XVIII
"Recibo una flor con las manos sucias me pregunto si puedo vivir contigo en el sueño de destrucción... más allá del tiempo
Se puede oír ¿verdad?"
Desde aquel día no había hablado con Rebeca, había salido con Jonouchi para celebrar su regreso y su victoria en el Campeonato que se celebró en China, sin lugar a dudas el hablar con él siempre me regresaba a la realidad, al futuro que me esperaba se hacía más evidente al estar a su lado, y como de costumbre su risa me contagiaba y estallábamos ambos en carcajadas.
Pero el destino, ¿Si realmente existe algo así... porque le gusta jugar de formas tan crueles algunas veces?
Escuché su voz llamándome, un grito estridente que hizo detener mi andar, y por un segundo le vi, su espalda y el cayendo de rodillas, mientras alguien encapuchado seguía mirando al frente, las luces, cientos de ellas se esparcieron por el lugar ya conocido, y mientras cada una de ellas se disparaba imperceptibles a los ojos humanos a mi mundo los recuerdos me inundaron.
Su mundo había muerto y las memorias de sus almas regresaban al nuestro, observe a Jonouchi cuando tomo mi mano, una lagrima se deslizo por su mejilla al adentrarse la parte del alma que alguna vez fue él en ese mundo, aquella tarde después de ese trágico evento decidimos dejar la celebración para después, siendo que por alguna extraña razón se sentía raro a sus palabras, diría triste, pero al no conocer la razón era de esperarse que le denominara así.
Sentado en el sillón de la nada las lágrimas empezaron a escurrir, un primer beso, un abrazo, una sonrisa compartida, cada uno de sus recuerdos venían a mí, su mundo similar al mío solo era la sombra de lo que alguna vez pude hacer con mi vida.
Descubrir los pequeños cambios que poco a poco se volvían inmensos generaba un conflicto interno entre felicidad y tristeza, en aquel mundo mi otro yo no se había enamorado de Atem, y Atem no se había enamorado de él, en cambio por un breve tiempo el amor que alguna vez tuve por Anzu mi mejor amiga había sido correspondido aunque al final no había durado, ella debía regresar a América, y él odiaba el amor a larga distancia, reí ante su carácter, más fiero, más fuerte y aquel humor ácido que se le había pegado tras haberse vuelto amigo de Bakura quien era su profesor particular de Inglés, Bakura en ese mundo había sido dominado completamente por el espíritu de Akefia Thief dejando de ser Ryou para ser la casi reencarnación de esta sin serlo realmente.
El encuentro de Jonouchi y él me resulto de lo más peculiar, mi contra parte siendo más agudo para algunos temas tenía poco tacto con la gente siendo directo por consecuencia metiéndolo en problemas que de vez en cuando el espíritu del rompecabezas le ayudaba a salir siendo él mismo reacio a la ayuda como su carácter de cabeza dura le instaba no dejarse ayudar, sin embargo no podía esperar menos cuando en el torneo que celebro Pegasus al ganar el premio se lo diera a ese cabeza hueca que juraba no aguantar para ayudar a la operación de su hermana menor.
Una amistad extraña sin lugar a dudas, pero aquello, ¿No demostraba que Jonouchi y él estaban destinados a ser amigos como Jono y yo lo estuvimos?
Sin embargo aquello ya no importaba porque nuevamente el destino hacia su aparición, revivir sus recuerdos y observar lo que pudo ser dolía, porque ya no había tiempo para algo más, lo supe al conocer la verdad que mi otro yo descubrió en sus viajes.
El tiempo en ese mundo terminaba, y lo único que había dentro de mí era el arrepentimiento de no poder olvidarte Atem porque a donde iría era un lugar muy lejano, más lejano del que ya estábamos ambos y tal vez nunca más nos volveríamos a ver jamás, porque para lo que alguna vez hice no había perdón.
No sabía cuándo vendría, pero tampoco esperaría que él llegase, debía de dejar todo en orden, no tenía más familiares solo a mis padres, los amaba, no obstante reconocía que desde primera instancia nunca fuimos cercanos aun así no podía dejar de sentir el amor propio de un hijo hacia los que le habían dado la vida, una muy buena reconocía, él pensar solo de cómo reaccionarían ante mi partida dolía pero aun así una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro al recordar la terquedad de ambos al nunca aceptar algo de mi dinero, una risilla metálica sale a sabiendas que aún menos aceptarían algo a sabiendas que sería un regalo de despedida.
『』
Tome el móvil, dejar todo en orden no sería fácil, pero dando el primer paso era el comienzo, suspire, en esa noche sin luna mire el cielo tal cual es, negro y basto, las estrellas por un instante me parecieron el recuerdo de las almas que seguían esperando el regreso de lo que alguna vez se tomó.
—¿Yugi? ¿Hijo pasa algo? —escucho su voz por la otra línea.
—Mamá...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro