VII : Posesión
Canciones del capítulo : Criminal (Taemin) / Oh My God (G-Idle) / Hell In Heaven (TWICE)
El chico de cabellos dorados tomaba una copa de vino parado en el balcón de su habitación, la noche estaba fresca pero no lo suficiente para que sintiera frío, por lo que sólo usaba un delgado camisón negro de seda sobre su ropa interior del mismo color, intentando comprender algo de lo que había sucedido, saboreando su bebida con el placer de su insaciable deseo por beber.
— ¿Porque no dijiste nada? Estar callado no es algo propio de ti. — Yoongi apareció tras él, rodeando su cintura con sus manos al abrazarlo por la espalda.
Recostando su mentón en su hombro.
Y Jimin sonrió incrédulo. — ¿Me llamas cotilla? — Preguntó haciendo reír al mayor.
— Te llamo curioso. — Aclaró Yoongi dejando un beso en su mejilla. — Además, me parece que el tema merece ser discutido ¿No crees?
Jimin suspiró y se volteó para quedar frente al mayor, poniendo una de sus pequeña manos sobre el pectoral de este y rodeando su cuello con la otra, mirándolo directo a los ojos.
— Bueno, puede que no tenga ningún tipo de objeciones con respecto a este tema. — Informó admirando el rostro del mayor y dejando una caricia en su mejilla.
— Ahora si estoy sorprendido ¿Puedo conocer la razón? — Su mueca confusa le pareció adorable al menor que sonrió levemente.
— Es muy sencillo hyung. — Mordió su labio con nerviosismo antes de continuar. — Una parte de mi esperaba que tu existencia y la mía estuvieran destinadas a unirse, que estuviera escrito en algún lugar que yo sólo sería tuyo, y tú sólo serías mío.
Yoongi no tardó en sonreír y besar sus gruesos y suaves labios. — Jimin, eres un insoportable. — Dijo juntando sus frentes.
— Y tú un amargado. — Susurró Jimin riendo antes de volver a juntar sus labios aumentando el calor en los cuerpos de ambos.
Jeongyeon se encontraba en su oficina, sentada frente a su tablero de ajedrez de cristal, mirándolo concentrada en las piezas, intentando entender alguna de las razones de los mayores para hacer algo así, pero no encontraba alguna coherente aparte de sus deseos egoístas.
Suspiró recordando lo que hablaron esa mañana entre todos, la propuesta de Dahyun y la oposición de la mayoría de dejar su preciado hogar, además de la posibilidad de más secretos por parte de sus padres.
Flashback
— ¿Has enloquecido? ¿Como va a ser esa la solución? — Nayeon fue la primera en oponerse levantándose de su brillante trono.
Dahyun hizo una mueca rodando los ojos, al parecer la mayor había malinterpretado sus palabras. — Tranquila, jamás dije que fuera la solución, sólo es una sugerencia.
— ¿De que? No pienso pisar ese lugar, los mortales están tan llenos de defectos y de humanidad... — La mueca de asco de Momo hizo reír a Dahyun.
— Sólo digo que es una posibilidad, no perderíamos nada.
Nayeon volvió a intervenir. — Perderíamos nuestra pureza, mezclarnos con humanos inmundos sólo empeorará la situación.
— Pues yo no pienso moverme de aquí, esta es una pésima idea hermanita. — Dijo Hoseok señalando a la más pálida.
Dahyun bufó y se levantó. — ¡Pero no están pensando con claridad!
— ¡No Dahyun! ¡Eres tú la que no piensa con claridad! — Jin la miró indignado. — ¡Es absurdo lo que propones! ¿Ir al mundo de los mortales y rebajarnos a su nivel? Definitivamente no está en discusión.
— ¡Pero no se trata de rebajarnos a su nivel! — Intentó aclarar la peligris. — Los humanos lo único valioso que tienen es un alma inmortal, que por cierto no valoran para nada.
— ¡Con mayor razón! ¡¿Que te hace pensar que estaremos bien entre ellos?! Ni siquiera sabrán como tratarnos. — Agregó el mayor de todos con obviedad.
Y notando como todo estaba a punto de salirse de control Jihyo intervino. — ¡Calmense! — Gritó ganándose la atención de todos. — ¡Nadie irá a ningún lado! Seguimos aquí y nadie va a quitarnos nuestra inmortalidad o alguno de nuestros poderes ¿No se han dado cuenta? Estamos actuando justo como ellos esperan, enfrentarnos no es la solución.
— Y tampoco creo que ir al mundo humano la sea. — Yoongi habló por primera vez — No es como que llegaremos y tendrán todas las respuestas para nosotros.
— ¡Con un demonio! ¡No hablaba de eso! — Se defendió Dahyun.
— Entonces no entiendo a donde quieres llegar... — Respondió Yoongi con calma. — ¿Quien dijo que los humanos eran los animales de la sabiduría? Para lo único que sirven es para equivocarse una y otra vez y justificarse tras una fuerza mayor que no están ni cerca de comprender.
— Pues yo no quiero perder ninguno de mis poderes. — Sana comentó haciendo un puchero.
Dahyun volvió a suspirar. — Por enésima vez ¡Ninguno perderá nada! Lo único que hay de diferente en nosotros ahora es...
— Una humanidad que no sólo nos ha desequilibrado, sino que ya no nos diferencia de los humanos. — Jeongyeon habló sin mirar a nadie. — ¿No es suficiente con eso Dahyun? — Miró a la nombrada con aquellos ojos azules brillando como nunca. — Porque perder la pureza y decepcionarnos de nuestros padres al mismo tiempo, es bastante pérdida para mí.
Dahyun asintió rendida ante el argumento de la mayor, tenía un punto después de todo. No entendía porque había hablado en primer lugar pero ahora sabía que no había sido la mejor idea del mundo.
Mina al fin se levantó de su asiento con una leve sonrisa en su rostro, y si todos la conocían bien, estaban seguros de que nada bueno podría estar pasando por su mente.
Jin se asustó y abrió la boca totalmente ofendido por los pensamientos que escuchó de su mente. — ¡No Minari! No te atrevas a considerarlo siquiera.
El resto no entendió pero cuando Mina ensanchó su sonrisa temieron lo peor. — Jin Oppa tranquilo, sólo analicé la sugerencia de Dahyun, y puede que tengamos varios puntos a nuestro favor.
— No sé de que se trata pero si incluye humanos, me niego — Afirmó Hoseok.
— Noona, confió en ti pero Hoseok tiene razón, ni esto ni nada que involucre humanos será aceptado por ninguno. — Recordó Taehyung mirándola.
— Yo soy la menos interesada en involucrarme con los mortales, Tae. — Aclaró Mina. — Pero cuando digo que tenemos varios puntos a nuestro favor es porque los tenemos.
— Te escuchamos. — Namjoon y Jungkook se habían involucrado de nuevo a la conversación de nuevo, tomando asiento al lado de Jeongyeon y Sana.
— Habla por ti mismo.
— Hoseok — Llamó Yoongi mirándolo severamente por lo que el peligris negó cruzándose de brazos.
— Bien como decía, el único objetivo de nuestros padres es conocer respuestas a través de nosotros ¿No? — Todos asintieron no muy convencidos. — Y su grandiosa idea fue darnos humanidad en lugar de usar humanos, lo que deja claro que los humanos no tienen lugar en todo esto.
— Es porque todos despreciamos a los humanos Minari — Dijo Tzuyu con obviedad. — Además eso lo dejaron claro ¿A donde quieres llegar?
— A que hay algo más allá de este teatro Chewy. — Afirmó — Comprendo todo lo de el equilibrio y esos absurdos argumentos, pero hay algo que no nos dijeron. — Algunos fruncieron el ceño y otros sólo la miraban con confusión. — ¿Porque nos darían una misión y un destino tan insignificante conociendo nuestro poder?
— ¿Sigues sin entenderlo? Odiamos a los humanos. — Hoseok estaba impaciente.
— Mitang tiene razón, esto no tiene sentido, aunque ya nada lo tiene. — Dijo Momo.
— Así es, ellos saben que detestamos a los mortales pero también saben que haríamos cualquier cosa por lograr nuestros objetivos, y que aún con el sacrificio que implicaría ir al mundo mortal, estudiarlos e intentar entender sus emociones no requeriría un gran esfuerzo...
— Habla por ti Minari... — Nayeon la interrumpió haciendo una mueca de asco.
— Lo que quiero decir es que hay algo más detrás de esto, y aunque cumplamos con lo que nos han dicho. Ocultan algo más, algo que no estoy segura que nos beneficie.
— ¿Mas secretos? No puede ser ¿Nunca terminará esto? — Se quejó Sana haciendo un puchero.
— Por ahora la única salida es intentar comprender e identificar nuestras emociones Satang. — Mina sonrió divertida. — Ni siquiera los pecados capitales son tan perfectos en sus planes, y lo demostraremos.
— ¿Y si no hay nada más allá? — Preguntó Jungkook.
La rubia levantó una ceja y lo miró. — ¿A que te refieres pequeño Nochu?
— No creo que su objetivo sea enviarnos al mundo mortal ¿Porque enviarían guardianes si fuera así? — Volvió a preguntar el pelinegro intrigado.
— Porque su misión no tiene que ver con retenernos, sino velar por el orden. — Fue Jeongyeon quien le respondió.
— Como si fuera posible tal cosa ya. — Chaeyoung habló por primera vez.
— Bien, sólo digo que no creo que ir al mundo mortal lo resuelva. — Concluyó el menor de los chicos.
Fue Mina quien hizo una mueca de asco esta vez. — Ni siquiera consideré esa posibilidad, caminar entre humanos ignorantes, no es algo que este dispuesta a hacer.
— Al fin dices algo sensato — Habló Hoseok y Mina le dedicó una mirada fría.
— Entonces, aclarado esto me retiro — Jin se levantó mirando a su hermana. — Necesito una larga sesión de relajación después de este indeseable día. — Soltó un suspiro cansado.
— Todos lo necesitamos Jin Oppa. — Fue lo último que dijo Mina antes de que todos se retiraran, unos a sus aposentos, otros a sus salas favoritas y el resto como el caso de Jeongyeon al lugar que consideraban su refugio.
Fin de Flashback
— Ha sido un día difícil ¿Eh? — Moonbyul apareció en su balcón y caminó hacia ella, quien suspiró cansada.
— ¿Que deseas? No eres bienvenida aquí y lo sabes.
— Tranquila, no busco problemas, me parece que ya tienen suficientes con lo que ocurrió hoy. — Moonbyul sonrió divertida y Jeong fruncio el ceño.
— ¿Y tú que sabes?
— Sólo recuerda que el orgullo fue el origen de todos los primeros pecados pequeña, así que no me sorprendería que también fuera el inicio de muchos de sus problemas.
Y sin más desapareció de la presencia de Jeongyeon, dejándola con la intriga sobre a que podría referirse. Pero se recostó de su sillón pasando sus manos por su cabello.
— Parece que ahora si todo perdió el sentido. — Murmuró para sí misma.
— ¿Como estás? — Preguntó Somi sentándose al lado de Jihyo. — Supe que recibieron una visita y un par de noticias.
Jihyo la miró a los ojos y suspiró al ver preocupación en ellos, pero aun así preguntó lo que quería saber desde que se entero de la existencia de sus destinos. — Si te pregunto algo... ¿Serías completamente sincera conmigo?
Somi se sorprendió de ante la seriedad nada propia de ella con la que la rubia la miró pero aun así asintió.
Jihyo por su parte se armó de valor antes de volver a mirarla seria y preguntar. — Tú y tus compañeras saben sobre nuestros destinos ¿Verdad?
Fue el turno de la castaña de soltar un pesado suspiro sin dejar de mirarla. — Si te digo que sí... ¿Cambiaría algo entre nosotras?
Y por la sorpresa de su respuesta, Jihyo apartó su mirada, no estaba segura si le sorprendió más la posible respuesta de la castaña o aquella pregunta con la que la enfrentó.
Así que sin decir nada se levantó y se fue de allí, dejando a una desconcertada Somi que luchó contra sus ganas de seguirla, pero se contuvo al entender que la chica había tenido suficientes verdades en un sólo día, y que tendría toda una eternidad para volver a hablar con ella.
— No me agrada esa chica ¿Porque razón está detrás de ti todo el rato? — Tzuyu llegó a la habitación de Jihyo sacándola de sus pensamientos.
— ¡Hola Tzuyu! ¿Se te ofrece algo de tomar? — Respondió la rubia con aquella angelical sonrisa que le desagradaba en sobremanera a la morena.
— ¡No evadas mi pregunta! — Reclamó bufando al ver como la chica se dirigía a ella ofreciéndole una copa. — Odio que seas tan amable, eso te hace la más vulnerable de los 16.
— No pienso lo mismo, soy perfectamente capaz de ver la maldad de todos y lo sabes. — Respondió Jihyo demasiado tranquila para el gusto de la más alta.
— ¿Entonces porque no te alejas de esa chica? — Cuestionó desasiéndose de la copa en su mano. — Le permites estar cerca de ti como si nada.
— Es porque no veo maldad en ella. — Volvió a hablar la rubia con tranquilidad mientras le daba la espalda. — Además...
Tzuyu fruncio el ceño. — ¡Ahí esta! No sabes si es buena o no.
— ¡No es mala! — Aseguró la rubia volteandose de inmediato.
Y sin otro gramo de paciencia en su interior la morena explotó. — ¡Pero eso no la hace buena para ti! ¡Podría aprovecharse de tu naturaleza! — Gritó dejando ver en sus ojos aquel color rojo que dejaba su ánimo expuesto. — ¿Porque no entiendes eso? — Susurró relajando su expresión.
La rubia bajó la mirada apenada, le complacía su alguien se preocupara por ella, mas no en aquella situación, además no tenía argumentos para enfrentar algo que gracias a su última conversación con la castaña ojigris, podía ser verdad.
Tzuyu apretó el puente de su nariz tratando de calmarse y se acercó a ella tomando su mentón para que la mirara. — Jihyo, no estoy reclamándote nada, sólo me preocupo por ti ¿Entiendes? — Habló suavemente. — No quiero que salgas herida ahora que sabemos que podemos sufrir como humanos.
Y cuando Jihyo la abrazó la morena correspondió envolviéndola cariñosamente y dejando un beso en su cabeza. — Lo lamento, por ser tan débil. — Murmuró la rubia.
— No eres para nada débil Unnie. — Una de sus comisuras se elevó mientras acariciaba el cabello de la mayor. — De hecho creo que llegado el momento, tú serás la más fuerte de todos. — La miró notando su confusión. — Sé que somos hermosos y todo pero míranos, somos como niños perdidos cuando se trata de algo que solo tú conoces bien, los sentimientos del bien. — Rió la menor haciéndola reír también a ella.
— ¿No deberías estar con alguien más ahora? — Preguntó la rubia de pronto, separándose de su abrazo.
— ¡No! Tú eres de quien quiero más el día de hoy. — Respondió la más alta antes de atraerla a ella y besarla despacio encendiendo cada rincón de su cuerpo con aquella conocida llama de Lujuria que no se apagaría hasta que ambas estuvieran saciadas.
Tzuyu la levantó y ella rodeó su cadera con sus piernas hasta que sintió como la castaña la recostaba de la cama bajando de sus labios a su cuello con placenteros y adictivos besos.
El el cuarto de espejos una concentrada Mina se encontraba frente a la delgada pantalla de cristal flotante en la que observaba la vida de los humanos como si de una película se tratase, observaba en silencio hasta que Momo apareció tras ella.
— El de cabello azul se ve travieso. — Dijo la mayor mirando al chico que sonreía coqueto mirando a un pelinegro que lo miraba con el ceño fruncido.
— Esto es muy confuso Moguri, no te involucres demasiado. — Advirtió Mina volteandose a mirarla.
— Explícame entonces, así aprendemos ambas y tenemos tiempo para hacer algo más divertido después. — Sugirió sonriendo coqueta.
Mina sonrió. — Bien, presta atención entonces. — Pidió antes de volver su atención a la pantalla. — El de cabello azul es Sejun, ha estado enamorado de Hanse, el pelinegro, por más de dos años, pero como tiene tan mala reputación con respecto a su fidelidad, este último no quiere aceptar sus propuestas de salida, ya que tiene miedo de terminar herido.
— ¿Puedo preguntar ya? — Momo tenía una adorable mueca de confusión en su rostro, aunque sólo era una de las muchas historias que Mina analizaba. Pero la menor asintió sonriendo dulcemente. — ¿Que es eso de la fidelidad? ¿Y porque no sólo están juntos y después siguen como nosotros? Eso es algo normal ¿No?
Mina rió volteandose para explicarle todo de frente. — Momori los humanos son más complejos que eso. Tienen conceptos distintos a los que nosotros hemos conocido toda nuestra existencia, hacen otras cosas, cumplen sueños.
Y aunque la confusión de Momo aumentó, se apresuró a hablar. — Pero Minari, nosotros no cumplimos sueños, satisfacemos deseos.
— ¡Exacto! Y es allí donde radica lo que nos diferencia de ellos. — Aclaró. — Ellos complican incluso las cosas más sencillas con sus valores y reglas de moral que al final... Nunca terminan cumpliendo. — Mina hizo una mueca y Momo tomó una de sus manos entre las suyas. — Y la razón por la que Sejun y Hanse no están juntos es precisamente una de esas reglas, pues Hanse quiere que Sejun le sea fiel sólo a él pero Sejun es más libre, casi entiende la vida como nosotros, y aunque lo quiera, no le ve el sentido a atarse a una sola persona.
— Me agrada él. — Confesó la mayor con una sonrisa.
Mina rió suavemente. — Supuse que lo haría, pero yo que tú no me confiaría, sigue siendo humano, y por lo que me he dado cuenta, por mucho que presuman de su libertad por un tiempo, todos terminan alguna vez atados a una sola persona, lo que prueba que ni siquiera ellos entienden a sus corazones. Y eso no siempre les hace bien.
— Parece que ningún humano sigue su destino al pie de la letra. — Momo la abrazó rodeando su cintura. — Además de mortales, son muy indecisos ¿Cierto? — Preguntó acariciando su mejilla y mirándola con adoración.
— Yoongi tiene razón, son los animales del arrepentimiento. — Mina negó. — Nosotros somos insaciables, ellos... Inseguros. — Explicó encogiéndose de hombros. — Sufriendo sin más razón que los impulsos de sus corazones y los engaños de sus instintos.
— Definitivamente no quiero ser así Minari. — El puchero de la mayor hizo reír a la ojimiel que acarició su mejilla esta vez.
— No lo serás. — Aseguró Mina besando su mejilla. — Además no todos los casos están perdidos. — Contó antes de voltearse haciendo que aparecieran dos chicos diferentes en la pantalla. — Mira, ellos son Jackson y Mark, se han querido desde niños y aunque sus familias se separaron por años, cuando volvieron a encontrarse su amor los hizo unirse y vencer todos los obstáculos, terminando juntos y plenamente felices.
«Amor» esa palabra parecía un tabú para la mayor que no pudo evitar cuestionarse si en verdad en algún momento llegaría ella a sentirlo y no le agradó.
— Jackson hubiera sido una gran hijo de lujuria. — Comentó y Mina rió nuevamente. — Pero esto ya me aburrió Minari. — La volteó de nuevo dejando en evidencia como la Lujuria en ella se encendía en sus ojos. — Además no entendí nada de sentimientos humanos, aparte que no los quiero sentir jamás.
Mina sonrió coqueta. — No te culpo pero... ¿Sabes que más aprendí de algunos humanos? — Rodeó los hombros de la mayor jugando con su cabello.
Momo cerró sus ojos disfrutando de su tacto. — ¿Que cosa? — Suspiró.
— Algunos de ellos si que conocen el significado de la verdadera diversión... Y el placer. — Murmuró Mina rozando sus labios antes de que Momo la besara con pasión atrayéndola más a ella y dejando de lado todo lo que estaban haciendo segundos antes.
No tardaron en aparecer en la habitación de la menor y dirigirse a la cama, Momo sentada con Mina en su regazo tomando sus mejillas, mientras ella empezaba a bajar el cierre de su vestido en su espalda, acariciando su tersa y cálida piel.
Sana tenía demasiado tiempo intentando encontrar a su hermana mas insaciable, sin tener exito alguno. Y cuando se dio cuenta del rastro que dejaron ambas rubias en la habitación de espejos terminó de darse por vencida.
Iba a regresar a su torre y tomar un relajante baño, pero algo, o más bien alguien llamó su atención, y como todos sabían que entre los 16 no había una más curiosa que ella, fue tras aquello que estaba convencida la llevaría a una relajación más placentera.
— ¿Te gusta lo que vez? — Sintió su cuerpo estremecerse al escuchar la voz ronca de Jeongyeon, no creyó que la escucharía llegar, pero claro no era necesario, los hijos de Ira siempre estaban alertas gracias a sus sentidos que le permitían detectar cualquier presencia cerca de ellos.
Sana tragó con dificultad y mordió su labio ante la imagen que tenía frente a ella, era demasiado inusual dejar a una hija de Lujuria sin palabras sino estaba ocupando su boca en algo más, pero definitivamente el que Jeongyeon estuviera recostada sobre uno de los sillones de su habitación vistiendo únicamente ropa interior de encaje negra vagamente cubierta por su camisón medio abierto, con sus largas piernas desnudas, con sus ojos cerrados y aquella copa de vino moviéndose levemente en su mano, era capaz de dejar sin cordura a cualquiera.
— ¿Ahora no hablas? — Preguntó esta sonriendo mientras abría sus ojos y dejaba ver su iris azul brillando intensamente.
Sana volvió a tragar con dificultad al ver como la peliplata se levantaba con extrema calma y caminaba hacía ella sólo desbordando sensualidad, con aquel deseo encendido en sus ojos y aquella seguridad en su mirada, pero sonrió coqueta mordiendo su labio nuevamente. — Me encanta lo que veo.
— Interesante. — La sonrisa divertida de la pelicorto fue la señal que necesitaba Sana para acercarse a ella recorriendo su cuerpo con la mirada, sintiendo el inmenso deseo de poseerla creciendo cada vez más en su interior, sin embargo, Jeongyeon tenía otros planes.
En un rápido movimiento se paró tras la pelirrosa rodeando su cintura y tomándola del mentón para ladear su cabeza y tener libre acceso a su cuello. — Aaah... — Suspiró Sana cuando la lengua de Jeongyeon le recorrió su piel expuesta enviando una corriente hasta su entrepierna.
— Nos divertiremos mucho hoy Sana-chan. — Susurró en su oído, mordiendo el lóbulo de su oreja, y si no la hubiera sujetado tan fuerte, Sana habría caído a sus pies. Aquella voz rasposa y seductora junto a los besos en su cuello la estaban volviendo loca y eso que aún ni siquiera la tocaban o la dejaban tocar algo más.
Una sonriente Jeongyeon la volteó atrayéndola de la cintura, sabía como les gustaba ser tratadas a las hijas de Lujuria, sin delicadeza, y con desenfreno. Con sus naturalezas e instintos a flor de piel.
— No lo dudo Oppar. — Fue lo último que dijo Sana antes de que Jeongyeon la tomara de la nuca y la atrajera besándola con pasión, obligándola a abrir su boca cuando introdujo su demandante lengua sin permiso en ella y la recorrió sacándole más de un suspiro que calló en medio de aquel necesitado beso.
Sana no perdió tiempo y recorrió el cuerpo de la mayor con sus manos, sintiendo su piel bajo sus palmas antes de enredarlas en su cuello y entregarse de una vez a los hambrientos besos y caricias de la hija de Ira sobre más de una superficie en aquella habitación.
____________
Saludos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro