Capítulo 8
Antes de formular cualquier otra pregunta, Beak comenzó a golpear con violencia la puerta, a veces con sus puños y otras veces cargando todo su peso contra ella. También se escuchaban los gruñidos que profería, parecidos a los de un animal rabioso. Era una sorpresa para todos que la puerta no se hubiera caído.
—¿Ese fue Beak? —preguntó Hye.
Ella, al igual que los demás, parecía tan asustada como todos. Se veía tan vulnerable, cubierta de heridas. Todo rastro de la chica violenta ya no existía, como si aquel demonio que se había apoderado de su cuerpo dentro de la habitación la hubiera dejado libre.
Hye se puso de pie y una fuerte oleada de dolor la recorrió de pies a cabeza. Aunque su brazo derecho, el que recibió más daño con la puerta, era lo que más dolía, quizás tenía un esguince o algo parecido. La mejilla del mismo lado comenzaba a hincharse y su costado también dolía bastante. Pero lo que le resultaba insoportable era la herida en sus clavículas de la que escurría sangre hacia su escote. Intentó acercarse a los chicos, estirando su brazo para pedir una explicación sobre todo lo que estaba pasando, pero estos retrocedieron como si ella tuviera la peste.
—Chicos, ¿qué sucede? —Sus cejas se fruncieron—. ¿Por qué me miran así?
Lo intentó de nuevo y ellos volvieron a retroceder. Incluso Misul levantó el cuchillo y apuntó la punta afilada hacia ella.
—¡No te acerques! —le advirtió Jungkook.
—Tengo un arma, y si te atreves a hacernos daño otra vez, no voy a dudar en usarla —amenazó Misuk.
Parpadeó confundida y se tambaleó un poco por aquella reacción de parte de ellos.
—¿Por qué dices eso? Yo jamás les haría daño a nadie, y menos estando en una situación como esta.
—¿Es de esa forma? Entonces, ¿por qué cuando estábamos dentro de la habitación intentaste matar a Misuk, eh? Explícanos —le animó Jungkook desafiante.
Ahora Hye estaba más confundida que antes. Sin embargo, a pesar del remolino de emociones y el dolor que tenía en cada uno de sus sentidos, se defendió de aquellas acusaciones. No importaba la insistencia de Misuk y Jungkook por culparla; ella estaba convencida de sus palabras y muy segura de que no era la causante de las marcas rojas en el cuello de Misuk.
—No fui yo. Solo sé que caminé hacia la salida. Después, Baek me tomó por el cuello con la soga y…
Hizo una pausa, y su mirada se perdió en algún lugar del suelo blanco y negro. Algo faltaba en su memoria.
—Yo te diré lo que pasó. Me atacaste. Me tiraste al suelo y luego intentaste asfixiarme.
—Misuk, espera. Yo no…
—¿Tú no qué? ¿Seguirás negándolo? —Misuk estaba molesta.
—No, es que no lo recuerdo —declaró en voz alta—. Después de lo que Baek me hizo, no recuerdo nada más.
Había un espacio en blanco en esa parte, seguida por el momento en el que sintió un gran dolor al ser presionada por la puerta.
Hye intentó dar un paso y seguir hablando para defenderse, pero un montón de astillas de madera volaron por el lugar. Hye gritó y al retroceder, cayó al suelo. Los demás reaccionaron igual, y Jungkook y Taehyung intentaron cubrir a Misuk y Myeong, quienes estaban abrazadas y muy asustadas, pues Beak había logrado salir, rompiendo a su paso la puerta de la habitación de fotografías.
Baek chocó con fuerza contra la pared y se golpeó en el rostro y el cuerpo. Cayó con mucha fuerza al suelo, soltando al mismo tiempo una navaja. Apenas se movía, pero cada vez que lo hacía, se quejaba como si esa acción le lastimara los músculos de su cuerpo. Tardó unos minutos en recuperarse del aturdimiento. Primero miró hacia donde estaba la mayoría; todos tenían una expresión como si hubieran visto al mismo diablo. Luego giró la cabeza y se topó con Hye, quien lo miraba de la misma forma.
El rostro de Baek se llenó de preocupación al ver lo lastimada que estaba Hye, sobre todo en la parte de sus clavículas, de donde salía sangre de la enorme herida que tenía ahí. Se enderezó un poco en el suelo.
—Hye, ¿estas bien? ¿Que te paso? ¡Agh! —Al intentar levantarse se lastimó la herida en su hombro—. ¿Que mierda...?
Ahora Baek tambien parecía haber vuelto a ser el chico tranquilo que era. Estaban muy confundidos. Sobre todo cuando comenzó a quejarse y regañarlos por no ayudarlo a él y a Hye.
Jungkook, Myeong, Misuk y Taehyung se miraron entre si, compartiendo la misma incertidumbre. ¿Se podia confiar en ellos o todo era una trampa? Ninguno sabía como proceder ahora y mientras ellos pensaban en eso, Hye, aunque de lejos y manteniendose alerta, le explico todo lo que había pasado. Para sorpresa de todos, el reacciono igual que Hye al escuchar que había atacado a Jungkook y a ella misma. Solo que él, les grito con enfado a todos.
—¡¿Acaso se han vuelto locos?! Yo jamas ataque a nadie.
—Eso no es verdad. Estuviste apunto de estrangularme con una soga —Le acuso Hye.
—¡Con un demonio, yo no hice nada!
-Deja de negarlo. Y tu no te hagas la víctima, tambien nos atacaste.
—J-Jungkook tiene razon, todos te vimos hacerlo y tambien a ti Hye. —Hablo Myeong desde su rincón.
—¡Callate maldita miedosa! Yo no lo hice, no lo recuerdo. Ni siquiera recuerdo como demonios me hice esto. -Señalo todas sus heridas.
—¿Como sabemos que no nos estan mintiendo? —Pregunto Misuk
Una palea verval inicio entre todo el grupo tan avalorada que ni siquiera se entendia lo que se estaban diciendo entre sí. Pero dos personas no estaban participando en la habitación; una era Myeong que tapaba sus oídos para no escuchar a los demas gritar y que permanecia quieta en su rincon como un cachorro miedoso. El otro era Taehyung.
Él permanecio al margen y en silencio después de varios minutos de haber participado en la pelea, dejando a Misuk y a Jungkook lidiando con ello.
Se alejo unos cuantos pasos detras de ellos para analizar la situación pues, era el unico que al parecer estaba pensando con la cabeza fría. Y es que, se le parecía extraño que Hye y Baek estubieran mantenimiendo la mentira por tanto tiempo. Ademas, no habían intentado atacar a nadie.
Todo lo que Jungkook y Misuk decían era cierto, el presenció como ellos dos se convirtieron en bestias sedientas de sangre y sin escrúpulos. Pero todo aquello no cuadraba con las personas que eran ahora fuera de las habitacion. Sobre todo por que Baek no había levantado del suelo la navaja con la que salió de la habitación.
Fuera de la habitación, penso para si mismo. Tambien vinieron a su mente las palabras de la dueña de la casa y sumando todo eso, logro resolver el misterio.
Se puso en medio de las victimas y los atacantes. Tubo que empujar a Jungkook y Baek que estaban a punto de iniciar una pelea a golpes.
—¡Cálmense todos! ¡Ellos están diciendo la verdad! —exclamó Taehyung.
El silencio se instaló en todo el pasillo. Decir que estaban sorprendidos era poco; no esperaban que Taehyung se pusiera del lado de Baek y Hye, pues las pruebas eran contundentes y los testigos muchos y de confianza. Aquello no le agradó para nada a Jungkook.
—Pero ¿qué idioteces estás diciendo? ¿Has perdido la cabeza? —replicó otro.
—¿Recuerdan lo que ese tal Jimin dijo sobre las habitaciones? Dijo que se encargarían de matarnos si el tiempo terminaba.
Aquel detalle les brindó la luz que necesitaban para comprenderlo. El tiempo se había acabado cuando Baek había atacado a Hye y la puerta se cerró, por lo que la habitación había hecho su trabajo de matar a quienes estaban dentro.
¿Y por qué utilizar a otros para matar al resto del grupo? El mismo Taehyung les dio la respuesta. De alguna forma, controlaron a Hye y a Baek para matar a los otros. Pero al salir de la habitación, todo eso había acabado. Por eso no recordaban nada y actuaban con normalidad, porque estaban fuera de su control. Y tomando en cuenta lo que le había pasado a Jungkook, aquello no sonaba tan descabellado.
Gracias a eso, Jungkook descubrió el propósito de la cámara fotográfica. Era para tomarle fotos a las personas que murieran dentro de la habitación. Lo que probablemente indicaba que las personas de las fotografías eran las víctimas anteriores de Sang Yon y Jimin, y habían sido muchos los que habían muerto dentro de esa habitación.
Hye y Baek tampoco estaban precisamente bien. Quizás los daños que les habían ocasionado a Jungkook y Misuk no habían sido intencionales; aun así, se sentían culpables de haberles lastimado e intentado matar. Ese solo pensamiento los hacía temblar. Por más vueltas que dieran, ninguno lograba comprender cómo habían logrado manipular sus mentes de tal forma que quisieran matar a una persona y luego simplemente olvidarlo.
Y aunque aquella revelación había sido algo bueno para evitar una masacre llevada a cabo por el miedo y la desconfianza, también los había dejado a todos con los ánimos por los suelos.
Lo que habían vivido dentro de aquella habitación solo había sido un pequeño bocado de lo que les esperaba en las seis habitaciones restantes. Una prueba y experiencia que había resultado sumamente dura, agotadora y que terminó con varios heridos. Incluso con todas las precauciones que pudieron tomar, no habían evitado el peligro, y dos de ellos estuvieron muy cerca de la muerte. ¿Qué podían esperar de las demás pruebas que se les avecinaban?
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