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17

POV Tzuyu

Miraba por la pequeña ventana del avión que pasaba entre las nubes, exhibiendo un bello paisaje en aquella tarde. Hacia un tiempo que no me sentía totalmente feliz de ir a casa con mi familia. No es que yo no los ame, todo lo contrario eran una de las mejores cosas de mi vida. Es solo que la vida a veces da muchas vueltas y para en el momento equivocado. Desde mi infancia muchas cosas habían cambiado, mis bases, y mi puerto-seguro ya no era tan fuerte.

Odiaba sentirme débil o frágil. Sentía que en cualquier momento podría colapsar, que estaba en contra de mi naturaleza. Pero yo estaba así ahora, como en todas las otras veces en el cual yo los visite. Diferente de las otras, ahora alguien me ayudaría a salir de esto.

─Usted tiene reuniones importantes el Lunes.

Oí la voz de Sana junto a mí. Me giré para mirarla, ella estaba linda hasta con cara de sueño. Por increíble que parezca, yo siempre acostumbré a ser reservada. No me estaba importando lo que iban a hablar de mí por llevar a Sana. Ella era la salida perfecta de aquel lugar, y no solo por aquello. La Srta. Minatozaki en los últimos días era mi mejor compañía, tenía una buena conversación y una energía positiva. Todo lo que yo necesitaba en mí día a día. Tal vez con ella yo era diferente, me sentía más relajada, como si supiera que ella no me haría daño.

─ ¿Tengo? ¿con quién?

Ella continúo deslizando los dedos sobre la pantalla del IPad pasando los compromisos de mi agenda.

─ Con algunos interesados de Brasil. Quieren conocer sus servicios.

─¿Brasil? Wow. ¡Eso es genial!

─Sí. ¿Ya pensó en construir una sucursal brasileña?

─Nunca había pensado en ello, pero es una buena idea. Vamos a trabajar duro para ello, ¿está bien?

─Puede contar conmigo Sra.

¿Ella nunca iba a perder la costumbre de llamarme señora? Mire a la chica con una mirada de reproche.

─¿Qué paso?

─ ¿Señora? - rodé los ojos

─Lo siento, Tzuyu.

Le sonreí y ella hizo lo mismo. Y entonces volvió a mirar el dispositivo en sus manos. No entendía lo que Sana tenía que hacía sentirme tan cómoda con ella, que sienta la tentación de dejar toda nuestra cuestión profesional para simplemente ser su amiga.

Amiga...

¿Era eso lo que esperaba de esa mujer? La miré sin que ella se diera cuenta. Mirando sus rasgos delicados y angelicales, Sana era una mujer dulce que encantaba hasta el más duro corazón, como el mío. No había duda de que ella sería la mujer perfecta para casarse y tener hijos hermosos.

¿Hijos? Mi Dios Tzuyu, ¿en qué estás pensando?

─¿Está todo bien?

La oí hablarme

─Sí, solo estaba pensando.

Le sonreí ella asintió y se apoyó en su silla cerrando los ojos. Sana tenía rasgos tan familiares, sólo necesitaba saber con quién. Horas después aterrizamos en el aeropuerto de Los Ángeles, y como se esperaba, nuestro coche ya estaba esperándonos para llevarnos.

─¿Habías venido a LA antes?

─En realidad no, no tuve la oportunidad.

─Veo que va a ser la oportunidad para conocer muchos lugares señorita Minatozaki.

Sana sonrió torpemente, causándome un poco de risa.

POV Sana

Me sentía un poco avergonzada. Tzuyu y yo no teníamos tanta intimidad como al punto de pasar un fin de semana juntas, yo sabía que aquella situación era para hacer que se escape del fin de semana con su familia. Pero a pesar de todo yo estaba feliz, feliz de sentir su presencia que me hacía tan bien.

Al salir del aeropuerto vimos el coche aparcado con el conductor esperando por nosotras. Tan pronto como nos vio el chico trato de agarrar las maletas y guardarlas. Tzuyu estaba seria en todo momento. El camino a su casa fue en silencio puro, era tarde y sin embargo las calles todavía estaban ocupadas. Los turistas estaban con su cámara de un lado a otro animados con todo. Miré a Tzuyu, que estaba callada, mirando fijamente el paisaje por la ventana. ¿Se estaba sintiendo mal? Yo no podía entender el motivo por cual visitar a su familia era tan malo, por lo que parecía se llevaba bien con todos ellos. Algo le molestaba mucho y estoy segura que compartirlo conmigo le sería más que difícil.

Estaba nerviosa por conocer a la familia Chou no era ningún mérito de cualquier empleado de la empresa. A pesar que escuche que Chou Yicheng es una persona con buen corazón. Yo nunca lo había visto, solo escuchaba lo que los otros decían del Sr. Chou, por alguna razón desconocida el no comandaba más los polos de la empresas por años.

─ ¿Se encuentra bien? ─ le pregunté a ella

─Si, ¿Por qué?

─Estás muy callada.

─No se preocupe señorita Minatozaki─ Ella sonrió─¡Llegamos!

Quité los ojos de Tzuyu, para mirar la casa, o mejor dicho mansión. Los Chou realmente no les gusta ahorrar en cualquier cosa como para hacer sus edificios. Nada más justo para la compañía de bienes raíces más grande en el país, ¿verdad? Una enorme puerta negra con la letra "Ch" se abrió dando vista de la enorme mansión. Me quedé impresionada con todo.

─ ¿Exagerado no es así? ─Tzuyu preguntó sonriendo.

─Sí, pero es hermoso. ¿Tus padres no se molestarán que haya venido contigo?

─No Sana, no te preocupes. Confía en mí, mi familia es muy diferente de lo que estás pensando ahora.

Ella dijo riendo, señalando mi cabeza.

─ ¿Usted sabe lo que me estoy imaginando?

─Lo sé, te imaginas a señores vestidos muy formales, llenos de lujos y arrogantes.

─ Wow, has leído mis pensamientos.

Tzuyu soltó una carcajada al oírme. El chofer detuvo el coche, y luego corrió a abrir la puerta.

─Sean bienvenidas señoritas.─ Habló el hombre muy gentilmente.

─Gracias.

Tzuyu y yo nos detuvimos ante la enorme puerta de la mansión Chou. La mujer me miró, respiró profundamente y luego dijo:

─Escucha, no te avergüences. Ellos pensarán que tengo algo contigo, pero voy a dejar claro que no tenemos nada, puedes estar tranquila.

No dije nada solo asentí con la cabeza.

─Y otra cosa, vamos a convencerlos de que nos vamos a quedar en un hotel y no aquí... ¡Ah!, por supuesto, cualquier cosa me dices. ─Ella estaba hablando demasiado rápido.

─ Señora...

─ Todo estará bien, estoy segura de que sí.

─ ¡Tzuyu!

Se detuvo en el mismo momento en que escuchó su nombre.

─Cálmate, estoy aquí contigo.─ Le hablé con calma mirando profundamente esos ojos marrones que tanto amaba.

─Gracias...

Por una fracción de segundo aquella no era más la Tzuyu dominante que conocía. Esta tenía un semblante preocupado, sus ojos eran más claros, nerviosos. Me agarré firme a su mano, tratando de pasar le fuerza para afrontar lo que le provocó el miedo o la agonía. Hasta que se abrió la puerta, y nos soltamos las manos rápidamente, no tan rápido como para evitar que nos vieran tomadas de la mano.

─¡Yoda!

Una chica que aparentaba tener alrededor de unos 18 años, la abrazó con fuerza. Aferrándose a los brazos de Tzuyu con anhelo. Tenía el pelo castaño claro, casi rubio, era blanca y muy hermosa.

─Te extrañé Shua...

─Pensé que no vendrías. ¡Pero estoy muy feliz de que lo hayas hecho!

La chica dijo, sonriendo mientras se soltó de los brazos de Tzuyu volteando a verme sonriendo.

─ Y tú, ¿cómo te llamas?

─ Mi nombre es Minatozaki Sana.

Ella me apretó la mano y me dio un beso en la mejilla en un gesto súper educado.

─ Pues bienvenida Sana, mi nombre es Chou Shuhua, pasen.

Si por fuera la casa de los Chou era hermosa, por dentro era mucho mejor. Era digna de las casas de telenovela, pero por extraño que sea, tenía un aire acogedor como una casa de la familia perfecta.

"¡Mamá, Papá! miren quien llegó" ─Shuhua gritó cuando entramos a la casa, rápidamente una mujer de cabello de tonalidades rubio y un hombre aparecieron.

─¡Hija! ¡Que gusto que hayas venido!

Dijo la mujer que se acercaba a Tzuyu, abrazando a la misma con todo el amor. Fue hermoso ver cómo la familia de Tzuyu la echaban tanto de menos, aquello hacía más grande mi curiosidad de saber el motivo por el que Tzuyu no le gustaba a visitarlos.

─ Cada día te pones más hermosa hija.

Chou Yicheng dijo mientras abrazaba a Tzuyu. Ella cerró los ojos y respiró profundamente, devolviendo el abrazo con la misma intensidad.

─ Te extrañé, papá...

En ese momento todos estábamos viendo esa escena con el corazón en la mano. No sabía por qué, pero ellos tenían una conexión hermosa y extremadamente especial.

─ ¡Yo también mi pequeña!

Tzuyu sonrió, y él también. Hasta que puso los ojos en mí.

─Y usted hermosa niña, ¿Cómo se llama?

Sonreí, tratando de mantener toda la tranquilidad del mundo en sus ojos.

─Mi nombre es Minatozaki Sana, señor.

─No me llames señor. ¡Hasta parece que soy viejo! Puedes llamarme Cheng, Sana.

─Mucho gusto.─Dije sin convicción.

─El placer es todo mío, ¡Tzuyu nunca trajo una novia antes!

Tzuyu y yo abrimos los ojos al mismo tiempo. Intercambiamos una mirada rápida sentí que mis mejillas quemaban, es más que seguro que me ruborice.

─Papá, Sana trabaja conmigo es mi asistente.

El hombre miro a Tzuyu como si no creyera nada de lo que decía.

─ No sabía que era así como se decía hoy en día. Pero vale.

─Jiang, no avergüences a la chica, por favor. ─Habló la madre de Tzuyu─ mi nombre es Yenling Chou, bienvenida, cielo.

─Un placer, señora.

─ Llegaron a la hora de cenar, ¿vamos?

Shuhua ofreció. Mire a Tzuyu que asintió. Así que todos fuimos al comedor. La casa era enorme, en sus paredes habían una gran cantidad de pinturas preciosas, con lujosos y sofisticados muebles, quien lo haya decorado tiene buen gusto.

─¿Te gusta Sana? Digo, la decoración.

Shuhua me pregunto sonriendo mientras caminaba a mi lado.

─Sí, todo es maravilloso.

─Lo decoré yo misma, cada detalle.

─Tiene un buen gusto, señorita Chou.

─¡Whoa, Whoa! Shuhua, o simplemente Shua. No "señorita Chou", deja esas formalidades para la gente mayor como mi madre y padre.

─-¡Te he escuchado, Shuhua!─ habló Yenling.

Todos nos sentamos en la mesa, Yicheng obviamente se sentó en la silla principal como un buen hombre de familia. A su izquierda estaba Yenling y Shuhua, y ahora su derecha Tzuyu y yo. A diferencia de cómo me lo había imaginado, la mesa no estaba llena de diferentes tipos de cubiertos de plata y vasos de cristales. Todo era simple y bonito.

─¿Cómo van las cosas en Corea, Tzuyu?

Cheng preguntó mientras cortaba en piezas su filete de carne.

─ Todo está bajo control, papá, el negocio está yendo perfectamente bien. Cerramos un importante contrato hace un par de días con la construcción de seis edificios en el estado del norte.

─¡Eso es maravilloso! ¿Seis? ¡Estoy tan orgulloso! No ha pasado ni un año desde que te puse en la presidencia.

Tzuyu sonrió.

─La señorita Minatozaki fue de gran ayuda, me puso al día de los asuntos de Industrias Chou en unos pocos días.

Me sonrojé inmediatamente, ¿Por qué Tzuyu me tenía que hablar así, y aquí? Sentía los ojos de Cheng en mí, como si me estuviera analizando.

─Eso es increíble, Señorita Minatozaki, eso significa que conoces la compañía muy bien, ¿No?

─Cómo la palma de su mano, papá. Esta mujer lo sabe todo.

─Oh no, solo lo sé porque soy la secretaria de la presidencia.

─Me gusta trabajar con gente así, siempre tiene éxito en la vida.

─¿De verdad vamos a hablar de trabajo?

Shuhua refunfuñó desde el otro lado, haciendo que Yicheng y Tzuyu rieran.

─¿Dónde está Yukhei?

─No ha aparecido hoy, anoche salió. Probablemente estará en casa de su novia. ─habló Yenling mientras tomaba un sorbo de su vino tinto.

─Tu hermano no cambia. Ayer lo pillé en el colegio peleando con un compañero de clase.

Yicheng se quejó mientras comía. Sentí a Tzuyu ponerse seria, sin mover ni un músculo. Miré a Yenling y Shuhua que al mismo instante se quedaron calladas.

─Cielo, Yukhei ya no es un niño. Ya ni si quiera está en el colegio.

Yenling hablo mientras acariciaba la mano de su marido que la miraba confundido.

─¿Estás segura? Fui a recogerlo al colegio ayer.

─Lo estoy mi amor. Yukhei ya tiene 23 años.

Estaba un poco perdida, ¿Cómo no conocía a su propio hijo? ¿Y por qué Tzuyu estaba tan incómoda?

─¿23? ¿Ya? Estamos viejos, cielo.─Yicheng hablo riendo.

Tzuyu rápidamente se levantó de la mesa, asustándonos a todos.

─¡Voy al baño! ─dijo saliendo del comedor.

Mire a Shuhua y a Yenling que tenían una mirada triste y Yicheng estaba tranquilo. Sabía que Tzuyu no había ido al baño, pensé en ir detrás suyo y ayudarla, pero no estaba segura de sí era lo que ella necesitaba.

─ Así que, Sana, ¿eres la secretaria de Tzuyu?

─Sí, soy su nueva secretaria.

─Ella es tan molesta, ¿verdad? ¡Demasiada mandona! ─Shuhua dijo riendo.

─En realidad no, hasta ahora Tzuyu y yo nos hemos llevado bien.

─¡También hacen una hermosa pareja!

─¡Cheng, cariño!─ Yenling exclamó, tocando la mano de su marido.

─¿Qué? Solo estoy diciendo la verdad. Dime niña, ¿de dónde eres?─ El hombre pregunto educadamente.

─ Nací en Japón, y vine a Corea con mi familia cuando era niña.

─¡Wow, una Japonesa! Sabía que esa belleza era familiar. Nosotros somos de Taiwán, ¿sabes? Y nos mudamos a Corea de la misma manera.

─No lo sabía.

─No te preocupes, sabrás muchas cosas antes de que te vayas.

La cena fue tranquila después de esa pequeña situación, que hasta ahora no había entendido. Tzuyu volvió a la mesa, más callada que antes, su incomodidad era notable. Pero Yenling y Shuhua en cada instante nos hacían sentir como en casa. Después de la cena todos nos sentamos en los sofás de la sala en una conversación entretenida. Shuhua era una chica muy inteligente y comunicativa, tenía ideas interesantes y maduras. Clara era muy tranquila, y a cada instante estaba pendiente de Yicheng, que por cierto estaba viendo un partido de baloncesto en la televisión.

─ El Domingo haremos el cumpleaños de Papá.

─¿Qué? ¿Una fiesta? ¿En serio?

Tzuyu dijo entre dientes de mal humor.

─Sí, vamos a hacer una cena más íntima y Sana que estás invitada a venir.

─Shuhua, no estamos para una fiesta.

─ Lauren, para. ¡Trata de entender que la vida sigue! Él está bien, y también tú debes estarlo.

─ Tú no entiendes, y tampoco lo entenderías pequeña.

Las dos hermanas estaban discutiendo adelante de mi hasta Tzuyu me dio una mirada fría. Yo sabía que su ira no era exactamente conmigo, pero esta mirada me dio escalofríos.

─Nos vamos a un hotel, ahora.

Sólo asentí y Tzuyu fue caminando.

─No, quédate aquí Sana.

─Shuhua disculpa, pero tengo que ir con tu hermana.

─ Quédate tranquila que ella también se quedara. Tzu sólo está pasando por un problema difícil me entiendes? Ella no acepta la enfermedad de papá.

Shuhua habló tan inconforme al fijar sus ojos a su hermana al otro lado de la habitación.

─ ¿Enfermedad?

─Sí, descubrimos hace un tiempo que él tiene la enfermedad de Alzheimer. Y debido a esto, el médico indicó que debía abandonar el trabajo. Era difícil para todos, pero para Tzuyu fue peor, para ella siempre fue como un ídolo. E imaginar que esta enfermedad sólo empeora las cosas y se ponen más difíciles.

Ahora todo tenía sentido, ya que desde nuestra ida al café, me di cuenta de que Tzuyu habló de su padre con un orgullo desmedido. Tenía al hombre como el mejor de todos, lo que en realidad parecía ser. Chou Yicheng además de un gran hombre de negocios, parecía ser un gran padre de familia. Lo contrario del mío eso está claro. Pero comprendí la razón de ella para evitar estar con ellos, tal vez sería más sano para la mente de Tzuyu la imagen de Cheng siendo el mismo que antes, y no la de ahora. Tal vez solo esta noche ella solo necesita realmente mantenerse alejada de esta casa.

─ Esto es realmente muy difícil.

─ Sí, en los primeros meses fue muy complicado. Papá no aceptaba de ninguna manera la enfermedad, decía que tenía una enorme responsabilidad con el trabajo y debía cumplir con nuestras empresas. Mi hermano Yukhei nunca tuvo vocación de ser empresario ¿me entiendes? Fue cuando Tzuyu después de toda la decepción, resolvió ser el nuevo todopoderoso, y controlar todo.

─ ¿Estás bien con eso? ¿Con ella al mando de todo? ─Pregunté curiosa.

─Sí, ella es la persona más indicada. Tzuyu es como la versión más bella y femenina de mi padre.

Shuhua rió débilmente.

─ Sólo que ella está triste con esto, y no lo ha logrado superar. Las reuniones familiares son siempre así. Tensas.

─Me imagino, yo nunca la vi así antes. Ella es siempre tan fuerte y reservada.

─Sí, pero bajo la guardia por ti, ¿no?

─¿Qué?

Miré a la chica confundida, haciéndome sacar una sonrisa tímida.

─ Es más abierta contigo de lo que ya ha sido con cualquier otra persona que no sea de la familia.

─ ¿Yo? No Shuhua, Tzuyu es mi jefa. No estoy interesada en sus asuntos privados. ─ Hablé con rapidez.

─Sana, Tzuyu nunca, nunca trajo a una mujer aquí antes. Ni novias, ni secretarías y ni su antigua novia. ¡Arg!

─¿Nunca?

─¡Nunca! Tzuyu aprendió como mi padre a no mezclar la vida personal con el trabajo. No sé lo que le dio para traerte hasta aquí, digamos que no deja que fácilmente lleguen a entrar en su vida personal.─Shuhua susurró lo último.

No sé lo que pensaría Tzuyu acerca de Shuhua contándome todas sus debilidades en este momento, pero con toda certeza no le gustaría. Visualicé a la mujer que hablaba con su padre que parecían divertirse viendo el partido sentados en el sillón. Ella lo miraba, analizando cada detalle. Era profundo saber que a Tzuyu le preocupaba mucho la salud de su padre.

─Me voy papá.

─No hija, quédate aquí en nuestra casa. Esta casa es tuya también, y apuesto a que la Srta. Minatozaki quiere quedarse, ¿no es así?

─Ya reservamos un hotel.

─Pues cancela, Pietro ha colocado ya las maletas en cada habitación con mis órdenes.─El hombre habló decidido.

Tzuyu no dijo nada, apenas soltó una sonrisa.

─ Entendido señor Chou.

─ ¡Excelente! Todavía mando aquí.

─Yo sé que sí, Papá.

Tzuyu se levantó y se dirigió a mí, haciéndome subir a la terraza de la casa, lo que le dio la primera vista al mar. La noche era hermosa, las olas rompían con violencia en la oscuridad. Nos quedamos unos segundos simplemente escuchando el sonido del mar, cuando decidí hablar.

─ Si usted quiere, yo puedo ir a un hotel.

─De ninguna manera, si me quedo, te quedas conmigo.

─Yo no quiero comprometerla.

─ Por favor, Sana. Si quieres irte, no te lo voy a impedir, mas solo te estoy pidiendo que te quedes conmigo.

─ Tzuyu...

Me miró profundamente a los ojos, y tenían un brillo diferente de lo normal. No eran de orgullosa, ni de alegría. Eran de tristeza, ojos melancólicos.

─ Yo me quedo ¿de acuerdo? Estoy aquí hasta el día en que me necesite.

─ Gracias, y lo siento. Sé que estoy siendo molesta, pero sé que ellos son...

─Son maravillosos Sra. Su familia es hermosa, no debería preocuparse.

─Usted no entiende Minatozaki.─ Dijo Tzuyu desviando su mirada de la mía.

─ Tal vez no lo entienda, pero si me necesita estaré aquí para ti.

Dije de la manera más sincera que podía expresar. Tzuyu me miró de nuevo, quedando en puro silencio.

─ ¿Puedo pedir una cosa?

Esa pregunta hizo que se acelerara a mil el corazón apenas pude escucharla.

─Por supuesto.

─¿Me das un abrazo, Sana?

Yo me hubiera podido derretir con aquella petición. Ella quería un abrazo, sólo mío. Tomé una respiración profunda, tratando de calmar mi corazón dentro del pecho. Y no dije nada, simplemente me acerqué a ella lentamente, para sentir sus brazos envolviéndome fuerte. En ese momento una especie de calmante y alivio me invadió. Tzuyu tenía un abrazo tan bueno, que podía hacerte olvidar por completo cualquier existencia fuera de ahí. Cerré los ojos, tratando de prolongar el momento tanto como sea posible. Era una situación que no sabía que ocurriría a menudo, porque en ese momento Tzuyu era frágil y tenía necesidad de un hombro para apoyarse. La fragilidad de Tzuyu no era algo que le gustaba demostrar, pero le voy a dar todo mi apoyo ya que decidió mostrarse de esa manera tan franca conmigo.

Sentí su respiración acompasada contra mí, su cuerpo caliente me envolvía con ternura. ¿Por qué tenía que ser tan maravillosa? ¿Por qué tenía que hacer que me gustara más? Si no era sólo yo que quería algo. Traté de dejar de pensar y simplemente disfrutar de ese momento, hasta que sonó el maldito celular.

Tzuyu me soltó, para poder sacar su celular del bolsillo. Ella me miró con una sonrisa tímida y luego respondió, poniendo la llamada en el altavoz.

"¿Dónde estás perra? Llamé a tu casa y no estabas aquí"

Solté una risa divertida.

─ Te dije que venía a la casa de mis padres en Los Ángeles. ¿recuerdas?

"Es cierto, se me había olvidado. ¿Me podrías haber recordado?" ─Nayeon dijo fingiendo estar enojada.

─¿Cómo iba a saber que tienes un problema de memoria Im?

"No los tengo ¿está bien? Tengo muy buena memoria"

─Solo si todas tus salidas incluyen mujeres.

Tzuyu rió al teléfono, acabo de ver otra situación divertida de las dos, en ese momento también solté una risa.

"¿Quién se ríe allí? ¡Estás con alguien, traviesa! "

Tzuyu se rió en voz alta y luego respondió.

─ Que te pasa mujer, soy una persona correcta. La señorita Minatozaki está conmigo aquí.

"¿Qué estás haciendo con mi mujer en casa de tus padres?".

Me sonrojé rápidamente, y Tzuyu seguía riendo.

─Nay, talvez he olvidado advertirte de que el teléfono está en modo de altavoz.

"¡Puta! ¡Que te den! Hola Sana, no le hagas caso a Tzuyu ¿Vale? Ella está loca. No caigas en sus redes"

─ Hola señorita Im.─ solo le dije eso.

"Su voz es hermosa, incluso por teléfono, nuestra Sana, anda me caso contigo"

─ Tú no vas a casarte con la señorita Minatozaki, Nayeon, no lo permitiría.

"No tienes que meterte Chou. No hay nada más que solo enamorarse de ella, ¡Yo la vi primero! "

En ese momento, Tzuyu y yo nos miramos la una con la otra, y la primera vez que veo a la mujer sonrojarse frente a algo. Ella tosió un par de veces recomponiéndose.

─ ¿Estas con sueño o borracha? Hablaremos más tarde ¿vale? Besos Iglesias.

"Besos hermosa, y no eran para ti Tzuyu"

Finalizó la llamada, Tzuyu puso el teléfono en el bolsillo todavía avergonzada por lo que había dicho Nayeon.

─No te enojes con ella, ¿Si? Creo que te demostró como Nayeon es, ella no piensa bien las cosas y tienes sus locas ideas.

─Quédate tranquila. Está todo bien.

─Bueno, te llevo a tu habitación, entonces

Solo asentí. Tzuyu me llevó por las escaleras al enorme corredor de la mansión Chou, hacia la habitación donde me quedaría. Nos detuvimos frente a la puerta en silencio puro.

─Si necesitas algo, llámame ¿Vale? Gracias de nuevo por venir conmigo Sana.

─Dije que no es necesario que me des las gracias, estoy feliz de haber venido.

Tzuyu sonrió.

─ Estoy feliz de que vinieras conmigo.

─ Bien entonces, me comprometo a tratar de hacer de su fin de semana el mejor.

─ No me cabe duda de eso, Buenas Noches, Sana

─ Buenas noches Señora... quiero decir, Tzuyu.

Tzuyu sonrió y se alejó, mirándola desaparecer en ese corredor inmenso. El día de hoy fue totalmente diferente, no había ninguna empresa, no había Susan. Solo existían Tzuyu y Sana, y es allí donde supe, que iría hasta el final. Yo haré que se acerque a mí, pero como soy yo realmente.

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