Él. 12
Me encontraba deseoso de escuchar su respuesta. Cada pitido se me hacia eterno, tanto que, llegado el momento, casi no me percaté de su "¿Dígame?". Después de eso, era mi turno de contestar. Sin embargo, todas las palabras que había formulado, se agolpaban en mi boca, dificultándome el pronunciarlas. Finalmente, me impulsé sin recapacitarlo por segunda vez.
—Hola Betty, soy Steve, Steve Rogers. El señor, chico, hombre de la tienda —especifiqué como un bobo, sin dar una y creyendo que sólo con mi nombre no me reconocería.
Me mordí los labios maldiciendo entre dientes tal patetismo. Sé de alguien que se habría reído por eso.
—Si ya estás lista puedo ir a buscarte. Por lo tanto, voy a necesitar conocer dónde. Prometo llegar lo antes posible. Te avisaré cuando llegue allí —la dije de corrido.
Cuando terminé de hablar, me invadió el miedo de no haber sido correcto, esta vez en el sentido de haber sonado como un bicho raro. Por otra parte, no sabía qué otras palabras hubieran sido las más apropiadas. Debería mantener la calma, de ese modo conseguiría la naturalidad que no espantaría a Betty. No pude pensar más porque entonces me contestó.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro