🏹Único
Hizo un largo suspiro, estaba aburrida, su entorno era aburrido o al menos para Kathleen, su arco y flecha se encontraban en el suelo de aquel patio donde siempre solía entrenar, era un valle lleno de flores y arbustos, algunos blancos para entrenar su puntería, el establo de los caballos estaba cerca de allí, y no muy lejos podía apreciar a los guerreros de la Guardia real pero ese mañana había recibido la noticia que no podía practicar ya que no era acorde de una “princesa”.
Kathleen a sus diecisiete años sabía que en su Palacio esperaban mucho de ella, era la segunda sucesora a la corona, y su hermana mayor Madelyne no le permitía incumplir las leyes del palacio.
ㅡ Hermana, ¿qué haces aquí? Te pedí que dejaras de jugar con esas armasㅡ Madelyne la heredera al trono, con tan solo diecinueve años ya se comportaba como todos esperaban de ella, una princesa.
Con su vestido verde oliva, sus zapatos que apenas podían verse, unas delicadas joyas adornaban su bonito cuello, y su abundante cabello amarrado como una cola de caballo, su sutil maquillaje y una mirada desafiante pero con una personalidad muy amable.
Ambas hermanas usaban vestidos verdes, porque ese Reino era protegido por la magia de la naturaleza, el reino simbolizaba aquella magia protectora, por ende los colores eran un reflejo de ello.
Pero a diferencia de Madelyne, Kathleen es una chica muy rebelde, que anhela ser una guerrera, ser la portadora de dicha magia y proteger a su Reino, sus cabellos eran rojizos a diferencia del color caramelo de su hermana, rizados y alborotados, sus ojos no eran desafiantes pero sin duda alguna tenía una habilidad genuina con el arco y la flecha, así como con las espadas pero sus padres y hermana desaprobaba ese comportamiento salvaje.
Madelyne aunque no aprobará los actos violentos o armas dentro del Palacio, sabía que su Reino tenía muchos enemigos, más cuando el pilar de la naturaleza -la magia- no ha sido brindada hacia algún Guerrero, ella sabía que su antepasada estaría orgullosa de su pequeña hermana, ella es igual a Mérida, pero es una hermana mayor es muy sobreprotectora con ella.
ㅡ Observaba a los aspirantes a guerreros, me impresiona que hay muy pocas mujeres por allí… desearía estarㅡ comentó nuevamente soltando su suspiro de frustración, su hermana la abrazó por la espalda.
ㅡ Tranquila hermanita, se que anhelas proteger el Reino con tus manos, pero también podemos protegerlo con nuestra astucia.
Aquellas palabras se quedaron en el corazón de Kathleen, su vista volvió hacia el frente, llevando sus manos a los brazos de Madelyne, la escena pintoresca del Valle de su reino se transformó en una vuelta montaña negra llena de cadáveres, sangre y muchos e incontable cantidad de muertos, aquello asustó por completo a Kathleen, dejando salir un grito pero su hermana la tomó de sus mejillas para darse cuenta que la escena horripilante ya no estaba.
El cielo azul, el pastizal verde y el castillo intacto, las personas reunidas con una sonrisa, pero muy detrás de esa sonrisa podía ver la maldad en ella, abrazo instintivamente a su hermana, no sabía qué le ocurría, sentía miedo.
Mucho miedo, su hermana trataba de consolarla en el transcurso de la tarde. Sin saber que de repente había sucedido con su encantadora hermana menor.
Madelyne era un gran apoyo para Kathleen, la menor no se hacía una vida sin su hermana mayor.
…
Kathleen camino por el largo pasillo de su castillo, el personal que trabajaba para ellos eran pocos, ella sabía que tenían enemigos al poseer al pilar de la naturaleza pero esta no se había manifestado y tampoco había escogido a su dueño.
Muchas leyendas y mitos envolvían a los pilares elementales, desde maldiciones a catástrofes como saber que no cualquiera podía ser dueño de tal poder.
ㅡ Su Majestad, no debería estar por aquíㅡ un viejo chamán en servicio se acercó al ver a la princesa caminando sin rumbo alguno en esas partes solitarias del Castillo.
ㅡ ¿Por qué no? Acaso una princesa no puede andar por su hogar.
ㅡ Sabe que no es seguro.
ㅡ No hemos tenidos ataques desde años atrás, por cierto, ¿has visto a mis padres? No recuerdo haberlos visto recién.
La chica trato de hacer memoria, desde que vio a aquellos guerreros entrenar no ha vuelto a ver aquellas horribles imágenes, pero trato de recordar y no podía ver en sus memorias a su padres en un tiempo más reciente.
ㅡ Princesa… ㅡ el chamán pensó debidamente lo que iba a decir ㅡ recuerde que su hermana estará muy preocupada si sigue merodeando donde no debe.
Una pregunta llegó a su mente en ese instante, para Madelyne la magia no era bien apreciada para ella, así como ser una guerrera, ahora que recordaba ella tenía la rutina de practicar con su arco y flecha ¿no? Porque sentía que había olvidado una estricta rutina como eso.
ㅡ Creo que debería ir a practicar.
ㅡ ¿Practicar? La princesa no recibe ningún entrenamiento.
Kathleen quedó un poco dudosa de aquella afirmación, ¿era de esa manera? ¿solo soñaba que recibía? Sin duda alguna era muy extraño.
ㅡ ¿En verdad? Supongo que tienes razón, iré a mi habitación.
El hombre le dio una reverencia y caminó con ella hacia su habitación, pero cada vez que se acercaba a la puerta en cada parpadeo podía ver como este estaba manchado de sangre, huesos de personas y cadáveres a su alrededor, su corazón palpitó con rapidez, su valor se estaba yendo a lo más profundo, fue la mano del chamán en su espalda que la hizo entrar en razón.
Sentía pánico, acercó sus manos a su campo de visión y estaba segura de ver su arco manchado de sangre.
ㅡ ¿Esta bien princesa?
Nuevamente simples palabras la volvían a la realidad, ¿se estaba volviendo paranoica acaso? Ella sabía que no había magia a su alrededor ¿quizás era una enfermedad?
ㅡ Debería descansar su Alteza, hasta demasiada energía, debe estar bien, todos debemos estar bien.
“Todos debemos estar bien” ¿qué había querido decir el chamán con sus palabras? ¿Acaso no lo estaban? ¿O ella?
Una vez entró a su habitación caminó lentamente con cierta ansiedad carcomiendo en su interior, entró a su cama y cerró los ojos, con el temor de volver a ver esas imágenes terroríficas.
El mundo de los sueños la envolvió, no sabía que se sentía tan cansada hasta que su cabeza tocó su almohada y quedó profundamente dormida.
『••🏹••』
Mérida, era una valiente guerrera de su Reino, con sus cabellos salvajes y rizados, su vestido verde olivo y unas zapatillas bajas y cómodas, su caballo que la acompañaba en sus aventuras y su arco y flecha. Eran sin duda un ejemplo a seguir, portaba la protección de la naturaleza y fue una líder excepcional.
Fue la primera princesa guerrera del reino pero jamás pudo recibir la piedra del elemento de la naturaleza, para ello debía ser uno con dicho elemento. Madelyne no era una experta en la magia, aunque era descendiente de Mérida junto a Kathleen, ella era capaz de manejar la magia que ocultaba de su hermanita.
Sus padres ya no estaban en ese mundo y parecía que ese hecho importante había sido borrado de la memoria de Kathleen.
ㅡ Deberías guardar esas herramientas de violencia hermanitaㅡ mientras llegaba con elegancia a la sala de estar.
ㅡ Vivimos en una zona con mucha vegetación y bosques, nuestro pueblo está tan lejano, no entiendo porque no puedo intentar usarlo.
ㅡ Por la paz y tranquilidad de nuestro pueblo. Lo merecen y lo merecemos.
Como si las palabras “paz y tranquilidad de nuestro pueblo” interrumpieron la armonía mental de Kathleen, como si ya las había escuchado en el pasado pero distorsionada “Todo por la paz de nuestro pueblo”.
ㅡ ¿Kathleen?
ㅡ Estoy bien tranquilaㅡ aquella mentira no pasó desapercibida por su hermana, tocando levemente su cabello.
ㅡTe protegeré de todo, mi linda hermanita.
Ambas hermanas se mantuvieron juntas ese día, sin embargo, los siguientes días transcurridos fueron extraños para Kathleen. Mientras dejó nuevamente su arco y flecha en su habitación, se encontraba nuevamente en el jardín, viendo como parecía un deja vu el entrenamiento de los guerreros ¿no tendrían que escoger al Guardia principal? ¿No que ese año la piedra mágica que tanto cuidaba su casa se manifestaría?
Era como repetir el día, puso sus manos en el pasto derrotada por el cansancio que extrañamente tenía. Cerca de sus manos pequeñas flores nacieron de repente, aquello la sorprendió.
Levantó las manos y se sorprendió al ver cómo las flores habían aumentado en ese pequeño espacio donde estaban sus manos, se acostó colocando su oído en la tierra y tocando nuevamente el pastizal y este crecía, como si de magia se trataba, era solemne.
Podía sentir cierta tranquilidad, la brisa la hacía sentir segura, como si la naturaleza la abrazara. Pero, aquello le hizo pensar repentinamente que si ella poseía magia, ¿significaba que los guerreros no tenían razón para estar allí? Ella no era una guerrera aún.
Si su hermana supiera de ello estarían ambas en peligro no es así, se levantó de inmediato y un fuerte dolor de cabeza la detuvo, su campo de visión le mostró algo totalmente diferente, el cielo era rojo, y todo era oscuro cubierto de sangre, no habían guerreros solo esqueletos con armaduras y fuego en todas partes.
El lamento de quienes una vez fueron sus súbditos inundaron sus oídos, el llanto y la desesperación de quienes apreció mucho la paralizó, se tapó los oídos no entendía nada, porque sucedía eso.
Fueron dos siluetas negras que llamaron su atención, una parecía conocía y la otra que irradiaba tanta maldad, esta se volteo a verla y una sonrisa macabra la hizo despertar y volver al valle tranquilo donde estaba su jardín.
¿Era una premonición? ¿Un sueño? ¿Una visión? O simplemente se había enloquecido, camino con prisa llegando hasta donde estaba la cúpula de Mérida para honrar a su antepasada.
ㅡ Mérida, no se que ocurre conmigoㅡ dijo en un susurró como si tuviera un extremo miedo de decirlo más fuerte y ser escuchada ㅡ veo cosas y no se porqué, no se si es real o solo mi mente jugando conmigo.
En ello mientras se sentó sobre sus rodillas, notó como otro arco y flecha estaban allí, pero estos eran diferentes, tenían un acabado más elegante, unos detalles de piedras preciosas incrustadas en el arco, eran verdes. La estatua de Mérida señalaba hacia enfrente y ella tocó su dedo brillando por completo la atmósfera a su alrededor.
La vegetación creció dentro y flores silvestres florecen en el lugar, como si encontrarán su verdadero lugar, pero el hechizo se quebró.
Como si de un vidrio quebrado la realidad que había conocido Kathleen se desvaneció enfrente de sus ojos, permitiéndole abrir los ojos y darse cuenta que estaba en cautiverio, amordazada, todo el castillo estaba destruido, el trono lleno de escombros, esqueletos y cenizas alrededor. ¿Cómo era posible?
ㅡ ¿Despertaste hermanita? ㅡla dulce voz de Madelyne salió de las sombras, su vestimenta era diferente, su cabello amarrado que siempre recordaba verlo, estaba suelto con ondas y ya no era brillante y caramelo, sino opaco casi un color marrón, sus llamativos vestidos verdes olivas, era grisácea, con uñas negras, esa mirada desafiante no contrastaba con la dulce voz que le había hablado recién.
ㅡ¿Q-Quién eres tú? ¿C-Cómo llegué aquí?ㅡ era inquietante el miedo que estaba sintiendo.
ㅡ Soy tu hermana mayor, acaso no es obvioㅡ mencionó con risas que no tenía sentido con la imagen que mostraba.
ㅡ Tu no eres mi hermana, ella jamás me haría estoㅡ dijo con un poco más de desespero en su voz.
ㅡ Te equivocas cariño, te dije que te protegería de toda la maldad, aun si eso significa llegar a este puntoㅡ su voz cambió de dulce a una muy tenebrosa, se acercó lentamente, el sonido del tacón golpeando el cemento del castillo era un golpe fuerte para tanto silencio.
ㅡ ¿Protegerme? ¡¿DE QUÉ!?... Espera… un momentoㅡ la viva imagen de sus padres pasó por su mente, sus ojos se agrandaron lentamente, se formaron lágrimas y estas cayeron.
ㅡ Ellos querían hacer de ti una guerrera, lo recuerdas Kate, ¿recuerdas el día que el pilar se manifestó enfrente de ti?
Kathleen sabía de lo que hablaba no eran sueños que pensó que sucedían, sino recuerdos, las vivencias estaban allí pero gracias al hechizo pareciendo una situación irreal a su verdadero ser.
“ㅡ Padre, madreㅡ Kathleen estaba animada al ver cómo la estatua de Mérida la había escogido a ella.
ㅡ Felicidades Kate, eres la primera princesa que Mérida ha escogido como su guerreraㅡ mencionó su madre con un abrazo fraternal.
ㅡ Tendrás que ser fuerte hija, ser una guerrera elemental tiene sus responsabilidades. Su deber es proteger a la humanidadㅡ su padre muy honrado dictaminó las palabras de honor.
ㅡ El mundo es peligroso pero sabemos que podrás con ello.
Kathleen solo tenía diecisiete años y se estaba convirtiendo en el orgullo de sus padres, dejar el Palacio para encontrarse con los demás guerreros elementales y proteger a la humanidad.
Era como ser una heroína que las personas tendrían, quizás no había una maldad con la que deberían pelear pero aquello la emocionaba. No era un policía o un soldado, era una guerrera elemental, no se convertía en un ser con armadura mágica, solo tendría su arco y flecha, su destreza y habilidad para enfrentar a la adversidad.
Busco con la mirada a su hermana quien esperaba encontrar feliz por ella, pero fue todo lo contrario, su rechazo realmente le dolió.
ㅡ Tuvo que haber sido un error, hermana eres una niña, mi deber es protegerteㅡ ella intentó hacerla entrar en razón ㅡ no debes hacerle caso a nuestros padres, se equivocan.
ㅡ Madelyne es mi sueño.
ㅡ Qué sueño más absurdo Kathleen, me aseguraré que no cometas estupideces”.
ㅡ ¿Q-Qué les hiciste? ㅡ era un susurro pero Madelyne podía escucharles, la miro desinteresadamente y se dio la vuelta, caminó hasta lo que sería un cuerpo calcinado. Le tiró una patada con mucho odio.
ㅡ ¿A esto te refieres?
Su voz despectiva y la poca importancia hacia las personas que yacen en el suelo, lágrimas recorrieron sus mejillas, un grito desgarrador salió de su garganta, su hermana rió al ver el desespero de su hermana. Otra persona con una capucha negra se acercó a Madelyne.
ㅡ Haz sido perfecta Madelyneㅡ su voz era irreconocible para Kathleen pero en ese entonces no le importaba, tampoco el lastimarse con las sogas en sus brazos que la inmovilizaban.
ㅡ Gracias, me has apoyado mejor que nuncaㅡ dijo con cierta dulzura hacia al encapuchado.
ㅡ Permitiré que les sus últimas palabras, recuerda darle la piedra de la naturalezaㅡ dijo para llevar su mano cubierta por un guante negro tocando la mejilla de Madelyne. Y esa misteriosa persona desapareció entre las sombras.
ㅡ El final inesperado de las descendientes de Mérida será que fueron calcinadas por un fuego asesinoㅡ dijo al darse la vuelta y ver su querida hermanita, elevó la mano y se creó una flama de ella ㅡ si hubieras permitido que yo te protegiera de todo no tuviera que haber buscado ayuda de Darkness, aunque gracias a ello pude manifestar más mi magia y esta se transformó Kathleen pero te daré una oportunidad más, ven a mi y sé mi apreciada hermanita que merece mi eterna protección, juntas a Darkness restauraremos la humanidad.
ㅡ ¡JAMÁS! ㅡ su gritó desgarrador detuvo a su hermana, pequeñas raíces salieron del suelo ㅡ Estas mal…ㅡ dijo en un hilo de voz, aún se mantenía curativa y solo podía ver hacia el suelo ㅡ Te convertiste en un monstruo, un maldito monstruoㅡ su voz se elevó a un tono más frío y rencoroso.
Madelyne observó cómo aparecieron enredaderas en lo que quedaba del castillo, ese viejo trono lleno de escombros ahora estaba cubierto de enredaderas.
ㅡ Si no me dejas otra opción, lo siento mucho hermanitaㅡ levantó su mano hacia en dirección de su hermana quien mantenía la cabeza en dirección al suelo, soltando leves queridos productos del llanto.
ㅡ Jamás te lo perdonaréㅡ levantó la mirada, un escalofrío recorrió a Madelyne al ver esos ojos vacíos, llenos de furia.
Las raíces eran gruesas y no recordaba en qué momento estas habían cubierto por completo, una liana la tomó del brazo, trató de quemar a la planta, pero se sorprendió al ser resistente al fuego, otra liana atrapó su otro brazo.
Las lianas enfrente a Kathleen tomaron el arco y flecha, apuntando a su hermana, la chica solo necesitaba decir “dispara” para que esta dejara ir la flecha en el corazón a Madelyne matándola de inmediato.
La flecha temblaba por la inestabilidad mental y emocional que sentía la chica, tenía mucha rabia, pero era su hermana, ¿realmente podría hacer eso?
Madelyne dejó salir lágrimas, con sus brazos amarrados y obligándola a permanecer de rodillas, imploró perdón.
ㅡ Kathleen soy tu hermana, todo lo hice por ti, para protegerte.
Hazlo Kathleen, dispara a Madelyne.
Una voz llegó a su cabeza, una voz sombría que la hacía estirar más la flecha pero aún así no disparaba.
Madelyne se lo merece, mató a tus padres a sangre fría, no le importó que se tratarán de sus progenitores.
Merece la muerte.
ㅡ Kathleen…
Miró a su hermana y los recuerdos inundaron su corazón, desde que era una niña, sus padres, sus enseñanzas. El valor del respeto, amor y ser resiliente ante los enfrentamientos.
Sabía que esa voz era de la misma persona que minutos atrás estaba detrás de su hermana, Darkness.
“Eres más fuerte de lo que piensas, Kathleen, solo ten en cuenta el sonido de la naturaleza”
Esa voz irreconocible no sabía a quién pertenecía, pero al cerrar los ojos y tratar de estar en cierta “tranquilidad” recordar la serenidad del bosque, sabía que asesinar a su hermana no iba a regresar a sus padres, quizás, solo quizás su hermana podría volver al camino del bien.
La flecha cayó al suelo y las lianas dejaron de obligar a su hermana, pero esta rió por lo estúpida que era su hermana.
ㅡ Eres tan vulnerable, las historias de Mérida no te salvarán, no eres una justiciera y menos una guerrera, las plantas sienten tu inestabilidad emocional, porque eres débil.
ㅡ Si, quizás soy débil, así que termina conmigo hermanaㅡ dijo con una sonrisa muy débil, mentalmente muy agotada.
Madelyne se molestó más porque su hermana prefiere morir a sus manos que pelear con ella, era una pérdida de tiempo, pensó que quizás pelearía un poco más.
Pero aquello solo le provocó disgusto hacia su hermana, no lo pensó, no titubeó, ni siquiera le importó y lanzó sus ataques de fuego directo hacia Kathleen, desquitando la furia contenida.
La respiración agitada de Madelyne era sonoramente notable, había parado sus ataques, era capaz de ver una gran llama donde estaba su hermana, había sido el fin de su hermana, una leve sonrisa se mostró en su rostro, Darkness estaría orgullosa de ella, se dio la vuelta no quería ver cuando el fuego se apague y el cuerpo calcinado aparezca en su rango de visión, mientras avanzó se percató que no podía escuchar ni un solo sonido de dolor, quejido, llanto desgarradores.
Cuando se dio la vuelta para ver a su hermana una flecha brillante atravesó su corazón; inmovilizando, cayendo hacia el suelo, hasta que fue tomada en brazos por Darkness.
ㅡ No espere ver el espíritu guardián de la naturaleza tan prontoㅡ mencionó al ver cómo aquella llamarada había desaparecida dejando a Kathleen asustada pero intacta, y a su lado una silueta de un ser brillante color verde Esmeralda con la forma de una persona con un arco en lo que serían sus manos, firme.
ㅡ Pensar que eliminaste el sello de los guardianes. Han pasado tantos años, pero te volveremos a sellar.
ㅡ ¿Tu y quienes más, Mérida? Te recuerdo que así como tu, todos ustedes entraron en un sueño profundoㅡ comentó mientras alzaba a la chica quien haría de ella una verdadera guerrera de la oscuridad.
ㅡ Te derrotaremos darkness, porque jamás permitiremos que destruyas lo que hemos estado protegiendoㅡ Kathleen observaba cómo Darkness sonrió como si esperará aquello con tanto anhelo.
ㅡ Estaré esperando el día que tu discípula se enfrente a la mía, nos volveremos a ver Mérida, no permitiré que vuelvas a reunir a todos.
Las sombras desaparecieron y el rastro de la destrucción en el castillo era evidente, el espíritu del bosque, Mérida observó a Kathleen quien ya estaba libre de las ataduras físicas destrozada por toda la situación.
『••🍂••』
La neblina se hizo presente en aquel valle que una vez estuvo habitado, el sonido de las risas apaciguaron, las voces de los pueblerinos cesaron cuando la oscuridad acecho, casas destruidas, la vegetación muerta.
La fauna y flora calcinadas, nadie había logrado sobrevivir al ataque de la princesa heredera, aquel sombrío recuerdo aún se mantenía vivo en la mente de Kathleen.
El castillo había sido destruido con su población, seguir ahí era una pérdida de tiempo, aunque las lágrimas no cesaban, seguir viendo las lápidas creadas con piedras y tratar de crear al menos una flor por cada miembro de su población fue lo último que pudo hacer para honrar a su pueblo.
Sus botas cafés y su vestido oliva, era el último recuerdo de la familia songs, príncipes herederos de aquel valle. En su arco y flecha portaba aquella piedra Esmeralda, el símbolo de su magia natural, cerraba momentáneamente los ojos para escuchar aquel sonido de tranquilidad que le transmitía la poca naturaleza viva en esa zona.
El espíritu de Mérida tomó la forma de un pequeño perrito con alas, como su compañero de aventuras, porque sí, este era solo el inicio del viaje de Kathleen.
Ahora tenía una misión, desde el momento que esa piedra la escogió a ella, el sello se rompió y la oscuridad que existe en los corazones de los humanos renació, sin contar de los mismos contaminantes que ellos provocaron.
Pero… esto sólo es el inició, ¿qué sigue después?
Esta historia continuará…
Hola, tiempo sin aparecer por aquí con una nueva historia, la última vez que publique algo de un fanfic en emisión fue en abril desde entonces lo mucho que hice fue re-subir.
Quiero que sepan que a pesar que deje de publicar en estos lados yo nunca deje de imaginar, crear o escribir historias. Y esta historia con personajes propios es algo que hace tiempo queria hacer y espero que si lo leyeron les haya gustado.
Hayan visto un cambio de mi forma de escribir shipp/fanfic vrs a algo mio propio, espero seguir así porque imaginar historias nuevas es algo que sigo amando con todo el corazón.
¿Qué les pareció?
Sí, la he publicado en mis dos cuentas, y mis otras aplicaciones de escritura/lectura.
Gracias por darle una oportunidad, se agradece con todo el corazón.
Por cierto, esta historia tiene si o si segunda parte.
Kitty_Kawaii_G
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