𝟬𝟬𝟰 THE CORONATION
special hunt
“tu crees que seré mala reina?”
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El casamiento del rey y la reina Alicent ya se había celebrado. El evento, lleno de lujo y esplendor, había reunido a los personajes más ilustres del reino. Sin embargo, detrás de la fachada de alegría y felicidad, se escondían tensiones no resueltas.
Rhaenyra y Sihtric, no se habían hablado por varios días. No sólo evitaban dirigirse la palabra, sino que ni siquiera se miraban. Las razones de esta distancia eran complejas y profundas, enredadas en los celos, malentendidos y el creciente peso de sus respectivas lealtades.
Sihtric, siempre inquieto y curioso, se encontró una mañana paseando por los pasillos menos frecuentados del castillo. Fue entonces cuando, explorando un recoveco oscuro y estrecho, descubrió una puerta oculta. Decidió abrirla, y al entrar, halló un pequeño y polvoriento cuarto apenas iluminado por la luz que se filtraba a través de una diminuta ventana. En el centro del cuarto había una estantería cargada de libros antiguos. Uno de ellos, en particular, llamó su atención. Aunque la tapa estaba desgastada y las páginas amarillentas, el contenido estaba escrito en alto valyrio.
Sihtric comenzó a hojear el libro, fascinado por las hojas antiguas. Al llegar a una página que llevaba por título “Canción de Kronos”, su interés se multiplicó. Intentó pronunciar las palabras escritas, aunque algunas le salían torpes y mal articuladas, otras fluían con sorprendente naturalidad. La emoción y la curiosidad se apoderaron de él, y sin pensarlo dos veces, decidió llevarse el libro.
Esa noche, Sihtric se preparó para ir al Pozo Dragón, el lugar donde Kronos, el temido y respetado dragón negro, solía descansar. El joven sabía que su incursión no sería fácil. Los hombres encargados de entrenar a los dragones eran muy diligentes en su labor, pero Sihtric, con su astucia, logró distraerlos y se adentró en la cueva de Kronos.
En el interior de la cueva, el ambiente era denso y cargado de una energía que hacía que el corazón de Sihtric latiera con fuerza. Con el libro en sus manos, se acercó lentamente al dragón. Kronos, con sus ojos penetrantes, lo observó con una mezcla de curiosidad y desdén. Sihtric comenzó a recitar las palabras del libro, su voz resonando en el eco de la cueva.
“Kronos, Kronos, en el cielo resplandor,
Dragón de leyendas, dueño del temor.
Kronos, Kronos, en la noche y el día,
Con su fuego eterno, trae magia y armonía.”
Cada verso parecía tener un efecto calmante sobre el dragón. Kronos, que al principio había mantenido una postura alerta, fue relajándose hasta el punto de cerrar los ojos y dejarse llevar por la melodía de las palabras de Sihtric.
Después de un rato en compañía del dragón, Sihtric decidió regresar al castillo. Corrió a través de los pasillos oscuros, intentando no ser visto. Al llegar al lugar donde había encontrado el libro, suspiró aliviado. Pero su alivio fue breve, ya que una voz familiar rompió el silencio.
──¿Robando cosas, Sihtric?.──La voz de Rhaenyra resonó con una mezcla de sarcasmo y desaprobación.
Sihtric se giró, sorprendido y algo asustado.
──No lo hacía, de hecho ya lo devolví.── respondió con rapidez, tratando de mantener la calma.
Rhaenyra lo miró con severidad.
──¿Crees que por ser hermano de la reina puedes hacer todo lo que quieras?
La acusación hizo que Sihtric frunciera el ceño.
──Nunca dije eso, no pienso de esa manera.── replicó, sintiendo cómo la injusticia de las palabras de Rhaenyra lo hería.
Ella se rió, una risa amarga y llena de desdén.
──Créeme, nunca llegarás a ser tan importante para este castillo.
Sihtric sintió que su ira crecía. La miró con odio y trató de alejarse, pero Rhaenyra no había terminado.
──No te vayas aún, te olvidas de algo.── Señaló detrás de Sihtric y dio unos pasos atrás.
Confundido, Sihtric se giró, seguro de que no había olvidado nada. Pero al darse cuenta de que no había nada detrás de él, comprendió que Rhaenyra lo había engañado. Antes de que pudiera reaccionar, escuchó cómo se cerraba la puerta. Intentó abrirla desesperadamente, pero estaba cerrada con llave.
──Princesa Rhaenyra, esto no es gracioso.──dijo tratando de calmarse.──Abra la puerta.── Esperó unos segundos, pero Rhaenyra no respondió.──¡Carajo, Rhaenyra, abre la puerta!.──gritó, golpeando la puerta con frustración.
Por andar de curioso, Sihtric terminó durmiendo en el cuarto. Al amanecer, una sirvienta abrió la puerta y él la agradeció como si fuera su salvadora. Salió corriendo, consciente de que llegaba tarde a su entrenamiento. Como era de esperar, fue castigado por su tardanza. Estaba furioso con Rhaenyra, a quien odiaba más que nunca.
Más tarde, Rhaenyra, no contenta con lo sucedido, fue a verlo mientras limpiaba en lugar de entrenar. Sihtric, humillado, la miró con enojo mientras ella se reía de su situación.
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Habían pasado unos tres años desde el espléndido casamiento del rey Viserys y la reina Alicent. La reina había dado a luz a un hijo, Aegon II Targaryen, cuyo nacimiento fue celebrado con una ceremonia grandiosa que atrajo a nobles de todas partes del reino. Ahora, Alicent se encontraba nuevamente en estado y estaba bajo el cuidado constante de las sirvientas del castillo, preparándose para el nacimiento de su próximo hijo.
Para celebrar el nacimiento de Aegon, el rey Viserys planeó una gran cacería en el bosque real. A pesar de que Sihtric no era un entusiasta de la caza, no podía negar que el bosque tenía un efecto calmante sobre él. Aquella mañana, decidió unirse a la comitiva y, al entrar en la carpa principal, vio a la reina rodeada de damas de compañía. Alicent, aunque mantenía una sonrisa cordial, seguramente no disfrutaba de su compañía, pero fingía para mantener las apariencias.
Mientras Sihtric observaba la escena, sus oídos captaron una discusión acalorada entre el rey y la princesa Rhaenyra.
──¡Eso es porque no quiero casarme!.── exclamó Rhaenyra con frustración, haciendo que todos los presentes se quedaran mirándolos a ambos.
Sihtric notó cómo su hermana Alicent le indicaba que se acercara. Con un suspiro, avanzó hacia ella. Hacía mucho tiempo que no se comunicaba con su hermana, y la tensión era palpable.
──Sihtric, Rhaenyra tal vez haga algo imprudente.──le dijo Alicent en voz baja, asegurándose de que las damas no escucharan.──Mantén un ojo en ella.
──¿Por qué debería hacerlo? Además, ¿cómo sabes que va a hacer algo?.── preguntó Sihtric, visiblemente intrigado.
──Porque no quiero que le pase nada malo.──respondió Alicent con preocupación.
Sihtric iba a replicar, pero de repente vio a Rhaenyra salir apresuradamente de la carpa. Miró a su hermana y ella simplemente le hizo un gesto para que la siguiera. Con determinación, Sihtric se abrió paso entre la gente y corrió hacia los establos para buscar su caballo. Aunque no entendía completamente la situación, algo en su interior le decía que debía seguir a Rhaenyra, aunque también presentía que podría arrepentirse de su acción.
Montó su caballo y galopó tras la princesa.
──¡Princesa Rhaenyra!.──gritó, tratando de alcanzarla.
Rhaenyra seguía cabalgando sin voltear, ignorando completamente los reclamos de Sihtric. Ambos se adentraron en el bosque, alejándose cada vez más del campamento y de la gente. Sihtric, agotado de intentar razonar con la princesa, alzó su mano para detener el caballo de Rhaenyra. Al mirar hacia adelante, vio que se estaban acercando a un gran lago y rápidamente detuvo el caballo de la princesa.
Ella respiró hondo y apretó sus manos en las riendas.
──¿Qué fue lo que pasó?.── preguntó Sihtric, soltando un suspiro cansado mientras la miraba fijamente.
──Mi padre trata de venderme a Jason Lannister.──respondió Rhaenyra con amargura.──¿Fui nombrada heredera al Trono de Hierro solo para mejorar la situación de un lord en Casterly Rock.── Por primera vez, habló con confianza con Sihtric Hightower.
Nunca había hablado de este tema con nadie, y ahora lo hacía con el muchacho que tanto odiaba. Sihtric, sorprendido por la franqueza de Rhaenyra, intentó consolarla.
──¿Quieres que lo mate?.──preguntó, esbozando una leve sonrisa.
Rhaenyra sonrió ligeramente ante la sugerencia.
──Es la primera vez que hablas conmigo así, princesa.── comentó Sihtric, sintiendo una conexión inesperada.
──¿Así cómo?.── inquirió Rhaenyra, intrigada.
──Sin un tono molestoso.── explicó Sihtric.
──Digo lo mismo de ti, Sihtric.── respondió ella con sinceridad.
Ambos se miraron durante unos instantes, hasta que Sihtric habló nuevamente.
──Deberíamos volver al campamento.
──No, el día está lindo. Disfrutemos del bosque real.──dijo Rhaenyra rápidamente, lo que sorprendió a Sihtric.
──¿Usted quiere pasar tiempo conmigo en el bosque?.── preguntó con intriga y sorpresa.
──Bueno, no es que tuviera otras opciones ahora mismo. No te sientas tan afortunado. Si sir Criston estuviera aquí, estaría mucho mejor.── replicó Rhaenyra con una sonrisa traviesa.
Sihtric se rió ante eso.
──Entonces, lo llamaré y le pediré que esté contigo.── dijo con sarcasmo, moviendo un poco su caballo.
Rhaenyra, pensando que Sihtric realmente se iba a ir, lo agarró del brazo. La acción asustó a Sihtric, haciendo que su caballo se moviera bruscamente y él cayera al lago. Rhaenyra, asustada por un momento, no pudo evitar reírse de la situación.
Sihtric, empapado y enfadado, salió del agua.
──¡Carajo! Princesa Rhaenyra, no lo decía en serio.── exclamó con frustración.
Rhaenyra seguía riéndose, pero luego se compadeció.
──Será mejor que hagamos una fogata y te seques.──sugirió, comenzando a caminar hacia otro camino.
Sihtric frunció el ceño, pero la siguió junto con su caballo. Mientras se adentraban en el bosque, ambos sintieron, aunque no lo dijeran, que aquel paseo inesperado podría ser el comienzo de algo diferente entre ellos.
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Cuando ambos finalmente lograron encender una fogata, Sihtric se sentó cerca de las llamas para secar su ropa empapada. Rhaenyra y él permanecieron en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos mientras observaban el crepitar del fuego.
Después de un largo rato, Rhaenyra rompió el silencio.
──Dime algo, Sihtric, ¿crees que alguna vez el reino llegará a aceptarme como reina?.──Su voz tenía un tono de frialdad y vulnerabilidad que pocas veces mostraba.
Sihtric la miró fijamente, pensando en cómo responder.
──No tendrán otra opción que hacerlo. Usted sabe perfectamente que el reino no quiere a una mujer como reina.── dijo finalmente, eligiendo sus palabras con cuidado.
Rhaenyra asintió lentamente.
──¿Tú crees que seré una mala reina?.── preguntó, sus ojos reflejando una mezcla de esperanza y temor.
Sihtric suspiró, sintiendo el peso de sus palabras.
──Detesto decir esto, pero no. Creo que usted sería la indicada.── admitió sinceramente, sorprendiendo incluso a sí mismo con su franqueza.
Ambos se quedaron en silencio nuevamente, pero esta vez la atmósfera era diferente, más cargada de comprensión mutuo. De repente, el silencio del bosque fue interrumpido por el sonido de un animal que se acercaba. Sihtric se levantó de inmediato, desenvainando su espada y escaneando el entorno con ojos atentos.
Avanzó lentamente hacia el origen del sonido, cada músculo en su cuerpo tensándose con anticipación. De repente, un jabalí emergió de las sombras y lo embistió, derribándolo al suelo. Sihtric, a pesar de la sorpresa, se aferró a su espada y se levantó con rapidez al ver cómo el jabalí se dirigía hacia Rhaenyra.
Sin pensarlo dos veces, Sihtric corrió hacia el animal y atravesó su espada en el costado del jabalí, derribándolo.
Pasaron unos segundos sin el sonido del animal pero nuevamente se movio.
Rhaenyra, aunque asustada, reaccionó rápidamente. Mientras el jabalí se agitaba en el suelo, ella sacó un cuchillo y lo hundió en el animal repetidamente, hasta que dejó de moverse.
La princesa, cubierta de sangre, respiraba con dificultad, sus ojos ardían con una intensidad feroz. Sihtric, todavía con la espada en la mano, la observó. Por primera vez, sintió un verdadero miedo hacia ella, no por su habilidad con el cuchillo, sino por la implacable determinación que veía en sus ojos.
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Lo se!! Este capítulo está aburrido y no tienen mucha interacciones entre los protagonistas (respecto a mi gusto) pero trate de verme el capítulo en la serie pero es unos de los capítulos que me aburren más JAJAJA.
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