Reflekta
El que no comente es homófobo >:)
Advertencia: Nada lo dicho en este capítulo es con la intención de ofender ni denigrar de ninguna forma a la comunidad transgénero y/o transexual, solo es una ficción sobre un trío de adolescentes fastidiándose mutuamente.
—¡Colette ya está el desayuno!— Escuchó gritar a su madre.
—¡Voy!— Colette cogió su bolso y su mochila ya preparadas y se los llevó al comedor, ya listos para cuando se fuera.— Buenos días.— Saludó a sus padres sentándose en la mesa.
—Buenos días Estrellita.— La saludó de vuelta su madre sirviéndole el desayuno.
—Buenos días Princesa.— La saludó su padre con su taza de café en mano.
—Hoy te toca la foto del curso, ¿cierto?— Le preguntó su madre sentándose en la mesa a desayunar.
—Sí, creo que sí.— Respondió Colette antes de beber de su taza de leche.— ¿Por qué la pregunta?
—Bueno, es que se me hace raro que no te hayas arreglado.— Contestó su madre.
—¿Me veo mal?— Cuestionó preocupada Colette.
—No no, cariño estás preciosa. Me refería a que no te has arreglado más de lo normal como todos los años.— Le aclaró rápidamente su madre.
—Ah bueno, es que quiero salir más natural este año, para cuando vea la foto y realmente me vea como soy realmente.
—Eso suena muy bien.— Dijo su padre con una sonrisa.
—Gracias.— Colette se terminó su croissant y su taza de leche para levantarse de la mesa.— Tengo que irme ya, nos vemos.
Colette se despidió de sus padres y de su gata, cogió sus cosas y salió de su casa con los cascos, activando su playlist.
La pelirrosa tuvo una mañana muy normal, hablando con sus amigos como de costumbre y haciendo sus actividades escolares rutinarias, hasta que llegó el momento tan esperado del día por muchos, el momento de la foto.
Colette estaba con Rose y Juleka, observando el trabajo del fotógrafo de Adrien, quien parecía hacer un muy buen trabajo.
—Odio el día de las fotos.— Murmuró apenada Juleka.— Odio que me hagan fotos... Odio las fotos.
—Eso suena muy... pesimista, ¿no crees?— Cuestionó nerviosa Colette sin saber muy bien que decirle a su amiga.
—Es la realidad.
—Vamos Juleka, eso no es cierto.— Dijo animada Rose.— Ya verás que no pasa nada esta vez.
—¿Esta vez? ¿A qué te refieres?— Preguntó curiosa Colette al no saber a qué se refería la amante del rosa.
—Todos saldrán en la foto menos yo.— Farfulló pesimista Juleka.
—No Juleka, escúchame, olvídate del gafe, esta vez saldrá bien, lo noto justo aquí— Le aseguró positiva Rose señalando su propio corazón.
—¿Qué es lo del gafe?— Preguntó Marinette entrando en la conversación.
—Ocurre desde que era pequeña, cada vez que alguien me hace una foto resulta que siempre salgo mal.— Murmuró deprimida Juleka.
—Pero eso solo fueron accidentes Juleka.— Le negó con más positivismo Rose.
—¿La paloma?— Le recordó Juleka.
—Vale, eso fue muy mala suerte...— Cedió Rose.
—¿De qué paloma habláis?— Cuestionó curiosa Colette; Juleka no tardó en enseñarle la foto.— Ouh... Escucha eso es el pasado y en el pasado no nos tenías a nosotras para evitar que estas cosas ocurrieran, esta vez te harán la foto y saldrás preciosa.— Le aseguró Colette apoyando a su amiga.
—Exacto, estamos contigo Juleka.— La apoyó Marinette.
—Vale, a lucir vuestras blancas perlas.— El fotógrafo de Adrien, llamado Giuseppe, les llamó la atención anunciando que su sesión de fotos empezaría.— Vosotros, sentaos en el banco, deprisa, me quedan otras dieciséis clases.— Apresuró señalando a los que quería que se sentaran en el banco.
Max, Alix, Rose, Marinette y Mylène se sentaron en frente en ese orden, y mientras Giuseppe decidía donde se sentarían el resto de sus compañeros, los jóvenes se entretenían hablando y charlando entre ellos.
—Estáte tranquila Juleka, seguro que todo sale bien.— La tranquilizó Colette con una sonrisa.
—Gracias Colette.
—¡Venga renacuajos! ¡Sacaos ya el pulgar de la boca!— Les gritó Chloé a los que estaban sentados, provocando risas en Sabrina.
—¿Por qué no te sacas a ti el pulgar? No se te entiende.— Se metió Colette, enfadada de que se metiera con sus amigos.
—¿Perdona? ¿Qué has dicho?— Exclamó Chloé completamente indignada.
—Lo siento, pero es que aún no te entiendo, deja de ser una puta bebé y habla como una adulta, ¿no?
Más de uno se sorprendió ante las duras palabras de la pelirrosa, pero ello no se arrepentía de haberlo dicho, estaba harta de la horrible actitud de la rubia, no iba a seguir dejando que hablara así a sus amigos.
—Aagg... Tú-— Gruñó Chloé dispuesta a amenazarla como hacía con todo el mundo, pero el fotógrafo la interrumpió.
—Vale, siguiente fila, tú, tú, tú y tú.— Señaló Giuseppe
—¡¿Ah?!— Chilló indignada Chloé.— No, que va, yo voy al lado de Adrien, en la fila de en medio.— Decretó Chloé pegándose al mencionado.— Y en el centro, mire, medimos lo mismo— Dijo señalando la media cabeza que tienen de diferencia.
—Nah, te pondrás allí, detrás del resto.— Le aclaró calmado Giuseppe y sin tomarle importancia.
Aún más indignada, Chloé se acercó al fotógrafo con fuertes pisotones.
—¿Cómo se atreve a ponerme detrás del resto? ¿Sabe usted quién es mi padre?— Lo amenazó.
—No. ¿Es fotógrafo?— Contestó sin importarle nada el berrinche que la joven estaba haciendo.
—No, es el-
—Vaya, me vendría bien un ayudante.— Lamentó Giuseppe.— Ahora ponte en tu sitio o te pongo delante con los peques.— La amenazó juguetón.
Chloé gruñó completamente furiosa y en contra de su voluntad se fue a la ultima fila con Nathaniel, Alya, Colette y Sabrina.
—Los demás en la fila de en medio.— Pidió amablemente Giuseppe al resto de la clase.
Tras colocarse, el fotógrafo fue rápidamente tras su cámara, pero Colette notó que Juleka no estaba por ninguna parte, se había quedado quieta sin moverse cuando le dijeron que se pusiera en la foto.
Colette levantó la mano.
—¡Hey! Eso te incluye Juleka.— Llamó la pelirrosa a su compañera.
El resto de sus compañeros no tardaron en llamarla.
—¡Sí Juleka! ¡Ven!
—¡Puedes ponerte aquí!
—¡No podemos hacer foto sin ti!
—¡Aquí hay un sitio!
—¡Ven Juleka!
—Ay, perdón, culpa mía.— Se lamentó el fotógrafo corriendo hacia la muchacha.— Ponte en el medio, justo al lado del chico rubio.— Le señaló amable.
Juleka, encantada con sus compañeros y con la oportunidad de tener una buena foto, caminó tímida hacia los bancos y se metió en la fila de en medio, colocándose al lado de Adrien como le habían indicado.
—No, no funciona, algo aquí no va bien.— Se lamentó el fotógrafo tras observar la colocación de los alumnos.
—Claro que no va bien, estoy en mal sitio.— Le echó en cara Chloé, pero fue completamente ignorada.
Giuseppe empezó a mover a Iván de un lado a otro intentando equilibrar la foto para que quedara perfecta, pero no encontraba un lugar adecuado para el enorme alumno. Lo puso en la fila de arriba, en la de abajo, arriba de nuevo... Pero la foto no quedaba equilibrada.
—Señor eh... ¿hay algún problema?— Preguntó el Sr. Damocles sin entender porque Giuseppe hacía tantos cambios por un alumno.
—Da igual donde te ponga, la foto queda desastrosa.— Maldijo cansado Giuseppe.
—¡Mi sitio es inaceptable!— Chilló enfurecida Chloé para empezar a empujar a Juleka desde lo alto con tal de ponerse al lado de Adrien.
—Chloé, como no dejes a Juleka ahora mismo seré yo la que te empuje y te aseguro que no te gustará.— La amenazó con una mirada completamente terrorífica, haciendo que la joven rica se acobardara por largos momentos.
—Chloé Bourgeois, compórtate.— La regañó la Srta. Bustier.
—Venga Chloé, no es clase de gimnasia.— Bromeó Adrien para bajar un poco la tensión que se formó en un instante.
El fotógrafo volvió a ignorar a Chloé para volver a hacer una recolocación de los alumnos. En el primer banco puso a Max, Marinette, Mylène, Alix y a Rose en ese orden, tras ellos estaban Nino, Adrien, Juleka, Kim e Iván, y arriba en el segundo banco estaban Nathaniel, Colette, Alya, Sabrina y por último Chloé, quien según ella estaba lejísimos de Adrien.
—¡Sí! ¡Perfecto!— Celebró Giuseppe al encontrar el equilibrio perfecto en la foto.
—¡Claro que no! ¡No es perfecto para nada! ¡No estoy al lado de Adrien!— Chilló indignada Chloé.
Colette escuchó el suspiro que dio Adrien, pues estaba justo detrás de él, al escuchar las repetitivas quejas de su amiga de la infancia.
—¿Cómo la soportas?— Le preguntó en un susurro en el oído, sorprendiendo y sonrojando al joven rubio.
—¿A-A quién?— Preguntó nervioso intentando ignorar el cosquilleo el cálido aliento que la hermosa adolescente le provocaba.
—A Chloé, ¿a quién si no?
—B-Bueno, eso es porque es mi amiga de casi toda la vida, le tengo mucho aprecio, es buena cuando se lo propone.— Intentó excusarla como tantas veces.
—Querido Adri, eso que sientes es cariño por los recuerdos, no por la persona.
—¿Qué?— Preguntó al no entender lo que quiso decir.
—Lo acabarás entendiendo, créeme.— Y sin decir nada más se puso recta en su sitio.
—Vamos Chloé, hay que fotografiar dieciséis clases.— La calló con calma el Sr. Damocles.— Siga caballero.
—Decid spaguetti.
—Spaguetti.— Dijeron todos con sus mejores sonrisas.
—¡Aagg! ¡No me lo creo! Lo siento, tengo que ir a por otra batería, que nadie se mueva.— Se disculpó velozmente Giuseppe para ir rápido a por otra batería para la cámara.
Era la segunda vez que le pasaba hoy, tendría que llevar la cámara a que la revisen y eso iba a salirle caro.
—Oye, ¿a qué te referías antes con...— Adrien iba a preguntarlo por la cosa de los recuerdos que dijo Colette y él no entendió, pero el grito de Sabrina los desconcertó.
—¡Señorita, también tengo que ir!
—De acuerdo, pero rápido.— Aceptó la profesora.
Colette miró con sospecha el como Sabrina corría al baño tras Juleka, normalmente le importaría tres pimientos pero... Miró a Chloé y vio la sonrisa triunfal en su cara.
Hoy no perra. Hoy estoy yo.
—¿Lettie?— La llamó de nuevo Adrien al no recibir respuesta a su pregunta.
—Lo siento Adri, luego hablamos.— Colette se acercó a la Srta. Bustier.— Srta. Bustier, Juleka me ha pedido por mensaje una compresa, iré a llevársela.— Le susurró discreta señalando su móvil y su bolso.
—Muy bien, si necesitáis cualquier cosa podéis pedírmela o ir directamente a enfermería, ¿de acuerdo?— Ofreció preocupada por su alumna la profesora.
—Muchas gracias Srta. Bustier.— Agradeció sincera Colette antes de correr hacia los baños, realmente tenían a la mejor profesora.
Colette entró al lavabo dando un portazo y asustando a Sabrina, la única que no estaba evidentemente en un baño, quien estaba colocando una silla bajo la manilla de una de las puertas.
—Muy bien Sabrina, vamos a ser claras.— Habló con una voz potente y acercándose paso a paso a Sabrina, asustándola.— No voy a hacerte nada porque soy consciente de que Chloé te utiliza pero tampoco voy a perdonarte porque tú nunca haces nada y la sigues en todo lo que hace así que solo te lo diré una vez.— Colette pateó la silla que bloqueaba la puerta lanzándola contra la pared pero sin darle a nadie.— No hagas su trabajo sucio y tú y yo estaremos bien, no te metas con nadie y estaremos bien, no toques a mis amigos y estaremos bien. ¿Lo has entendido?— Sabrina asintió tán rápido que parecía un muñeco, pero Colette daba mucho más miedo que Chloé y no quería contradecirla.— ¡Largo!
Y como un perro con la cola entre las patas, Sabrina huyó despavorida del lugar.
Colette respiró hondo y se obligó a relajar sus músculos antes de tocar la puerta cerrada en la que asumía estaba Juleka.
—¿Juleka? ¿Estás bien?
Juleka le abrió la puerta despacio, pues se asustó un poco ante el potente tono de voz que usó Colette, ni siquiera parecía ser ella.
—Nunca te había escuchado así de enfadada.— Murmuró tímida saliendo de los baños.
—Siento si te he asustado, pero es una técnica que aprendí en mi otro instituto, funciona con todo el mundo excepto con los que están tan o más locos que tú.— Comentó risueña, bajando la tensión del ambiente y sacándole una sonrisa a la más alta.
—¿Te trataron mal tus compañeros para que tuvieras que aprender eso?— Preguntó temerosa de meterse donde no la llamaban.
—Nah, mis compañeros no, solo una persona, pero la técnica que aprendí con ella me ayudó en muchos problemas.— Contestó sin ahondar de más.— ¿Lista para la foto?
—Lista.
Colette le dio la mano a Juleka y la llevó consigo al patio, guiándola hasta sus compañeros pero... el director Damocles ya estaba colocando a otra clase para hacer otra foto.
—¿Qué cojones ha pasado?— Preguntó Colette al aire.
—Me he perdido la foto.— Murmuró enfadada Juleka soltando la mano de Colette.
—Vamos Juleka, no te pongas así, iremos a hablar con-
—¡No! No servirá, mientras Chloé salga en la foto yo no podré estar.— Y sin dejar responder a la pelirrosa, la pelinegra con mechas moradas salió corriendo del instituto.
—¡Espera Juleka!— Le pidió a gritos Colette, pero cuando quiso ir corriendo tras ella la interrumpieron.
—¡Colette! ¡Estás aquí!— La pelirrosa miró tras ella y vio a Marinette liderando al resto de sus compañeros, acercándose todos, excepto Chloé y Sabrina, a ella.— ¿Qué ha pasado con Juleka?
—Chloé mandó a Sabrina a que la encerrara en el baño y fui a impedirlo, pero parece que no llegué a tiempo.
—Lo siento, hemos intentado hablar con los adultos pero...— Se lamentó el joven modelo.
—No es culpa tuya.— Lo tranquilizó Colette.
—¿Dónde está Juleka ahora?— Preguntó preocupada Rose.
—Se ha ido corriendo enfadada y triste, no sé donde estará, lo siento Rose.
—Tenemos que encontrar una forma de que la foto se repita.— Declaró Marinette.
—¿Pero cómo?— Preguntó Alya.
—Tengo una idea...
La Srta. Bustier convenció al director Damocles de pausar unos minutos las fotos para hablar con él a solas.
—¿Y bien? ¿Qué necesita señorita Bustier?— Preguntó con curiosidad el director.
—Tenemos que repetir las fotos de mi clase.— Le pidió amablemente, intentando esconder la tristeza que le produjo cuando el director ignoró a dos de sus alumnas para tener una foto que no favorecía a nadie.
—¿Y eso por qué?
—Dos de mis alumnas no han salido en ella.— Le explicó con calma.
—Pues deberían haber asistido, se avisó con mucha antelación que el día de la foto escolar sería hoy.— Contestó sin importancia el director.
La Srta. Bustier no culpaba la mala memoria del director Damocles, tenían a casi mil alumnos en el centro y no era fácil acordarse de todos, sobretodo cuando los alumnos iban y venían cada año. Pero esta situación no era la primera vez que ocurría y empezaba a enfadarse.
La joven profesora inspiró hondo para relajarse y no dejarse dominar por las emociones o eso podría costarle el trabajo.
—Sí que han asistido señor, hablo de Juleka Couffaine y Colette De Rune.— Dijo nombrándolas de memoria.— Estaban preparadas para la foto pero no han podido salir.
—¿Y cómo ha sido eso?
Creo que el señor Damocles ya es demasiado mayor para este trabajo. Pensó la mujer pelirroja, sorprendida ante la mala memoria del hombre.
—Disculpen, ¿seguimos o no?— Preguntó el fotógrafo interrumpiendo la conversación.
—Por supuesto.— Aseguró el director.
—Pero-
—No se preocupe Srta. Bustier, seguiremos con esta conversación más tarde.— Le aseguró el Sr. Damocles.
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—Señor Damocles, espere por favor.— Le llamó la Srta. Bustier subiendo las escaleras tras el hombre.— Aún tenemos que hablar sobre la foto de mi clase.
—Aún no entiendo su problema Srta. Bustier.— Respondió con calma el director entrando a su despacho con la profesora tras él.
—El problema está en que no toda mi clase aparece en la foto.
—¿A no?
La Srta. Bustier respiró hondo para seguir calmada y no alterarse ante su jefe.
—No señor Damocles.
—Bueno, pues no podemos repetir la foto.
—¿Por qué no?
—Porque el sueldo del fotógrafo sale de nuestro bolsillo y lo hemos contratado para un tiempo limitado, si excedemos ese tiempo puede que no podamos pagar otros servicios necesarios del instituto.— Explicó el Sr. Damocles.
—¿Y si Monsieur Giuseppe lo hiciera por propia voluntad?
—¿Cómo un voluntariado?
—Exacto.— Afirmó la profesora pelirroja.
El director Damocles lo pensó antes de responder.
—De acuerdo, si usted consigue convencerlo la foto se repetirá, si no, publicaremos la que ya tenemos hecha.— Aceptó el director.
—Tenemos un acuerdo.
—Sí, pero será para más tarde, es la hora del descanso Srta. Bustier.— Le recordó el director abriendo la puerta de su despacho para dejarle paso a la mujer.
—Muy bien señor Damocles, pues espero que la próxima vez que hablemos sea para repetir la foto.— Se despidió la señorita Bustier alejándose del hombre.
—Espero que así sea Srta. Bustier.
Ambos adultos fueron a tomarse un café y a descansar de su jornada, o por lo menos eso hizo el Sr. Damocles, la Srta. Bustier por otro lado cogió su bebida y se fue a su aula para pensar en como convencer a un adulto de hacer un trabajo extra completamente gratis, era profesora de adolescentes, no una abogada especializada en convencer a los demás de que ella tenía la razón.
Por otro lado Colette estaba con Adrien, Nino y Alya en el patio esperando noticias de Marinette, la azabache tenía un plan para repetir la foto pero no había dado detalles y despareció poco después de decir que tenía un plan.
Pero la aparición repentina de una chica... rosa, había interrumpido cualquier cosa que estuviera haciendo nadie.
—Hola.— Saludó con un tono nada simpático la personificación del color rosa.
—¿Quién- Quién eres?— Preguntó preocupado el director Damocles.
—Nadie se ha fijado nunca en mí, pero eso ya se ha acabado porque a partir de ahora todo el mundo se fijará en mí porque todos serán como yo. ¡A cambiar de look!— La chica rosa disparó un rayo desde su mano al director cambiando su forma a una copia exacta de la suya propia.— ¡Pronto no habrán más que Reflekta's por ahí!
Y así empezó otro ataque de akuma mientras Colette corría a esconderse con el objetivo de transformarse.
—Si esa chica cree que está a la moda está muy equivocada.— Dijo Silk en cuanto salió volando del bolso de su portadora.
—¿Desde cuando te importa a ti la moda?— Preguntó con gracia Colette.
—Desde que te hacen daño a la vista con un solo vistazo.
—Déjate de cuentos. ¡Silkk, a trepar!
Spider-Lady salió con cautela de la enfermería, lugar donde se escondió para su transformación, vigilando que nadie la observara para después correr al lugar donde todo empezó, el patio.
Una vez allí se encontró el patio casi completamente vacío... casi. Vio a Chat Noir escondido bajo las escaleras y antes de que pudiera moverse corrió a su encuentro.
—Bonjour Gatito, que pronto has aparecido.— Lo saludó entre susurros.
—Lo mismo te digo Arañita, ¿sabes algo del akuma?
—Lo único que sé es que si su rayo te alcanza te convierte en un clon suyo.
—Entonces tengamos cuidado. ¿Tienes un plan?— Le preguntó Chat Noir.
—No, pero podemos empezar por sacar a los civiles.
Ambos héroes dirigieron su vista a la entrada y salida principal del centro escolar, estaba bloqueada con taquillas.
—Bloqueada.— Maldijeron ambos a la vez.
—¡Chicos mirad! ¡Spider-Lady y Chat Noir nos salvarán!— Gritó Nino tras ellos.
Ambos héroes lo miraron para chistarle, si seguía así revelaría su presencia al akuma y... tarde, la villana ya les estaba disparando.
Spider-Lady empujó a Chat Noir para evitar el primer disparo y después ambos se pusieron en guardia.
—Vale, nuevo plan.— Anunció Chat Noir.
—¿A por ella?
—A por ella.— Confirmó Chat Noir decidido.
—Te sigo Gatito.
—Distráela.— Pidió Chat Noir justo antes de echarse a correr a cuatro patas por la pista de baloncesto.
—¡Oye copia barata de la Princesa Chicle!— Le gritó Spider-Lady a la villana que se encontraba en el segundo piso.— ¡¿A que no me das?!
—¡Eso ya lo veremos Araña Peluda!
—¡Eso es muy ofensivo!— Le chilló indignada esquivando un rayo.
Spider-Lady corrió y saltó de un lado a otro del patio esquivando los rayos del akuma.
Por otro lado Chat Noir subió a una canasta para quitar el aro y aprovechó que la villana akumatizada estaba centrada en Spider-Lady para subir al segundo piso tras ella y por la espalda le puso el aro bloqueando así sus brazos.
—¡Buena canasta!— Lo alagó risueña Spider-Lady.
—¡Gracias!— De un salto se puso junto a su compañera.— Ahora vayamos a abrir esa puerta.
Ambos héroes corrieron hasta la puerta y observaron todo el desastre amontonado de taquillas.
—¿Puedes quitar todo con tu fuerza?— Le preguntó Chat Noir.
—Sí, pero no de un solo movimiento, me llevará un rato, puede que un minuto o dos.— Le explicó tras ver todas las taquillas destrozadas y amontonadas una sobre otra.
—Conozco una forma mucho más rápida.— Solucionó el héroe gatuno con una sonrisa.
—No sé si usar tu Cataclysm ahora sea buena idea.— Opinó Spider-Lady.
—No tenemos tiempo. ¡Cataclysm!— Chat Noir invocó su poder pero justo antes de poder tocar el bloqueo, el akuma le disparó convirtiéndolo en un clon suyo.
—Mucho mejor, odio a los gatos.
Enfadado, el héroe gatuno intentó volver a invocar a su poder.
—¡Cataclysm! ¿Eh?— Chat noir empezó a mirar extrañado sus nuevas manos al notar que no ocurrió nada.— Mi anillo, mi prodigio, ¡no está!
—Esas son muy malas noticias.— Maldijo Spider-Lady colocándose frente al nuevo Chat Noir para protegerlo.
—¡¡¿Dónde está Chloé Bourgeois?!!— Chilló de la nada la akumatizada.
—Genial, otra que busca a Chloé.— Murmuró fastidiado Chat Noir.
—Yo me encargo, tú quédate al margen.— Le ordenó a su compañero transformado.
—¿Qué? Ni loco yo...— Spider-Lady se fue sin acabar de escuchar lo que tenía que decir.
—A ver copia barata de la Princesa Chicle, ¿qué quieres de Chloé?— La llamó de nuevo por aquél tonto apodo para despistar su atención de su compañero.
—¡No soy ninguna copia!— Irónico viniendo de la chica que crea copias de sí misma.— ¡Soy Reflekta!— La nombrada Reflekta volvió a lanzar rayos a Spider-Lady y ella volvió a esquivarlos.
En uno de sus saltos para esquivar los rayos de Reflekta subió al piso superior, siendo seguida por la villana, donde casualmente ambas se encontraron con Chloé Bourgeois.
—Merde.— Maldijo Spider-Lady al ver que Chloé estaba del lado de Reflekta y que no podría protegerla a tiempo.
—Fíjate bien en mí porque soy tu nueva cara.— Le advirtió Reflekta justo antes de disparar a Chloé y transformarla.
—¡¿Pero eres consciente de lo que costaba mi conjunto?!— Le chilló indignada.
—Dame las gracias porque así estás mil veces mejor.— Le respondió divertida Reflekta.
Spider-Lady vio a Reflekta muy centrada en Chloé por lo que aprovechó para saltar por encima de su cabeza y colocarse frente a la última mencionada y protegerla.
—Muy bien Reflekta, ya te has divertido y ya te has vengado, ¿por qué no entregas tu akuma y acabamos con esto de una vez?— Le propuso la heroína.
—¡Ja! Que ingenua eres Spider-Lady, no pararé hasta que toda Paris sea como yo, así ya nadie se olvidará de mí, ni mucho menos se desharán de mí encerrándome en el baño.
—¿Encerrándote en...— Murmuró para sí misma Spider-Lady hasta que cayó en la cuenta de quien era.
—¡Juleka, detén esto!— Le advirtió Ladybug apareciendo de un salto al lado de su compañera.
—Ya no soy la Juleka en la que nadie se fija. ¡Me he convertido en la inconfundible Reflekta!
—¿Sabes? Eso de inconfundible es discutible.— Le dijo risueña Spider-Lady.
—Seguro que os encantará vuestra nueva imagen chicas.— Las amenazó Reflekta.
—Gracias, pero no, preferimos ser originales.— Se negó Ladybug a la vez que sacaba su yo-yo y lo usaba de escudo.
—¿De veras? Pregunta a Chat Noir, creo que le encanta su nuevo look.— Espetó divertida Reflekta.
Ladybug miró sorprendida a Spider-Lady en busca de respuestas, pues ella acababa de llegar.
—No me mires así, no es culpa mía, ha sido suya por no protegerse cuando quería usar el Cataclysm.
—¿El Cataclysm? No debería usarlo tan pronto.— Regañó Ladybug a nadie en concreto, pues no estaba presente el gato a quien quería regañar.
—Eso mismo le dije yo.— Respondió veloz evitando que ella acabó de acuerdo con Chat Noir, pues no quería ser regañada por Ladybug.
—¡Basta de chachará!— Las paró Reflekta de un grito antes de empezar a lanzar de nuevo sus rayos.
Tanto Ladybug como Spider-Lady empezaron a correr y a saltar de un lado a otro esquivando los constantes ataques de Reflekta.
—Spidey, ¿has visto algo de Reflekta que deba saber?— Le preguntó Ladybug en medio de un salto.
—Solo que parece lanzar todos sus rayos desde su mano derecha, por lo demás sé tanto como tú.— Le respondió veloz entre piruetas.
Ambas heroínas siguieron corriendo y huyendo de Reflekta hasta que la misma las acorraló en una pared. Spider-Lady podría escalarla pero tendría que cargar con Ladybug y hasta ahora nunca había cargado a nadie para caminar por las paredes o los techos, desconocía si sería muy complicado sumando que debía esquivar los rayos de la villana.
Pero si no podían seguir huyendo entonces atacaría. Spider-Lady se puso frente a Ladybug y empezó a disparar telarañas a Reflekta, pero esta las neutralizaba todas y cada una de ellas con sus rayos cambiantes a la vez que no dejaba de avanzar con paso tranquilo pero seguro.
Ladybug fue a ayudar a su compañera y colocándose a su lado empezó a atacar a Reflekta con su yo-yo, pero sus ataques también se veían neutralizados ante los rayos rosas.
—Si seguimos así no tardaremos en vestir de rosa.— Murmuró Spider-Lady, enfadada con Reflekta.
—Lo sé pero no pares, tengo que pensar en un plan.— Le respondió Ladybug decidida a cargar con las responsabilidades.
Como siempre.
Reflekta ya estaba a una muy corta distancia de las heroínas, por lo que aprovechó para disparar directamente a las heroínas sin darles tiempo a volver a atacar con sus respectivas armas, por lo que ambas tuvieron que saltar a un lado para esquivar por los pelos ese último ataque.
—Pronto, como todos, vosotras seréis igual que yo.— Las amenazó Reflekta acercándose peligrosamente a las heroínas.
—Salta a mi espalda.— Susurró Spider-Lady, quien estaba pegada a Ladybug.
—¿Qué?— Preguntó extrañada al no entender porqué querría tal cosa.
—¡Qué saltes, ya!
Ladybug no dudó en obedecer las órdenes de su compañera, sorprendiendo a Reflekta. Ladybug saltó sobre la espalda de Spider-Lady y esta le sujetó de los muslos a tiempo para saltar a la pared a su lado y empezar a subir por esta.
—Lo siento Reflekta, pero nos gusta nuestro look actual.— Lamentó con sorna Spider-Lady.
—Pienso aplastarte como a una araña.— Amenazó Reflekta apuntando con el dorso de su mano.
Pero antes de que pudiera volver a disparar, un grito la desconcertó.
—¡Veámonos las caras!— Un ejército de las copias de Reflekta estaban tras la villana.— ¡Atrapadla!— Todas las Reflekta's fueron a por la original.
La Reflekta original saltó por encima de las cabezas de sus clones y usó dichas cabezas como un camino para huir de ellas.
—Aún no sois rivales para mí Ladybug y Spider-Lady. Muy pronto todo habrá acabado para vosotras.— Amenazó de nuevo Reflekta justo antes de huir del instituto.
—Vaya, no me esperaba que la cara de la villana fuera la que nos salvara.— Comentó sorprendida Spider-Lady aún en la pared con Ladybug sobre ella.
—Vamos a decirles que se pongan a salvo, después iremos a por Reflekta.— Decretó Ladybug.
—A sus órdenes Mi Lady.
Spider-Lady bajó tranquilamente de la pared y cuando puso sus pies en el suelo soltó los muslos de Ladybug para permitir que bajara de su espalda.
—¿Vais a ayudarnos Ladybug y Spider-Lady?— Preguntó una de las copias de Reflekta.
—Queremos nuestras caras.— Suplicó otra copia.
—No os preocupéis, lo resolveremos.— Aseguró Ladybug.
—Vosotros poneos a salvo, ya habéis ayudado.— Agradeció tranquila Spider-Lady.
—Menos mal, porque estos zapatos son mortales.— Dijo a su lado una copia de Reflekta con una voz... inconfundible.
—¿Chat Noir?— Cuestionó sorprendida Ladybug.
Chat Noir, en el cuerpo de Reflekta, cogió las manos de sus compañeras heroínas y atravesó al resto de Reflekta's para llevarlas a un lugar más apartado.
—Perdón chicas, apartad.— Pidió divamente Chat Noir.
Chat Noir las llevó por las escaleras y subió al segundo piso, donde ya no había nadie.
—¿Chat Noir?— Volvió a preguntar Ladybug una vez soltada.— ¿Eres-Eres tú?
—Claro. ¿Es que no se me nota?— Respondió con clase.— ¿Es que ya no os resulto atractivo?— Preguntó tras hacer unos movimientos... ¿gatunos?
Spider-Lady no duró ni un milisegundo más sin echarse a reír a carcajadas, contagiando a Ladybug.
—¡Atractivo dice!— Chilló Spider-Lady entre carcajadas.— La madre que me parió, mil gracias por dejarme ver esto.
—No seas tan mala.— Reprendió Ladybug entre risas, a pesar de intentar esconderlas tras su mano.
—¿Qué tal si en vez de reíros de mí me dais las gracias por haberos salvado antes?— Preguntó enfurruñado Chat Noir.
Ladybug solo se rió más y Spider-Lady tras ella.
—Lo siento Chat Noir, pero es que ahora no pareces tú.— Le señaló obvia Ladybug intentando calmar su risa.
—Pareces de todo menos un gato negro.— Obvió divertida Spider-Lady tras dejar de reír.— Espera un momento...— Spider-Lady levantó la "lechuguilla" del vestido rosa de Chat Noir para fijarse en su torso.— Dios mío, realmente eres una chica, te han puesto hasta tetas.— Y así, Spider-Lady y Ladybug volvieron a reírse de la ridícula pero divertida apariencia de su compañero.
—Soy un chico atrapado en el cuerpo de una chica, ¿podemos superarlo?— Pidió con paciencia Chat Noir.
—Ni de coña, verte de transgénero es lo más divertido que me pasará en toda la vida.— Negó entre risas Spider-Lady.
—Chicas, podemos seguir aquí riéndonos de mi nuevo look, o podemos ir tras Reflekta, os recuerdo que tenemos que desakumatizarla.— Recordó ya fastidiado por tanta burla.
—¿Tenemos? Estás sin poderes.— Le recordó Ladybug ya más seria.— ¿Qué vas a hacer? ¿Tirarle los zapatos?— Le preguntó burlona la heroína de rojo.
—Pagaría por verlo.— Dijo risueña Spider-Lady.
—¿Quién os a salvado hace un minuto?— Recordó fastidiado Chat Noir.
—Lo tenía todo bajo control.— Contestó Spider-Lady.
—Eso no importa, tenemos que hacerlo rápido antes de que toda la ciudad sea un clon, lo siento Chat Noir, pero no puedes pelear esta vez.— Explicó Ladybug.
—Bien pero yo... de vez en cuando, pienso.— Ofreció Chat Noir señalando su propia cabeza.
—Cierto, sí, perdóname.— Se disculpó Ladybug dispuesta a escuchar el plan de Chat Noir.— ¿Y?
—No creo que un cara a cara sea la mejor idea, a no ser que queráis un lifting.— Respondió Chat Noir.
—Tienes razón, pero eso me da una idea.— Habló Spider-Lady acercándose a Chat Noir para sujetarlo por la cintura.
—¿A dónde vamos?— Preguntó nervioso.
—A la televisión, vamos, cuidado con las uñas.— Explicó con un chiste Spider-Lady.— Seguidme Mi Lady.— Pidió Spider-Lady antes de saltar y subir al tejado del instituto con Chat Noir sujeto a ella y con Ladybug tras ellos.
—Ha tenido poca gracia.— Comentó fastidiado Chat Noir.
—Hoy no solo has perdido tu cuerpo, también tu sentido del humor.— Le dijo divertida Ladybug.
—Os odio.
—Falso, nos adoras.— Respondió veloz Spider-Lady antes de saltar a otro edificio.— Por cierto, me siento incapaz de llamarte Chat Noir.
—¿Qué? ¿Por qué no?— Preguntó sorprendido.
—Ya te lo e dicho, no eres para nada un gato negro, ese nombre no te representa bien.
—Pero me gusta Chat Noir.— Reprochó el chico transgénero.
—¿Qué tal RefleNoir?— Ofreció Spider-Lady ignorando por completo las quejas de su compañero.
—No le queda bien, no tiene otro color que no sea rosa.— Señaló Ladybug columpiándose a su lado.
—Me gusta Chat Noir.— Repitió el chico.
—¡Ya lo sé! ¡RefleChat! ¿Qué tal?— Le preguntó Spider-Lady a Ladybug.
—¡Ese sí! Siempre será más gato que humano.— Aceptó divertida Ladybug.
—Repito, os odio.— Anunció fastidiado el recién nombrado RefleChat.
Ladybug y Spider-Lady se miraron antes de responder juntas.
—Repetimos, nos adoras.
↭
—Parisinos, Reflekta no es invencible, ayudadnos de esta forma: disfrazaos. Así podré localizar a Reflekta y la haré desaparecer. Recordad, disfrazaos. Confío en todos vosotros.— Les pidió Ladybug a los habitantes de Paris a través de la cámara en directo que la estaba grabando.
—Y... ¡corten!— RefleChat cortó el directo.
Spider-Lady soltó el micro y Ladybug se acercó a sus compañeros saliendo de la escena. Una vez que el trío estuvo junto de nuevo, chocaron los cinco. El plan iba al pie de la letra.
—Escucha Arañita, ¿tu plan no es un poquito complicado?— Preguntó RefleChat sin acabar de entender el plan.
—Este no es mi plan, el de verdad es... ahora que Reflekta sabe que estamos aquí...
—Vendrá a por nosotros seguro.— Acabó la frase Ladybug al comprender el plan de su compañera.
—Y caerá en mis garras.— Dedujo RefleChat a la vez que cogía la mano derecha de Spider-Lady y le dejaba un beso en el dorso.
—Dirás en tus uñas.— Le recordó coqueta Spider-Lady.
—No tiene gracia.
Ladybug y Spider-Lady se rieron de su compañero, para nada de acuerdo con él.
↭
Reflekta entró dando un portazo al set de grabación, pero al no ver a nadie allí se acercó a paso lento pero seguro al centro de la sala para observar el panorama.
Antes de que se diera cuenta ya había sido atrapada por el yo-yo de Ladybug.
—¡Te pillé!— Celebró Ladybug.
—¡El akuma estará en su mano!— Dedujo RefleChat saliendo de su escondite.
—¡Yo me encargo!— Anunció Spider-Lady saltando de su escondite, apuntó bien y disparó a la mano de Reflekta quitándole el objeto akumatizado.— ¡Boom! ¡Lo pillé!— Celebró Spider-Lady tras aterrizar, antes de aplastarlo con la mano, pero ninguna mariposa negra salió.— ¿Pero qué?
—¡No es la auténtica!— Dedujo Ladybug acercándose a sus compañeros, preparados para la próxima pelea.
—Lo siento, me prometió que me devolvería mi forma original si te engañaba.— Se disculpó el... ¿alcalde Bourgeois? Con Ladybug.
—¿Alcalde Bourgeois?— Preguntaron ambas heroínas sorprendidas.
Un rayo apareció de la nada y RefleChat se puso frente a sus compañeras para ser su escudo humano.
—¡Cuidado! Ya me ha cambiado, no me puede afectar.
—Gracias RefleChat.— Agradeció Spider-Lady.
—Sigo odiando ese nombre.— Murmuró RefleChat.— Vamos Bichito, utiliza tu encanto.— Le dijo a Ladybug con un guiño.
—Si no quieres que te llamemos RefleChat deja de llamarme Bichito. ¡Lucky Charm!— Su poder le dio una cámara de fotos con un enorme flash.— ¿Una cámara? A ver...— Susurró a sí misma Ladybug antes de mirar a su alrededor para hacer un plan.
Reflekta volvió a disparar a las heroínas, obligándolas a separarse para esquivar el ataque.
—¡RefleChat, apaga las luces!— Le ordenó Ladybug.— ¡Spider, coge la cámara y usa tu poder!— Ordenó lanzándole el Lucky Charm a su compañera.
Spider-Lady cogió la cámara en el aire justo antes de que RefleChat apagara todas las luces de la sala.
—¡Aranea Sensu!
Spider-Lady divisó a Reflekta en el centro del estudio, caminando a ciegas sin saber a dónde ir ni qué hacer. Corrió frente a ella en silencio y empezó a hacerle fotos con el enorme flash, cegándola.
Reflekta intentó atacar a Spider-Lady, pero fallaba en todos sus intentos al no ver absolutamente nada.
Spider-Lady dejó un momento de hacer fotos para esconderse de la nula vista de Reflekta y la ató con sus telarañas de manos y pies, Reflekta intentó liberarse, pero Spider-Lady ya estaba cogiendo su akuma.
—¡RefleChat, puedes encender las luces!— Le pidió a su compañero.
Cuando las luces volvieron a encenderse, Spider-Lady se acercó a Ladybug y le dio el objeto akumatizado y su Lucky Charm.
Ladybug purificó el akuma y arregló todos los daños.
—Has estado fantástico.— Alagó Ladybug a su compañero tras ser devuelto a su aspecto original.
—Y con esos zapatos, que por cierto, deberían ser ilegales.— Dijo risueño Chat Noir, recuperando su sentido del humor.
—¿Ilegales? Chico, los zapatos de tacón realzan el culo, hacen que las piernas se vean mil veces más bonitas y te hacen parecer más alta.— Nombró Spider-Lady las cualidades del tacón.— Una maravilla así jamás debería ser ilegal.
—Cuando lleves tacones me avisas.
—Yo ya llevo tacones, y son asombrosos.— Rebatió risueña Spider-Lady antes de bajar su mirada al torso de Chat Noir.— Vaya, vuelves a ser un chico, que pena.
—¿Por qué no te miras tus propias tetas y me dejas a mi con mi bonito cuerpo?— Preguntó avergonzado Chat Noir, cruzándose de brazos bajo la mirada de sus compañeras.
—Tienes razón, yo ya tengo las mías y son asombrosas.— Concordó Spider-Lady bajando la mirada a su pecho justo antes de tocárselo con ambas manos, pero el pitido de su prodigio le recordó que debía irse.— Vaya, lo siento, se me acaba el tiempo, pero oye esta noche podemos tener noche de chicas.— Propuso con un guiño antes de irse.
Chat Noir tenía muchas emociones mezcladas dentro de él, vergüenza, excitación, sorpresa, miedo...
—Oye Ladybug, ¿Spider me rechazó porqué es...?
—Es bisexual.— Le aclaró divertida.
Chat Noir procesó la información antes de hablar.
—Genial, pues no tengo nada que hacer.
—¿Qué? ¿Cómo que no?— Preguntó extrañada Ladybug.
—No se puede competir contra una chica, vosotras estáis bien hechas, sois hermosas os miréis por donde os miréis, si existiera una competencia para ver quien es más guapo, ganaríais las mujeres.— Respondió Chat Noir alterado.
—Chat, ella es bisexual, lo que significa que los hombres también le gustan, no te rindas tan rápido Bola de Pelo.— Lo tranquilizó Ladybug divertida antes de que sus pendientes pitaran.— Tengo que irme, pero hablaremos de esto en la noche de chicas.
—¡No vamos a tener una noche de chicas!— Le gritó frustrado a su compañera, pero ella ya estaba huyendo de la escena.
↭
De vuelta en el instituto, Colette se encontraba con Adrien hablando sobre la tan problemática foto.
—¿Has tenido noticias de Marinette?— Preguntó preocupado Adrien.
—No, y ya empieza a preocuparme, ni siquiera nos ha dicho que iba a hacer con la foto, si tarda más tu fotógrafo acabará por irse.
—Estoy aquí.— Se anunció Marinette.
—¿Dónde te habías metido?— Cuestionó preocupada Colette.
—El tema del akuma ha sido un problema, lo siento.— Se excusó nerviosa Marinette.
—¿Has solucionado lo de la foto?— Le preguntó Adrien.
—Bu-Bueno... pe-pensá ¡pensé! En eliminar la-la foto...— Tartamudeó nerviosa Marinette mostrando la tarjeta SD de la cámara del fotógrafo.— Pe-Pero creo que será major ¡mejor! Ir-Ir a pedirle que repita la foto...
—Eso suena bien.— Concordó Colette.— Vamos contigo.
Los adolescentes se acercaron al fotógrafo del famoso modelo, interrumpiéndolo en su trabajo.
—Disculpe, se le ha caído esto.— Le advirtió Marinette, mostrándole la tarjeta SD.
—Grazie.— Agradeció en italiano, cogiendo la tarjeta y devolviéndola a su cámara.
Marinette, nerviosa, empujó a Colette frente a Giuseppe, pidiéndole con la mirada que fuera ella quien hablara con él.
—Sé que está muy ocupado, pero una compañera y yo no hemos salido en la foto, ¿tal vez se podría repetir?— Preguntó amablemente Colette.
—Bueno... ya voy con retraso con todo lo que ha pasado y la verdad el señor Damocles se está impacientando.— Señaló al director.
—Lo entiendo, pero, ¿y hacerla después de acabar aquí? Tal vez en el parque de al lado.— Propuso como solución Colette.
—Bueno...
—Sería la foto más genial del fotógrafo más genial. ¡Por favor!— Suplicó Colette alagando de forma exagerada al adulto.
Giuseppe miró a su cliente favorito y vio como este también le suplicaba que repitieran la foto.
Si mi mejor modelo y su chica encantadora quieren que haga fotos, eso es lo que haré.
—Bueno, si me lo pones así... De acuerdo.
Las chicas no tardaron en celebrar la victoria y rápidamente corrieron con el resto de sus compañeros para quedar fuera del horario lectivo para repetir la foto, por otro lado el joven modelo estaba avergonzado ante la insinuante mirada de su fotógrafo personal.
—Es la primera vez que te veo tan interesado por una chica.— Se burló el adulto.
—N-No estoy interesado por ella, solo es mi mejor amiga.— Aclaró avergonzado.
Mientras esto ocurría, la Srta. Bustier, aunque nunca quiso cotillear la conversación, comprendió que al final sus alumnos tendrían la foto que se merecen, por lo que volvió a su trabajo normal con calma. Aunque le hubiera gustado salir en una buena foto de su clase, no le importaba dejarlos solos si así ellos disfrutaban más.
↭
La clase de nuestros protagonistas favoritos ya estaba reunida en el parque junto a Giuseppe, listos para la sesión de fotos privada.
Se acercaron a un banco y posaron para la foto, pero antes de que Giuseppe pudiera hacer la primera foto, Colette se movió de su sitio para llamar la atención de alguien.
—¡Sabrina! ¡Ven aquí!— Sabrina, un poco asustada por su último encontronazo con la pelirrosa, se acercó veloz al resto de sus compañeros.— ¿Quieres hacerte la foto con nosotros?
—¿De verdad puedo?— Preguntó temorosa.
—¡Claro que sí!
—¡Ponte donde quieras chica!
—¡Tú también vas a nuestra clase Sabrina!
Emocionada, Sabrina posó junto al resto de sus compañeros, y entonces la sesión de fotos sí que empezó.
—Ha sido una muy buena idea lo de hacer las fotos aquí fuera Lettie.— Alagó Adrien a su mejor amiga.
—Gracias Adri.— Agradeció antes de darle un beso en la mejilla.— Me toca hacerme una foto con las chicas.— Se despidió.
—Ha-Hasta luego.— Tartamudeó sonrojado por el repentino movimiento de su mejor amiga.
Adrien es el ser más adorable de La Tierra. Pensó con una sonrisa Colette.
—¿Listas para la noche de chicas?— Les preguntó Spider-Lady a sus compañeros una vez estuvieron todos reunidos.
—No pienso hacer ninguna noche de chicas con vosotras dos.— Habló serio Chat Noir y completamente decidido a no dar su brazo a torcer.
—Chico Gato, tienes dos opciones.— Le advirtió Ladybug.— O haces la noche de chicas por voluntad, o te obligamos a hacerla.
—De cualquier forma harás la noche de chicas.— Resumió divertida Spider-Lady soltando la mochila que casi siempre llevaba a las patrullas para sus cosas.
—Os odio.
—Nos adoras.— Dijeron ambas.
Para cuando Chat Noir se dio cuenta ya estaban los tres sentados con todo el interior de la mochila de Spider-Lady esparcido por el suelo, desde gomas de pelo hasta pintauñas.
—¿No deberíamos estar patrullando?— Cuestionó nervioso de que lo usaran como una muñeca, queriendo librarse con cualquier excusa.
—No te preocupes, Spidey y yo hemos patrullado mientras te esperábamos.— Contestó tranquila Ladybug mientras cogía un peine.
—No sabéis como os odio.— Murmuró derrotado Chat Noir, sabiendo que no tenía escapatoria.
—¡Falso!— Le negaron ambas.
—Pero aún así...— Spider-Lady calló un momento para quitarse su máscara.— No somos monstruos, no vamos contra ti, de hecho lo he traído todo para nosotras.
—¿Qué?— Preguntó sorprendido.
—Las noches de chicas no son solo para cambios de looks, aunque tú sepas mucho de ellos.— Contestó risueña Ladybug sacando comida de una bolsa que ella había traído.— De hecho, en su mayoría solo hablamos.
—Nosotras somos muy parlanchinas, ya deberías saberlo, RefleChat— Se burló Spider-Lady.
—Os odio.— Repitió por enésima vez, pero por primera vez en el día lo dijo con una sonrisa en la cara.
Ladybug y Spider-Lady se miraron antes de responder.
—Lo sabemos.— Dijo Ladybug.
—Pero también sabemos que nos adoras y que no nos cambiarías por nada.— Habló Spider-Lady
—Por nada ni por nadie.— Concordó Chat Noir.— De acuerdo, ¿cómo funciona esto? ¿Os peináis la una a la otra mientras habláis de chicos o cómo?— Preguntó curioso Chat Noir.
—Normalmente dejamos que la conversación fluya mientras se decide qué hacer.— Le explicó Ladybug señalando todos los materiales antes de coger un croissant.— Pero ya que sacas el tema... Spidey, Chat cree que eres lesbiana.
—¡Ladybug maldita traidora!— Chilló indignado Chat Noir ante la repentina confesión.
—Puedes quedarte tranquilo Chat, soy 100% bisexual, si no, nunca habría aceptado tener una cita contigo.— Le explicó con un guiño.
Chat Noir se vio bastante tentado a tirarse de cabeza desde lo alto de la Torre Eiffel, lugar donde se encontraban, al haber olvidado que ya había tenido una cita con la heroína y que tampoco tenía todas las de perder.
—No te culpes por pensar eso de mí, Ladybug también lo creyó en su momento.— Se burló la heroína arácnida, avergonzando ahora a la mariquita.
—¡Spidey! ¡No tenías porqué decírselo!
—Has empezado tú.— Recordó divertida Spider-Lady acabándose su magdalena.
—Te odio.— Murmuró avergonzada Ladybug.
Spider-Lady y Chat Noir se miraron con una sonrisa, pensando ambos en lo mismo.
—¡Falso!— Gritaron ambos, desembocando en la risa del trío de amigos.
Imágenes extras del capítulo:
Curiosidades del capítulo:
Ladybug, Spider-Lady y Chat Noir se quedaron casi toda la noche despiertos al entretenerse tanto en su "noche de chicas". Chat Noir sorprendió a sus compañeras con sus habilidades para hacer peinados y al final hicieron más cambios de looks de lo que hablaron.
Adrien empieza a darse cuenta de que Colette no es como todas las chicas, y no porque empiece a gustarle, si no más bien por otro factor que él no acaba de comprender. Pero él está fielmente flechado y enamorado de Spider-Lady.
Marinette nota como cada vez deja más de lado sus celos y se siente orgullosa de ello, porque está consiguiendo hacerse amiga de la maravillosa persona que es Colette, aunque sea poco a poco.
Colette habló con Sabrina después de hacerse las fotos, no le pidió disculpas por lo que hizo esa mañana porque no se arrepentía, pero sí que se lo explicó más calmada. Sabrina comprendió que solo estaba defendiendo a Juleka y acabaron en buenos términos, a pesar de que estaba segura de que Colette no había retirado su "advertencia".
Colette y Marinette fueron juntas a imprimirse las fotos y así pasar un rato a solas y seguir conociéndose. Ambas intuyen que no falta mucho para considerarse amigas reales, tal vez incluso mejores amigas.
Ni Ladybug ni Spider-Lady piensan mal de ninguna forma sobre el colectivo trans, sobre todo teniendo en cuenta que Spider-Lady pertenece al colectivo LGTBIAQ+, solo vieron que la situación con el akuma fastidiaba mucho a su compañero y aprovecharon la ocasión para meterse un poco con él.
Spider-Lady ha sentido unos débiles pero constantes cosquilleos durante casi todo el tiempo que Chat Noir pasó tocándole el pelo para los peinados, aunque ella lo atribuye a los nervios y no a la otra famosa emoción que se niega a volver a sentir.
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