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𝟬𝟭𝟯 THE END

the pain we carry

"Lucerys velaryon"

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La reina Alicent y su hijo Aegon estaban en el carruaje, en un silencio incómodo. Las ruedas del carruaje crujían contra el camino de tierra, llenando el aire con un ritmo monótono que hacía más evidente la tensión entre madre e hijo. Ninguno se atrevía a hablar, cada uno perdido en sus propios pensamientos, hasta que Alicent fue la primera en romper el silencio.

──Ten la decencia de fingir agradecimiento── dijo con tono autoritario, sus ojos clavándose en los de su hijo.──¿Sabes todo lo que se ha hecho para darte este día? Se han tomado decisiones difíciles y se ha arriesgado mucho.

Aegon, que había estado mirando por la ventana, giró lentamente la cabeza hacia su madre.

──Mi padre nunca quiso esto...──mencionó con voz apagada, casi como si hablara consigo mismo.

Alicent frunció el ceño, sus manos se tensaron sobre su regazo.

──Eso no es cierto──respondió, intentando mantener la calma.

──Tuvo 20 años para nombrarme heredero y nunca lo hizo. Siempre mantuvo el reclamo de Rhaenyra── continuó Aegon, la amargura rezumando en cada palabra.

──Cambió de parecer── insistió Alicent, aunque su voz temblaba ligeramente.

Aegon soltó una risa sarcástica.

──No... pudo haberlo hecho, pero no fue así porque yo no le agradaba...── Sus palabras, impregnadas de dolor y resentimiento, resonaron en el carruaje. Luego se quedó callado, su mirada perdida en la distancia.

Alicent lo observó en silencio, su corazón apretado por la angustia. Finalmente, habló con firmeza, tratando de disipar las dudas de su hijo.

──Aun así, con su último aliento me susurró que deberías tomar su lugar en el trono──dijo, su voz quebrándose un poco.──Yo... Aegon── se señaló a sí misma──tuve que dejar a un lado a mi hermano Sihtric. El esposo de Rhaenyra no iba a apoyarme en esto, lo sabía.

Aegon se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de su madre.

──Mi tío es un estúpido enamorado de Rhaenyra.──dijo finalmente, mirando hacia otra dirección, como si quisiera escapar de la realidad.

Alicent suspiró profundamente, sintiendo el peso de los años y de las decisiones que habían tomado.

──No lo conoces lo suficiente, Aegon. Sihtric es capaz de todo por Rhaenyra. Y aunque es ridículo decir esto, si tiene la mentalidad de manipular a alguien...── Alicent tomó un respiro, sus ojos llenos de una mezcla de tristeza y determinación.──También podría dominar a cualquier dragón.

Aegon soltó una carcajada amarga.

──Mi tío no sabe ni siquiera subirse a un dragón. Moriría en el intento── dijo con burla, pero su risa no alcanzaba sus ojos.

La reina respiró hondo y apretó sus manos, manteniéndose callada. Los minutos pasaron lentamente mientras el carruaje avanzaba hacia su destino.

━━✶━━

Sihtric miraba con determinación hacia el pueblo mientras volaba sobre Kronos. No sabía cómo había logrado que volara, pero de tanto ver a Rhaenyra de pequeña volar en su dragón y mencionar unas palabras clave que hacían que su dragón comenzara a volar, Sihtric había memorizado esas palabras y había conseguido que Kronos le obedeciera.

Las patas del dragón se detuvieron en una torre y Sihtric miró a su alrededor, confundido al ver que el pueblo estaba vacío; parecía un desierto. La ausencia de vida le resultaba inquietante, la quietud del lugar contrastaba drásticamente con la agitación de sus pensamientos. Después de un momento, comenzó a escuchar voces bajas de personas que gritaban y alababan a lo lejos, rompiendo el silencio sepulcral.

Dirigió su mirada hacia esos ruidos y, con determinación, observó a Dragonpit. Supo de inmediato que ahí estaba la gente y que la coronación de Aegon se estaba llevando a cabo. Su corazón latía con fuerza, impulsado por una mezcla de rabia y desesperación.

Frunció el ceño, mirando con furia hacia Dragonpit. Sus ojos se mantuvieron fijos allí, maldiciendo a toda su familia. No dijo nada, pero Kronos pudo entender el enojo de Sihtric y levantó sus patas, comenzando a volar en esa dirección. Las alas del dragón se batían con fuerza, impulsándolos hacia el corazón del conflicto.

Las voces se escuchaban más cerca y el enojo de Sihtric aumentaba.

"¿Cómo se atreven a apoyar a un usurpador?"

pensó, sintiendo cómo la ira le consumía. Kronos no tenía piedad y Sihtric tampoco; ambos compartían ese sentimiento de justicia implacable.

Las voces de alegría cambiaron rápidamente a gritos de desesperación cuando Kronos entró en Dragonpit, casi destruyendo la mitad del palacio. El dragón se movía con una fuerza devastadora, aplastando a algunas personas bajo sus patas y provocando el caos a su paso. Sus leves gruñidos causaban más temor en la multitud, como un presagio de la destrucción que se avecinaba.

Alicent se agarró de los brazos de Sir Criston y miró con preocupación a su alrededor. Todos estaban demasiado confundidos y asustados por lo que sucedía. El ambiente estaba cargado de tensión y pánico.

Entre el polvo que se iba disipando, provocado por Kronos, se reveló el rostro de la persona que lo estaba montando. La figura de Sihtric se hizo visible, emergiendo del caos como un espectro vengador.

Alicent miró con horror cuando distinguió a Sihtric en el dragón. Su padre lo miraba con el mismo rostro, pero con decepción y furia. La traición que sentía era palpable.

──¡Abran las puertas!── gritó Otto con firmeza.──¡Abran las puertas!──ordenó, su voz resonando con autoridad.

Las personas, en su desesperación, trataban de salir, pero los guardianes se lo impedían. El pánico se extendía entre la multitud como un incendio incontrolable.

──Ve por Helaena── dijo la reina, empujando a Criston lejos de ella. Tuvo el valor de acercarse hacia adelante y poner a Aegon detrás de ella, para protegerlo. Su determinación era admirable, pero Sihtric solo podía sentir frialdad ante su gesto.

Sihtric la miró con frialdad ante ese movimiento. Kronos se acercó con curiosidad hacia adelante y Sihtric no se lo negó. Su rostro era siniestro, lleno de odio y disgusto, reflejando la oscuridad de sus intenciones.

Alicent lo miró fijamente con los ojos temblorosos, como si aceptara su destino de morir a manos de su hermano. La resignación en su mirada era evidente, pero también había un rastro de desafío.

Kronos la miró con cierto odio. Sihtric quería acabar con la vida de Aegon Targaryen, pero no la de su hermana, no a ella. Aún en el fondo, tenía compasión y cariño por Alicent. A pesar de todo, la sangre y los lazos familiares eran difíciles de romper por completo.

El dragón gruñó fuertemente, asustando a Alicent y Aegon. El gruñido fue largo, como una advertencia de Kronos y de Sihtric, para hacerles saber con quién ahora se estaban metiendo. Era un recordatorio de la fuerza y la furia que tenían a su disposición.

Alicent levantó sus ojos, rojos y brillosos, a punto de llorar. Sihtric le dio una última mirada de seriedad y Kronos comenzó a girarse, elevó sus alas y salió del palacio. Alicent observó cómo su hermano se alejaba de su lado, aliándose con Rhaenyra, prefiriéndola a ella antes que a su familia, antes que a su hermana. La traición era un peso que ambos llevarían consigo.

Kronos se detuvo en Dragonstone. Sihtric se bajó de él de inmediato y notó cómo el dragón de la princesa Rhaenys estaba allí también. Se alivió un poco al enterarse de que ella también había podido salir del castillo. La presencia de su aliada le daba un respiro en medio del caos.

Entró rápidamente al castillo, buscando con desesperación a Rhaenyra. Mientras se apresuraba, escuchaba las voces de la princesa Rhaenys. Entró de inmediato y allí estaba Rhaenyra junto a Daemon. Pero sus rostros no eran de alegría, ambos estaban con angustia y frustración.

──La puta de la reina asesinó a mi hermano y se robó su trono── dijo Daemon con frialdad.──Pudiste haberlos quemado a todos.

──Vi la coronación, pero no entré con Meleys── dijo Rhaenys con firmeza, y después desvió su mirada hacia Sihtric.──Al menos yo no.

Sihtric dio pasos lentos hacia adelante, sintiendo el peso de la situación.

──¿Cómo es que tú estás aquí y no celebrando la usurpación de Aegon?── preguntó bruscamente Daemon a Sihtric, su tono lleno de sospecha y acusación.

El pelinegro frunció el ceño ante eso.

──Yo le soy leal a la legítima reina, Daemon, y estoy aquí para mantener mi apoyo a Rhaenyra── dijo con firmeza, dejando claro su compromiso.

──¿Y cómo carajos pudiste liberarte de ahí?── hizo otra pregunta al respecto, su curiosidad mezclada con desconfianza.

Sihtric tomó un respiro hondo antes de responder.

──Vine... en un dragón, Kronos──soltó con un tono algo nervioso, consciente de lo extraordinario de su afirmación.

Daemon lo miró con curiosidad y simplemente asintió, aceptando la explicación por el momento.

──Entré a Dragonpit con el dragón. Yo fui quien tuvo la oportunidad de casi matarlos, pero no lo hice── declaró Sihtric, llevando una mirada de tristeza. Rhaenyra, quien se tocaba el vientre, lo miraba con dolor, sintiendo el peso de sus palabras.

──¿Por qué no lo hiciste?── preguntó con molestia, su voz cargada de frustración.

Sihtric se mantuvo callado por unos segundos.

──Se desatará una guerra por esta traición, pero no es mi lugar iniciarla. Y no mataré a mi hermana, no a ella──respondió finalmente, su voz llena de convicción.

──Los verdes vendrán por ti, Rhaenyra──habló la princesa Rhaenys con frialdad──y por tus hijos── miró a Sihtric y a la platinada al mismo tiempo, sus palabras cargadas de advertencia.

──Deberías abandonar Dragonstone de inmediato── comenzó a alejarse, pero se detuvo cuando escuchó los quejidos de Rhaenyra.

Sihtric la miró con preocupación. Rhaenyra rápidamente se fijó debajo de su vestido y notó cómo sus dedos estaban sangrando.

──El bebé ya viene── dijo con nerviosismo, su voz temblando con la urgencia del momento.

Rhaenyra fue llevada de inmediato hacia unos aposentos junto a las parteras y el maestre. La tensión en el aire era palpable, cada segundo contaba.

Sihtric se mantenía frustrado mientras Daemon hablaba con los guardianes, su mente dividida entre la preocupación por Rhaenyra y la necesidad de preparar la defensa.

──Patrullen el perímetro de la isla. Busquen barcazas que se acerquen── habló con determinación, ordenando mientras miraba a los hombres. Sus órdenes eran claras y precisas, un intento de mantener el control en medio del caos.

──Si los verdes atacan ahora, será de forma sigilosa, no directamente── continuó Sihtric, manteniéndose en su postura, aunque estaba demasiado preocupado por Rhaenyra y el bebé. Su mente trabajaba febrilmente, tratando de prever cada movimiento enemigo.

Los quejidos de dolor de Rhaenyra eran fuertes y ellos podían escucharlos. Sihtric frunció el ceño con preocupación ante los gritos de dolor de Rhaenyra.

──No hay suficientes soldados para rodear la isla, pero podemos fingir fortaleza── Daemon continuó hablando, ignorando los quejidos de Rhaenyra y manteniéndose firme.──Recluten entrenadores de dragones. Son competentes, no pierdan el tiempo.

Los gritos de Rhaenyra habían empeorado. Sihtric se mantuvo al lado de Daemon mientras el rubio seguía hablando sobre sus planes.

──Envíen cuervos a nuestros aliados: los lores Darklyn, Massey y Bael Emmon.

Sihtric lo miró con determinación y seriedad.

──¡Sihtric!──se oyó la voz desesperada de Rhaenyra.

El pelinegro se mantuvo callado por un segundo y Daemon intercambió una mirada con él antes de seguir hablando.

De repente, Jacaerys llegó, negando las órdenes del príncipe Daemon y mandando una orden de su madre. Pero Daemon continuó ignorando sus órdenes.

──¿Acaso no me escuchaste?── reafirmó con seriedad.

──Los cuervos, Lord Bartimos── continuó Daemon.──Llamen a Ser Steffon, nuestra guardia real debe ir a Monte Dragón──comenzó a alejarse, pero se detuvo ante Sihtric.

──Anda, enséñale el significado de la lealtad verdadera.

──¿Cómo crees que haré eso?── le susurró con seriedad.

──Kronos ya es tuyo. Demuestra también a los demás que ese dragón te pertenece── finalizó Daemon, dándole una mirada fría a Jacaerys antes de salir del salón.

Sihtric suspiró.

──Ven, Jacaerys, te mostraré la lealtad.── puso su mano en su hombro y lo llevó hacia adelante.

━━✶━━


El príncipe Jacearys se encontraba mirando con seriedad a los lords, su expresión reflejando la determinación y la gravedad del momento.

──Hicieron un juramento como caballeros de la guardia real.──dijo Sihtric con frialdad, sus palabras resonando en el silencio tenso de la sala.

Uno de los lords, un hombre de aspecto severo, asintió y respondió con voz firme:

──Como todos los que llevan el manto blanco, mi príncipe.

──¿A quién?── continuó Sihtric, su mirada penetrante fija en el caballero.

──Le juré primero al rey Jaehaerys, mi príncipe, y luego a su majestad el rey Viserys, cuando lo sucedió── respondió el caballero, su voz cargada de lealtad y orgullo.

──¿Reconocen esa línea de sucesión?── inquirió Sihtric, su tono gélido y autoritario.

──Sí, mi príncipe──afirmaron los dos guardianes, sus voces resonando al unísono.

──¿Recuerdan a quién nombró el rey Viserys como heredero antes de su muerte?── preguntó Sihtric, su voz tomando un tono más agudo.

──A la princesa Rhaenyra── respondieron los guardianes, sus palabras llenas de respeto y reconocimiento.

──Les agradezco su largo servicio a la corona, así que les presento una elección...── comenzó a decir Sihtric, pero su voz se fue apagando cuando escucharon unos sonidos de un dragón.

Jacearys desvió su mirada hacia los guardianes, quienes miraban con algo de nerviosismo hacia el dragón negro que los observaba fijamente. El príncipe también desvió su mirada hacia Sihtric y notó cómo el dragón mostraba obediencia y seguridad con él. En tan poco tiempo, Sihtric y Kronos ya habían encontrado un vínculo fuerte.

Jacearys también se sorprendió al ver a un Hightower con un dragón que era casi de la misma altura que Vhagar. La presencia imponente del dragón añadía una capa de intimidación a la situación.

──Hagan su juramento de nuevo a Rhaenyra como su reina──dijo con firmeza el pelinegro mientras Kronos se acercaba hacia los dos guardianes, sin apartarse de Sihtric.──Al príncipe Jacearys como su heredero al Trono de Hierro, o si apoyan al usurpador, hablen ahora y tendrán una muerte limpia y honorable. Pero si eligen la traición y juran lealtad ahora para luego dar la espalda...── Sihtric los miró fijamente con sus ojos negros y su rostro mostrando nada de empatía──sepan que van a morir... gritando.

Los guardianes, sintiendo la amenaza palpable de las palabras de Sihtric y la presencia del dragón, hicieron su juramento nuevamente con solemnidad. Sin embargo, Sihtric fue llamado por un guardián, informándole sobre el estado de Rhaenyra.

Sihtric no lo pensó dos veces y fue en busca de su esposa. Cuando entró a los aposentos, notó cómo Rhaenyra estaba abrazando a su bebé. Sihtric rezaba a los dioses que el bebé hubiera nacido saludable, pero los llantos bajos de Rhaenyra lo sacaron de su trance y lo llenaron de preocupación.

Dio pasos hacia ella y mientras se acercaba, notaba el rostro de Rhaenyra cansado, triste y con sus ojos violetas brillosos. Rhaenyra levantó su vista y al notar a Sihtric, sus lágrimas comenzaron a caer, revelando al bebé que sostenía en sus brazos, ya muerto.

Sihtric tomó un respiro angustiado y se agachó hacia Rhaenyra, quien se mantenía en el piso desconsolada. Sihtric pasó su mano temblorosa por los hombros de Rhaenyra y después tocó a su bebé muerto con una mezcla de tristeza y reverencia.

──Sihtric...──dijo ella con dolor, su voz quebrada por la pena.──La iba a llamar... Visenya── añadió con un tono sensible y lleno de pesar.

Él la miraba inquietante, sus ojos reflejando una profunda tristeza. Los dioses eran tan crueles a veces, pensaba, mientras observaba el pequeño cuerpo sin vida de su hija.

━━✶━━

Sihtric miraba con un rostro helado el cuerpo de su hija mientras era quemado. Desvió su mirada hacia Rhaenyra, quien no se atrevía a pronunciar ninguna palabra, su rostro mostrando un cansancio profundo, agotada de todo. Su mundo se había derrumbado.

Agarro su mano sutilmente como consuelo, un gesto de apoyo mutuo en su dolor compartido por la pérdida de su hija.

De repente, dos personas comenzaron a acercarse hacia Sihtric y Rhaenyra. Dos guardianes los detuvieron, poniéndose en medio del camino y desenvainando sus espadas.

──No somos una amenaza, hermanos── dijo una voz masculina. Sihtric se giró para mirarlos con frialdad, sus ojos aún llenos de dolor.

Allí estaban Ser Erryk y Ser Finan. Ambos se quitaron sus cascos y avanzaron lentamente. Erryk sacó de un bolso una corona, estirando sus brazos para entregarla a la legítima reina.

──Juro proteger a la reina... con todas mis fuerzas── dijo con firmeza el guardián, aún sosteniendo la corona──y dar mi sangre por la de ella. No tomaré una esposa, no tendré tierras, ni engendraré hijos. Yo guardaré sus secretos, obedeceré sus órdenes, cabalgaré a su lado y defenderé su nombre y su honor.

Sihtric tomó la corona con sutileza, dándole un vistazo antes de girarse hacia Rhaenyra. Se acercó a ella y le colocó la corona en la cabeza, luego se agachó ante ella en señal de respeto.

──Mi reina── dijo, levantando su vista hacia ella con seguridad, aún manteniendo su reverencia.

Rhaenyra miró hacia adelante y todos comenzaron a agacharse, sus hijos, sus sirvientas, los guardianes, todos excepto la princesa Rhaenys, quien le devolvió una sonrisa sutil, mostrando su apoyo y lealtad.

━━✶━━

Ahora que Rhaenyra era reina, había tomado la decisión de buscar aliados que apoyaran la legitimidad de su derecho al trono.

Un barco había llegado a Dragonstone, con banderas verdes y un dragón, indicando claramente que se trataba de los Hightower.

Sihtric se dirigió hacia donde se encontraban los recién llegados y cruzó miradas con Daemon, quien observaba con desprecio a su padre.

──Vengo por orden de la reina viuda Alicent, madre del rey Aegon II, señor y protector de los Siete Reinos. Se me ha pedido que entregue su mensaje solo a la princesa Rhaenyra──anunció Otto Hightower con voz autoritaria.

Estas palabras hicieron que Sihtric frunciera el ceño en desagrado.

──¿Dónde está la princesa?── preguntó Otto.

De repente, se escucharon los sonidos de un dragón mientras aterrizaba en el puente. La reina descendió de su dragón y se dirigió directamente hacia Sihtric.

──Princesa Rhaenyra...──comenzó Otto.

──Soy la reina Rhaenyra── lo corrigió ella con frialdad──y todos ustedes son traidores al reino.

──El rey Aegon Targaryen II, con su sabiduría y deseo de paz, ofrece términos──continuó Otto, dirigiendo su mirada hacia Sihtric, quien lo observaba con enfado.──Reconozcan a Aegon como rey y juren obediencia al Trono de Hierro. A cambio, su majestad confirmará su posesión de Dragonstone, que será heredada por su legítimo hijo Jacearys cuando usted muera. Lucerys será confirmado como legítimo heredero de Driftmark y todas las tierras y posesiones de la casa Velaryon.

Sihtric esbozó una sonrisa burlona, mofándose de las palabras de su padre. Finalmente, su padre demostraba ser el egoísta que siempre había sospechado.

──Sus hijos con el príncipe Sihtric── continuó Otto, tomando un momento antes de mencionar a su hijo──también tendrán puestos de gran honor: Aegon el Joven como escudero del rey y Viserys como su copero. Finalmente, el rey, en su infinita gracia, perdonará a cualquier caballero o lord que haya conspirado contra su ascenso.

──Preferiría alimentar a los dragones con mis hijos antes que dejar que carguen escudos y copas para ese puto y ebrio usurpador de la corona── dijo Sihtric con asco.

──Aegon Targaryen se sienta en el Trono de Hierro, usa la corona del Conquistador, blande la espada del Conquistador, tiene el nombre del Conquistador y fue coronado por el septon de la Fe ante la mirada de miles de personas. Cada símbolo de legitimidad le pertenece a él──afirmó Otto con seguridad.

Sihtric mantuvo su postura firme ante las palabras de su padre.

──La reina espera su respuesta──dijo Otto, y luego dirigió su mirada hacia su hijo.──Como siendo tu hermana, Sihtric.

──Yo le soy leal a la legítima reina, no a un maldito usurpador como Aegon.

──Tu hermana espera que tomes una decisión justa y no sufras tú en estas condiciones que tú mismo te dejaste al pasarte del lado de Rhaenyra.

──Entonces que siga esperando hasta que se muera, porque mi decisión aún se mantiene firme en la reina Rhaenyra. No pienso pasarme al lado de putos traidores── dijo entre dientes, su ira palpable en su voz firme.──Como tú, traidor maldito──añadió, dirigiéndose a su padre.

Otto suspiró profundamente. Nunca pensó que su hijo los abandonaría y se uniría al otro bando, todo por no abandonar a su esposa. El amor de Sihtric por la reina Rhaenyra era tan grande que mataría a cualquiera por ella, incluso a su propio padre, con tal de ver a su querida reina en el Trono de Hierro.

━━✶━━


Los hijos de Sihtric y Rhaenyra llevaban mensajes de la reina: Jacearys al norte y Lucerys al sur.

Sihtric no estaba muy seguro de esta decisión, pero no podía oponerse. Antes de que sus hijos se marcharan, pidió hablar con ellos.

──Tengan cuidado y recuerden no mostrar miedo ante sus enemigos y nunca dejarse provocar por ellos── les dijo mientras ambos lo miraban.

──Lo tendremos en cuenta── respondió Jacearys. Sihtric les dio un abrazo a cada uno.

Jacearys era fuerte y valiente, pero Lucerys estaba nervioso y desconcertado. El mayor se fue, pero Lucerys quería quedarse más tiempo con su padre.

──Padre...── se animó a hablar──no sé si Lord Borros me escuchará. No va a escuchar la voz de un... bastardo.

Sihtric frunció el ceño y pasó su mano sobre el hombro de su hijo.

──Luke, mi dulce niño, estoy seguro de que él escuchará cada palabra de tu voz. No importa nada más. Lucerys, escúchame, no eres un bastardo. Eres el heredero de Driftmark── le sonrió.

Lucerys lo miró desanimado, pero le devolvió una sonrisa sutil.

──Ven aquí──le dijo Sihtric, dándole un abrazo reconfortante, como si tuviera miedo de perder a su hijo.──Ten cuidado y vuelve a salvo.

Lucerys se separó del abrazo y fue detrás de Jacearys. Sihtric lo observó irse con una sonrisa preocupada.

Lucerys era su pequeño niño, al que siempre había tenido un gran cariño. Si algo le pasaba, el mundo de Sihtric se vendría abajo.

Pasaron pocos días y Sihtric se sentía algo solo sin la presencia de sus hijos. Nuevamente, sentía esa sensación de que alguien se iba, pero trató de ignorarla.

Dejó libre a Kronos al aire libre, ya que el dragón, tras años encerrado, necesitaba la libertad. Pasó su mano sobre la piel seca de Kronos y desvió su mirada cuando escuchó pasos acercándose.

Sonrió cuando vio a Finan acercarse.

──Mi buen amigo── dijo, poniéndole una mano en el hombro.──Ven, aún no conoces a Kronos, ¿verdad?── preguntó con una sonrisa.

Finan tenía un rostro serio, lo que Sihtric sospechó de inmediato.

──¿Sucede algo?── preguntó, confundido.

Finan suspiró y le entregó un papel.

──Es para usted y para la reina──dijo con tono triste.

Sihtric mantuvo su mirada confusa en él, pero de todos modos tomó el papel y lo abrió. Sus ojos se abrieron con sorpresa y negó con la cabeza.

──No...──dijo en voz baja.──Esto no puede ser cierto──añadió con tono débil.

Kronos lo miró confundido y se movió más cerca de él, haciendo que Finan retrocediera nervioso ante la criatura. El dragón observó fijamente el rostro de su jinete.

Sihtric mostraba un rostro helado y sus ojos reflejaban tristeza y enojo al mismo tiempo.

──Lo siento mucho...──mencionó Finan con preocupación.

──Esto no debió pasar...── murmuró Sihtric, cerrando sus ojos mientras trataba de controlar sus lágrimas.

Kronos gruñó fuertemente, desesperado, lo que hizo que Finan retrocediera más, temeroso.

Sihtric apretó sus manos que sostenían el papel y fue en busca de la reina. Ella tenía que saberlo.

El pelinegro miró con tristeza cuando vio a Rhaenyra concentrada en sus planes, mientras algunos lores le daban ideas.

Se acercó a ella y la tomó de la mano, llevándola un poco más lejos de los hombres.

──Rhaenyra... hay algo que tenemos que hablar── dijo con tono débil.

──¿Qué sucede?── preguntó, preocupada.

Él la miró fijamente y tomó un respiro hondo.

──Lucerys, nuestro hijo... está muerto── reveló, sus palabras dejando a Rhaenyra inmóvil.

Ella negó con la cabeza, rehusándose a aceptar esa verdad.

──No mi dulce niño...──dijo en voz baja.──¿Quién fue? ¿Quién le hizo esto?.── preguntó con un dolor en su garganta y sus lágrimas caer por sus mejillas.

──Aemond, su dragón Vhagar mató al dragón de Lucerys junto con él.

Rhaenyra apretó su mandíbula de enojo y tristeza. Había perdido a otro hijo, esta vez a manos de los verdes.

──Rhaenyra...──dijo Sihtric, tomando su mano.──Juro por los dioses que vengaré la muerte de nuestro hijo── dijo con firmeza, aunque gran parte de él mostraba tristeza.

Ambos se miraron, cansados, sus miradas reflejando solo tristeza. Lucerys, su hijo amado, había muerto, y los verdes no se saldrían con la suya esta vez.

──Prometo que mataré a Aemond con mis propias manos, para vengar la muerte de Lucerys.

Sihtric salió en busca de su dragón, mientras Finan lo seguía de cerca.

──Sihtric...── dijo Finan, preocupado por la mirada de enojo y amenaza en el rostro de su amigo.

Sihtric se dio la vuelta y lo miró fijamente con seriedad.

──Quiero la cabeza del desagradecido de Aemond Targaryen y, si es posible, la cabeza de su puta dragona── dijo con una furia helada.

Finan tragó saliva, sabiendo que no podía detener a su amigo cuando estaba decidido.

──Entiendo tu deseo de venganza, pero debes tener cuidado. Aemond es peligroso y Vhagar aún más.

──Lo sé, Finan, pero esto ya no se trata solo de venganza personal. Lucerys era mi hijo, No puedo permitir que los verdes se salgan con la suya── respondió Sihtric, con un tono que reflejaba una mezcla de tristeza y determinación.

Sihtric respiró profundamente, mirando a su amigo.

──Haré lo que sea necesario para asegurar que Rhaenyra se mantenga en el trono y que la muerte de Lucerys no sea en vano.

Con eso, Sihtric se dirigió a la fosa de dragones donde Kronos, su dragón, lo esperaba. El dragón pareció percibir la agitación de su jinete, emitiendo un suave gruñido. Sihtric acarició la escamosa piel del dragón, sintiendo el calor que emanaba de él.

La guerra había comenzado, y Dragonstone estaba lista para enfrentarse a los verdes con toda la furia y determinación que tenían.

el iba a tomar venganza contra aemond y con los verdes y ya no le importaba si su hermana y su padre se encontraba en ese bando los iba a matar de cualquier manera.

Quiero venganza y quiero verlos sufrir pidiendo por piedad.

Quiero verlos muertos cada uno, quiero ver su tu rostro pidiendo piedad.































































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Bueno acá el final de the sinning devil, aún no tengo planeado hacerle un act 2 (y que siga con la segunda temporada) porque también tengo otros proyectos y este es unos de los últimos que tengo pensando, lo siento.

En fin, les quiero agradecer mucho por su apoyo y haber tomado su tiempo por leer mi fanfic, espero que les haya gustado, yo los quiero mucho y una vez más gracias por su apoyo.<3

-luka.

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