Capítulo 19
"No siento nada. Solo soy un lienzo en blanco, pintado de lágrimas.
Que se secaron y quedaron plasmadas en ella"
I. K. R. H.
Asher.
Tome una decisión y es adoptarla no me importa el proceso jurídico. Ella va a estar bien con nosotros. Valentina todavía desconoce de todo esto. Junto con Sandler. Mis abogados y las declaraciones del Sr. Smith podemos empezar el proceso jurídico por la custodia de Saday y estoy completamente seguro de que la voy a ganar.
Llego a casa y observo la puerta entreabierta. Antes de entrar le dejo ciertas órdenes a Sandler, para que en 10 minutos llamara a la policía.
Entre y me llevo una sorpresa. Un hombre que permanece sentado en un sillón.
—No hagas algo de lo que puedas arrepentirte, acaso no quieres saber el otro lado de la historia. —espeta el desconocido. Me quedo en silencio—. Tomaré eso, como un sí. Te voy a amarrar por si acaso.
No muy convencido, dejo que me amarre las muñecas. Me lleva hasta la sala. Mi primera impresión llega al ver a Valentina amarrada a una silla, cosa que me deja causando que mi estómago se forme un nudo. Al ver a Saday de rodillas en el suelo, amarrada por las muñecas y los tobillos.
—Que empiece el show.
Empezaron a reproducir un video en la pantalla de la televisión, era una mujer rubia, no podía negar que tenía cierto encanto, más sorprendido quedé cuando empezó a hablar.
—Hola, soy Susan —dijo identificándose aquella mujer como la madre de Saday.
En el video, ella comenzó a narrar cómo la golpeaba. Los objetos que utilizaba en el proceso y como si no le creyó todo lo dicho, los hombres que tenían sujetada a Saday, le subieron la manga de su camisa y se lo limpiaron con agua. Poco a poco, se comienzan a notar pequeñas marcas de cigarrillos. Son como un bocado amargo a mi paladar, recordándome las marcas que tengo en mi pecho producto de vidrios y mi madre.
Ella se estaba dejando manejar y tocar de esos hombres como si fuera un títere sin vida, sin alma. Siguieron mostrándonos más marcas en su cuerpo. La que más me impacto es la que tiene en su espalda, ya sabía de ella, pero ver algo en una foto, no se comprara a verlo en persona. Las cicatrices son largas, profundas.
—Deténganse, ya tengo conocimiento de eso, ¿Qué intentan hacer? —pregunto hastiado.
Pero como si no fuera suficiente toda esta situación entra Titan. Nos ignora por completo y se va directo a Saday, la cual al momento de verlo le lanza una mirada llena de enojo, también de tristeza. Ellos hablan y yo solo me quedo observando, escuchando detenidamente.
Ellos dos se conocieron, lo único en lo que lo apoyó, es que ella va a estar bien con nosotros y él se retira. Nos liberan, sin embargo, a Saday la meten dentro de un cuarto. Intento meterme, porque él había dicho que podíamos irnos. Sin embargo, este infeliz no se lo permitió.
—Si no se van, voy a prenderle fuego a ese cuarto junto con ustedes. —amenaza aquel desconocido.
Salimos de la casa. Cruzando la puerta se encuentran carros de policías, una ambulancia. Valentina grita, mostrándome que rompió fuente, unos paramédicos se acercaron para llevársela, pero no sin antes decirme
—Ve, sácala ya ha sufrido demasiado, merece ser feliz —dijo adolorida.
Intento volver a entrar por la puerta principal, pero esta cerrada. Decido buscar la otra puerta, pero me detengo al ver a Titan. El odio que siento nubla mi visión y me abalanzo, lanzando un golpe bajo.
—Soy yo o ella. —pronuncia empujándome—. Sácala, cuídala ya ha sufrido mucho. Nosotros no nos llevamos bien, pero solo por esta vez cuídala y dale cariño y el afecto que le falta. —recita como si la conociera de toda la vida.
Por primera vez él tenía razón. Mi fuerza de voluntad me ayuda a seguir y me aproximo a la puerta, me voy acercando a la puerta del cuarto. De esta sale humo y calor, como puedo pateó la puerta hasta por fin lograr abrirla.
El cuarto está en llamas, todavía no se ha propagado por toda la habitación, busco con la mirada a Saday y no la encontraba. Sigo buscando, hasta que la encuentro en una esquina desmayada. Busco con cuidado los lugares que todavía no están en llamas. Mi corazón me late desenfrenadamente. La cargo en peso. Miro a mi alrededor intentando encontrar una salida.
Pero, el fuego se extiende dejándome sin salida. El calor se hace más presente. Más insoportable. Igual que el humo, volviéndose denso. Todo el ambiente susurra que este es el final.
En medio de todo esto escucho unos pasos acercándose. Escucho caer unas maderas y veo unas mantas conteniendo la propagación del fuego. Una mano que se extiende hacia mí. La desconfianza se hace presente en mí, pero esta es la única opción. Me levanto con Saday y al instante veo a Titan, salimos rápido de la casa. Mientras él desaparece al instante.
Cada segundo, de cada minuto es valioso. Son decisivos. Ya que al final del día nace una hermosa niña y en ese mismo lugar, pero en otra habitación una joven yace inconsciente perdiendo la esperanza y el deseo de seguir. Algo de lo que estoy seguro es que nada va a volver a ser igual.
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