Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15: Wolfer

El universo al parecer no quería cooperar con mi estado actual de vulnerabilidad. Al día siguiente, después de no haber podido dormir al darle vueltas al asunto de Sawyer, llegué a la escuela para encontrar un auténtico circo montado debido al primer partido de la temporada de fútbol americano. Eso fue suficiente para ponerme de mal humor. El equipo ahora era liderado por Brett Mardshaw. Y Brett era un idiota que no le llegaba ni al dedo gordo del pie a West.

West estaba en boca de todos, algunos comparándolo con Brett, otros halagando su trabajo como mariscal titular. Mi problema no era que hablaran de él. Mi problema se debía a que la mención de su nombre me recordaba las innumerables llamadas que le estuve haciendo antes de venir. No me gustaba sentirme así, sentía que me estaba comportando como una novia intensa, por lo que mi rabia iba dirigida más a mí misma que a él.

O bueno, un poco también a él, no iba a negarlo.

Lo único que agradecía hasta ahora era que mamá no estaba en casa cuando desperté. Milagrosamente, su jefe había llamado y la quería temprano en el trabajo. Excelente, no sermones para mí.

—¡Ahí estás, señorita Disfrutaré Mi Último Año Al Máximo, Y Nada Ni Nadie Me Detendrá Porque Soy Dylan Carter! —Matthew se deslizó junto a mí en nuestra clase de Biología, parecía de buen humor, a comparación al mío.

Puse los ojos en blanco.

—Estoy a punto de perder la cabeza —le advertí, pasándome una mano sobre el rostro, intentando espabilarme y recobrar la compostura—, ¿has visto el póster de West en la cartelera de actividades? Es inmenso, es como una versión gigante de la radiante sonrisa de mi novio recordándome que está a miles de kilómetros de distancia.

No estaba en mis planes hablar de más sobre la razón detrás de mi mal genio, pero Matthew tenía esa habilidad de hacerme soltar la sopa con tan solo su presencia.

«O nos vamos controlando, o nos vamos controlando, Carter».

Él me dedicó una media sonrisa.

—Vaya, ¿y ahora qué te pasó? No creo que un simple póster te haya puesto así —comentó—. ¿Acaso estás enferma o algo parecido? Luces fatal.

Le lancé una mirada asesina, sin sentirme ni un poco divertida por su chiste. Mi mal humor le hizo caso omiso a mi subconsciente y no solté la sopa, sino que la vomité.

—No —gruñí, sacudiendo mi cabeza—. Lo que pasa, mi querido amigo, es que mi hermosa madre me hizo perder los estribos ayer. Al parecer Sawyer está teniendo serios problemas por mi culpa. Y para ponerle una cereza al pastel, West parece estar demasiado ocupado para atender una llamada. ¿No es eso genial? Ahora estoy sonando como una novia celópata corta penes, lo que me faltaba.

—Oh, Dyl, cálmate. —Se acercó y pasó su brazo por mis hombros—. West quizá estaba en algún entrenamiento de madrugada, y acerca de lo demás, todo tiene solución. Necesito que dejes de preocuparme, no luces bien y alguien puede sufrir las consecuencias de tu humor. Y ese alguien puedo ser yo.

No pude evitar reír.

—Fitzgerald, tú nunca podrías sufrir las consecuencias —le aseguré, recostando mi cabeza en su hombro—. No importa lo mal que esté, ¿entiendes?

—¿Ves? Ya eso es un comienzo.

—¿Así que... ya no estás enojado conmigo por lo de Hunter? —Aproveché la oportunidad para preguntarle, alzando la vista para verlo a la cara.

Su expresión no cambió, pero sí noté que se tensó un poco.

—Bueno, se podría decir que no —contestó, encogiéndose levemente de hombros.

—Bien —Sonreí.

Muy bien, de hecho.

***

Intenté lo más que pude en no estar muy irritable, pero el resto de la mañana siguió apestando hasta la hora del almuerzo. En la clase de Historia, obtuve un 7 en un reporte acerca de la Guerra Civil, el cual no terminé por estar distraída la otra noche con Chase. En Literatura, casi me quedé dormida mientras veíamos una película en blanco y negro, y para mi jodida suerte, el profesor Dickens se percató de mi «alto nivel de atención», y me restó un punto de participación. Por último, tuvimos un examen sorpresa en Química... el cual me sorprendió mucho.

Había estado jalando la hora de almuerzo para refugiarme en la única cosa buena de la rutina escolar; pasar tiempo con Matt. Ah, y comer también (estaba muerta de hambre).

Charlie, Jackson y Matthew me esperaban sentados en una misma mesa junto con otros chicos de primer año. Por instinto y nostalgia, revisé mi teléfono con la esperanza de tener alguna respuesta de West o algún mensaje de los chicos. Sin embargo, mi novio continuaba sin dar señales de vida en el planeta Westlan.

Joder, ahora no solo era la novia celópata, sino la que ponía nombres de pareja. «Te gusta cómo suena el nombre, Dylan. No lo niegues».

Puse los ojos en blanco y al instante me sentí estúpida de estar discutiendo hasta con mi subconsciente.

—¿Qué hay, Carter? —me saludó Hunter, atravesándose en mi camino a las mesas.

Lo miré con una ceja enarcada. Lo segundo que había agradecido del día era que Hunter no se había aparecido a molestarme. Pero por supuesto, paz era lo que menos me querían dar los dioses hoy.

—Si tienes algo importante qué decir, hazlo rápido, hoy he estado conteniéndome de golpear a alguien y al ver tu cara, no sé si podré resistirme a la tentación —lo incité a hablar deprisa.

Whoa, tranquila —Alzó ambas manos y dio un paso atrás de manera burlona—, recuerda que tenemos una pequeña tregua convencional de la que deberíamos hablar, compañera.

—¿Tu maravilloso emprendimiento no puede esperar? —inquirí, sarcástica—. Estoy cabreada y muerta de hambre, dos cosas que no se mezclan.

—No hay un momento del día en que no estés cabreada, Lanie —se burló, ganándose una mirada de pocos amigos—. Hay trabajo que hacer, el emprendimiento no se mantiene solo y ya aceptaste a ser socia, así que necesitamos ir a una parte.

No me dio oportunidad de contestar, solo se echó a andar hacia la salida, asumiendo que iba a seguirlo.

Lancé mi vista rápidamente hacia donde se encontraba Matthew, este me hizo una seña con su mano para apresurarme, y luego frunció el ceño cuando comencé a alejarme de él junto con Hunter.

—Solo será un momento —le articulé con mis labios.

Él bajó su mano con lentitud y asintió una vez con la cabeza, dándose la vuelta a Charlie y los demás.

Sabía que no había vuelta atrás con esto de la tregua convencional, pero el hecho de tener hambre, estar ansiosa e inquieta, tenía a mi estómago más revuelto que una jodida lavadora. Sentía curiosidad por enterarme qué otro trabajo había conseguido McLaggen. ¿Estaría al mismo nivel que el robo de los exámenes? Para Hunter, ¿cuál era el criterio o el filtro para elegir qué tipo de cosas hacer?

—¿De qué se trata el 'trabajo' esta vez? —le pregunté a Hunter—. Espero que no me hayas privado de mi almuerzo para una simple estupidez.

—Tranquiliza al gallito de pelea, Lanie —contestó, rodando los ojos—. Espera a que lleguemos y que el idiota de Brett Mardshaw te explique todo el asunto. Siendo honesto, ni siquiera sé cómo carajos ese chico puede ser nuestro mariscal, debe tener un déficit cerebral, no creo que se sea tan idiota solo porque sí. Y por favor, dime que ese tal West no es tan idiota como él, porque si lo es, joder, Lanie, ¿en qué coño estabas p...?

—¿Brett Mardshaw? —Me detuve en seco.

Centré toda mi atención en la mención de Brett e ignoré cualquier comentario odioso hacia West. Primero debía saber qué rayos tenía que ver el mariscal mediocre en todo esto. ¿Qué podría necesitar él de McLaggen? Brett tenía toda una manada de cachorros lamiéndole el culo y haciendo cosas por él. Que buscara ayuda en Hunter no pintaba nada bien.

—¿Qué hay con él, McLaggen? —espeté, encarándolo.

—Carter —resopló, como si se estuviera llenando de paciencia—, si quieres tener tiempo de comer tu maldito almuerzo deberías dejar de hacerme tantas malditas preguntas.

Hunter, si quieres que deje de decir tantas malditas preguntar deberías al menos haberme dado un adelanto de qué se trata el maldito trabajo —Le sonreí con completo sarcasmo.

—El chico nos pagará por hacer algo mañana antes del partido, ¿suficiente adelanto para ti por ahora? —me dijo, devolviéndome el ataque sarcástico.

Eso no le ayudó para nada a mi inquietud, pero no me arriesgaría a alborotar más mis nervios y explotar contra él antes de saber lo que estaba pasando.

Caminamos con sigilo por los pasillos, teniendo cuidado de no ser atrapado por algún monitor que nos acusara al no estar en nuestra hora de almuerzo en la cafetería.

Hunter al fin se detuvo frente al laboratorio de Química, abrió la puerta y me hizo una seña para que lo siguiera. Me parecía demasiado extraño tanto secreto, pero me abstuve de decir algo al ver que dentro se encontraba Brett, junto a los conocidos por mí como Pared 1 y Pared 2, los defensas del equipo. Ellos permanecían al final de la habitación, acorralando a los dos monitores de pasillo designados.

No sabía si reírme o preocuparme por esto.

—¡Dylan Carter! No me jodas. Nunca pensé verte envuelta en este tipo de cosas. —Brett dio un paso adelante, divertido por mi presencia.

Cuando digo que no pensé que conocería a alguien más descerebrado que Zoey Stevens o que la misma Becka, Brett Mardshaw llegó a superar todas mis expectativas. Creo que desde que el entrenador lo puso en el puesto abusó de su poder sin ningún derecho, ya que el chico era un completo idiota, irresponsable, mediocre, hecho con cien por ciento de fuerza bruta. Desde el año anterior quiso destronar a West de su puesto y no lo logró, por lo que mi teoría iba a que el entrenador debió estar bastante drogado cuando tomó la decisión.

—No puedo creer que la novia del Gran Collins esté dispuesta a colaborarnos —comentó Pared 1.

—Lo sé, tío, ¿no es genial? —lo apoyó Pared 2.

—Primero tendría que saber de qué es lo que hablan —los corté, cruzándome de brazos.

—Espera a que su única neurona empiece a funcionar —susurró Hunter—. Probablemente tarde un poco.

Si esta fuese otra ocasión, definitivamente me hubiese reído a eso.

—Como le dije a tu amigo —Brett comenzó a hablar de nuevo—, les diremos dónde se encuentra el traje para que vayan por él, luego les informaremos dónde lo colocarán, ¿vale? Es una tarea sencilla.

—¿Qué parte de "ella no sabe nada" no entendiste? —le preguntó Hunter, fastidiado.

—Sí, estoy un poco confundida aquí... ¿De qué jodido traje hablan?

—Así está la cosa; ellos quieren que robemos a Wolfer me soltó, descolocándome por completo.

—Secuestrar —lo corrigió nuestro mariscal.

Dejé de escuchar de inmediato la discusión que estaban comenzando.

«Secuestrar». Los equipos que secuestraban a sus propias mascotas lo hacían con el fin de ascender en la tabla de posiciones alegando actitud antideportiva. Era una estrategia clásica sacada directamente de la biblia de la mediocridad del deporte. Cerré los ojos durante unos segundos, canalizando mi rabia. West se había partido el culo el año pasado para que nuestro equipo tuviera una reputación intachable. ¿Y ahora venía el descerebrado a querer ensuciarlo todo con su ineptitud?

—Un momento, un momento... ¿Por qué quieres secuestrar a Wolfer, Brett? —le pregunté, interrumpiendo su discusión con Hunter sobre si era robar o secuestrar al animal.

Él se giró hacia mí y en cuanto notó mi cabreo, me dio una media sonrisa cargada de nerviosismo.

—Carter, sé cómo se ve, pero los de Thorton tienen a Garrett Malcolm como capitán ahora y el entrenador Rodríguez cambió todo el jodido equipo titular para este año. Louis Samuel los vio jugar el otro día y me dijo que son unas bestias, que todos los chicos nuevos son más fuertes que los anteriores e incluso más malditamente veloces. No podemos arriesgarnos a que pasen por encima de nosotros. La temporada apenas comienza y estoy dispuesto a ganar el campeonato de este año, la escuela cuenta con eso. Es por eso que un empujoncito hacia arriba no nos haría daño.

—Si estuvieres dispuesto a ganar el campeonato estuvieras ahora mismo en el campo entrenando, en vez de estar planeando ridiculeces y mandando a los mastodontes idiotas a ayudarte con el trabajo sucio, Mardshaw —le espeté, dándole una mirada de muerte a Pared 1 y a Pared 2.

—Creo que no parece muy colaborativa después de todo. —Le escuché decir a Pared 2.

—Al menos pensaba que serías menos cobarde que eso —regresé mi atención a Brett—, pero debo decir que nuestro mariscal además de tonto, es una gran gallina.

—Dylan —resopló, dando un paso hacia mí—. Aún no estamos lo suficientemente listos para los chicos de Thorton. Mason se lesionó la rodilla hace dos semanas, Carlos todavía no domina bien sus lanzamientos, deberías verlo, no puede controlar su propia fuerza y Parker, Parker es un idiota manos de mantequilla —se explicó, mirándome con ojos desesperados—. Apestamos como el infierno, necesitamos al menos más tiempo para prepararnos mejor. West hubiera pensado lo mismo.

—Voy a fingir que no escuché lo último —le advertí, sacudiendo la cabeza—. Así como también fingiré que esta conversación nunca ocurrió. Y de verdad espero que recapacites porque esto es demasiado bajo.

Dicho esto, abandoné el aula a zancadas.

El escenario donde el entrenador eligió a Brett estando drogado hasta el culo se volvía cada vez más realista. Si el equipo apestaba, tal y como él decía, tenía más que ver con su inhabilidad para poner mano dura.

Si West estuviese aquí... Si West estuviese aquí...

—Lanie —me llamó Hunter a mis espaldas.

Segundos después, estaba deteniendo mi caminata de vuelta a la cafetería.

—No te pongas toda Señora Juzgadora conmigo ahora.

—No te ayudaré con esto —le dejé saber, comenzando a sentir dolor de cabeza—. Están de suerte que no me apetece hablar con Patch después de nuestra última conversación.

—¿Desde cuándo pasaste de violenta a justiciera del deporte? —me espetó—. ¿Por qué es que te importa? Es una tonta mascota que vamos a esconder, no mataremos a nadie. Te necesito mañana, tú conoces la escuela mejor que yo y ya estaba contando contigo.

Nos miramos desafiantes durante unos largos segundos.

—No lo entiendes —dije entre dientes, quitando su mano de mi brazo de una sacudida—, así que es mejor que hagas esto tú solo.

—Está bien. —Él dio un paso atrás, rindiéndose mientras ponía los ojos en blanco—. Al parecer el gallito se convirtió en gallina.

—Claro... —bufé—. ¿Terminaste de hablar? Necesito algo de comer antes de que en verdad entre a una nueva fase de cabreo.

—Bien, te dejaré ir, pero si llegas a cambiar de opinión, mañana a las siete de la noche en la entrada de la escuela. —No esperó respuesta de mi parte y se echó a andar pasillo arriba.

Y yo me fui por analgésicos, y una gran porción de almuerzo.

Secuestrar la mascota y una mierda.

Nota de la autora: I KNOWWW... I KNOWWW. Sé que me tardé un poco, sorry, saben cómmo soy yo xD, estaba un poco estresada con la uni y exámenes y bueee...

PARA TODAS LAS QUE PREGUNTARON SI ESTABA BIEN, SÍ ESTOY BIEN, GRACIAS POR PREOCUPARSE Y DEJAR SUS MENSAJES.

Vamos, dejen la desesperación que así un mes después, ustedes saben que yo hago lo posible por subir jajajaja. Todo depende de cómo esté la situación y la inspiración.

De nuevo, gracias por las que esperan pacientes y siempre están aquí y dejan sus comentarios para que pueda leerlos.

Bueno, pasemos al capítulo, sólo comentaré unas cositas: ¿WEST DÓNDE MIERDA ESTÁS? - BRETT, ERES UN ESTÚPIDO. - HUNTER... No, acerca de él no tengo nada qué decir por ahora xd. DYLAN... AY DYLAN, TE TENGO EN SALSA DE TOMATE.

Ok, ya, muchos comentarios por hoy... ahora les toca a ustedes decirme qué les pareció.

Beeeeeeeesos,

Las quiero tanto como a los patacones

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro