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3. Matrimonio

TaeHyung notó como JiMin le suplicaba por ayuda con tan solo una mirada. Lo conocía a la perfección.

¿Cómo no hacerlo?

Si su amistad empezó desde que ambas madres estaban trayendo en camino a dos preciosos pequeñines.

Suspiró rendido y carraspeó su garganta llamando la atención de Jennie quien decidió ignorar al pelinaranja apegándose aún más al rubio. ¿Realmente no planeaba alejarse de JiMin?

JiMin rodó sus ojos y separó con gentileza a Jennie, ni siquiera le echó una mirada a la chica y caminó hacia su mejor amigo extendiendo la mano para estrechar la contraria en modo de saludo formal.

—Taehyungnie, que gusto verte —estrecharon sus manos y TaeHyung sonrió sin ganas apretando fuerte la flor en mano, gesto que causó cierta curiosidad en JiMin —¿Qué escondes? —Park intentó mirar detrás de su amigo, fallando.

Los nervios volvieron a apoderarse de TaeHyung, olvidando el enojo reciente.

¿Qué le diría? "Esta flor es para tí, mi amado. En señal de mi más profundo y sincero amor" Obviamente no diría eso, mucho menos con Jennie y su irritante presencia.

—Oh, yo... —piensa TaeHyung, piensa —M-mamá te manda esta flor.

Dejó de esconder la bella flor y se la extendió al rubio, quien sonrió apenas vio aquel hermoso detalle. Se alegra en cierto modo al ver la tierna sonrisa del menor —por meses— aparecer tan de repente. Sin embargo al recordar, hace tan solo segundos, que le dijo que se trataba de un regalo de parte de su madre, hizo que se sienta decepcionado de sí mismo. Tonto Kim TaeHyung... solo era darle la flor.

JiMin se acercó a un florero con tan solo dos flores que estaban algo viejas, las quitó con cuidado dejándolas sobre el escritorio y puso la que TaeHyung le regaló. Las flores era algo que amaba y respetaba en demasía, pues estas le hacía recordar al tiempo usado leyendo miles de libros sobre estas plantas junto a su difunta madre y TaeHyung. Quedó impresionado por la belleza de aquella flor, tanto que no recordó que tenía invitados hasta que escuchó pasos a su espalda.

TaeHyung se paró detrás de él apoyando su mentón sobre su hombro. Jennie lo miraba recelosa y curiosa a la vez —¿Recuerdas cual es, Jimminie?

Park rio egocéntrico —¿sabes con quien hablas, Taehyungnie? Es una gardenia. No tienes muchas de estas en tu jardín, salen muy pocas veces. ¿Tu madre la ha comprado?

TaeHyung se enderezó y negó por más que el rubio no pueda ver su acción.

—Era la primera que salía, siéntete afortunado.

Sintió como Jennie lo empujaba provocando que el pelinaranja se separe de su mejor amigo y abrazaba por detrás a JiMin —Cielo, es hermosa. ¿Puedes comprar algunas para nuestra boda? Podríamos usarlas para los centros de las mesas. ¡Con tan solo imaginarlo ya me emociono!

Tanto el rubio como el pelinaranja abrieron su boca y ojos en demasía demostrando más que sorpresa. ¿Boda? ¿Jennie? ¿Flores? ¿Qué? ¿Está chica se ha vuelto más loca de lo normal?

Si, siempre les habían dicho a Jennie y JiMin que harían una hermosa pareja, que deberían contraer matrimonio y quien sabe... tal vez Jennie pueda dar a luz a un pequeño que siga el negocio de los Park y una pequeña que se case con un niño de apellido rico enorgulleciendo a su familia.

Sin embargo, JiMin siempre se ocupó en demostrar su molestia y disconformidad. No quería atarse a semejante barbaridad junto a alguien que siente como su hermana. ¡Eso es incesto!

JiMin la separó de su cuerpo, obviamente con gentileza, y la miró desconcertado.

—¿Qué cosas dices, Jennie? ¿Acaso el viaje a Italia te ha mareado? —alzó una ceja en confusión.

—¿No recibiste mi carta, amado mío? —TaeHyung frunció su ceño frustrado y molesto, Jennie ya estaba colmando la paciencia. Suspiró fuertemente atrayendo la atención de ambos.

—Claramente no, ¿tu coeficiente intelectual es tan bajo? ¿Necesito explicártelo con dibujitos? —JiMin en el fondo quería reír pero la sensación de no entender qué estaba pasando en ese preciso instante, era mucho más grande. Mucho más al saber que se trataba sobre la loca idea de casarse con Jennie.

Pensó unos minutos en silencio mientras su mejor amigo y amiga se miraban con odio. Lo recordó.

Joven Park, la señorita Kim le ha enviado una carta. Me han informado que es de gran urgencia William hizo una reverencia, dejó la famosa carta sobre la mesa del comedor donde JiMin yacía comiendo y se retiró no sin antes hacer otra reverencia.

Miró unos minutos en silencio y lleno de curiosidad la carta. 

¿Ahora qué pasaba? ¿Era tan importante como William le había dicho? 

Negó sutilmente, tomó el sobre sin abrir definitivamente no tenía tiempo para lo que sea que Jennie quiera decirle — y lo lanzó hacia la chimenea causando que el caro papel ardiera en llamas. Realmente le daba igual lo que la castaña tenga para decirle, deben ser tonterías confesando su eterno amor o sobre que esa noche soñó una casa en el lago, un pequeño, una niña y claro, ellos felices y casados.

—Oh, la he quemado —Jennie detuvo su agresión hacia TaeHyung y miró tristemente al rubio. Realmente su mirada denotaba desilusión y decepción.

TaeHyung empezó a gozar la situación y no se avergonzó en demostrarlo con una carcajada que ni siquiera intentó ocultar. Era Jennie, siempre buscaba al menos un minuto para interponerse entre él y JiMin.

—P-Pero JiMin —se acercó y tomó la mano de Park para acariciarla lento—En ella mi padre hablaba sobre nuestro matrimonio. Mi familia ha hablado con tus tíos y decían que no les desagradaba la idea. Solo falta conseguir una fecha —¿Qué mierda?

—Lo diré con todo el respeto, Jennie. Pero yo no estoy de acuerdo con esto. Mis tíos no son nadie para decidir mi vida, ni siquiera se lo permitiría a mis padres. Quítate esa tonta idea de la cabeza, nosotros somos amigos.

TaeHyung sonrió más que satisfecho y se cruzó de brazos viendo arrogante a Jennie quien comenzó a llorar y corrió hacia la salida. Se le notaba destrozada, ella no tenía la culpa de que su familia fuera así realmente.

Ella solamente fue criada desde chica con la idea de que debía casarse con el hijo único de los Park para no decepcionar a sus parientes. Y ella quería mucho a JiMin, demasiado. A veces sentía que la cuidaba y amaba tanto como ella, otras llegó a pensar que sería el hermano ideal.

JiMin suspiró y se sentó agotado en el sofá individual. Sabía que esa tarde podría resultar desastrosa, pero al menos se sacó un peso de encima. Acomodó su ropa y miró al frente pensativo.

—Con que matrimonio, ¿eh? ¿No pensabas contarle a tu mejor amigo, Jiminnie? —rio bajo, se acercó por detrás del sofá donde el rubio estaba sentado y abrazó sus hombros apoyando su mentón en su hombro.

El rubio sonrió. Estaba bastante acostumbrado a ese tipo de contacto con su mejor amigo, pues eso eran. Mejores amigos.

—¿Y tú? ¿Cuándo me harás tío? —TaeHyung se paralizó.

¿Qué debía decir? "Quiero formar un futuro a tu lado"

No, ese secreto se lo llevaría a la tumba.

TaeHyung se separó con rapidez y se quedó mudo detrás de su mejor amigo.

—¿Taehyungnie? ¿Estás bien? —JiMin se giró preocupado y TaeHyung cambió su cara automáticamente.

—E-Estoy bien, no te preocupes. Solo... ¿tú me quieres, JiMin?—el rubio lo miró confundido. ¿Qué le pasaba a su mejor amigo?

Park se levantó para estar frente a frente del pelinaranja—¿Preguntas en serio, Taehyungnie? —el contrario asintió lento mirando el piso —Claro que sí, eres mi mejor amigo. Mi hermano.

TaeHyung pudo escuchar cómo su corazón se partía. Eso eran, simplemente amigos. Ambos eran hombres, su amor era inaceptable, era considerado enfermo.

Pero, ¿qué tenía de malo?, pensaba TaeHyung. Si solo nos estamos amando, ¿por qué es enfermizo?

Caminó hacia la gran puerta cabizbajo, no quería llorar delante de JiMin. Solo causaría sospechas en el rubio y no sentía tener ánimos como para explicarle todo el asunto sobre sus sentimientos amorosos hacia él.

—L-Lo lamento, me acabo de acordar que tengo cosas pendientes que hacer...

JiMin no logró reaccionar. Estaba paralizado en la sala repasando la escena reciente, la pregunta de TaeHyung y su cambio radical de emociones.

¿Qué rayos le pasaba a todo el mundo hoy?

Negó, ni siquiera se esforzó en seguir al pelinaranja, ¿qué más daba? Todos estaban completamente locos. Él no correría detrás de nadie, todos siempre regresaban a sus brazos de alguna u otra manera. Esta no sería una excepción.


☆゜・。。・゜゜・。。・゜★


Días pasaron desde aquella desastrosa tarde. Ni una carta de parte de TaeHyung y mucho menos de parte de Jennie. Presentía como se aproximaba el caos, su tío detestaba las contradicciones y mucho más si el negocio y dinero estaba de por medio.

¿Días? ¿Semanas? ¿Minutos? ¿Cuánto faltaría para recibir una carta de su tío pidiendo que hablen seriamente de hombre a hombre en su palacio? Pensar en eso le daba escalofríos.

Por el lado del padre de Jennie, él era un hombre algo... extraño y misterioso. 

Siempre quería tener la razón en todo, siempre halagaba las decisiones que tomaba el padre de JiMin en los negocios. Era muy apegado a él, pero no en la forma que eran apegados JiMin y Tae. Era algo perturbador. Sin embargo, nunca comentó nada respecto a eso, tal vez era su tonto sexto sentido que funcionaba algo mal.

Cansado de tener que esperar a que alguien se dignase a visitarlo, se levantó de su cómodo escritorio —donde solía leer y solucionar algunos problemas de negocios— y se dirigió en busca de William.

Ingresó a la cocina siendo recibido por algunos empleados quienes rápidamente hicieron reverencias al notar su presencia en la puerta de dicha sala.

—Díganle a William que lo espero ahora mismo en la puerta, quiero ir al mercado —sin decir nada más y usando su tono frío y duro, se retiró hacia dicha salida.

Se detuvo junto a la gran puerta de madera y esperó impaciente a por su mayordomo. Golpeaba el piso con su pie en señal de desespero. ¿Dónde mierda estaba? Era un simple sirviente, ¿Qué tenía de importante que hacer?

Luego de unos —largos según JiMin—dos minutos, William se presentó algo agitado frente al rubio quien solo lo miraba con desagrado. El hombre mayor intentaba calmar su respiración.

—L-Lo lamento, su majestad. H-Hubo unos problemas en el jardín y yo... —fue interrumpido por Park.

—No me interesan tus excusas baratas, abre la maldita puerta y vayamos al mercado de la ciudad. Bastante estrés ya tengo de por sí al saber que debo tener contacto con los simples ciudadanos como para que agotes mi paciencia dando excusas.

Obviamente William no acotó nada más, necesitaba su puesto de trabajo para llevar el pan de todo el día a la mesa de su hogar. Sus tres pequeñines estaban cada día más hambrientos.

JiMin puso en todo momento una cara de desagrado sin miedo de mostrarla. Desde cuando salió de su casa y tuvo que ir caminando al mercado de la ciudad hasta cuando se acercaba a los puestos y veía las baratas imitaciones de productos exteriores que obviamente conocía y malgastaba su dinero en eso.

De pronto se encontraba observando algún que otro libro para regalarle a su mejor amigo en señal de disculpas. William le había recomendado hacer esto, pues JiMin no tenía idea que él era el que debía disculparse con el pelinaranja. Mucho menos que debía llevarle un presente.

Ojeó varias portadas, negó al no encontrar algún libro que pueda ser del encanto de su mejor amigo y se giró bruscamente con intención de rendirse y salir de allí sin darse cuenta que había golpeado a una anciana quien cayó al arenoso suelo del mercado.

—Fíjate por donde caminas.

Sin decir más, fue hacia William quien miraba apenado y aterrado la escena. Los modales y su engreída personalidad ya eran de otro nivel. Si no se detenía, los problemas podrían comenzar a llegar.

Sí... William tenía razón.

Aquí el tercer capítulo ;) 

Nos vemos ♥

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