Escuchaba su voz perfectamente, aunque algo atenuada, del mismo modo que si nos encontrásemos bajo el agua. Sin embargo, no entendía lo que me decía, porque estaba hechizado por sus labios, por cómo se movían al hablar. Había algo particular en ellos, más allá del corte e hinchazón que sufrían, simplemente atraían. No me explicaba por qué me resultaban tan apetecibles. Tampoco comprendía la facilidad que tenía Betty para derrumbar el muro de mi decencia. Más aún cuando noté sus finos y templados dedos en contacto directo con mi piel: sentí un leve estremecimiento muy agradable y cálido por dicho tacto. En un rincón de mi mente, el que más cuerdo resistía, vi y quise ver un posible coqueteo en su actitud. Sin rechazarlo, ni aceptarlo, opté por centrarme en sus palabras.

-Es una camisa sin importancia. Me preocupa más lo que te ha hecho a ti -respondí con un tono de voz más bajo de lo que pretendí.

Acaricié sus labios, delicadamente, con el deseo de curarla ipso facto. Por mi osadía, noté el movimiento de sus dedos sobre mi camisa, a lo que mis reflejos respondieron a propósito de mi mano, con la que encerré aquella suya para que no la quitara, como parecía que sus intenciones procuraban. Me sentía abrumado por una extraña sensación de calor y dulzura, era igual que bañarame en miel líquida y tibia.

Podría tratarse un bonito sueño del que despertaría en cualquier momento, en caso de que mi suerte fuera en mi contra. Deseaba que todo fuese real, a pesar de continuar con la sensación de que todo se desvanecería de un instante a otro. Aquello no era correcto, de eso sí era consciente, por mucho que mis sentidos me impidieran ser racional. Ella era muy vulnerable en esas circunstancias; apenas habíamos pasado unas horas juntos, estábamos su casa, en su cama, pero los acontecimientos no derivaban del consentimiento sino del agravio de un maldito. Esa imagen me lleva a fruncir el ceño, lanzando un pequeño gruñido, pero no es distracción suficiente para extinguir los deseos de mi fuero interno.

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¡Hola gente!

Se suponía que iba a ser decir otra cosa pero sólo puedo pensar en el estreno de Infinity War. Y por eso, aunque eso por aquí no va a pasar, voy a pedir igual que todo el equipo del MCU que no hagáis spoiler a nadie y dejéis las opiniones de para casa o para las personas que hayan visto la película. Inevitablemente hay filtraciones, pero no todos tienen la suerte de ir al preestreno o al estreno o simplemente el primer fin de semana. Y para quien sea fan de spoilearse a sí mismo, pues eso, a sí mismo, al resto en paz. Dejemos disfrutar a todos de la experiencia, de este increíble viaje que hemos hecho con Marvel desde hace diez años hasta aquí. Con esto me despido y aviso que voy a seguir subiendo capítulos como hasta ahora.
¡Nos leemos!