- Oye, voz. ¿Por qué no te ríes más a menudo? Me gusta mucho tu risa, deberías hacerlo más-.

- No lo hago porque no tengo motivos-.

- Pues entonces yo te haré reír-.

Aquellas palabras enternecieron a la voz, haciéndole sentir pena por saber que una persona como Taehyung había muerto.

- ¿Y cuándo tienes intención de averiguar mi nombre?-

- En cuanto te haga felíz, seguro que acabaré sabiéndolo sin tener que pensar mucho-.

La voz se quedó callada por un instante, analizando sus palabras.

- Sabes que eso es un poco extraño, ¿verdad?- Le preguntó interrogante por si se había confundido.- Ni siquiera me conoces, no sabes cómo soy o mi nombre-.

- Bueno-, comenzó a decir mientras escogía en su mente las palabras adecuadas que quería usar.- supongo que tampoco es necesario que sepa todo eso. Mientras me sienta a gusto estando contigo, supongo que no tiene porqué importarme hacerlo; simplemente me da la impresión de que debería hacerlo-.

La voz se quedó mirándolo sin expresión, sin comprenderle. Se quedó en silencio observando cómo miraba de un lado hacia el otro al no saber dónde encontrar la voz callada.

- ¿Voz? ¿Estás ahí? No te vayas, por favor. No me dejes solo-. Taehyung movía con más desesperación la cabeza, intentando vez algo en aquella oscuridad.

- Estoy aquí, tranquilo. No te voy a dejar-.

Y la expresión de Taehyung se fue relajando poco a poco, a cuanto más le hablaba aquella voz.