Timebreaker
Si le preguntas a cualquier alumno del instituto Françoise Dupont, te dirá que Kim lleva una temporada siendo un pesado retando a todo el mundo sin importarle las consecuencias. Si le preguntas a sus mejores amigos, Max y Colette, te dirán que Kim necesita gastar toda esa energía que tiene de otra forma.
Kim podía retar a alguien, desde tirar una bola de papel al profesor hasta colarse en el despacho del director Damocles y decir algo estúpido por los altavoces. A veces convencía a la gente, y otras hacía los retos él mismo mientras llamaba a los demás gallinas. Y ya llevaba así casi dos meses.
Un día a finales de Octubre, en la cafetería, Alix Kubdel puso un ultimátum.
—¡Se acabó Kim! ¡Estamos hartos de tus retos! ¡Te reto a una carrera! ¡Si gano, no volverás a hacer un reto en todo lo que queda de curso!— Gritó Alix, señalando a Kim, subida en una mesa de la cafetería.
—¿Y si yo gano, qué? Enana.— Le respondió Kim levantándose de su asiento y cuadrando sus músculos para verse más alto, con una sonrisa burlona.
—Lo que quieras.
—Bien, acepto tu reto. Pero si gano me darás tus patines.
Eso sorprendió a todo el mundo, pues todos sabían cuánto amaba Alix a sus patines y patinar.
Alix se lo pensó unos segundos y entonces le respondió.
—Hecho. Hoy a las 5 de la tarde en el Trocadero.
—Allí nos veremos.
Este suceso revolucionó a todo el alumnado, sin exagerar. Todos querían que Alix ganara, todos la apoyaban y sin esperar ni un minuto más, empezaron a organizarse, Kim y Alix fueron con Colette y Max para ponerse de acuerdo con el recorrido de la carrera, las vueltas y las normas, mientras el resto de su clase pensaba en cómo demostrar su apoyo a Alix, hasta que Marinette se ofreció para hacer una pancarta en menos de 4 horas.
Cuando llegó la hora de salida todos se fueron dando ánimos a Alix, además de felicitaciones.
Adrien le propuso a Colette de irse juntos y así poder ir juntos a la carrera, pero Colette tuvo que negarse pues ella ya tenía planes con Max y Kim, se despidieron con un abrazo y cada uno se fue por su lado.
Colette, Kim y Max se fueron a casa de la primera mencionada, invitándolos a comer y a prepararse para la carrera de la tarde. Colette quería que Alix ganara, igual que todo el mundo, pero al ver que todos la apoyarían a ella pensó en apoyar a su amigo, pues no hacía nada malo.
Por otro lado Marinette se fue enfadada a casa, enfadada y celosa. No podía creer que Colette se acercara así como si nada a su amado Adrien, ¡y lo rechazó! A ver, se alegraba de que Colette rechazara irse con Adrien pues así no pasarían tanto tiempo juntos, pero ¿cómo era posible que prefiriera pasar tiempo con Kim y Max antes que con el chico perfecto que es Adrien? ¡Nadie rechazaba a Adrien! ¿Es que esa chica se cree tan guay cómo para rechazarlo? ¡Pues no lo es!
—Marinette, tienes que calmarte. Si sigues así acabarás haciendo mal la pancarta.— Tikki intentó tranquilizar a su portadora.
—Pero Tikki, ¿es que no has visto a esa... esa...? ¡Aaagggg!— Marinette gritó de la frustración, ni siquiera podía describir a esa chica.— ¿Cómo es posible que tenga toda la atención de Adrien para ella? ¡Encima aún no sé cómo averiguar sus sentimientos por Adrien sin preguntarle a ella directamente o a sus amigos!— Marinette se frotó la cabeza completamente frustrada por aquella chica.
—Marinette, estás exagerando, ¿por qué no te concentras mejor en hacer la pancarta?
—Sí, vale. *Suspira* Será lo mejor.— Y así, Marinette se concentró en hacer la pancarta.
Kim, Max y Colette salieron de casa de la chica despidiéndose de los amables señores De Rune y se fueron al Trocadero. Kim iba hablando de cómo seria la cara de Alix en cuanto le ganara y en cómo le quedarían sus patines.
—Pequeños Kim.—Habló obvia Colette.— Los patines de Alix te irán pequeños, no tenéis el mismo número de pie y ni siquiera os acercáis en la altura.
—¡Da igual! ¡Voy a tener patines nuevos!—Gritó emocionado Kim.
—De segunda mano Kim, no están nuevos.—Le contradijo Max.
—Déjalo Max, está en su mundo.— Le dijo Colette rendida viendo divertida a Kim, quien iba saltando y celebrando su aún inexistente victoria.
Fueron de los primeros en llegar al Trocadero, cuando llegaron solo estaban Alya, Nino, Rose y Juleka, y mientras esperaban a que llegaran los demás Colette se fue a hablar con Rose y Juleka.
Pasaron unos 15 minutos cuando ya estaban todos, incluso Chloe, que nadie sabía qué hacía ahí exactamente, excepto Marinette y Alix.
Colette estaba poniéndose de acuerdo con Max para ver quién sería el árbitro, cuando Marinette apareció enseñando la pancarta.
No estaba nada mal para haberla hecho en menos de 4 horas.
Adrien se acercó a felicitar a Marinette, pues realmente se había esforzado en la pancarta, sin darse cuenta de que sonrojaría a Marinette y lo celebraría más tarde en la privacidad de su cuarto, mientras se burlaba de Colette por haber conseguido un guiño del increíble y guapo Adrien Agreste.
—¡Sois el bando perdedor!— Interrumpió Kim los halagos hacía la pancarta de Marinette.— Creo que Alix no va a aparecer. Demasiado gallina para competir con un atleta como yo.
—¡No cantes victoria Kim!
Alix apareció con sus patines, interrumpiendo a Kim y haciendo una fantástica entrada.
Todos sus compañeros empezaron a celebrarlo y a animar a Alix.
—Se acabaron tus tontas apuestas y tus absurdos retos. Te voy a hacer morder el polvo, chulito.— Le desafió Alix.
—No eres rival para mi. Mi cuello es más ancho que tu cara.
Colette miró a Max en busca de respuestas y él solo se encogió de hombros.
Al ver a ambos cara a cara y desafiándose con la mirada, Colette pensó que este era un buen momento para intervenir. Se puso en medio de ambos y los separó.
—¡Repasemos todas las normas!—Gritó Colette.
—Dos vueltas alrededor de la fuente, unos 500 metros.— Informó Max.
—El primero en cruzar la línea de meta ¡gana!— Alix y Kim se pusieron tras la línea de meta, mientras Colette seguía hablando.— Si Kim gana, Alix tendrá que darle sus patines, si Alix gana, Kim no podrá volver a hacer un reto a nadie en todo lo que queda de curso.
Sus compañeros empezaron a gritar a Kim que odiaban sus retos y que estaban deseando que perdiera.
—No te preocupes Kim. ¡Tú puedes!— Le animó Colette.
—Gracias Colette, pero sé que voy a ganar.— Dijo Kim poniéndose en posición para la carrera.
El hecho de que Colette animara a Kim extrañó a Marinette. ¿Es que quería que siguiera con sus estúpidos e insoportables retos? Entonces se dio cuenta de que nunca vio a Kim retar a Colette. Había retado y apostado con todo el mundo, incluso con su mejor amigo Max y con chicos y chicas que ni siquiera conocía, pero nunca lo vio retar a la chica de trenzas. ¿Es que no le importaban los demás? ¿Cómo a ella no la retaban nunca le daba igual si Kim seguía con sus retos o no?
Mientras Marinette seguía con sus sospechas hacia Colette, ella y Max empezaron a dar las señales de salida.
—¡¿Preparados?!— Gritó Colette.
—¡¿Listos?!— La siguió Max.
—¡Espera!— Interrumpió Alix.
Kim, gracias a la "falsa salida", se cayó de cara al suelo quedando en una postura muy graciosa y provocando las risas de todo el mundo.
—¿Ya vas a abandonar?— Se burló Kim sin importarle que hace un momento se había caído.
Alix lo ignoró y se acercó a Alya y le dio un pequeño objeto mientras le decía que lo cuidara y después volvió a la meta.
—Bien, si ya estáis todos listos...— Habló Colette.
—¡¿Preparados?!—Gritó Max.
—¡¿Listos?!— Le siguió Colette.
—¡¡Ya!!—Gritaron ambos dando inicio a la carrera.
Todos empezaron a animar a Alix entre gritos y vitoreos, mientras que Colette y Max observaban en silencio la carrera, atentos a cualquier posible falta. Porque sí, al final ambos eran los árbitros, Max quería serlo porque a pesar de que era el mejor amigo de Kim era completamente imparcial y fiel a los números, mientras que Colette quiso serlo porque le emocionaba serlo, sin más.
Cuando Alix y Kim estaban a punto de acabar la segunda vuelta, con Alix a la delantera, Colette vio rodar a la pista lo que parecía ser un reloj de bolsillo y se dio cuenta de que aquello era lo que Alix le pidió a Alya que cuidara.
Colette quiso ir a cogerlo y asegurarse de que no le pasara nada, pero Max la cogió de la mano y le impidió ir.
—Max ¿qué haces? Ahí está el reloj de Alix.
—Colette si vas a por el reloj es muy probable que te interpongas en el camino de Kim o Alix, podrían hacerte daño.
—¡Con más razón hay que coger el reloj! ¡Podría romperse!— Y dio un tirón para que Max la soltara y fue a por el reloj.
Colette tenía la mano sobre el reloj cuando escuchó el grito de Adrien.
—¡¡¡LETTIE CUIDADO!!!
Lo siguiente que vio fueron los patines de Alix a toda velocidad, un crujido, escuchó a Alix quejarse y entonces, sintió todo el dolor de los huesos de su mano.
Alix pasó por encima de la mano de Colette, provocando su caída, que se rompiera su reloj y la mano de Colette.
Adrien fue corriendo con Colette, quien se sujetaba entre quejidos y lágrimas la mano derecha mientras los demás miraban asombrados la escena, sin saber muy bien qué hacer.
—¡Lettie! ¡Dios mío! ¡¿Estás bien?!— Adrien, con todo el cuidado que sus nervios le permitieron tener, miró la mano de su mejor amiga y vio cómo cambiaba rápidamente de su color natural a un rojizo y después a un morado muy feo.— Hay que llevarte al médico ya.
Cuando Adrien se levantó para ayudar a su amiga a levantarse y llevársela en su coche, un grito lo interrumpió.
—¡Colette! ¡¿Qué demonios te pasa?! ¡¿Es que querías sabotearme?! ¡¿Por eso animabas a Kim?!— La acusación de Alix dejó mudos a todos.
Colette quería contradecirla, reprocharla, hablarle, quejarse, defenderse, lo que fuera, pero la voz no le salía, era incapaz de pensar en otra cosa que no fuera en su mano malherida. Así que Adrien saltó en su defensa por ella.
—Alix, estás malinterpretando las cosas, Colette solo quería recoger tu reloj per-
—¡Mentira! ¡Todo el mundo estaba de mi lado excepto ella! ¡Se ha puesto en medio para que no ganara! ¡Y no contenta con ello me ha roto mi reloj!— Alix estaba tan enfadada que estaba hablando sin pensar.
Max, quien también conocía las verdaderas intenciones de su mejor amiga, intervino.
—Alix, estás en un error y Adrien tiene razón, Colette solo quería recuperar tu rel-
—¡¿Tú también estás de su lado?! ¡¿Es que soy la única que ha visto lo que ella ha hecho?!— Gritó enfurecida, señalando a la pobre chica que seguía arrodillada en el suelo, sujetándose su mano inflamada y morada.— ¡Me las vas a pagar Colette De Rune! ¡Ese reloj era una reliquia familiar!
Y sin más se fue, con los restos de su reloj y entre lágrimas de furia pura, pensando en lo que iba a decirle a su padre al ver que el reloj se había roto.
Marinette estaba en un conflicto interno, por un lado apoyaba a Alix, pues ella tampoco entendía porque Colette animaba a Kim, pero por otro lado, también vio como Colette quería coger el reloj y ahora estaba arrodillada en el suelo, llorando del dolor por su mano arrollada. Marinette al final decidió ir tras Alix e intentar aclarar el malentendido, si que era cierto que le daba rabia que Colette tuviera toda la atención de Adrien en aquél momento, pero creía que con el dolor de su mano ya tenía suficiente.
Mientras Marinette se iba corriendo tras Alix; Kim, Max, Rose, Juleka, Mylène y Adrien levantaron a Colette del suelo y empezaron a caminar lentamente hacía el hospital. Pero como siempre algo los interrumpió.
Alix se acercaba a toda velocidad hacia ellos. ¿El problema? Que ya no era Alix, si no una akumatizada.
—¡Corred!— Gritó Adrien.
Todos se separaron y empezaron a correr en direcciones distintas.
La adrenalina y el saber que tenía que transformarse hicieron olvidar gran parte del dolor a Colette, aunque no sabría muy bien cómo actuar, pues cuando era superheroína usaba ambas manos para casi todo, para disparar telarañas, usar su fuerza, salvar civiles, esquivar ataques, acrobacias o escalar paredes y techos, con una sola mano iba a estar muy complicada la cosa.
Colette se escondió entre unos arbustos y se secó las lágrimas con su mano sana.
—Colette, no creo que sea muy buena idea transformarte, estás herida.— Advirtió Silkk preocupado por su dueña.
—Lo sé Silkk, pero tampoco puedo ignorar al akuma. ¡Silkk, a trepar!
Spider-Lady vio como Timebreaker convencía a Rose de que la ayudara y cuando escuchó a Ladybug gritar supo que no debería tocarla. Con su mano izquierda lanzó una telaraña a la espalda de Rose y tiró con fuerza, la atrapó con ambas manos, mordiéndose la lengua para evitar quejarse del dolor palpitante de su diestra e instó a Rose para que huyera.
—No pienso dejar que te salgas con la tuya Timebreaker.— La advirtió Spider-Lady.
Timebreaker solo gruñó enfadada y se fue patinando a por más víctimas. Ladybug se acercó a Spider-Lady.
—Hay que destruir su akuma antes de que todo el mundo desaparezca Spider-Lady.— Le dijo Ladybug.
—¿Pero por qué desparecen?
—Timebreaker absorbe su energía al tocarlos, quiere viajar atrás en el tiempo, y entre más energía consiga más atrás viajará.— Explicó Ladybug.
—De acuerdo, vamos, ya nos alcanzará nuestro gatito.— Y así ambas fueron a perseguir a Timebreaker.
Spider-Lady y Ladybug alcanzaron a Timebreaker justo después de que paralizara a Mylène, Spider-Lady se regañó mentalmente por ello.
—Un minuto y medio.— Celebró Timebreaker.— Allí dónde me dirijo no podréis detenerme Ladybug y Spider-Lady.
El bastón de Chat Noir tocó levemente el hombro de Timebreaker llamando su atención.
—Déjame adivinar, ¿estamos jugando al pilla-pilla y tú la llevas?— Bromeó Chat Noir.
—Exacto.— Timebreaker patinó hacia él enfadada.
—¡Qué no te toque!— Gritó Spider-Lady.
Chat Noir saltó por encima de la cabeza de Timebreaker esquivándola por completo.
—Fallaste, y ha sido por un pelo.— Celebró Chat Noir.
Timebreaker dio media vuelta frustrada, iba a volver a atacar a los héroes cuando Alya le llamó la atención. Decidida a ir a por una presa fácil, Timebreaker persiguió a Alya hasta paralizarla.
—¡NO!— Gritó Ladybug.
Timebreaker se alejó patinando de los héroes y se fue a paralizar a más civiles.
Spider-Lady, Chat Noir y Ladybug la siguieron, pero ellos iban corriendo y Timebreaker sobre ruedas, y a pesar de tener superpoderes, a base de velocidad Timebreaker los ganaba.
—Caramba, no pierde el tiempo ¿eh?— Bromeó Chat Noir.
—Cuanta más gente paraliza más minutos retrocederá en el tiempo. Si no atrapamos el akuma los que están paralizados desaparecerán.— Le explicó Spider-Lady.
Chat Noir golpeó con su bastón al estómago de Timebreaker, y manteniéndolo ahí, evitando que paralizara a Iván.
—Las manos quietas Correcaminos.— Le dijo Chat Noir.
Timebreaker se rio, agarró el bastón y tiró con fuerza de él tirando a Chat Noir, y cuando estuvo a punto de tocarlo, Spider-Lady abrazó con fuerza a Chat Noir y se interpuso entre él y Timebreaker, provocando que la tocaran a ella.
—¿Arañita? No...— Chat Noir no entendía porqué Spider-Lady lo hizo.
Ladybug tampoco podía creerse lo que estaba viendo, su compañera de batallas estaba despareciendo.
Timebreaker estaba sorprendida, había logrado toda la energía que necesitaba con aquella superheroína.
—¡Vaya! ¡Seis minutos de golpe! Debe de ser una recompensa por lo repugnantes y asquerosas que son las arañas.— Se rio mientras se burlaba.— Tengo que irme, el pasado me espera.— Timebreaker quiso coger el prodigio de Spider-Lady.
—Atrévete. Vamos.— La retó Chat Noir enfurecido.
Chat Noir, Ladybug y Timebreaker empezaron una pelea de puro forcejeo, pero Chat Noir acabó ganando cuando la lanzó.
Timebreaker se dio media vuelta y empezó a patinar a toda prisa, Ladybug enredó su yo-yo mágico en su cintura, pero eso no la frenó. Timebreaker se llevó a rastras a Ladybug, Chat Noir también intentó pararla sujetando a Ladybug pero Timebreaker iba a demasiada velocidad.
Timebreaker no paró hasta cruzar unos rayos, y al parar de golpe provocó que tanto Ladybug como Chat Noir salieran rodando por el suelo.
—¿Qué... qué ha pasado?— Preguntó Ladybug.
—No... no estoy muy seguro Bichito.
Ladybug gruñó por el apodo, pero no dijo nada al saber que ese no era momento, se levantó y miró a su alrededor, vio a Kim y a Alix completando la ultima vuelta de su carrera, se vio a si misma como Marinette y a todos sus compañeros vitoreando la carrera.
—Chat Noir, mira.— Señaló a los estudiantes.— Realmente hemos vuelto al pasado.
—Ay va.— Dijo sorprendido.
En cuanto Timebreaker vio el reloj en el suelo y a Colette a punto de cogerlo, saltó desde lo alto del Trocadero gritando por su reloj, pero su aparición no cambió lo que ya ocurrió, pues Alix igualmente acabó arrollando la mano derecha de Colette, su reloj acabó igualmente roto y la mano de Colette acabó igualmente rota.
—¡Ladybug! ¡Chat Noir! ¡Esta vez ha sido culpa vuestra!— Acusó enfurecida Timebreaker.
Chat Noir, cual gato, bufó enfadado, pues literalmente ni él ni Ladybug hicieron nada.
—¡¿QUÉ?!
Alix vio su reloj aplastado, y al igual que en el "futuro" se enfureció con Colette, lo que provocó otra akumatización y que hubiera dos Timebreaker's. Obviamente ambas se unieron y se dispusieron a ir contra los héroes.
Chat Noir fue por la derecha y Ladybug por la izquierda con la intención de rodear a las Timebreaker's, pero cada uno se encontró por separado son su "yo" civil, y al aclararse que realmente eran la misma persona, volvieron a por las villanas.
Las Timebreaker's estaban frente a frente con Ladybug y Chat Noir del futuro, la tensión estaba en el aire, hasta que apareció un segundo Chat Noir y la Spider-Lady de aquél presente.
Spider-Lady estaba hecha un lío, no entendía cómo es que habían dos Chat Noir's.
—Spider-Lady, ahora no puedo explicártelo pero hay que conseguir el akuma de Timebreaker.—Le dijo completamente seria Ladybug.— Está en juego tu vida.
—De acuerdo, pero... ambos Chat Noir's están de nuestro lado... ¿verdad?— Preguntó confusa Spider-Lady.
—Pues claro que sí Arañita.— Le respondieron ambos a la vez, con un toque coqueto.
Ladybug solo rodó los ojos y se concentró en las Timebreaker's.
—Con la energía de esos cuatro ambas podríamos ir más atrás en el tiempo.— Señaló una de las Timebreaker's.
—Quiero mi reloj, así que, adelante.— Habló la segunda Timebreaker.
—Spider, pase lo que pase, no dejes que te toquen.— Advirtió el Chat Noir del futuro.
—Vale.
Entonces los cuatro se lanzaron al ataque.
El Chat Noir y la Spider-Lady, con mucha más dificultad de lo normal por su mano rota, de este presente pelearon contra Timebreaker de su mismo lado del tiempo, mientras que Ladybug y Chat Noir del futuro peleaban contra Timebreaker del futuro.
El cuarteto de superhéroes, a la larga, consiguió tumbar al dúo de supervillanas, a lo que ambas, frustradas, se dispusieron a conseguir energía para ser más rápidas y poder contra los héroes.
Los héroes fueron corriendo detrás de ellas, pero no conseguían alcanzarlas, eran demasiado rápidas y entre más civiles tocaban, más rápidas se hacían.
Con la energía completa, el dúo Timebreaker dio media vuelta y enfrentó al cuarteto de héroes. Estos se pusieron en guardia y se prepararon para pelear en cuanto vieron como se acercaban a ellos a toda velocidad, pero un yo-yo que vino desde lo alto del Trocadero las paró y las tumbó.
—¡¿Necesitáis ayuda?!—Gritó la Ladybug del presente.
—¡Gracias!—El par de héroes que vinieron del futuro le agradecieron.
El Chat Noir de aquél presente no se extrañó, pues si podía haber dos Chat Noir's, también podían haber dos Ladybug's.
En cambio Spider-Lady estaba que le estallaba el cerebro. Habían dos akumatizadas, con el mismo objetivo y la misma motivación, dos Chat Noir's y ahora dos Ladybug's, por no hablar de que tenía que lidiar con el dolor palpitante y creciente de su mano. Spider-Lady creyó jurar que le salía humo de la cabeza.
Un mal movimiento de su mano le hizo soltar un quejido, lo que alertó a sus cuatro compañeros.
—¿Estás bien Spider?— Preguntaron a la vez los Chat Noir's preocupados.
—Sí... *Quejido* Solo... un arañazo— Spider-Lady le quitó importancia al asunto.
—Son muy buenas patinadoras.— Observó Ladybug del presente.
—E insuperables en el suelo.— Comentó Ladybug del futuro.
—Eehhh... ¿Y si no van por el suelo?— Puntualizó Ladybug del pasado.
—¿Y cómo pensáis conseguirlo Bichitos?— Obvió Chat Noir del futuro.
Spider-Lady se sentía como en un partido de tenis o de pimpón, miraba de un lado a otro a sus compañeros sin entender nada.
Las Timebreaker's empezaron a patinar lejos del ahora quinteto de héroes, eran demasiados.
—Van a ir al pasado otra vez.— Dijeron Ladybug y Chat Noir del futuro a la vez.
—¡Lucky Charm!— Ambas Ladybug's invocaron su poder, a la del futuro le dio una cuerda, y a la del pasado un cono de tráfico.— ¿Alguna idea?— Ambas se miraron sin saber qué hacer.
—Mientras os lo pensáis, nosotros vamos ganando tiempo.— Y así ambos Chat Noir's se fueron a por Timebreaker's.
—¿Qué puedo hacer para ayudaros?— Preguntó Spider-Lady.
—Trae ese cartel de ahí y sígueme.— La mandó Ladybug del presente, y así las tres superheroínas se pusieron manos a la obra.
Las Timebreaker's, al dar media vuelta para esquivar los bloques que los Chat Noir's derrumbaron, se encontraron con Spider-Lady y decidieron ir a por ella.
Spider-Lady las esquivó dando una voltereta, ató sus patines con la cuerda de Ladybug del futuro y se aseguró de que no fuera a soltarse con su telaraña. Su sonrisa de victoria por completar su parte del plan no duró ni un par de segundos, pues su mano dominante aún le dolía horrores y el esfuerzo físico al que la estaba sometiendo solo lo empeoraba.
Por otro lado, las Ladybug's consiguieron los patines y purificaron el akuma, y después lanzaron sus Lucky Charm's y lo arreglaron todo, volviendo a ser una Ladybug, un Chat Noir y una Alix.
Spider-Lady, al ver que todo se había arreglado, se fue corriendo sin despedirse de sus compañeros, pues sabía que en cuanto sus amigos recordaran que ella seguía herida, irían a buscar su "yo" civil.
Ladybug, con el reloj de Alix arreglado, se acercó a su dueña para devolvérselo.
—No debería haber culpado así sin pensar en Colette, la culpa es mía por confiar el reloj a otro, y encima tiene la mano herida, me siento fatal.—Se lamentó Alix después de agradecer a Ladybug que le arreglara el reloj.
—No te preocupes, a veces aunque no lo parezca, con una disculpa se arreglan los malentendidos, prueba a ver.— La aconsejó Ladybug.
—Lo intentaré, gracias por todo Ladybug.— Y así Alix se fue a buscar a su compañera de clase y ver cómo se encontraba.
—Ladybug, ¿has visto a Spider-Lady?— Preguntó extrañado de no verla Chat Noir.
—No, creía que estaba contigo.— Al ver la cara apenada de su compañero, Ladybug intentó animarlo.— Tranquilo Minino, tal vez se haya ido antes, parecía estar herida.
—Precisamente por eso quería hablar con ella.— Contestó preocupado Chat Noir.
—No te preocupes, la verás esta noche en la patrulla. Adiós Chat Noir.
Después de una muy larga lista de disculpas de Alix hacia Colette, llamar a sus padres, ir todos al hospital para acompañar a Colette y que le envolvieran casi por completo la mano* y que le afirmaran que efectivamente estaba rota, Colette se fue con sus compañeros, después de suplicar a sus padres y prometer que tendría cuidado, a celebrar el cumpleaños de Alix y su victoria en la carrera.
Colette estaba comiendo una crepe de jamón y queso mientras escuchaba las quejas de Kim por su derrota.
—¿Pero cómo es posible que perdiera? Aaaggg... Bueno, por lo menos estamos a finales de Octubre, puedo sobrevivir hasta Diciembre sin hacer retos.
Eso provocó la risa en Colette.
—Kim, se supone que tienes que dejar de hacer retos durante el resto del curso escolar.— Le aclaró Colette.
—¿Ah?
Colette se rio a carcajadas por la ingenuidad de su amigo y se fue entre risas, dejando que Max le aclarara las consecuencias de haber perdido correctamente.
Mientras buscaba algún zumo o algo que pudiera beber, se topó con Adrien.
—Hey Adri, ¿qué tal?
—Bien, bien, pero... ¿no crees que debería preguntarte eso yo a ti?— Adrien estaba realmente preocupado por su mejor amiga.
—Oh bueno, ahora ya estoy mejor, no te preocupes, ya no duele tanto.— Respondió restándole importancia mientras le enseñaba su mano vendada.
Adrien le cogió la mano con tanto cuidado como si del diente de un Diente de León* se tratara.
—Cuando te vi... herida y llorando...— Adrien no sabía porque le decía aquello a Colette, pero necesitaba hacerlo.— Me asusté muchísimo. Me sentí impotente porque pude haber evitado que esto sucediera y no lo hice.— Adrien no miró los ojos rojizos de Colette en ningún momento, se sentía incapaz de hacerlo y no apartó la vista de la mano vendada de su amiga.— Lo siento muchísimo Colette.
Colette apartó la mano vendada de las manos de su amigo, y con ella y su mano sana, le acarició las mejillas y el pelo.
—No tienes nada de qué preocuparte Adri, estoy bien, solo es una mano rota, los huesos se curan.
Adrien no pudo evitarlo y la abrazó, porque realmente no soporta la idea de que Colette esté mal o le pase algo. El sentimiento de impotencia que tenía era tan grande como el que había sentido cuando también vio a Spider-Lady malherida y no pudo ayudarla. Pero Colette lo hizo sentir bien con tan solo abrazarlo, tal vez Ladybug tenga razón y deba esperar pacientemente a la patrulla de aquella noche para ver que todo estuviera correcto.
La tarde pasó tranquila para los adolescentes, entre risas y chistes y alguna que otra broma a la cumpleañera.
Sin darse cuenta, el tiempo pasó volando y Colette ya había cenado y ya se estaba preparando para la patrulla de aquella noche.
Se transformó en Spider-Lady y se sorprendió de ver que las vendas de su mano permanecían fuera de su traje, pero ignoró el detalle, cogió la caja de macarons y la sorpresa para sus compañeros de batalla y los metió en una bolsa, se puso una chaqueta al ver que iba a ser una noche fría y salió por la ventana de su cuarto.
Cuando llegó a lo alto de la Torre Eiffel notó que era la última en llegar.
—¿Llego tarde?
Sus compañeros se dieron la vuelta, pues Spider-Lady apareció tras ellos, y la vieron sorprendidos, pues no estaban del todo seguros de que al final fuera a aparecer.
—Spider-Lady, me alegro de verte.— La saludó Ladybug mientras Spider-Lady se acercaba a ellos.— ¿Estás bien?
—Oh sí, no os preocupéis, es que me herí poco antes de transformarme, por ello estaba un poco... "quejica" durante la batalla.— Explicó Spider-Lady enseñando a sus compañeros su mano vendada.— Se me curará en un mes, estoy bien.
—Bueno, es un alivio saber que estás bien, nos habías preocupado.— Respondió Chat Noir con sus orejas gachas.
—Y por ello os he traído algo para disculparme antes de empezar a patrullar.
Eso extrañó a los héroes, no se esperaban ningún detalle. Spider-Lady los animó a sentarse, cuando lo hicieron, sacó de la bolsa la caja de macarons.
—¡TA-DA! Macarons para compartir. Hay un par de cada sabor, así que elegid lo que más os guste.— Spider-Lady dejó la caja en medio de los tres para que todos pudieran coger sin problemas.
—Vaya, muchas gracias Spidey.— Dijo Ladybug cogiendo uno.
—Sí, muchísimas gracias Arañita.— Chat Noir también cogió uno, pero antes de poder probarlo, se dio cuenta de una cosa.— Arañita, ¿cómo piensas comer tú? Tu máscara te cubre la cabeza entera.— Chat Noir y Ladybug miraron atentos a Spider-Lady, pues tampoco querían comer si ella no podría.
—Bueno, eso lo he hablado precisamente con mi kwami, me ha dicho que me puedo quitar la máscara sin problema alguno.
—Pero eso revelaría tu identidad.— Reprochó Ladybug.
—En realidad me ha dicho y me ha asegurado que mientras no diga concretamente quién soy o me des transforme no sabréis quien soy, pues parte del poder de un kwami es esconder la identidad de su portador.
Ladybug se lo pensó un momento antes de responder.
—En ese caso... Quítatela sin miedo.— Le contestó convencida.
Spider-Lady se quitó la máscara revelando su largo pelo rosa volando al compás del viento, pues lo tenía suelto, unos bonitos y grandes ojos marrones rojizos, una nariz pequeña pero adorable, unos labios gordos y rojizos y una piel blanca.
Tanto Ladybug como Chat Noir la miraron impresionados, pues su compañera era realmente hermosa.
El trío disfrutó de la agradable noche bajo las estrellas y de unos deliciosos macarons, pero cuando estaban a punto de terminárselos, Spider-Lady recordó que tenía una sorpresa para los héroes.
—¡Casi me olvido!— Ladybug y Chat Noir miraron sorprendidos a su compañera por el repentino grito mientras ella rebuscaba en su bolsa la sorpresa.— Tengo algo que enseñaros, tal vez lo hayáis visto, pero al ser este de los primeros en ser fabricados pensé que lo más probable es que no fuera así.
Ni Ladybug ni Chat Noir sabían de que hablaba.
—¿De qué hablas Arañita?— Le preguntó Chat Noir.
—¡De esto!— De la bolsa Spider-Lady sacó un paquete grande con un par de juguetes dentro que sorprendió a sus compañeros.— ¡Lo compré ayer por la tarde! ¡Lo vi y no pude evitar reírme! ¡Ya están haciendo juguetes de nosotros!
Ladybug y Chat Noir se vieron contagiados por sus risas, pues realmente ninguno pensó que harían un juguete infantil de él.
—¿Por qué has comprado eso?— Dijo entre risas Ladybug.
—¡Por qué os han hecho horribles!—El comentario de Spider-Lady solo provocó más risas.
—¿Y no tienes un juguete de ti?— Preguntó curioso Chat Noir cuando dejó de reírse.
—¿Para qué quiero un juguete de mi misma? ¡Es más divertido comprar un juguete de vosotros!
Al final tardaron varias horas en hacer la patrulla realmente, pues entre risas y juegos con los nuevos juguetes, además de algún que otro reproche o queja de Ladybug, el tiempo se pasó volando, y aunque aquella noche no pudieron dormir las horas necesarias, realmente se lo pasaron muy bien.
*La mano envuelta de Colette (pero con una tablilla en la palma):
*Diente de León:
5256 Palabras
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