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1. The wish

Yuri era relativamente feliz, con sus padres, sus hermanos, su abuelo y sus amigos. Ser un tritón -o una sirena- era una constante de...nada, no había mucho que hacer en su hogar, sus padres se preocupaban porque todo el reino estuviera bien y sus hermanos se dedicaban a jugar, matar humanos a veces, o simplemente molestar al viejo kraken que últimamente sólo les ignoraba.

Pero Yuri, quien sólo tenía catorce -quince, en realidad- años, estaba cansado de lo mismo toda la vida, su abuelo siempre le inventaba historias y contaba cuentos de humanos para poder distraerlo pero al llegar a ese punto de aburrimiento, no había nada que le ayudara.
Intentó explorando más abajo en el océano, dentro de la zona prohibida, en compañía de su hermana Mila y su amiga Isabella -ella era adorable, pero su maldito novio era un dolor en las aletas-, y al casi ser devorados se devolvieron de inmediato a su hogar comprendiendo porque no debían bajar...pero cuando se trataba de subir, nadie nunca le dejaba hacerlo, ni siquiera el idiota de JJ.

Estaba atrapado, irónicamente, en ese lugar tan enorme, la única diversión que quedaba era refugiarse en los barcos hundidos y tirar los tesoros más al fondo.

—Yura —su adorado abuelo le sonreía, tratando de llamar su atención con toda la paciencia que tenía.

Hizo un sonido como respuesta, bajo y agudo, sin ganas.

—Es hora de volver a casa, tu padre te busca.

— ¿Para que?

—Es tu cumpleaños, ¿no quieres celebrarlo?

—Mejor me quedo aquí —murmuró viendo al tiburón blanco, que siempre le acompañaba, dar vueltas jugando con otro más pequeño.

—Tus hermanos tienen regalos para ti y yo tengo una historia más que estaba reservando para este día.

— ¿Nueva?

—Completamente —sonrió levemente.

—Está bien —aceptó acercándose a su abuelo que le tendió una mano para llevarle con él.

Tomó gustoso la mano de su abuelo, nadando a su lado sin prisa, el tiburón pareció percatarse y se acercó para ir con ellos, dejándose acariciar por Yuri.

En casa toda su familia estaba ahí, su madre le recibió con un abrazo y le susurró al oído sus buenos deseos, sus hermanos le abrazaron también y le dieron aseguraron tener una sorpresa para él. Su padre, quien no era tan efusivo, revolvió su cabello y lo felicito por ser un año más grande, Yuri no esperaba gran cosa de él así que eso se sentía como suficiente.

El tiempo voló mientras jugaba con sus hermanos en el gran salón y sus padres con su insistencia en que debían portarse bien. Su abuelo finalmente se irguió y le hizo una seña para que se acercara.

— ¿Me contarás la historia ahora, abuelo?

—Sí, este es el momento indicado.

Sonrió al llegar a su lado, sentándose muy cerca.

—Bien, te contaré la historia de un humano y una sirena que se enamoraron.

— ¿Eso pasó en verdad? —preguntó asombrado.

—Por supuesto, hace mucho tiempo atrás, cuando esa sirena cumplió los quince años y se le permitió subir a la superficie para saber que había arriba —comenzó a contar, viendo a su nieto interesado—. Había un barco navegando cerca de aquí, los humanos parecían hacer una fiesta y ella se acerco curiosa para saber qué pasaba.

Mila se acomodó al lado de su hermano, abrazándolo, ella amaba esa historia aunque fuera dolorosa.

—Los humanos notaron su presencia y la atraparon para que subiera a bordo, encerrándola en una caja donde le fuera imposible escapar —prosiguió, viendo a todos interesados, sabía que a todos les gustaba esa historia—. Un humano fue encargado de cuidarla, y conforme los días pasaron él se sintió más y más atraído, y pensó que no le haría daño ya que estaba en esa caja.

Yuri tuvo que hacer memoria para recordar lo que caja significaba.

—Entonces comenzaron a conocerse, la vida de ella le sonaba interesante al hombre y sin darse cuenta se enamoró, por lo que un día le ayudó a volver a su hogar para que recuperara su libertad...ella estaba muy contenta de ver a su familia de nuevo que al principio olvido al muchacho que le había ayudado.

Mila suspiro como si estuviera enamorada de la idea que contaba su abuelo.

—Pero él no la pasaba tan bien, fue castigado por liberar a la sirena y decidieron que moriría por traidor, así que lo encerraron en el calabozo del barco y continuaron su camino —hizo una pequeña pausa, sólo para darle un toque dramático—, cuando la sirena subió a buscarlo, él ya no estaba y no comprendió por qué, así que se dedicó a buscarlo por los mares, tratando de encontrar el barco donde había sido cautiva.

— ¿Lo encontró? —preguntó Yuri, atento.

—Un día lo hizo, pero él se veía muy mal y la tripulación del barco iba a lanzarlo por la borda, ella lloró al pensar que podía perderlo por siempre dándose cuenta que también lo amaba y pidió al kraken que le ayudara a salvar a su amado —acaricio los cabellos de su nieto, pensando en lo tierno que era con esa expresión de concentración—. El kraken sacó sus tentáculos para envolver el barco y lo rompió como castigo a los humanos que quisieron dañarle también, la sirena se asomó nuevamente cuando solo quedaban trozos de madera flotando y lo encontró semi consciente sobre uno de ellos.

Yuri sentía el retumbar en su pecho y posó una mano en él para tratar de calmarse, estaba nervioso y solo era una historia.

—Ella se acercó a él y le dijo que si la amaba, él sonrió al reconocerla y le confesó todo lo que sentía por ella, en el borde de la muerte...entonces ella beso sus labios y lo atrajo al mar, no para ahogarlo, sino para salvarlo dándole su alma para que él tomará su lugar en el mar, mientras que ella se convertía en espuma de mar.

— ¿Ella murió?

—Sí, le dio su último aliento de vida al hombre que amó.

—Eso suena un poco injusto...

—Ah, Yuri —Mila le dio un empujón suave—, me arruinas el final.

—Pero fue injusto y triste...ella no tenía porque morir.

—Eso crees porque no has amado a nadie aún —le sonrió y beso su mejilla—. Pero cuando encuentres a alguien a quien amar, podrás entregarle tu existencia entera sin preguntarte el porque.

— ¿El amor te convierte en espuma de mar?

—Sólo si es verdadero y debes hacer un sacrificio por él.

Frunció el ceño e hizo una mueca.

—Ojalá nunca me enamore, no quiero convertirme en espuma de mar...

Su abuelo se rió y sus hermanos se burlaron de él, pero lo decía en serio, ojalá nunca cayera en ello, no quería morir de esa manera por más hermosa y poética que sonara.

Finalmente la hora llegó, y aunque estaba nervioso por el cuento de su abuelo, no quiso detenerlo, ansiaba asomarse a la superficie y ver lo que el mundo humano tenía para él.

No había nadie con él porque era algo que debía hacer solo pero estaba muy nervioso de sacar la mano si quiera, solo para sentir que era estar fuera del agua. Estaba al borde de la superficie y su cuerpo entero temblaba ansioso.
Finalmente cruzó una mano, sintió frío y la regreso de inmediato temblando aún más. Suspiró tomando fuerzas de algún lugar y finalmente asomó la cabeza, sacando sólo los ojos para curiosear un poco.

Era de noche, así que no se veía mucho pero a lo lejos podía distinguir unas luces de colores iluminando el cielo y un barco enorme navegando en su dirección.
Dejo escapar un suspiro y sonrío ansioso comenzando a nadar hacia la enorme estructura, aún pensaba en la historia de la sirena que se convirtió en espuma de mar pero...eso no le iba a pasar a él, ¿verdad?

Hey y'all!
Bienvenidos al capítulo 1 :3 poco a poco iremos avanzando, consíganse sus pañuelos plz, de una vez(?) xD

Mil gracias por leer, votar y comentar!
Lof, smooches y galletitas!

Rave (◡‿◡✿)

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