Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo XVII

Narra Ciel:

La noche aún era joven, pero bastante fría.
Yo estaba en la cama sin poder dormir... Tal vez por el estar en un lugar completamente diferente a mi cuarto, o solo era por las ganas de querer estar junto a Sebastián.
Por primera vez en mucho tiempo, no me importo mi orgullo... Tome la decisión de hacerle caso a lo que mi cuerpo y mi mente me pedían hasta casi gritando. Coloque mis pies descalzos en el frío piso, y lentamente camine hasta la puerta del azabache. Entre en silencio, pero él no dormía, solo estaba junto a la ventana leyendo. Al percatarse de mi presencia, se acercó a mí y se agachó un poco.

Sebastián: ¿Todo bien señorito?

No respondi nada, solo camine hasta él y volvi a rosar sus labios con los míos... Pero en ese instante me alejé, antes de poder irme, él me tomó y me besó. Su forma de hacerlo es mucho las apasionada y salvaje que la mía... Pero trataba de seguir su ritmo. Introdujo rápidamente su lengua en mi boca, sentí un escalofrío, pero imite la acción. Me estaba quedando sin aire, así que lo alejé para poder respirar, pero al hacerlo, él me levantó y me sentó sobre la mesa de luz... Desprendió mi camisa y lleno de besos mi cuello. Yo llevé mis dedos hasta su cabello y jugueteaba con él, mientras de mi garganta solo salían incontables gemidos. Senti sus manos acariciando mis muslos. Esto va demasiado rápido, y está mal, pero es peor el desearlo... Se que no es correcto, pero me niego a parar.

Sebastián: ¡Ciel!

Desperte de un golpe quedando sentado en la cama... Estaba agitado, tenia calor, y sentía mi cara ardiendo.

Sebastián: ¿Estas bien? Sonabas raro.

Lo observé confundido. ¿Todo habia sido solo un sueño?

Yo: Si, no es nada.

Su mano se posó en mi frente, eso solo me sonrojo más.

Sebastián: Mmmm, tienes fiebre. Te traeré el desayuno a la cama.

Quizás solo fue un efecto de la fiebre... Como cuando alucino y siento que me rasguñan.
Él se retiró de la habitación, por lo que tengo unos treinta minutos de soledad para reflexionar lo que me pasó. Deje caer mi cuerpo a la cama nuevamente, cubri mi rostro con la almohada y comencé a mover mis piernas como si fuera un niño haciendo berrinche.
Que vergüenza...
Después de esa pequeña escena de pánico... Volvía a mi estado neutral, me senté en la cama y esperé a que Sebastián me trajera el desayuno. Finalmente, volvió a la habitación, con una bandeja que tenía sobre esta dos tazas con té y una porción de tarta de chocolate. Se sentó junto a mí y le entrgo una de las tazas.

Sebastián: ¿Como se seinte?

Yo: Estoy bien, el mareo es mínimo.

Sebastián: Si desea volver a su casa, puedo llamar a Tanaka.

Yo: No, estoy bien. Enserio.

Continúe con mi desayuno. Sebastián, quien terminó antes que yo, se puso a ordenar la habitación. Deje la taza en la mesa de luz, me levante y me busque algo de ropa para sacarme el pijama.

Sebastián: Señorito ¿No preferiría pasar la mañana en la cama?

Yo: Realmente no. Y quiero que te vayas para que pueda cambiarme.

Sebastián: Lo dices como si no te hubiera visto ya.

Desgraciado...
Me sonroje ante el comentario y volteé a verlo con molestia. Él solo se reía en silencio. Se fue hasta su cuarto y cerró la puerta. Me puse un jean celeste y una camiseta negra, sobre esta una remera negra un poco suelta que tenia el estampado de un conejo blanco. Camine hasta el cuarto de la puerta que dividía mi habitación de la de Sebastián, y simplemente, entre. Él estaba sentado en su cama leyendo, yo me arrodillé en la punta de su cama, quedando a una distancia generosa con él.

Yo: ¿Que haremos hoy?

Sebastián: No creo que deberías salir... Tienes fiebre.

Yo: Muy poca, no es nada.

Se que en parte, no quiere que salga, pero tampoco que este aquí haciendo nada. Si soy honesto, cuando llegue no quería hacer nada, pero la pasé bien con él. Además, mañana tendré que volver a mi vida de siempre, debería de aprobar ahora.

Sebastián: Bueno, vamos al parque un rato... Pero si empeoras, volvemos.

Yo: Hecho.

~○~

Dábamos unas vueltas por "Regent's Park", es un sitio realmente bonito. Y la fiebre había desaparecido en su totalidad.

Yo: Es la primera vez que la veo desde este ángulo.

Sebastián: ¿Ya habías venido antes?

Yo: No aquí exactamente, es la primera vez que vengo a Camden... Pero si he estado de niño en la ciudad de Westminster, y al ser este uno de los parques reales, es bastante grande...Y tiene una parte en Westminster...

Sebastián: Y la otra en Camden.

Nos quedamos observando una de las fuentes. Ahora me arrepiento de no haber traído un tapa bocas, ya que son más notorias las marcas en mi rostro.
Estaba distraído en mis pensamientos, pero volví en sí cuando sentí la cálida mano de Sebastián tomar la mía y caminar hasta una pequeña laguna que hay en el parque. Si soy honesto, estábamos hablando de algo a lo que ni siquiera le estaba prestando atención, es como si respondiera a todo de manera automática, por instinto... No porque este prestando atención, estoy seguro que en unos minutos olvidaré el sobre de qué era la charla. Estaba concentrado en sus manos, como me tomaban y me soltaban de a ratos... me gustan sus manos.

Sebastián: Podríamos salir a cenar a alguna parte, si te parece.

Yo: Suena bien... Parece que tu conoces en pueblo más que yo ¿Algún sitio que te guste?

Sebastián: Mmm, hay uno, pero no creo que podamos ir.

Yo: ¿Porque?

Sebastián: No creo que permitan menores de edad.

Yo: Tengo dinero, me las arreglaré.

~○~

La luna se estaba haciendo presente, caminábamos por una calle llamada "Camden High Street", ya que es donde se encuantra el bar que le gusta a Sebastián. Nos detuvimos frente de un lugar... "Electric Ballroom", había una cola larga de personas afuera y dos guardias en la entrada.

Sebastián: Aquí es...

Yo: Bien, pero no haremos colas.

Tome su mano mientras caminaba a la entrada, me pare frente a uno de los guardias y puse mi mano en mi bolsillo.

Yo: Buenas noches, quisiera saber si aún hay lugar.

Saque un par de billetes, dejándolos frente del hombre.

Guardia: Eres un poco joven para estar aquí, ¿No te parece?

Saque otro par de billetes, sacudiendo estos como un abanico.

Yo: Oh, my... No tenia idea ¿Es mucho el problemas?

Guardia: Me parece que no.

Dijo él mientras tomaba el dinero y nos dejaba la entrada libre. Lo primero que vi al entrar era una gran escalera que nos llevaba al piso subterráneo, al bajar, noté que del lado izquierdo estaba la parece que seria del bar, con un par de mesas y una barra, y del lado derecho un enorme escenario y frente a este una cantidad enorme de personas disfrutando de un recital de rock, de un grupo al que desconozco. Ahora entiendo por qué es el lugar que le gusta a Sebastián.
Nos sentamos en una de las mesas, y desde ahí mirábamos al grupo tocando.

Yo: Hey, esto no es un bar, es un club nocturno.

Sebastián: Te dije que no es para niños.

Yo: Ja, no soy un niño... Pero ya que estamos ¿Como le diras a mi papá que me trajiste a un lugar así?

Sebastián: No tiene por qué saberlo.

Vaya, mi cuidador, un mentiroso... No me lo esperaba.
Pasamos la noche comiendo chatarra y hablando tonteras. Me reí mucho con él, por qué solo sabe decir idioteces. Teníamos que hablar un poco fuerte, debido al sonido de la música. Me comenzó a hacer un poco de frío, por lo que mi compañero me cubrió con su campera.

Sebastián: ¿Quieres ir a ver el grupo?

Yo: No, gracias. Hay mucha gente saltando y moviéndose a lo loco, me da miedo que me pisen.

Sebastián: Pues, claro... Tienes el tamaño de una hormiga.

Yo: ¡Hey!

Le di un pequeño golpe, pero solo jugando.
Las horas pasaban, y finalmente salimos del club para volver al hotel. Sebastián me llevaba en su espalda, yo tenia la capucha de su campera puesta, para que esta cubriera mi espalda y lo que más se pudiera de mi cuerpo. La luna estaba muy alta, y yo seguía sintiéndome bien. Una vez estuvimos en nuestra habitación, yo me tiré en la cama con los brazos extendidos, sentí sus manos sacándome el calzado, luego desprendió mi pantalón, por lo que me levante un poco para que pudiera sacármelo, lo deslizó por mis piernas completamente, me senté en la cama y me quité la remera junto con la camiseta, tomé el camisón de dormir.

Yo: Ve a cambiarte y a dormir también.

Me lo puse, mientras Sebastián se ponía de pie para ir a su cuarto.

Yo: Por cierto, ¿Que hora es?

Tome mi teléfono para revisar de la hora... Y no estoy seguro de que me espantó más, saber que eran las 03 : 43 am, o que tenia nueve llamadas perdidas de mi padre y dos de Tanaka.

~◇~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro