6. The shadow of my tear
Maybe the shadow is too strong
° • ° • °
Nunca he sentido que soy una persona segura, pero vaya que me he dado cuenta de mi realidad ahora que estás frente a mí con una expresión que no sé cómo interpretar. No te he visto hace tanto que ver que llevas el cabello largo ya me ha dejado un poco sorprendido, que decir entonces del nuevo color que lo tiñe. Te ves bien, pero no me atrevo a decírtelo.
No se me ha pasado lo miedoso de mierda.
—Ha pasado mucho desde que nos vimos —divago estúpidamente. Huelo a vómito y toda la habitación a alcohol, si sigues aquí es por mero milagro.
—No es necesario que te fuerces a ser amable —dices tajante. ¿Te has vuelto fría o es mi idea?—. Vengo a hablar sobre algo preciso que espero no te quite mucho tiempo. Debes estar ocupado como siempre —Touché.
—¿A qué debo tu visita, entonces? —Estoy tenso en la silla y por alguna razón siento que tu visita no es precisamente para saludarme.
—¿Recuerdas la última vez que nos vimos? —No alcanzo a responder cuando vuelves a hablar— Bueno, quedé embarazada.
Menos mal que vomité hace no mucho porque el nudo que se forma en el comienzo de mi estómago presiona lo poco y nada que hay en su interior. ¿Embarazada? Esto debe ser una maldita broma... Yo te habré hecho mucho daño en el pasado, pero nunca quise dejarte embarazada. Realmente estoy en shock. Tener un hijo es una responsabilidad muy grande, no me siento preparado...
—¿Estás segura? Estoy seguro de no haber acabado nunca en tu interior. Yo...
—Por Dios, Yoongi. Primeramente déjame decirte que no has cambiado nada. Y siguiendo con el tema, ponte los pantalones una vez y deja de esperar que sea culpa de alguien más, o al menos deja que termine de explicar —tus facciones son más duras de lo que las recordaba, tal vez el corte de cabello las hace ver así.
—Explícate, entonces. Que no estoy entendiendo la situación...
Te acomodas en tu lugar y me miras casi de forma indiferente. Estoy demasiado sorprendido como para procesar todo como corresponde y creo que poco me está importando la forma en que me miras. Puede que sea padre y me vengo a enterar meses después (y los suficientes como para que esa personita ya exista).
—Para empezar esta historia del embarazo no comienza aquí. La verdad es que ya había quedado embarazada, pero tuve un aborto precoz en la semana siete, no recuerdo exactamente —al escuchar tus palabras me da miedo hasta abrir la boca— Nunca te lo dije porque siempre estabas muy ocupado, así que opté por guardármelo. Pasó no mucho después de que falleciera mi abuelo, para ese entonces parece que ya estaba embarazada.
El nudo que tenía en mi estómago se mueve por lo largo de mi tórax hasta llegar a la garganta que se me cierra junto con una horrible sensación. No puede creer que hayas llevado toda esa carga sola. Lo que siento llega a ser indescriptible, me sentía fatal pero ahora creo ser la peor mierda de todo el mundo. Me extiendes unos papeles que sacas de tu bolso y entre ellos puedo ver la pequeña muestra de una ecografía. Semana 6 está escrito en una de sus esquinas.
—Ya me habían explicado que el embrión no se estaba desarrollando como correspondía porque fui a algunas revisiones al sentir que pasaba algo raro, así que creo que fue algo de esperarse. Estaba sola en mi departamento cuando ocurrió. Tuve un poco de fiebre y cuando me di cuenta estaba sangrando, por suerte no dolió mucho físicamente, aunque el sangrado duró muchos días.
Al contarlo no se te nota muy acongojada y no veo indicio de que vayas a llorar o algo, pero por mi parte estoy reteniendo las lágrimas y el sollozo que me obstruye la voz. Puede que físicamente no haya dolido, pero me imagino el dolor mental que pudo haber causado y eso me hace sentir todavía peor. Aun así aguanto, porque tú tuviste que aguantar mucho más.
—¿Y el segundo embarazo? —el miedo se cuela en mis palabras. No quiero ser padre, pero la ansiedad de saber alguna respuesta me invade.
—Esta es una historia más complicada. Todo iba relativamente bien y llegué al final de la semana doce, así que estaba más avanzado en comparación al otro, pero terminé teniendo otro aborto. Me voy a ahorrar contarte los detalles porque esta vez fue mucho más... complejo, además de que es más reciente y me cuesta un poco más hablar de él. Pero bueno, tenía que decirle esto a alguien para cerrar este ciclo que no me dejaba tranquila.
Nuevos papeles me son entregados y junto a ellos una nueva ecografía. No puedo evitar soltar lágrimas cuando veo a la pequeña manchita que ya estaba tomando más forma si la comparo con la anterior. Pensaba que mi corazón ya no estaba hecho para sentir, pero estas imágenes me demuestran todo lo contrario. Un sollozo se me escapa y veo como tus ojos se van cristalizando a medida que comienzo a llorar más fuerte. Ni siquiera me quiero imaginar por todo lo que tuviste que pasar, todo el dolor que tuviste que soportar en soledad.
—Maldita sea, no llores —tus palabras son fuertes, pero no puedo evitar seguir llorando—. Quería contarte para poder acabar con esto de una vez, no pensé que reaccionarías así. Juraba que no tenías la capacidad de sentir o yo qué sé... Siempre he sabido que también era tu derecho saberlo, pero realmente me sorprende tu reacción porque, bueno, no fuiste muy atento...
Y me rompo. Tal y como un vaso de cristal que es lanzado al piso, me tiro al suelo dejando los papeles esparcidos por la superficie y llego hasta ti para tomar tus manos y pedirte perdón con palabras que ni siquiera se deben entender entre mis sollozos. Me siento horrible y asquerosamente patético. Nuevamente lloro como un niño que se ha perdido del lado de su madre.
—Lo siento tanto, lo siento... —parece que es lo único que puedo decir y tú no me mandas a callar, tampoco apartas tus manos de mi tacto e incluso me intentas reconfortar a tu manera.
Estoy hecho un tumulto de emociones y no sé cómo reaccionar. La pena y la rabia me invaden, a la vez que una mínima felicidad destella entre toda la oscuridad al saber que por un momento tuviste un trocito de mí en tu vientre, aunque una gran desilusión y congoja llega después. A lo largo de los años no he sido feliz como esperaba, pero tal vez por un momento he deseado regresar al pasado para poder estar ahí para ti cuando más lo necesitabas.
No sé si esto que está pasando es el final definitivo o el inicio de una segunda oportunidad... Solo quiero permanecer así contigo lo que dure el dolor en mi pecho y mientras las lágrimas sigan cayendo. Es jodido permanecer alejado de la realidad, lo sé, pero solo por este momento quiero permanecer así. Me merezco todo este dolor que me desgarra el pecho y aun así me vuelvo a refugiar en tu delicado ser que tuvo que soportar tanto. Lo lamento, siempre he sido un cobarde. No sé si alguna vez podré ser lo suficiente valiente para enfrentar todo. A veces la sombra es demasiado fuerte.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro