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Gigantitan

Sé que llevo un tiempo desaparecida pero... ¡¡Comenten!!
xd

—¿De verdad vamos a cambiar la patrulla por una reunión?— Preguntó Chat Noir a sus compañeras, tras entrar en su guarida secreta.

—No podemos simplemente ignorar lo que ha ocurrido, Chat.— Le reprochó Spider-Lady.— Es la primera vez que Lepidóptero ha estado tan cerca de conseguir uno de los prodigios.

Ladybug bajó la mirada al recordar la batalla de aquella tarde. Estuvieron a punto de quitarle su prodigio... ¿qué habría pasado si Lepidóptero lo hubiera conseguido?

—Pero conseguimos parar a Problemática y no ha ido a mayores, ¿por qué preocuparse tanto?— Cuestionó Chat Noir, sentándose despreocupadamente en el sofá.

—Sí, pero es el primer akuma que consigue algo así, Chat Noir.— Recalcó Ladybug.— Debemos centrarnos más en la búsqueda de Lepidóptero, porque parece que se hace más fuerte cada día.

—Supongo que es la ventaja de un villano.— Pensó Spider-Lady en voz alta, atrayendo la atención de sus compañeros.— Lepidóptero siempre es el primero en atacar, lo que le da la ventaja de planear el ataque a la perfección.

—Nosotros siempre defendemos, nunca atacamos.— Analizó Ladybug.

—Exacto.

—Pero no sabemos nada de Lepidóptero. A menos que estemos dispuestos a buscar bajo cada piedra de toda la ciudad, no podemos atacar primero.— Contradijo Chat Noir.

—Precisamente por eso debemos encontrarlo.— Hablaron sus dos compañeras a la vez.

—¿Habéis investigado el instituto?— Les preguntó Ladybug.

—Sí, pero no he encontrado nada sospechoso.— Respondió Chat Noir.

—Yo tampoco.— Concordó Spider-Lady.

—Yo he visto que el director está... "muy inquieto" últimamente.— Aportó Ladybug.

—¿El director Damocles?

—¿Cuántos directores hay en el instituto?— Le respondió Spider-Lady a su compañero con otra pregunta.

—Bien visto. ¿A qué te refieres con inquieto, Bichito?— Cuestionó volviendo al tema.

—A que siempre parece muy alterado en su despacho, pero nunca parece estar trabajando en papeleo o cosas así del centro.— Explicó Ladybug.— Lo he visto creando un programa en su ordenador, no pude acercarme mucho, pero creo que lo está conectando con su despacho entero.

—¿Cómo si todo fuera electrónico?— Preguntó Spider-Lady.

—Exacto.

—Eso suena sospechoso...— Comentó Chat Noir.— Pero por muy sospechoso que sea, no podemos repetir lo de la mansión Agreste.

—No, tienes razón, esta vez recogeremos pruebas e información primero.— Concordó Ladybug.

—Bien, pues ya tenemos nueva misión.— Decretó Spider-Lady mientras escribía la misión en una de las pizarras.— Pero quiero remarcar lo de nuestros prodigios, hay que evitar todo lo posible que lo de hoy vuelva a ocurrir.

—Estoy de acuerdo.

—Tengo una idea para eso.— Propuso Chat Noir.

Las chicas se miraron, intentando esconder su sorpresa, antes de prestarle toda su atención a Chat Noir.

—¿Qué idea?— Preguntó Ladybug.

—Entrenar.

—Vale, lo admito, echaba mucho de menos esto.— Habló Colette, sentada junto a Max para ver como Kim batía uno de sus tantos récords de flexiones.

—Te dije que esto te alegraría en un 67%.

—Y como siempre, tus cálculos no fallan nunca, Max.

—¿Estáis llevando la cuenta o solo estáis de cháchara como las abuelas?— Se burló Kim, sin dejar de hacer flexiones.

—Ambas cosas.— Contestaron sus amigos.

—Por cierto, ¿cómo es que has llegado tarde?— Le preguntó Max a la pelirrosa con curiosidad.

—Bueno... dejémoslo en que una amiga necesitaba ayuda urgentemente.— Contestó, sin dar detalles de más.

Lo que pasó realmente fue que Marinette la había llamado antes de salir aquella mañana, suplicándole que la ayudara, junto al resto de chicas, para juntarla con Adrien. Normalmente no tendría problema alguno en ayudarla en lo que necesitara, pero se trataba de Adrien, y Colette era muy consciente de que su mejor amigo estaba enamorado de otra chica, o como poco fijándose en esa otra chica.

No podía revelarle ese secreto así como así a Marinette, puesto que no era su secreto, pero tampoco quería alimentar la idea de que, actualmente, Marinette tuviera alguna posibilidad con el joven modelo. Por lo que, tras darle unos pocos consejos sobre cómo sobrellevar la situación si todo acababa en desastre, tuvo que negarse amablemente a verse con ella y el resto de las chicas.

Debía encontrar la forma de que Marinette se olvidara de Adrien o pasara página antes de que alguno de los dos acabara herido, emocionalmente, por accidente.

El golpe en seco de Kim cayendo al suelo distrajo a sus amigos, viéndolo tumbado en el suelo como una estrella de mar.

—Vale, ya no puedo más... ¿vamos a por helado?

—Me parece bien.

Los tres amigos fueron a comprarse unos helados mientras Max les explicaba a sus amigos uno de sus nuevos inventos.

—Os lo enseñaré cuando termine.

—Seguro que es una pasada Max.

—Por una vez, estoy de acuerdo con Kim, lo que haces es genial, Max.— Concordó Colette mientras se comía el helado.

—Gracias chicos.

—¿Para qué están los amigos?— Cuestionó irónica la chica.

—Soy fan del desodorante.— Comentó Kim de la nada.

—¿Qué?

—Bueno, no es desodorante porque deja olor, así que es olorante, ¿no?— Les preguntó Kim, totalmente serio, tras terminarse su helado.

—¿De qué hablas?— Le preguntó Colette.

—¡De los desodorantes! ¡Sobretodo si son en spray! ¡Esos son los mejores!

—¿Pero qué dices tío? Los roll-on son mejores.— Lo contradijo la pelirrosa.

—Demuéstralo.— La retó el más alto.

—Primero de todo, te vas de viaje con alguien, te dice: "¿tienes desodorante?", "sí", "¿me lo dejas?", "no, es de roll-on". Por lo tanto, no es dejable, ideal para los egoístas.— Argumentó la chica.— Segundo, según cuál compres, no huele a nada, y si te compras uno con olor, siempre tiene olores muy tenues, por lo que, tercero, no deja apestando toda la casa. Y cuarto, deja protagonismo a la colonia. Conclusión, roll-on es mil veces mejor.

—Nada, o sea, es asqueroso, te lo echas y te deja el sobaco mojao'.— Se quejó Kim.

—Pero si eso se seca en menos de veinte segundos.

—Cero roll-on.

—Y una mierda, el spray es lo peor.

—¡Max, desempata!— Se quejaron ambos a la vez.

—A mí no me metáis.— Les contestó, terminándose tranquilamente su helado.

—No puedes librarte eternamente de las discusiones.— Se quejó Colette.

—Ya veremos.

—¡Tíos, un gato! ¡Os apuesto diez euros a que lo atrapo!— Gritó Kim de repente justo antes de salir corriendo tras un pobre gato callejero.

—¿Eh? ¡No, Kim! ¡Espera!— Le chilló Max.

—¡Vamos, Max! ¡Antes de que se meta en un lío!

Y así, los tres amigos echaron a correr, el más alto tras un pobre gatito callejero, mientras los más bajos iban tras él, intentando pararlo... pero era demasiado atlético para ellos.

El gato llevó a los chicos al Trocadero, donde ellos tres no eran los únicos que corrían. Colette observó su alrededor y vio una especie de gigante morado y torpe. Deduciendo en un instante que había un akuma, aprovechó la aglomeración de la gente huyendo para separarse de Max, escondiéndose tras una de las enormes columnas de la plaza para transformarse.

—Esa mariposa con patas no nos deja ni un día de descanso.— Se quejó Silkk al salir volando del bolso de su dueña.

—Aún así tenemos que detenerlo, ¡Silkk, a trepar!

Tras transformarse en Spider-Lady, salió de detrás de la columna de un salto y apartó a los civiles que no corrían lo suficiente antes de que fueran aplastados por ese gigante. Entre ellos, estaban sus compañeras de clase.

Una vez los puso a todos a salvo, un cascabel se hizo sonar en la enorme plaza, llamando su atención y la del... ¿bebé gigante? Spider-Lady se reunió con su compañero de un salto y ambos llamaron la atención del bebé.

—Hola Gatito.

—Buenos días Arañita.

Batito...— Lo llamó el bebé grande, intentando acercarse a Chat Noir para cogerlo, y los héroes se alejaron de un salto del alcance del bebé.

—¿Estás pensando lo mismo que yo?

—Hora de jugar con el bebé grande.— Respondió Chat Noir, leyendo los pensamientos de su enamorada.

Ambos héroes saltaron por encima del enorme bebé, llamando su atención, y aterrizaron en la plaza, lo suficientemente lejos del bebé akuma como para que él no los pudiera coger.

—No nos pillas...— Lo provocó Spider-Lady, de forma juguetona.

El bebé gigante, interesado, tambaleó tras los héroes para atraparlos, pero estos se alejaron, guiándolo al río para que no pudiera herir a nadie.

—¡Vamos a mojarnos un poco!

—¡Pero sin aplastar a nadie! ¡¿Vale?!— Recordó Spider-Lady, como si fuera una broma.— Vamos al río, bebé.

Ambos héroes continuaron guiando al bebé gigante por la plaza del trocadero hacia el río, pero en uno de sus saltos, el bebé logró atrapar entre sus manos a Chat Noir, acercándoselo peligrosamente a la boca.

Spider-Lady estaba lista para saltar en ayuda de su compañero, cuando Ladybug aterrizó a su lado y le impidió hacerlo, asegurándole que no hacía falta.

—¡¿Qué tal Gatito?!— Lo saludó Ladybug, atrayendo la atención de su compañero y del bebé akumatizado.— Creo que no se te dan muy bien los niños, ¿verdad?— Le preguntó burlona.

—¿Bromeas? Jugamos al pilla-pilla.— Explicó, siguiéndole la broma, antes de extender su bastón y alzarse con él desde las manos del bebé, cayendo junto a sus dos compañeras.

—El akuma estará en la pulsera.— Adivinó Ladybug.

La heroína roja lanzó su yo-yo y lo ató en la muñeca del bebé. Enfadado, el bebé chilló y alzó su brazo con fuerza, lanzando a Ladybug hasta el Palais de Chaillot. Sus compañeros corrieron a reunirse con ella.

—Parece que a vos tampoco se os da bien, Mi Lady.— Se burló Spider-Lady, con Chat Noir riéndose tras ella.

—Bonito vuelo.— La alagó Chat Noir.

—Ja-ja. Para vuestra información, nunca he cuidado de un bebé de diez toneladas.— Se quejó, demasiado centrada en la conversación como para notar que el bebé akumatizado se había acercado y estaba estirando su brazo con intenciones de atrapar a Ladybug, quien fue apartada por Spider-Lady y Chat Noir, evitando que el bebé la cogiera.

Ladybug, al ver que tenía la pulsera al alcance, saltó sobre la muñeca del bebé dispuesta a romperla, pero el akuma volvió a lanzarla por los aires con mucha facilidad.

Chat Noir y Spider-Lady fueron a su encuentro.

—A lo mejor Spidey podría atarlo para que alcanzaras la pulsera.— Sugirió Chat Noir.

—Normalmente lo haría, o lo intentaría como poco pero... ¡Es un bebé! No quiero pelear contra él.— Se negó Spider-Lady en rotundo, asustada por hacerle daño por accidente a un bebé.— Tengo más ganas de intentar cogerlo en brazos que maniatarlo.

—No pasa nada. Nuevo plan. Calmaremos al bebé metiéndolo en un parquecito.

—¿Y dónde hay un parquecito de su tamaño?— Obvió Chat Noir.

—¡La Torre Eiffel! Lo rodeamos con la cuerda de mi yo-yo y con las telarañas de Spidey, y le cantamos unas nanas. ¿Os sabéis alguna? O le podemos leer un cuento de pajaritos, "cú-cú".— Instruyó la líder del equipo, "imitando" el sonido de los pajaritos, sin esperar en ningún momento la respuesta de sus compañeros hasta que finalizara de contar su plan.— Y cuando se duerma, ¡pam! Chat Noir usa su Cataclysm con la pulsera.

—Interesante plan, pero, ¿cómo lo llevamos hasta allí?— Preguntó Chat Noir.— ¿Tienes otro plan?

—¿Y si usas tu Lucky Charm?— Sugirió Spider-Lady.

—Si es difícil para vosotros, haced lo mismo que yo.— Se burló antes de saltar, esquivando las manos del bebé, quien había avanzado hasta su posición.

Spider-Lady y Chat Noir no tardaron más en seguir a Ladybug de un salto, y cuando volvieron a estar reunidos, llamaron al bebé.

—¡Yuju! ¡Pequeñín!— Lo llamó Chat Noir.

—Ese bebé tiene poco de "pequeñín", Gatito.— Bromeó Spider-Lady a su lado.

—Ahí está la gracia, Arañita.

Los tres héroes empezaron a caminar, mientras agitaban sus brazos, para atraer la atención del bebé y que así no dejara de seguirlos.

—En el parquecito, yo cantaré la nana.

—Queremos que se calme, no romperle los oídos.— Lo fastidió Ladybug.

—¿Qué? Tengo una gran voz.— Aseguró el héroe.— Spidey puede decírtelo.— Exclamó, recordando la patrulla en la que ambos se quedaron cantando y disfrutando de la compañía del otro.

—Mmh... Creo que estoy con Ladybug, necesitamos que el bebé se duerma, Gatito.— Spider-Lady continuó la burla.

—Debí imaginar que os uniriaís.

Ambas heroínas se rieron en respuesta.

—Algún día te maullaré una serenta, Arañita.

—Estoy deseando verlo, Minino.

¡Biruleta! ¡Biruleta!— Gritó feliz el bebé, viendo el camión de piruletas que había justo bajo él y agachándose para intentar coger alguna.

—¡No nos va a hacer caso!— Exclamó Ladybug alterada.

Chat Noir se marchó corriendo, sin decir nada a sus compañeras, en busca de algo que atrajera de nuevo la atención del bebé akumatizado. Mientras que este, alzó su mano para coger una piruleta, pero sin tener en cuenta su enorme tamaño, aplastó el camión de piruletas. Al observar su palma y ver que no había conseguido ninguna piruleta, se sentó en el suelo y se echó a llorar.

Entonces sonó el claxon de un coche, llamando la atención del bebé. Este vio un bonito coche con Chat Noir subido en él, y enseguida, quiso jugar con el coche.

Broom, broom.

Chat Noir salió rápidamente del coche, antes de que el bebé akumatizado lo atrapara dentro, y volvió con sus compañeras.

—De niño me encantaba jugar con coches.

Broom, broom.— Dijo el bebé, completamente emocionado, mientras gateaba solo hacia la Torre Eiffel.— Broom, broom.

—Bien hecho, Gatito.— Lo felicitó Spider-Lady, dándole una rápida caricia entre las orejas a su compañero.

Spider-Lady y Ladybug corrieron tras el bebé enseguida, mientras, Chat Noir se quedó embobado y completamente sonrojado, debido a las dulces caricias de su enamorada. No fue hasta que empezó a ronronear, sin él quererlo, cuando volvió al mundo real y se dio cuenta de que debía alcanzar a sus compañeras.

—Vale, Spidey, nos toca.

—A vuestro servicio, Mi Lady.

Ambas heroínas saltaron, Ladybug por la derecha y Spider-Lady por la izquierda, y empezaron a rodear las cuatro patas de la Torre Eiffel, encerrando así al enorme bebé en un improvisado parquecito de su tamaño.

Chat Noir silbó y aplaudió impresionado a sus compañeras en cuanto estas terminaron.

—Por cierto, ya que el bebé no habla demasiado, creo que necesita un nombre.— Comentó Spider-Lady.

—¿Cómo cuál?— Interrogó Ladybug.

—¿Qué tal... Gigantitan? Es como una especie de... titán gigante, ¿no?

—¿Y por qué no solo "bebé" o "bebé grande"?— Preguntó Chat Noir.

—Porque esos son horribles, quedan fatal, y son muy poco originales.— Se burló Spider-Lady.

—Chicos atentos, creo que a Gigantitan no le gusta el parquecito.

—Toma.— Se mofó Spider-Lady entre susurros a su compañero, orgullosa de que fuera su nombre el vencedor, antes de poner toda su atención a Gigantitan.

Gigantitan se había levantado del suelo, ignorando el coche con el que estaba jugando, y se tambaleó hasta la cuerda y las telarañas de las heroínas, cogiéndolas enfadado tras entender que eso lo estaba encerrando.

Con furia, cogió con firmeza la cuerda negra, que pertenecía al yo-yo de Ladybug, y empezó a tirar con fuerza para liberarse, sin percatarse que la irrompible cuerda estaba atravesando las enormes y firmes vigas de la Torre Eiffel. Iba a tumbar el monumento.

—Rápido Chat Noir, usa tu Cataclysm.— Lo apresuró Ladybug.

—¡Cataclysm!

Chat Noir saltó a la mano de Gigantitan y fue a tocar su pulsera, pero antes de lograrlo, el bebé akumatizado empezó a agitar su mano para librarse del héroe, pero al ver su resistencia, la agitó con más fuerza, logrando lanzar a Chat Noir a la otra punta del río Sena.

Gigantitan, por otro lado, continuó tirando de la cuerda del yo-yo, hasta que finalmente consiguió tumbar la Torre Eiffel, liberándose así del parquecito que las heroínas improvisaron para él.

—¿Algún otro plan brillante?— Preguntó Spider-Lady.

—No, pero no podemos dejar que vuelva a caminar libremente, podría hacer daño a alguien.

—O sea, que lo atemos... sí, vale...

Gigantitan caminó libremente por el puente, en dirección al Trocadero, mientras que ambas heroínas se preparaban para lanzar sus armas. Ambas lo ataron por la cintura y tiraron para detener sus pasos, pero el enorme bebé parecía ser demasiado fuerte para ellas.

Ladybug se agarró a una farola, la cual casi es arrancada del suelo, y Spider-Lady empezó a romper los ladrillos que formaban el suelo con su fuerza, intentando evitar que Gigantitan siguiera avanzando.

El bebé se giró y volvió a gritar felizmente "Biruleta", mirando a Ladybug aferrada a la farola y dirigiéndose hacia ella. Gigantitan la cogió, a Ladybug y a la farola, antes de que esta pudiera huir y se la acercó a la boca.

—Quieto grandullón, no te metas cosas en la boca.— Le pidió la heroína, asustada.

—¡Hey!— Lo llamó Spider-Lady, deteniendo a Gigantitan al llamar su atención.— Vamos a jugar, bebé grande.

¡Biruleta!

—¡Yo te consigo una!— Respondió veloz Spider-lady, al ver las intenciones de meterse a Ladybug en la boca.— ¡Pero necesito que dejes a mi amiga! Por favor.

¡Biruleta ara!— Gritó el bebé, reanudando su misión de meterse a Ladybug en la boca.

—¡Yuju!— Gritó una chica tras el bebé.

Tanto las heroínas como el bebé miraron en su dirección, y vieron a Alya, Mylène, Rose y Juleka en una calesa y sujetando una señal de tráfico de prohibido aparcar.

—¡Aguanta Ladybug!— Gritó Rose.

¡Biruleta!— Gritó emocionado Gigantitan, tirando a Ladybug y a la farola, justo antes de salir corriendo tras las civiles en la calesa.

Spider-Lady atrapó en el aire a Ladybug y justo después saltó, esquivando la farola que estuvo a punto de caerles encima.

—Gracias Spidey.

—No hay de qué.— Contestó soltándola.

Chat Noir apareció aterrizando a su lado apresuradamente.

—Rápido, no tenemos tiempo.— Las instó, mostrándoles que solo le quedaba un minuto a su transformación.

—Bien, ya basta de planes complejos, a veces es mejor ir directos al grano. ¡Lucky Charm!— Su poder decidió darle papel de regalo.— ¿Papel de regalo?

—A ver cómo nos desenvolvemos en esto.— Bromeó Chat Noir.

—Que chiste más malo.— Se burló Spider-Lady.

—Oh vamos, ese no ha estado mal.— Se quejó su compañero.

—Ya sé.— Habló Ladybug.

—Hora de tocarte el cascabel, Gatito.— Dijo Spider-Lady, al ver al bebé gigante llorando por su piruleta.

—A tus órdenes, mi preciosa Arañita.

Chat Noir empezó a tocar su cascabel con sutileza, haciéndolo sonar lo suficiente para llamar la atención de Gigantitan.

—¿Quién quiere una rica piruleta?— Le preguntó Spider-Lady, señalando la farola a su lado, envuelta en el papel de regalo del Lucky Charm de Ladybug.

Gigantitan se acercó, completamente feliz de nuevo, y arrancó la farola del suelo, desenvolvió la farola para descubrir su piruleta, pero en vez de eso, se encontró con Ladybug, quien apretó el botón de la pulsera del bebé, soltándola.

—No es el caballo de Troya, ¡es la piruleta de Paris!

Spider-Lady se acercó a la pulsera corriendo y saltó para partirla con su pierna, liberando así al akuma. Ladybug purificó al akuma y arregló todos los daños.

El enorme bebé volvió a su tamaño en el cielo y cayó en los brazos de Chat Noir, donde empezó a jugar con el cascabel de su traje.

Batito.

—Al final, sí que se te dan bien los niños.— Bromeó Spider-Lady, apoyándose en el hombro del héroe.

—¡Cariño!— Gritó una mujer alterada, corriendo hacia los héroes.

—¡Mama!— Chilló felizmente el bebé mientras era cogido en brazos por su madre.

Los pendientes de Ladybug empezaron a sonar, recordándoles a los héroes que debían marcharse.

—Debemos irnos, adiós pequeño.

—¡Chicos!— Llamó Colette a sus amigos.

—¡Colette!— Gritó Kim mientras corría hacia ella.

En cuanto llegó, cogió a Colette por la cintura y la alzó para abrazarla con fuerza.

—¡No estabas por ninguna parte!

—¿Estás bien?— Le preguntó Max.

—Sí, estoy bien. Perdonad, es que entre toda la gente, nos separamos sin querer, para cuando me di cuenta, no tenía ni idea de dónde estabais.

—Bueno, son cosas que pasan con el pánico de los akumas, no te preocupes.— La tranquilizó Max.— Kim, ya puedes bajarla.

—¡Solo un poquito más!

—¿Esas no son Marinette y las demás?— Preguntó Colette, al ver a un grupo de chicas no muy lejos de ello.

—Estoy seguro al 98% de que sí lo son, y también está Adrien.

—Vamos a saludarles... Kim, bájame, por favor.

—¡No, ahora te quedas conmigo!— Se negó Kim mientras sentaba a la pelirrosa en su hombro.— Vamos a saludar. ¡Hola chicas!— Gritó cuando estubo lo suficientemente cerca de sus compañeras.

—Hola Kim, Max y... ¿Colette?— Los saludó Alix.

—¿Qué haces ahí arriba, Colette?— Le preguntó Mylène con curiosidad.

—Kim me ha secuestrado aquí porque me he perdido durante el akuma.

—¡Así no te pierdo de vista!

—¿Qué hacen Marinette y Adrien ahí?— Les preguntó Max, señalando a los mencionados que estaban más alejados.

—Marinette se está despidiendo.— Explicó Alya.

—Esperad, creo que Adrien le ha ofrecido llevarla a casa.— Comentó Rose, completamente emocionada.

—No, da igual, ya iré en colesa. Gracias.— Se negó nerviosa Marinette.

Y así, Adrien se despidió y se marchó con su guardaespaldas en su coche.

—¿Por qué he dicho que no? Soy una tonta. Podría haber ido a casa con él.

—Al menos has conseguido hablar sin perder el control.— Mencionó Alya, mirando el lado positivo.

—Ha sido una frase de tres, no está mal.— La consoló Rose.

—Ya lo conseguirás.— La animó Colette.

—Ah, hola, no te había visto... ¿por qué estás encima de Kim?

—Larga historia.

—He arruinado la tarde, ¿verdad?— Les preguntó Marinette a sus amigas.

—No pasa nada. Demos una vuelta en "colesa".— Ofreció Alya, parando a Théo en su calesa.

—Dime que no he dicho eso.

—Oye tío, ¿me dejarías llevarla?— Le preguntó Kim a Théo.

—Toda tuya.

—Gracias.

Y así, todos se fueron en la calesa, con Kim conduciéndola y con Alix lanzando pétalos de rosa, disfrutando de la tarde y de la compañía.

Curiosidades del capítulo:

Nuestro trío de héroes favorito ha estado vigilando constantemente el instituto en el que, en secreto, asisten todos, resaltando así los extraños comportamientos del director Damocles. Tendrán que estar más atentos, puesto que ya no pueden confiar en todos. Necesitan encontrar a Lepidóptero cuanto antes.

Chat Noir, en secreto, es el que más incómodo se siente al tener que vigilar a la gente que conoce. Es incapaz de imaginar que cualquiera de sus conocidos, o incluso seres queridos, pueda ser Lepidóptero o un compinche suyo. Pero sabe que debe hacerlo para pararle los pies.

Ladybug y Spider-Lady están completamente de acuerdo con Chat Noir con respecto al entrenamiento, pero primero deben organizarse para poder crear unas sesiones de entrenamiento. Después de todo, ya cancelan varias patrullas para reunirse en su guarida, y los tres saben que no pueden seguir así.

Marinette no insistió demás a la hora de pedirle ayuda a Colette, pero sí que le pareció raro que se negara a hacerlo. No os confundáis, queridos lectores, obviamente es consciente de que nadie está obligado a ayudarla, sin importar lo buenas o malas amigas que sean. Simplemente digo que su actitud a la hora de negarse le pareció extraña.

Colette no puede sacarse de la cabeza el amorío secreto de Adrien. Normalmente no le tomaría importancia salvo cuando habla con él del tema, pero saber que su buena amiga Marinette tiene la ilusión de acabar con él de alguna forma romántica, empieza a reconcomerla por dentro. Sabe que debe averiguar la forma de decírselo a la azabache sin romper la confianza del rubio.

Kim, a pesar de sus... "instintos brutos", quiere mucho a sus mejores amigos, Max y Colette, por lo que haría lo que fuera para mantenerlos a salvo... A pesar de que sus técnicas puedan resultar... "poco ortodoxas".


Memes como disculpa por haber tardado tanto en publicar:




Inserten teorías --->





De nuevo, siento la demora, lo de los golpes de inspiración es una completa mierda. De hecho, siento este cap como puro relleno (como en la serie :v), pero es que no se puede lograr maravillas en todos los caps... Hasta la próxima :D

4023 Palabras

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