelearla.──dijo Kazuha seriamente haciéndonos reír.

──¿Lo harías, eh? ¿Olvidas que soy tu hermana mayor, jovencita?

──No importa, yo creo que Tzuyu y tú hacen una maravillosa pareja.

──Sabes, yo también creo eso, Zuha, es una lástima que tu hermana sea tan gruñona. Va a quejarse por tu perro.

──Oh lo haré, ese perro destruirá todo.

──Será bueno, justo como el gigante que está aquí, ¿cierto amigo?

El perro solo resoplo y nos miró.

──Creo que el dueño lo quiere de regreso, será mejor que lo devuelvas.

Zuha miró al hombre que las observaba desde lejos.

──Diles adiós, Gigante.──dijo Kazuha tomando la pata del perro y moviéndola como una despedida.

──Adiós, Gigante.

Hablé después de que Zuha se fuera con el perro para entregárselo a Taeyong.

──¿SaTang?

──¿Si? ──pregunté girándome hacia Tzuyu.

Tzuyu se acercó, y me tomó de la cintura otra vez.

──¿Qué piensas de la idea de que vivamos juntas después de que tengas la custodia de Zuha?

Entrecerré los ojos.

──¿Lo dices en serio?

Tzuyu sonrió y asintió.

──Me gusta estar contigo, me siento bien, me siento feliz, ¿sabes?

Oh, Dios ¿Podía ser más perfecta?

──¡Eso se escucha increíble, Tzuyu!

──¡Podemos empezar a pensar en eso!

──Si podemos, claro que podemos.

Tzuyu hizo una enorme sonrisa y me abrazó muy apretado.

──Todo funcionara para nosotras, SaTang.

──Sé que lo hará.──dije besando sus labios otra vez.

Tzuyu era todo lo que necesitaba para ser feliz de nuevo, y la tenía.

Por si alguien tiene dudas o es nuevo y no sabe quién es Jung Eunbi (Eunha) aquí les dejo una foto de esta bella mujer 👇🏼

Otro dato extra es que es amiga de Sana, también les dejo este momento icónico 😌


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