Del Cielo al Infierno
Hoseok comienza a meter sus manos bajo mi camiseta, tocando todo a su alcance y haciéndome gemir entre besos cuando se paraba a pellizcar mis pezones. En menos de un suspiro, ambos estabamos sin camiseta y Hoseok ya me estaba quitando los pantalones y yo desabrochando los suyos.
Separé mi cuerpo del suyo y terminé el beso que nos estábamos dando, para besar su mandíbula y su cuello. Dirijo mi boca y mi lengua trazando un recorrido hasta el borde de sus bóxers y dando un último beso sobre la tela de este en el pene de Hoseok.
Comienzo a bajar sus bóxers lentamente, mirándole fijamente a los ojos profundos que me miraban siguiendo atentamente todos mis movimientos.
Nada más ver su erección se me ilumina la cara, y a la vez mil preguntas sobre si esa gran extensión realmente entrará o moriré en el camino se me pasan por la cabeza.
Taehyung, ambos sabemos que si vamos hasta el final, de esta no nos volvemos a mover en la vida. Cierto.
Acerco mi boca hacia ella, y en el momento en que mi lengua toca su dura carne, sus caderas se levantan levemente del sofá en el que estaban posadas. Empiezo a lamer su suave y dilatado capullo, disfrutando y saboreando su sabor y conociendo su textura con mi lengua. Cuando me meto la punta en la boca y succiono suavemente, desde la profundidad de su garganta pude escuchar salir un sonido torturado y gutural.
Puesto que la tiene demasiado grande y yo no tengo suficiente experiencia en garganta profunda, envuelvo su base con mis dedos, succionando y bombeando a la vez, alternando ritmos lentos y provocadores, y rápidos y urgentes. Su respiración es cada vez más pesada y sus gemidos más desesperados.
Sus manos se aprietan contra el sofá. Sigo bombeando tres veces más y libero mi boca, sustituyéndola por mi mano. Subo hasta sus labios otra vez, besándole con fervor mientras sigo acariciando su polla poco tiempo más hasta que se corre, ahogando un audible "Tae" para mí sobre mis labios.
Se termina de quitar sus últimas prendas y las mías mientras nuestras lenguas se acarician entre boca y boca. Sujetándome firme por la cadera me vuelve a colocar sobre él, quedando juntas mi erección con su nueva erección.
Me comienza a tumbar en el sofá, y separándose de mi boca baja lentamente hacia mi erección. Cuando llega y besa levemente la punta, haciendo que esta vibre a su tacto, pienso que la engullirá acto seguido. En vez de eso, sube mis piernas a sus hombros y con ayuda de sus manos levanta mi cadera un poco a la vez que se acerca.
Cuando menos lo espero, estoy arqueando mi columna vertebral y soltando un gemido que se podría oír a diez mil kilómetros mínimo, y tengo su lengua jugueteando dentro de mi ano, y su nariz tocando la parte más baja de mis testículos.
Su lengua entra y sale con rapidez y se pasea por todo el interior, deslizándose por todo lo que abarcan mis paredes e introduciéndose lo más profundo que da de sí. Mientras yo no consigo calmar mis gemidos agudos, de vez en cuando escucho a Hoseok gemir y gruñir en respuesta.
Cuando para y saca su lengua, siento un vacío enorme dentro de mí. Al momento es reemplazado por lo que deduzco dos dedos, que entran y salen rápido, parando de vez en cuando dentro para abrirse y cerrarse. De repente mete un tercero y comienza a penetrarme con ellos a un ritmo que no me da tiempo a soltar un gemido, puesto que ya estoy soltando el siguiente.
Cuando espero que meta un cuarto, me veo regocijado en mi equivocación, ya que de repente saca sus dedos; mentalmente me doy una bofetada porque de repente noto cómo empieza a introducir lentamente la punta de su pene.
Un leve punzón empieza a brotar, y no puedo evitar cerrar fuertemente mis ojos y mis puños, soltando sin darme cuenta una lágrima que Hoseok limpia con su lengua.
- Relájate, en seguida se pasará el dolor-. Me susurra cerca de mis labios, como si alguien fuese a oírnos, para a continuación besarme con cariño pero pasión a la vez- No pienso moverme hasta que tú me digas, tranquilo.
Continuó dándome caricias y besos por todas partes, haciéndome suspirar perdiendo cualquier noción de tiempo y lugar. Sintiendo una necesidad de movimiento, deslizo mis caderas hacia adelante y hacia atrás, provocándome una ligera molestia pero que acto seguido fue recubierta por un placer tremendo.
Hoseok comenzó a moverse, saliendo y entrando lento para luego volverse el movimiento más rápido y certero. En busca de más placer y mayor profundidad, comienzo a mover mis caderas al compás contrario del suyo, consiguiendo esa profundidad que quería y gimiendo como si fuese mi primera vez; sintiendo todos los sentimientos y todas las emociones posibles.
Cuando una estocada suya tocó en mi próstata, el placer que sentí no se comparaba con todo lo anterior; más cuando Hoseok al darse cuenta de ello siguió golpeando ese punto. Aquel punto lleva a la puta gloria señores.
Un gruñido gutural sale de su boca, anunciando que va a correrse. Dirijo mi mano hacia mi pene para proporcionarme mayor placer, ya que su velocidad no me satisfacía suficiente, pero su mano apartó la mía para producirme aquel placer él mismo, moviendo su mano al mismo tempo que entraba y salía de mí.
- Córrete. Tae, córrete para mí, muéstramelo.
Bombeó un par de veces más, y gimiendo su nombre en alto me corrí, manchando nuestros abdómenes. El lo hizo acto seguido dentro de mí, sintiendo como mi entrada se llenaba de su esencia y mis paredes se contraían contra su extensión. Se deslizó sobre mí, sin apoyar todo su peso para no hacerme daño, mientras ambos recuperábamos la respiración.
Una vez se calmó, comenzó a salir lentamente y se echó en el suelo de la habitación. Estiró su mano hacia la mía, y la acercó a su rostro para besarla. Tiró suavemente de mí para que me tumbase junto a él, y eso hice.
Cogió del sofá una manta que yo no vi cuando entramos y nos cubrió con ella a ambos. Se abrazó a mí, metiendo su cabeza en mi cuello y haciéndome leves cosquillas al rozar su nariz.
- Mmm... hueles a flores incluso después de tanto esfuerzo, me encanta...- Menos mal que no me puede ver en este momento, porque tengo tanto calor en la cara que estoy más rojo que el rojo putón. Y ese rojo es muy rojo.
- Tae...
- Dime, Hobi
- ¿Hobi?
- Sip, se me acaba de ocurrir. ¿No te gusta? Pensé que era muy bonito, lo siento
- No, no. O sea sí. Quiero decir que es bonito, no te disculpes. Bueno, lo que quería decirte es que no importa sea lo que sea que hayas tenido que vivir; no pienses más en ello y no es necesario que me lo cuentes porque yo no pienso obligarte. Simplemente olvídalo y piensa en ahora, en mí, en nosotros-. Levantó su cabeza de mi cuello para mirarme a los ojos con esa sonrisa tan tierna que tiene siempre. Posando levemente una mano en mi mejilla, comenzó a acercase- Como ya te he dicho reiteradas veces, no pienso dejarte nunca-. Sentía mis ojos arder y creo que una o dos lágrimas correr por mis mejillas, pero los labios de Hobi sobre los míos era todo lo que me importaba en ese momento.
Ambos nos quedamos profundamente dormidos en el suelo con aquella mañana. Jamás había podido dormir tan tranquilo y saber que tengo cualquier tipo de apoyo por parte de Hobi me hace sentir más seguro que nunca.
Por fin encontré a quien tanto busqué.
🐥🐤🐥
Espero que hayan disfrutado de esta dulce historia(?)
Y a ser posible no me tiréis ladrillos por el lemon vale, los tomates creo que son más blandos💔
Bueno, esto ya sí que es el final, así que muchas gracias por leer y llegar hasta aqui(?)
Bai.🐥
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro