Él 18.
Sus palabras me descolocaron completamente. ¿Qué acababa de hacer? Pero ese desalmado granuja se lo merecía y tan sólo le di un pequeño escarmiento. Así y todo, no era capaz de dejar que se ahogara como una sucia rata, de noche y con el agua a tan baja temperatura, además de su estado de embriaguez. Estaba decidido a tirarme al agua para sacarle, hasta que oí las amenazas del sinvergüenza de Kevin. De todas formas, tampoco iba a dejarle a merced de una inminente hipotermia. Por eso dejé a Betty en un banco cercano por un minuto, antes de volver y tirarle un poco merecido flotador salvavidas.
Regresé de nuevo con ella, cargándola hasta la moto. Ésta vez la senté delante de mí. La apoyé en mi torso, rodeando con mi brazo izquierdo su pequeña cintura, evitando así que se cayera, dejando libre el derecho para así maniobrar la moto con seguridad. En esa posición, cuidando de ella, y al tener una sola mano libre, conduje a baja velocidad, el dirección a su casa.
—Siento lo que ha sucedido. Mi intención era protegerte y, sin embargo, has terminado herida —me disculpé afligido. A pesar de lo seria que sonaba mi voz, en el interior estaba quebrado por no haber sido capaz de impedir que ella saliera sin rasguños.
—Tu bienestar es cuanto importa ahora mismo —recalco con determinación.
— Espero que este pésimo suceso no haya destruido una segunda oportunidad de salir de nuevo —la dije atrevido e inoportuno, arrepintiéndome enormemente de ello a cada palabra que pronunciaba.
—Ahora, me lo permitas o no, voy a velar por tu salud y comodidad —aseveré— tanto si he de dormir en suelo o trasnochar —concluí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro