El doctor Min, biólogo y apasionado por la vida marina, a estudiado el desarrollo de cada animal, planta o microorganismo que habita las profundidades del mar. Debido a los acontecimientos que se han estado presentando con los años, ha llegado a la conclusión que los mitos eran ciertos; una criatura mítica, recorre las aguas libremente ocasionando caos y miedo en quienes navegan. El se ha empeñado en atrapar cuyo monstruo, y debido al poco contenido que ha obtenido colocando cámaras ocultas en arrecifes, animales, entre otros lugares, sus propios ojos han logrado capturar la figura borrosa de un ser con cola muy larga y escamosa.

Obviamente no puede ser un tiburón, o una Orca. Piensa en ellos como excelente cazadores y asesinos; Pero no, el destrozar carne humana no está principalmente en la lista de su menú. La manera en como está criatura mata es sorprendente, y confusa; lleva su víctima hasta lo más profundo, empieza por quitarle los ojos, arrancarle los brazos y pies dejando el cadáver flotando en la superficie. Ningún otro animal se atreve tan siquiera a terminar con el resto que quedó, temen en terminar igual o peor que eso, ya ha pasado, hasta la ballena más grande del mundo evita pasar por la misma zona que habita el más temible terror en la profundidad.

Hombres han perdido la vida intentando atraparla. Con la fuerza que tiene al nadar es capaz de voltear al revés un barco pesquero, que no sobrepase en exceso su tamaño. Redes se han visto reventadas , y solo han podido ver la punta de su coleta transparente.

El hombre de sesenta y cinco años de edad echa a la basura el cuento de la sirenita bella y gentil que su madre solía leerle de niño antes de irse a dormir. Entendió que nada de eso es como se lo pinta. Él conoció otro tipo de sirena, una muy sangrienta, asesina, con poco pelo, agallas en el cuello, senos a la vista, uñas como garfios, dedos palmeados dientes de serrucho, y un rostro que da terror. Su canto no es melódico como lo explica los libros antiguos en la mitología para atraer marinos, a decir verdad, no se interesa en seducirlos, son ellos los que van a ella, lo cuál aprovecha para despeyejar.

Una doncella nada bella, con un chillido que aturde, y sus ojos revelan la muerte.