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#13

Tzuyu corrió como nunca en su tranquila vida, con una Chaeyoung y Momo siguiéndole los pasos lo más cercano que podían.

— ¿Sana está bien?¿Te dijo algo antes de salir?.- Tzuyu indagaba en Chaeyoung, que negó desesperada y entendiendo la preocupación que tenía la alfa.

– Fue Mina la que me dijo que te busque, Sana estaba en labor de parto y al parecer, era algo complicado.- Chaeyoung no tuvo que decir eso, pues Tzuyu se apresuró aún más, dejando a las otras alfas atrás.

Después de unos segundos, la alfa llegó a la casa de Jihyo. La líder la miró seria pero con la tranquilidad que la alfa necesitaba en ese momento.– Descuida, Jeongyeon sabe bastantes cosas médicas, Sana está bien solo necesita algunas hierbas para poder soportar el dolor.- La líder comenzó a susurrarle a Tzuyu las plantas que necesitaba. Sana abrió débilmente uno de sus ojos y miró a su alfa.

– Tzuyu... Chewi...- La alfa se acercó y puso su mano con la de su omega.– Duele mucho...

– Iré a recolectar las plantas, mi vida. Pronto dejará de doler.- Tzuyu quiso sonreír, pero salió una mueca nerviosa haciendo reír a Sana.

– Si pasa algo... Quiero que nuestra hija se llame Sullyoon. Se que es una niña, lo siento en mi corazón...- Tzuyu besó sus labios y luego su cabeza, finalmente su nariz y apretó su mano.

– No digas eso Sana, ambas estaremos con nuestra pequeña familia.- Tzuyu se soltó y salió corriendo de la sala médica, desesperada y con una misión en sus manos.

– Tenemos suerte de que Jeongyeon sepa tantas cosas... Antes las omegas morían por el parto, cuando llegamos eso pasaba, pero ahora podremos tener más habitantes en esta isla.- Los ojos de Jihyo parecían brillar y Jeongyeon sonrió suavemente, le alegraba ayudar a las personas que la aceptaron en su hogar.

– Sana, avísame si siente algo malo, intentaré que todo esto termine en unas horas. Aguanta por favor.- Jeongyeon limpió sus manos con una mezcla de hierbas y agua. Sana suspiró y mordió su lengua para no gritar por las contracturas.

Por otro lado, Tzuyu era seguida, nuevamente, por Chaeyoung y Momo. Las tres corrían por los extensos bosques sin mirar a nadie o nada más

– Parece que ya va a atardecer, todas están preparando un banquete por la nueva integrante.- Chaeyoung sonrió al recordar la cara emocionada de Mina al ver que habría una nueva bebé para mimar.

– Sinceramente, esto es una locura. Prefería quedarme sentada pero ahora solo puedo seguirlas a ustedes.- Momo estaba enojada pero no lo suficiente como para dejar la misión importante de Tzuyu a medias.

– Hay que separarnos, Jihyo me dijo que no tenemos que tardar.- Sin esperar, la más alta salió hacia la derecha, Chaeyoung levantó los hombros y se fue a la izquierda.

– Mierda...- Momo fue al frente.

[•]

Después de unas 5 horas, las alfas habían encontrado todas las ramas y plantas que necesitaban. Tzuyu parecía más tranquila y Chaeyoung tenía un golpe en su mejilla derecha que resplandecía con un color rojo. Momo se le acercó y antes de decir algo, Chaeyoung la miró.

– Me caí, solo eso.- Momo levantó los hombros aceptando esa versión y las tres comenzaron a correr nuevamente al campamento. La noche estaba por llegar y no tenían ganas de pelear en caso de invasión.

El transcurso fue tranquilo, el trío de alfas solo se concentró en el camino.

Una vez que llegaron al campamento, vieron a todas las omegas haciendo cola en la casa de Jihyo. Tzuyu se alarmó porque no escuchaba quejidos ni de su bebé ni de Sana.

Corrió a la casa y miró algo que nunca olvidaría. Arrollada en unas pieles estériles de animales, su hija descansaba. Su cabecita rosada y sus ojos cerrados y una Sana que la miraba con dulzura y amor que la cautivó.

– Pensé que eras más inteligente, Tzuyu.- Jihyo tomó el conjunto de plantas y las miró detenidamente, para luego mirar a la alfa con una sonrisa.– Estás son hierbas para resfriados, trajiste bastante y le ahorraste tiempo a Jeongyeon.

– ¡¿Entonces por qué me mandaste a traerlas a mi?!.- Tzuyu casi se le tiraba encima a Jihyo pero tenía que recordar su posición en la tribu.

– Yo se lo dije, Tzuyu. No quería que me veas sufrir en el proceso del parto, tu hija fue bastante mala para venir con nosotras.- Tzuyu la miró preocupada.– Discúlpame cariño, pero a veces eres algo neurótica.

– No importa, supongo que lo hiciste para estar más tranquila.- La alfa dejó el tema de lado, el momento más esperado de su vida había llegado.

Miró a la pequeña Sullyoon y Sana le susurró muy bajo.– Mira Sullyoon, es tu mamá. Acaba de venir y quiere conocerte.

La bebé miró a su otra madre con curiosidad, Tzuyu sonreía al ver como sus manos se estiraban, tratando de tocarla. No le quitaría las pieles, el frío era mortal y no quería que su bebé se enfermara. Sullyoon sonrió, mostrando sus encías pero una sonrisa que Tzuyu juró proteger por su vida.

– No puedo dejar que la cargue Tzuyu, ahora mismo está haciendo mucho frío y sería peligroso.- Jihyo tocó la espalda de la alfa, felicitando la incorporación de una nueva miembro en su familia.

Tzuyu no respondió, solo asintió y se quedó mirando a la bebé, quien miraba a su otra madre con hambre. Sana rió, nada la podía enfadar hoy.

Mientras la escena era vista por casi toda la aldea, Chaeyoung se acercó a la casa que tenía con Mina. Dejó las plantas cerca de la entrada y prendió las luces, cosa que era muy rara ya que a Mina le gustaba la iluminación.

Entró a la habitación y encontró a Mina durmiendo plácidamente. De alguna manera, su lobo se había calmado y comenzó a cambiarse la ropa para poder dormir con la omega.

– Chaeyoung.- Mina limpiaba sus ojos con las manos mientras se terminaba de despertar.– ¿Viste a la hija de Sana y Tzuyu?

– Acabo de llegar de verla, es una linda niña. La protegeré junto con la aldea.- Chaeyoung seguía cambiándose para poder dormir y Mina suspiró muy fuerte, causando un susto a Chaeyoung.– ¿Pasó algo malo?

– Mira, tú sabes que ha pasado bastante tiempo desde la última vez que... Bueno, nos juntamos. Además sabes que yo estaba en celo y provoque tu celo también...- Chaeyoung no sabía a qué quería llegar, la omega cerró los ojos soportando las ganas que tenía de matar a la despistada alfa.

– No te entiendo...- Chaeyoung dejó de ponerse la ropa para verla fijamente.– Explica-

– Creo que estoy embarazada, Chaeyoung.- Mina miró el rostro de idiota que puso Chaeyoung y siguió hablando.– Mira, antes de que me digas algo, yo puedo cuidar de mi hijo o hija y-

– ¡Vamos a ser mamás! ¡Voy a ser mamá!.- Chaeyoung saltó emocionada y abrazó a Mina, llenándola de besos.– ¡Es la mejor noticia que me haz dado!

– Aún no sé si es cierto... Solo es una suposición.- Mina no alejó a Chaeyoung, le gustaba el afecto que le estaba mostrando.– Vas a tener que conseguir más comida y suministros.

– Mina, no te preocupes por eso, lo menos que vas a sentir es hambre o alguna carencia.- Chaeyoung abrazó y acurrucó a la omega en su pecho.– Aún si no estás embarazada, podemos esperar a la llegada de nuestro hijo.

– Está bien Chaeyoung, pero déjame consultarlo con Jihyo para poder ver que hacer con este tema. No quiero dejar de ir a mis caminatas matutinas y...

– Sé que Jihyo sabrá que hacer, no te preocupes.- Chaeyoung se sentía en euforia y más cuando Mina se pegó a su pecho.

[°]

Somi arribó a la isla de las omegas con un frío invernal terrible, sus abrigos se estaban quedando cortos y muchos de sus hombres decidieron no bajar por eso mismo. Minho seguía durmiendo en una de las plantas del barco por lo que no tenía compañeros de copas a quienes buscar.

Cuando volteó a ver a su derecha, encontró a Momo, que la miraba como si hubiera visto al diablo. La alfa se incorporó y se le acercó con el ceño fruncido.

– ¡¿Qué mierda haces aquí?!.- Ambas se sentían enfadadas, aunque Momo solo quería romperle el cuello en dos a Somi.

– Tranquila, no vine por ti.- La alfa extranjera se sentó en la arena, bastante adolorida por el largo viaje.– Solo vine por algo que me pertenece.

– Lamento decirte que no podrás llevarte a ninguna isla de mierda. Tenemos... Digo que tienen bastante gente para defenderlas, incluso yo.

– No pienso llevarme a nadie, incluso se que Chaeyoung está eliminada de la isla de los alfas así que no pienso buscarla. No me importa, solo quiero ver a Jihyo y hablarle.

– No creo que se deje, no creo que saques un trato. Jeon Somi te lo advierto, no ataques ahora ni nunca, vete en paz.

– Vaya... La conocida Hirai Momo me está diciendo que no toque a las omegas que, hace unos meses, maltrataba.- La sonrisa burlona de Somi la hizo rabiar.– Ya te dije que no haré eso, Jihyo y yo tenemos algo pendiente para atender y por eso estoy aquí.

Momo solo bufó y se metió nuevamente en el bosque, haciendo a Somi sentir curiosidad. La alfa salió poco después con un coco en manos.

– No sé por qué, pero no tengo malos presentimientos claros hacia ti. Pero déjame decirte lo otra vez Somi, no le hagas daño a ninguna omega o a Dahyun porque te mostraré la razón por la que me tenían miedo en la isla de los alfas.

Somi asintió, con miedo que tuvo que admitir en su subconsciente. Sus intenciones no eran malas pero sabía que esa isla sería un punto clave en la pelea por territorio.

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