Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Aquella declaración fue horrible y llenó a todos de miedo. Sobre todo por el tono despreocupado y jovial de su voz y una gran sonrisa.

Todos los presentes quedaron perplejos ante la declaración de aquella mujer. Sus rostros se desencajaron y más de una exclamación sobresaltada se escuchó por toda la estancia.

La pelinegra rió con fuerza y superioridad desde lo alto. Miraba con plena satisfacción todo el caos que sus palabras provocaron. Le encantaba ver el terror en los rostros de sus víctimas, con ojos llenos de miedo y mentes llenas de incertidumbre. Aquello le daba una sensación de superioridad y fuerza que la embargaba de orgullo sobre sí misma y una felicidad enorme.


Myeong fue quien peor tomó las palabras de la tal Sang Yon. Corrió hacia la gran puerta de la entrada a la casa y comenzó a golpearla con todas sus fuerzas, jalando las dos manijas de metal oxidado. Clamando con voz alta por una ayuda que nunca llegaría.

—T-tae. —lo llamó Misuk.

El miedo invadió su sistema, su respiración se aceleró a un ritmo preocupante y se sintió mareada. Taehyung tardó en responderle a Misuk debido a la ansiedad que recorría su sistema. Pero cuando se giró y la vio pálida, intentó recomponerse y ayudar a calmarla.

—Esto es una broma, ¿verdad? —habló Jungkook por encima del escándalo que estaban haciendo los demás—. No pueden estar hablando en serio.

No pueden jugar con la vida de las personas de esa forma.

Sang Yon se encogió de hombros.

—¿Por qué te alteras? Esto es como uno de esos concursos inofensivos que pasan por la televisión. —Comenzó a bajar los escalones que le hacían falta—. Además, ya les dije que tienen una pequeña oportunidad de sobrevivir.

—¿Y si no queremos? —Hye lo miraba desafiante—. ¿Qué pasa si nos negamos a jugar su estúpido juego?

—Me temo entonces que tendremos que matarlos de inmediato —declaró el chico de nombre Jimin.

Aquella sonrisa fue igual de terrorífica que la de Sang Yon. Como si la palabra “matar” le resultara entretenida.

—La única manera de seguir respirando en este mundo es jugar o morir. Así de simple —completó.

—¡Puta madre! —maldijo Taehyung sin soltar a Misuk de sus brazos.

—¡Pues no pueden obligarnos a hacerlo! —gritó Jungkook—. ¡No pienso jugar su maldito juego!

La respiración del joven molesto era tan irregular como la de Misuk, y una vena resaltaba en su cuello debido a la tensión de la ira. Hye se acercó e intentó tomarlo del brazo para calmarlo, pero sus esfuerzos fueron en vano. Lo empujó con fuerza, sin importarle hacerle daño. Todo lo que pasó por su mente fue escapar y castigar a aquellos dos que les habían arrebatado su libertad y ahora querían quitarles la vida. De no ser porque Baek estaba cerca para detenerla, habría caído al suelo.

—¡Ustedes no son más que dos estúpidos locos! ¡No son nadie para obligarnos!

A unos cuantos pasos de él se encontraba un mueble adornado con tres jarrones azules cubiertos de polvo de diferentes tamaños. Se acercó para tomar uno de los pequeños y, decidido, se aproximó a la mujer de nombre Sang Yon. Levantó el jarrón dispuesto a golpearla y conseguir una oportunidad de huir.

Todos gritaron un fuerte “no” al ver la gran tontería que estaba a punto de cometer, y Hye intentó correr hacia él para detenerlo. Pero Jungkook, guiado por su desesperación, siguió adelante. Solo se trataba de dos chicos; no estaban armados, y esa era una ventaja que debía aprovechar. Los demás quizás no atacaban porque estaban paralizados por el miedo, pero él no. Sabía que ese era el momento para actuar.

Sin embargo, algo sucedió cuando estuvo a punto de golpear a la pelinegra con el jarrón. Todos miraron confusos cómo Jungkook se quedó congelado en la misma posición. Las cejas del joven estaban fruncidas, y su rostro mostraba expresiones de lucha. Estaba luchando por moverse, sin saber cómo ni por qué, pero no podía mover ninguna de sus extremidades.

—En un grupo como este, nunca falta el bravucón que cree que todo lo puede.

Misuk alzó la mirada hacia Jimin, quien tenía una mano alzada y con su dedo índice y medio señalaba en dirección a Jungkook.

A eso le siguió una expresión de sorpresa, con los ojos abiertos de par en par, estupefacta ante lo que ese chico realizó, o lo que pareció que hizo. Con un solo movimiento de sus dedos, hizo que Jungkook saliera disparado por el aire.

Todas las chicas gritaron, y los chicos no hicieron más que abrir los ojos y la boca al haber presenciado un acto que parecía imposible y nada realista. Todos estaban perplejos y con un temor mucho más fuerte que antes. Jungkook terminó chocando contra la pared, y el jarrón que tenía en sus manos quedó hecho añicos. Cuando Jungkook cayó al suelo, algunos de los trozos más grandes quedaron encajados en su brazo.

¿Con qué clase de gente estaban tratando? Nadie podía dar crédito a lo que sus ojos habían visto. Quizás había sido un error, un truco para asustarlos y mantenerlos obedientes para que jugaran su juego. Porque era imposible que esos dos tuvieran el poder para hacer algo como aquello.

Sea lo que haya sido, había funcionado. Definitivamente ninguno de los chicos intentaría hacer algo en contra de los dueños de aquella casa del terror.

—Gracias, querido —dijo Sang Yon melosa.

—¡Que esto les sirva como lección! ¡La próxima vez que alguien quiera hacerle daño a mi ama o a mí, no seré tan bondadoso! —La advertencia había quedado más que clara—. Ahora, si no hay más interrupciones, les hablaremos sobre el juego. ¿Ven esa puerta negra al fondo? Dentro hay un pasillo con siete habitaciones.

—Y en una de ellas encontrarán una llave que abrirá la puerta hacia su libertad. Pero no será tan simple.

—Tienen una semana para encontrar esa llave y, además, hay dos reglas que deben seguir. La primera: deben entrar juntos a las habitaciones; segunda: no deben permanecer más de diez minutos. Si incumplen cualquiera de las dos reglas, las habitaciones se encargarán de matarlos. —Una aterradora sonrisa se formó en los labios de Jimin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro