Hye fue quien abrió lentamente la puerta hasta exponer el contenido de la habitación. Ella había intuido por el nombre que, al ser fotografías, no habría muchos lugares donde buscar y que sería rápido acabar con aquella habitación. Y era cierto: solo había algunos muebles con cajones o estanterías donde buscar. Todo parecía simple, pero las fotografías eran por mucho muy perturbadoras.

Se trataban de fotos de todos los tamaños imaginables, colgadas en las paredes y en portarretratos que descansaban sobre los muebles y las repisas. Todas con imágenes escabrosas y terroríficas.

En una de ellas, la más grande, se veía a un chico rubio colgado de un árbol con el cuello roto y en un avanzado estado de putrefacción. Otra mostraba a una mujer anciana que fue abierta del tórax, con sus costillas extirpadas y hechas una corona puesta en su cabeza. Y la más grande, colocada justo en medio de la pared, mostraba a un hombre con las extremidades de su cuerpo cortadas, los dedos de las manos y pies, junto con las orejas y los ojos puestos dentro de su boca, con la mandíbula rota.

No había ni una sola foto que no estremeciera a los chicos. Todas mostraban a personas desmembradas, con grandes charcos de sangre a su alrededor o en posturas inhumanas.

Baek dio una arcada y cubrió su boca con la mano, sintiendo la necesidad de vomitar. Taehyung le dio palmadas en la espalda mientras los demás desviaban la mirada de las grotescas imágenes.

—Qué asco —Baek comenzó a toser.

—Solo hay que evitar mirar las imágenes. Concentrémonos en la búsqueda.

Hye aspiró con fuerza y entró primero a la habitación, con todos siguiéndola y dejando la puerta abierta por si había necesidad de correr. Cada uno comenzó a revisar los muebles y las repisas. Myeong también ayudaba con la búsqueda, pero superficialmente para poder concentrarse en contar el tiempo.

De todas formas, para todos, incluso para la persona que casi vomitó, les resultaba imposible no echar pequeños vistazos a las fotografías cercanas. Parecía que lo grotesco era un poderoso imán para sus miradas, más que un instinto para alejarlas. Debido a eso, Misuk lloró un poco cuando en uno de esos vistazos vio a un niño de trece años.

—¿Encontraste algo?

—No —Jungkook cerró el último cajón y se acercó con Taehyung para ayudarlo.

Las chicas también ya habían acabado. Incluso habían buscado debajo de los muebles, y con ayuda de Taehyung y Baek los movieron para verificar que ahí no estuviera la llave.

—Parece que no hay nada.

—¿Y si hay algo escondido detrás de los marcos de las fotos? —Todos miraron a Baek—. En las películas de misterio suelen ocultar cajas fuertes detrás de ellos.

—Myeong, ¿cómo estamos de tiempo? —preguntó Misuk.

—Dos minutos aproximadamente.

Todos estuvieron de acuerdo en probar la teoría de Baek; debían agotar cualquier posibilidad. Comenzaron a mover los cuadros y a mirar detrás de ellos, desesperados por terminar antes de que el tiempo se les acabara. No pudieron evitar preguntarse qué les pasaría si no lograban salir antes de que el tiempo se agotara. ¿Las personas de las fotografías saldrían y los matarían de maneras tan horribles como a ellas?

—¡Chicos, encontré algo!

Tal y como lo había dicho Baek, detrás de la fotografía de una mujer con la cabeza aplastada y disparos en el cuerpo, había un agujero y una caja de madera vieja y llena de astillas. Todos se acercaron a Hye para ver el contenido, totalmente esperanzados de que la llave se encontrara ahí. Pero sus esperanzas desaparecieron.

La caja estaba llena de afiladas navajas, largos cuchillos, un arma cargada, una soga y también un frasco de pastillas con una etiqueta en la que se podía leer "para descansar". Todo para lastimar y matar. Lo único normal que estaba dentro de la caja era una vieja cámara fotográfica que se notaba desgastada y con unas manchas de un líquido rojo.

—¿Qué demonios? —exclamó Hye—. ¿Por qué la caja está llena de armas?

Jungkook tomó en sus manos la cámara fotográfica y miró los cuadros a su alrededor con las cejas fruncidas. La revisó con curiosidad y se sorprendió al ver que esta era totalmente funcional. Aunque se asustó un poco cuando por accidente presionó el botón y con un fuerte resplandor del flash le tomó una fotografía a su rostro.

Misuk se acercó y le quitó la caja a Hye para hurgar dentro de ella. Quizás entre todas esas cosas estaba la llave.

—Oye —le llamó Taehyung.

—Espera.

—Misuk.

—Debe estar aquí. —Misuk sacó y aventó algunos de los objetos lejos—. Tiene que estarlo.

—¡Hey! —Baek tomó su mano y la detuvo—. No hay nada, Misuk.

—Ya hicimos suficiente, es mejor salir mientras tengamos tiempo.

Ya habían agotado todas las posibilidades de escondites y les quedaban escasos segundos para salir. Así que dejo la caja en el suelo para dirigirse a la salida junto a los demas. Taehyung y Myeong fueron los primeros en salir, pero antes de que los demás lograran hacerlo paso algo totalmente inesperado.

Un fuerte grito alertó a todos, se giraron para ver estupefactos como Baek estaba intentando estrangular con aquella gruesa soga a Hye.

—¡¿Pero qué demonios haces?! ¡Suéltala! —Jungkook se aventó contra él y lo golpeo en el rostro.

Misuk se acerco a auxiliar a la rubia.

—Hye, ¿Estás bien?

—¡Chicos, el tiempo! —Fue todo lo que dijo Taehyung antes de que la puerta se cerrara de un fuerte golpe—. ¡No, Misuk!

Myeong se quedó congelada detrás del chico, quieta como una estatua de marfil y con la mirada fija en Taehyung. Él gritaba desesperado a su amiga y hacía múltiples intentos por abrir la puerta. La pateaba, chocaba su hombro en la puerta con violencia y movía frenéticamente la perilla. Gruño furioso al no lograr resultados.

—Tenemos que sacarlos de ahí. Ayúdame a buscar algo para abrir la puerta.

Ya habían agotado todas las posibilidades de escondites y les quedaban escasos segundos para salir. Así que dejó la caja en el suelo para dirigirse a la salida junto a los demás. Taehyung y Myeong fueron los primeros en salir, pero antes de que los demás lograran hacerlo, pasó algo totalmente inesperado.

Un fuerte grito alertó a todos. Se giraron estupefactos para ver cómo Baek estaba intentando estrangular a Hye con aquella gruesa soga.

—¡¿Pero qué demonios haces?! ¡Suéltala! —Jungkook se aventó contra él y lo golpeó en el rostro.

Misuk se acercó a auxiliar a la rubia.

—Hye, ¿estás bien?

—¡Chicos, el tiempo! —fue todo lo que dijo Taehyung antes de que la puerta se cerrara de un fuerte golpe—. ¡No, Misuk!

Myeong se quedó congelada detrás del chico, quieta como una estatua de marfil y con la mirada fija en Taehyung. Él gritaba desesperado a su amiga y hacía múltiples intentos por abrir la puerta. La pateaba, chocaba su hombro en la puerta con violencia y movía frenéticamente la perilla. Gruñó furioso al no lograr resultados.

—Tenemos que sacarlos de ahí. Ayúdame a buscar algo para abrir la puerta.