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VI : Hipócritas

Canciones del Cap : Egotistic (MAMAMOO) / God's Menu (Stray Kids)

¿Te importaría explicarme que es lo que esta pasando? La rubia se encontraba sentada frente a Soberbia que no la miraba fijamente pero la escuchaba atento.

El ser la miró con una expresión incrédula en su rostro y con una sonrisa divertida al fin le habló. — ¿Me dirás que en serio no lo sabes Minari? — Pasó su mano por su sedoso y levemente ondulado cabello negro con osadía mientras Mina suspiraba.

Padre, no me gusta el rumbo que está tomando esto ¿Que pretenden? — Cuestionó mirándolo seria. — No lograran volvernos humanos con este juego.

No se trata de ningún juego mi pequeña, y menos de volverlos mortales. — Su gesto de asco hizo que Mina rodara los ojos. — Jamás me rebajaría a algo así.

— Pero los demás sí, en su estúpido afán por deshacerse de los que representan un obstáculo en su camino.

Como si fuera posible tal tontería. — El pelinegro que vestía una brillante túnica blanca se levantó caminando hasta los espejos frente a él. — Minari, nosotros jamás dejaremos de destacar, por más que ellos intenten opacarnos ¿Entiendes? — La rubia suspiró y no tuvo más remedio que asentir. — Siempre seremos los más importantes, los primeros, y los más adorados. — Alardeó el pelinegro y sus ojos brillaron mientras sonreía divertido otra vez. — Avaricia se sorprendió mucho al enterarse que su adorada pequeña había llorado.

«Chewy no merecía llorar» pensaba la rubia mientras su padre no paraba de hablar. «Tengo que resolver esto, pero ¿Como? En ningún momento nos había sucedido algo igual ¿Porque ahora?»

¡Sharon! — El gritó de Soberbia la sacó de sus pensamientos pero sólo lo miró seria. — Estás insoportable ¿Como se te ocurre ignorar a tu padre?

Dame una respuesta clara entonces. — Exigió ignorando su pregunta, sabía que eso enfurecería más al mayor pero estaba tan frustrada por aquella situación que no le importó, después de todo su padre tenía razón, no importaba lo que hicieran, siempre terminaban por ser perdonados. — Necesito arreglar este desastre.

No harás absolutamente nada, porque sencillamente no hay nada que hacer mi pequeño tesoro. — Susurró Soberbia en su oído. — Sólo disfruta de tus hermanas lo más que puedas estos días.

Mina iba a responder pero las puertas de la habitación se abrieron llamando su atención y la de su padre aunque este ignoró descaradamente a los demás.

Se trataba de Jeongyeon, Nayeon, Namjoon, Momo, Hoseok, Jin, Taehyung y Yoongi acompañados del señor de la Ira, que por un segundo logró intimidar a Mina con su imponente presencia, pero no duró demasiado, pues posó sus ojos en su hija quien le sonrió cariñosamente.

Perfecto, justo a quienes esperábamos. — Las palabras cargadas de sarcasmo del hijo de Pereza fueron las primeras que se escucharon en aquel salón, antes de que todos se pusieran cómodos.

Nayeon seguida de Jin y Taehyung se acercaron a su padre y después de saludarle con una reverencia y un beso en el dorso de su mano, se sentaron cerca de él en el sofá más grande.

Yoongi y Hoseok se sentaron cada uno en un sofá individual, mientras Namjoon se quedó de pie después de hacer una reverencia ante el pelinegro, junto a la puerta con las manos en los bolsillos.

Y Mina sin importarle la presencia de los demás caminó hacía la pelicorto abrazándola con cariño.

Momo, quien se había sentado junto a Hoseok, frunció el ceño pero sonrió al instante, de pronto por su mente pasó una atractiva idea que incluía a aquellas dos hermosas chicas.

Minari... — Murmuró Jeongyeon rodeando la cintura de la japonesa con toda libertad. Y Nayeon quiso asesinarlas ahí mismo a ambas.

Pero ellas se mantuvieron encerradas en su burbuja, hasta que el señor de la Ira aclaró su garganta y caminó frente a todos antes de empezar a hablar.

¡Son estas conductas sin reglas las que los han llevado a esta situación! — Su voz tan grave logró que la piel de los chicos se erizara.

Y al notar la forma en la que el cuerpo de Mina, a quien abrazaba por la espalda, se tensó, Jeongyeon no dudó en dejar un beso sobre su mejilla. — Tranquila... — Susurró suavemente en su oído.

— ¡Jeongyeon! — Regañó su padre.

La nombrada frunció el ceño mientras Mina apretaba su mano dando un pequeño salto por el susto.

No entendía porque el señor de la Ira le intimidaba tanto.

¡Al punto Ira! — Exigió Soberbia con fastidio. — Detesto el olor a humano que llega hasta aquí. Y nuestros hijos están impacientes por conocer los motivos de nuestra visita.

¿Tiene que ver con el porque del cambio de actitud de todos? — Preguntó el peliblanco cruzando sus brazos.

Deberías saberlo, me dan asco todas las cursilerías que le dijiste a mi hijo, él no tiene porque creer en toda esa basura. — Habló el rubio con seriedad, mientras Namjoon sólo sonreía divertido moviendo sus hombros. — Y por esa razón es que todos sin excepción... — Miró a Jeongyeon a los ojos. — Se merecen esta lección.

¿De que habla padre? — Preguntó Tae a lo que su padre respondió sólo levantando su palma para que guardara silencio.

Ira fijó su vista en él y respondió con seriedad. — Tú eres el primer responsable de esto pequeño insolente, Jungkook está convirtiéndose en una vergüenza gracias a ti.

Tae se burló del rubio mayor con una engreída y coqueta sonrisa.

Y Hoseok apretó los puños sintiendo la rabia apoderarse de él.

¿Y de que trata esta lección de la que hablas tío Ira? — Momo que tenía una copa en sus manos habló por primera vez, el nombrado negó apretando el puente de su nariz, odiaba como aquella chica y Sana se dirigían a él, pero lo dejó pasar, Gula era uno de sus hermanos favoritos después de todo.

Sobre una interesante pregunta que mi hija tiene hacía el gran señor Soberbia. — Sonrió con malicia. — Habla Jeongyeon. — Exigió mirando a su hija otra vez.

La peliplata se separó de Mina y caminó un par de pasos al frente. — ¿Que sabes sobre nuestro destino?

Sin ningún tipo de titubos o nerviosismo la chica conectó su brillante mirada con la del pelinegro sorprendiendo a todos, excepto a los dos pecados capitales, que sonrieron divertidos y compartieron una mirada.

En efecto Minari no es la única capaz de hacer preguntas interesantes aquí. — Dijo Soberbia.

¿Y bien? — La impaciencia empezaba a apoderarse no sólo de Jeongyeon, sino que Yoongi empezaba a cansarse de aquel enredo.

— Si son lo suficiente valientes para preguntarlo entenderé que serán lo suficiente maduros para entendelo y aceptarlo. — Soberbia se puso de pie y le pidio a Jin y Mina que se acercaran a el, y estos le obedecieron al instante. — Un hijo puro es siempre el orgullo de su padre, y más si posee la belleza y todas las características que este espera.

Nayeon y Tae se sintieron ofendidos y heridos por aquellas palabras pero rodaron los ojos, de seguro sólo era otra forma de su padre de molestarlos por estar implicados en aquel desastre que estaban viviendo en el castillo, ella por celar a Jeongyeon y Tae por encapricharse, a su parecer, con el hijo de Ira.

La razón por la que ustedes tienen todas mis cualidades no es otra que el destino que se escribió antes de que llegaran a existir. — Informó. Cada una de sus manos estaba sobre uno de los hombros de los dos chicos frente a él. — Y es el mismo caso para el resto de sus hermanos. No sólo han nacido para ser adorados, o sucumbir a sus deseos, sino para ayudarnos a descubrir que tan real es el equilibrio entre el bien y el mal.

Mina retrocedió un par de pasos mirando confundida a su padre. — ¿Que quieres decir?

Soberbia sonrió negando. — No te preocupes, eso no implica que pierdan su inmortalidad o sus naturalezas, sólo que puedan ver más allá de ellas. — Explicó.

¿Eso que significa? — Momo hizo la pregunta que todos tenían en su cabeza pero no habían hecho por el estado de shock en el que quedaron.

No serán humanos Momo, jamás permitiría algo así. — Hizo una mueca de asco antes de volver a sonreír. — Sólo sentirán como ellos, además si todo sale bien, los entenderán y puede que no sólo alcancen el equilibrio...

Algo con lo que jamás estaré de acuerdo. — Aclaró Ira rápidamente.

Soberbia le dedicó una mirada de reproche. — Como decía, puede que no sólo alcancen el equilibrio, sino que encuentren el verdadero amor.

¿Amor? ¿Pero que diablos es el amor? No es más que una tontería que usan los mortales para dañarse a si mismos. — Hoseok hizo una mueca mirando al mayor. — ¿Que pasa sino quiero?

Mi pequeño Hoseok no lo has entendido... No tienen opción, ya está ocurriendo en cada uno y poco a poco empezaran a darles nombres a esas emociones. — Sonrió. — Tú deberías ser el primero en entenderlo después de todo.

¿Que pasará con nuestras naturalezas? — Yoongi lo miró expectante.

Absolutamente nada, si no lo deciden, seguirás siendo el orgullo de tu padre, pero teniendo emociones humanas. — Respondió Ira.

— Tan sólo de imaginarlo siento náuseas. — Murmuró Momo.

Touché Momito, lo sientes. — Se burló Soberbia y la nombrada hizo una mueca negando.

Esto no tiene sentido padre. — Nayeon se levantó encarando al pelinegro. — ¿Porque ahora? Siempre hemos vivido sin problemas con nuestras naturalezas, sólo siguiendo nuestros instintos y...

Soberbia la miró tranquilo. — Eso se lo deben a Lujuria, él quiso que tuvieran la oportunidad...

Y vaya que tuvieron siglos para ello. — Ira soltó una risa sin gracia.

De disfrutar de sus naturalezas, de conocer de ellas. — Terminó de decir el pelinegro. — Y ahora se lo agradezco, pues fue lo mejor para que cuando este momento llegara, fueran expertos en diferenciar sus sentimientos de sus instintos.

¿Taehyung podrías decirme que es lo que sientes por Jungkook? — Ira los sorprendió a todos con su pregunta, y más al nombrado que se sonrojó evadiendo su penetrante mirada.

— No funciona así, Ira — Soberbia intervino y el ojiverde menor suspiró agradecido de que lo salvara. — Apenas están iniciando esto. Tal vez les tome décadas lograr entender todo. — El pelinegro levantó una ceja mirando a su hija menor caminar a la ventana. — Minari cariño ¿No dices nada?

— ¿Y que hay que decir? — Dijo Jeongyeon con amargura. — Somos simples piezas en su jodido juego. Diganme ¿Como se supone que será esto a partir de ahora? Porque ustedes son los únicos que lo saben ¿No? — Miró a su padre y después a Soberbia que rodó los ojos.

Puedes ser exagerada cuando quieres, pequeña. — Fue lo que dijo Soberbia en un tono de burla.

Jeongyeon negó mirándolo con los ojos brillantes por la rabia. — ¿Exagerada? ¡Bien! — Miró a su padre. — ¡Felicidades! Nos acaban de quitar lo único que hemos conocido toda la vida, pero una cosa si les aseguro, no somos los únicos que perderemos aquí.

Pero no les hemos quitado nada pequeña, al contrario les hemos dado el privilegio de sentir, aunque implique encender su humanidad. — Se burló Soberbia.

— ¡Una humanidad que no deseamos! ¿No entiendes que estábamos perfectamente con nuestra existencia?

Y si Ira no hubiera contenido la cólera de su hija esta se habría lanzado sobre Soberbia, estaba orgulloso de ella pero sabía que ese no era el mejor momento.

Es tan humillante como tuvieron que recurrir a esto. — Musitó Hoseok haciendo una mueca.

Soberbia por su parte sólo sonreía disfrutando de como la pelicorto mostraba debilidad justo por su hija menor, mientras su hija mayor no se notaba nada alegre por aquel hecho.

También observaba como Hoseok no apartaba la mirada de un aún sonrojado Taehyung, envidiandolo por ser el dueño del afecto de Jungkook, y a Jin mirando a Namjoon quien le sonreía “discretamente” de forma cariñosa.

«Interesante» pensó.

Sin duda un enorme caos estaba apuntó de desatarse y él quería disfrutarlo todo, aunque sus hijos fueran los principales involucrados.

Soy lo suficiente madura para entenderlo ¿No padre? — Habló Mina con un marcado sarcasmo mirando seriamente a su padre antes de salir de la habitación, seguida de Jeongyeon, Momo, Hoseok y Yoongi.

Y aunque el resto no tardó en abandonar la habitación, no hizo ningún reclamo o algo más que mirar a los mayores con algo que jamás habían imaginado, decepción.

Y aunque entendían que aún estaban demasiado confundidos y necesitaban asimilar las cosas, a los Pecados Capitales no les agradó nada eso.

El último en salir había sido Namjoon y antes de que abandonara la habitación la mano de Ira se posó en su hombro. — Sigo en desacuerdo con tu conversación con Jungkook.

Namjoon se deshizo de su agarre y sonrió. — Al final, y gracias a su maravilloso regalo, veremos a quien de los dos a decidido escuchar — Dijo serio. — ¿No consideraste eso verdad?

Sin más, salió del lugar transportándose a su torre, encerrándose en su habitación para intentar ordenar sus ideas y principalmente sus sentimientos.

Sin sospechar como el señor de la Ira había sido invadido por un enorme miedo de perder a sus dos hijos, de que decidieran renegar de su naturaleza y dejarlo a un lado.

— ¡No les importó lo que desearamos! Sólo decidieron hacernos esto como si fuéramos sus marionetas. — Gritaba Jeongyeon.

Lo dejaron claro, sólo somos parte de su juego, nunca esperé esto de papá o el tío Soberbia ¿Porque querría hacernos esto? ¿Nos odia acaso? — Dijo Momo con tristeza tomando directo de una de sus botellas de vino.

— ¡Simple! ¡No le importamos a ninguno de ellos! Lo ocultaron muy bien todo este tiempo, haciendo sentir a Jihyo como una vergüenza o reclamándole a alguno por intentar alcanzar el equilibrio, cuando era lo único que querían. — La voz de Yoongi los hizo mirarlo.

Pues no estoy de acuerdo, se los dije a ellos y vuelvo a decirlo, no quiero esto. — Dijo Hoseok que era uno de los que estaba más molesto e indignado.

La cuestión es que no tenemos alternativa Hoseok, tú los escuchaste, esta es la razón de nuestra existencia. — Namjoon apareció en el salón donde estaban reunidos todos y caminó hasta la ventana donde Jungkook se encontraba totalmente ajeno a la conversación.

Aún así ¡No dejaré de oponerme a esto! Es la peor de las lecciones que nos han dado. — Recalcó el peligris.

No es la noticia más encantadora del mundo, pero me ha hecho entender un par de cosas. — Comentó Chaeyoung mirando a Mina y a la menor de todos que permanecían en silencio.

Es difícil para mí entender esto hyung, papá era mi héroe y enterarme de todo lo que... — Suspiró Jungkook pasándose la mano por el cabello.

Hoseok tiene razón en algo, este podría ser fácilmente y por mucho, el peor de los castigos que nos han dado en más de 2 mil años — Nayeon negó apretando sus labios.

Al menos ya se han ido. — Suspiró Jihyo.

Esto no puede quedarse así, debe haber algo por hacer. — Dijo Tzuyu, su desespero la estaba poniendo ansiosa, y la idea de que su situación empeorara no le resultaba nada atractiva.

Todos queremos aferrarnos a esa esperanza linda. — Habló Tae quien tomaba de su preciado vino rosa con calma.

Prefiero morir que ser mortal. — La expresión de asco de Jin hizo negar al peliblanco.

— ¡Mina-ssi! — Llamó Jeongyeon a la japonesa menor que permanecía en silencio escuchando la conversación sumida en sus pensamientos. — ¿Crees que esto tenga otra salida?

Eso quisiera Jeong. — Dijo la rubia seriamente, dejando en evidencia que sus ánimos estaban demasiado confusos como para pensar en algo que no fuera una solución a todo aquel desastre. — Pero me temo que empezar a sentir y cumplir con nuestro destino es la única cosa que nos queda por hacer ahora que sabemos la verdad.

— ¿Te estás escuchando Minari? ¿Realmente esperas que sigamos como si nada? — Habló Nayeon haciendo una mueca, totalmente incrédula a sus palabras.

— ¡¿Y que quieres que te diga?! — La rubia la miró invadida por la rabia. — ¡Ellos nos dejaron sin opción, atrapados en este jodido laberinto! ¡Es obvio que no podremos seguir adelante como si nada!

Hay otra salida, una que tal ves nos ayude a conocer la naturaleza humana. — Dahyun habló por primera vez y todos la miraron, siendo a Mina a quien miró fijamente. — Ir al mundo mortal. — Informó sorprendiéndolos, definitivamente no esperaban aquello.

___________

Saludos.

¿Como van con las teorías?

Admito que escribir este Cap fue una locura, aunque los que siguen son más enredados. (Amenaza de Spoiler)

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