LI
"Vamos a tener un sueño sin fin sobre el tiempo que estaba contigo, mis sentimientos son todo por lo que vivo lo que creara mi vida es este deseo..."
—¿Te duele? —pregunto Ib.
—¿Deberías de preocuparte por mí? —respondió cancinamente, no creyó que aun tendría que verle, pero ¿Qué podía esperar? Era solo su corazón, no era un alma completa después de todo, miro de reojo su tarea, aún seguía armando el cuerpo que debía ser solo suyo, no pudo evitar suspirar, se sentía timado y al mismo tiempo furioso.
Amón Ra siempre lo supo, la pena que aquejaba a Osiris su sucesor, mientras vagaba por el Nilo vio la oportunidad de redimir sus pecados, siempre se culpó por el producto de aquel idilio entre Nefthys y él, aunque Isis nunca le reclamo nada, aún más había acogido como hijo propio el producto de los amantes.
Osiris había desprendido parte de su alma para volver a nacer y así amar a Anubis como debió de ser desde un inicio, pero Anubis cegado ante la perdida y dolor dividió su ser en pos de encontrarle.
Isis quien había descubierto el deseo de su esposo había creado un cuerpo con los fragmentos del falo que el lepidoto, pagro y oxirrinco habían escupido al devorarlo.
Pero el amor que debía de remediar la tragedia se había vuelto en su contra, Anubis no amaba a su casi reencarnación, el deseo de volverlo completo le había cegado corrompiendo su ser, e Ib sumergido entre el deseo usurpo el cuerpo del faraón.
El tiempo había pasado y con ello lo que no debía nacer nació, ambos fragmentos que seguían buscándose se habían enamorado del otro.
Bufo al escuchar sus pasos que hacían tintinear las joyas que portaba, como de costumbre Amón Ra hacia acto de presencia sin invitación y con su sonora carcajada se hizo notar.
Una reverencia por parte de Ib, una sonrisa amable es dirigida por parte del Dios, Anubis en cambio seguía apoyando el mentón en la muñeca flexionada viendo a la nada mientras se encuentra en su trono.
—Tener modales no te matara —señala Amón Ra, pero no hay cambio alguno, sigue siendo un niño, no por nada ha querido revivir la muerte de Osiris en carne propia para darle fin a su tragedia dándole así el meñique que le conectaba a Osiris al que alguna vez fuese su corazón para ser libre al fin de aquellos sentimientos que no servían ya. Solo él podría ser tan masoquista y al mismo tiempo tan amable, observando al Dios como solo chico problemático, al final ignora el desaire, ya se está acostumbrado a ser el porta voz del joven que ha tomado su antiguo nombre— Ha vuelto de nuevo —una sonrisa se asoma previendo el ceño fruncido de Anubis, mientras las mejillas de Yugi se tiñen de carmín en aquella forma incorpórea que ahora porta.
Atem en cada vida le busca, sus cejas se arquean hacia abajo, se siente mal, aún no ha terminado de crear su propio cuerpo, ya han pasado dos vidas más solo espera que no le olvide o se canse de esperarle.
Amón Ra ríe al escuchar sus pasos acercarse.
Un abrazo esperado ante el pasar de los años, Anubis ve la escena no duele, su corazón ya no está conectado a Osiris.
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