Kim Jiwoo miraba con admiración el cartel que anunciaba el próximo concierto de BTS en Seúl. Era su grupo favorito desde hacía años, y especialmente le gustaba Jeon Jungkook, el maknae y vocalista principal. Jiwoo se sentía identificada con él, ya que ambos habían nacido en 1997 y compartían la pasión por la música. Sin embargo, mientras que Jungkook había debutado a los 15 años y se había convertido en una estrella mundial, Jiwoo seguía siendo una simple estudiante que apenas podía cantar en el karaoke.

- ¿Qué haces aquí, Jiwoo? - escuchó una voz burlona detrás de ella. Era Park Minji, la chica más popular y malvada de su clase. - ¿Acaso crees que tienes alguna posibilidad de ir al concierto de BTS? ¿O de conocer a Jungkook? ¡Ja! ¡En tus sueños!

Jiwoo se sonrojó y bajó la cabeza. No quería discutir con Minji, que siempre la humillaba y la hacía sentir inferior.

- Déjame en paz, Minji - murmuró Jiwoo.

- ¿Qué? ¿No me has oído? - insistió Minji, acercándose a ella y empujándola. - Eres una perdedora, Jiwoo. Nunca llegarás a nada en la vida. Y mucho menos a ser una idol como Jungkook. Él jamás se fijaría en alguien como tú. Él es perfecto, y tú eres una basura.

Jiwoo sintió las lágrimas brotar de sus ojos. Odiaba a Minji, pero también se odiaba a sí misma por no tener el valor de defenderse. Sabía que Minji tenía razón. Ella no era nadie. Solo una fan más entre millones.

Pero lo que Jiwoo no sabía era que el destino le tenía preparada una sorpresa. Una sorpresa que cambiaría su vida para siempre. Una sorpresa llamada Jeon Jungkook.