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Conociendo a Ned

Al día siguiente,  en una parada de autobús, Peter estaba apoyado en un poste, esperando a que llegara Ned.

Un autobús se detuvo, y sus pasajeros bajaron. Peter miró a los pasajeros, y se alegró y  sorprendió al ver a uno de ellos.

Ned vio a Peter, y mientras se acercaba a él ondeó su mano. Vestía una camisa y un chaleco. 

(Imaginen a DeHaan con el pelo rubio)

-¿Qué traes puesto?-preguntó Peter, arqueando una ceja.

-Es un chaleco, bobito-respondió ned, aún sonriendo-. Quiero verme mayor-fingió una voz grave.

-Pareces Aladino-dijo Peter. Ned se rió.

-¿Vamos?-el castaño asintió-Te sigo.

El castaño y el rubio cruzaron la calle, y caminaron hasta detenerse frente a un local, al cual Peter entró, seguido de Ned.

-Aquí es-dijo Peter mientras Ned cerraba la puerta. El Leeds se dio vuelta y quedó boquiabierto.

-Wow-Ned estaba perplejo al ver los varios estantes del local-. Es increíble.

-¿Verdad? Aquí compré mi set de Mustafar.

-Ahora quiero buscar trabajo, para comprar aquí-Ned tenía brillo en sus ojos.

.¡Hola, Peter!-el encargado saludó al mencionado.

-¡Hola!-Peter devolvió el saludo, y luego miró a su amigo-Busquemos nuestro set-el rubio asintió.

Peter y Ned se adentraron a los estantes; este último los miraba embelesado. El dúo se detuvo en un estante de su derecha, ya que ahí estaba el set que buscaban. Peter lo agarró, mientras que Ned miraba el precio en el estante.

-Está en liquidación, a 60 dólares-manifestó Ned.

-Entonces nos sobran 20 dólares-dijo Peter. Los dos se acercaron al mostrador-. Nos llevaremos este-Peter y Ned le dieron sus billetes al encargado.

-Muy bien-el encargado guardó el dinero y les dio el vuelto, luego puso la caja en una bolsa y se la dio a Peter.

-Gracias-dijo Ned.

-A ustedes-manifestó el encargado.

-Hasta luego-dijo Peter, que junto con Ned salió de la juguetería.

-Ya tenemos nuestro set-dijo Ned.

-Así es-acotó Parker, y le ofreció la bolsa a su amigo-. Guárdalo tú.

-¿Yo?

-Sí, anda.

-Está bien-Ned agarró la bolsa-. Oye, Pete...

-Dime.

-¿Quieres ir a mi departamento, para hacer al menos la base del set?

-Bueno, no tengo ningún apuro, así que jalo.

-¡Cool! ¿Qué tal si antes vamos por unas papas fritas?

-Me gusta la idea.


En un condominio de Manhattan, una pareja de adultos mayores estaba sentada en un sillón. El señor estaba leyendo un libro, y la señora estaba tejiendo una bufanda.

Se oyeron unos golpecitos en la puerta. Los dos ancianos dejaron de tejer y leer y miraron la puerta.

-¿Quién es?-preguntó la señora.

-Soy yo-dijo Ned desde afuera.

-¿Y quién es yo?-preguntó el señor con una risa.

-Su nieto favorito-los dos ancianos se rieron.

-Pasa hijo-dijo el señor risueño. Ned abrió la puerta y entró.

-Ya volví-dijo Ned-, y traje a alguien.

-¿A quién trajiste?-preguntó la señora-¿A un amigo?

-Sí-Ned se hizo a un lado-. Pasa, Pete, sin miedo-Peter entró al condominio, y Ned cerró la puerta.

-Hola-dijo Peter con una leve sonrisa.

-Hola muchacho-dijo la señora.

-¿Cómo te llamas?-preguntó el señor.

-Soy Peter Parker.

-Peter, te presento a mis abuelos-los mencionados se levantaron del sillón y se acercaron al dúo de jóvenes-: Palmer Leeds y Ariana Leeds.

-Un gusto-Peter estrechó sus manos con los abuelos de Ned.

-El gusto es nuestro, chico-dijo el Señor Leeds-. Ned nos habló de ti.

-Nos contó que lo defendiste del chico Thompson en el primer día de clases, y que le compartiste tu comida en el recreo-explicó la Señora Leeds. Peter se rio apenado.

-Es lo que hago-dijo Peter.

-No seas modesto-dijo el Señor Leeds-. Te agradecemos por cuidar y orientar a Ned-puso su mano en el hombro izquierdo del mencionado, y su abuela acarició su brazo derecho-. Ned es nuestro nieto, y lo queremos también como nuestro hijo-los abuelos del rubio sonrieron.

-Oigan ya...-Ned estaba apenado. Sus abuelos se separaron de él.

-¿Qué van a hacer, muchachos?-preguntó la Señora Leeds.

-Vamos a empezar a armar el nuevo set que compramos-dijo Ned, mostrando la bolsa.

-¿Compraste un nuevo juguete?-preguntó el abuelo.

-Sí-respondió el rubio-. Peter y yo lo compramos. Ambos pusimos dinero.

-Qué bien-dijo la abuela-. ¿A tí también te gustan esos legos, Peter?

-Sí-respondió el castaño-. Me gustan los legos, y Star Wars, igual que Ned.

-¿El Imperio contraataca, o El Retorno del jedi?-preguntó el abuelo en tono serio-Dame tu respuesta, ahora.

-El imperio contraataca-respondió Peter-. Tiene un buen guión y momentos, y la pelea entre Luke y Darth Vader es de las mejores.

-Buena respuesta chico-dijo el abuelo-. Tú sí tienes buenos gustos, no como Pinocho, que le gusta el Retorno del jedi.

-Muy gracioso-dijo Ned.

Los cuatro se rieron.

-Vamos a hacer la maqueta, Pete-dijo Ned. Su amigo asintió.

-Fue un gusto conocerlos-dijo el castaño a los Leeds.

-Igualmente, Peter-dijo la Señora Leeds, mientras se sentaba en el sillón igual que su esposo.

Peter siguió a Ned, y entraron a su cuarto.  Sus paredes eran de un viejo color naranja. Había un estante con cómics y otro con sets de lego, un armario, una cama y un escritorio.

-Qué lindo cuarto-dijo Peter.

-Gracias-dijo Ned, que dejó la caja en la cama, luego se quitó el chaleco y lo dejó en la silla del escritorio.

-Cavill...-Peter vio en la pared un poster promocional de dicho actor como Superman-Tienes un poster de Henry Cavill.

-Sí. Mi abuelo me molesta con eso. Siempre me dice que Christopher Reeves es el mejor Superman.

-Bueno...Cavill es mejor estéticamente, pero Reeves me parece que tuvo unos mejores guiones.

-Ahí va otro-ned rodeó los ojos.

-Es broma-dijo Peter, que junto con Ned se sentó en la cama. El rubio sacó la caja de la bolsa y la abrió.

-¿Te cayeron bien mis abuelos?-preguntó el Leeds mientras abría una bolsa con legos.

-Sí-respondió Peter mientras sacaba el manual-. Son agradables.

-Lo sé-dijo Ned, con una leve sonrisa-. Vivo con ellos desde los seis años-Peter se sorprendió.

-¿Desde los seis? Qué casualidad. Yo vivo con mis tíos desde que tenía esa edad.

-Vaya coincidencia-dijo Ned-. Así que...vives con tu tíos.

-Sí-dijo peter mientras unía dos piezas-, bueno, vivía. Ahora sólo vivo con mi tía.

-¿Por qué?

-Mi tío murió hace unos meses.

-Lo siento mucho...

-No pasa nada. Ya estoy bien con respecto a eso. Alguien entró a mi casa a robar, y le disparó a mi tío. Felizmente, el ladrón fue arrestado. Aún me duele esa pérdida y lo extraño, por supuesto, pero, estoy mejor que antes.

-Te entiendo-manifestó Leeds.

-¿Enserio?

-Sí. Yo también perdí a alguien.

-Oh...Oye, Ned, ¿quieres contarme?

-Sí. Tú me hablaste de tu tío, lo justo es que yo también te cuente de mi pérdida.

-Está bien. Te escucho.

-Como habrás notado, vivo con mis abuelos, y no con mis padres. Hay dos razones.

-¿Y cuáles son?

-Una es depresión posparto, y otra es cáncer de pulmón. Por esas razones, no vivo con mis papás-Peter miró a su amigo con un semblante de preocupación-. Mi mamá se suicidó poco después de que yo naciera, y desde eso, mi papá empezó a fumar, mucho, hasta dañar considerablemente sus pulmones. El día de mi cumpleaños número seis, mi papá me llevó a la casa de mis abuelos, y unas semanas después, fuimos a su funeral.

-Ned...

-Desde entonces, intenté seguir adelante, con el apoyo de mis abuelos, y con ellos más el tiempo, pude superar la muerte de mi padre. Ahora estoy aquí-sonrió un poco.

-Me alegra que así sea-dijo Peter.

-Gracias gordo-Ned unió algunas piezas.

-A tí por compartirme eso-dijo Peter. Los dos sigueiron armando el set.


Más tarde, Peter y Ned se encontraban en la vereda, frente al condominio donde el rubio vivía.

-La pasé bien hoy, Ned.

-Igual yo, Pete.

-Tengo una idea-dijo Peter.

-¿Ah sí? ¿Cuál?

-¿Qué tal si mañana traes la maqueta a mi casa y la continuamos ahí?

-Me gustaría, Pete, pero no puedo. Mañana voy con mis abuelos al Instituto Ravencroft, para visitar a mi tío.

-Entiendo-dijo Pete-. Entonces, veremos para otro día.

-Seguro. Bueno, Pete, te veo luego-extendió su mano dudoso, y chocaron los cinco.

-Me salió espontáneo-dijo el Parker.

-Sí-Ned se rió-. No sé cómo deberíamos saludarnos. Creo que debemos hacer nuestro propio saludo.

-Apoyo esa idea.

-Nos vemos, Pete.

-Hasta luego-Peter se fue, y Ned entró a la torre.

Spider-Man se columpiaba por la ciudad, con su cámara en el cuello. El rojinegro vio a unos ladrones salir de un banco, y se balanceó hacia allí.

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