Capítulo 56
Si has llegado entre lxs primerxs 20 te has ganado una rebanada de pastel 🍰
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Jimin posaba en cada conteo que daba Taemin para cambiar la posición. Su mejor sonrisa, una ropa realmente de su agrado y todo para las nuevas fotos que estarían en un periódico local.
Quería estar entretenido lo más que pudiese en su trabajo al cual ya le había agarrado cierto amor. Era inevitable no hacerlo, pues sus compañeros eran de lo mejor y ni hablar del personal de trabajo tan dedicado a su labor.
Ciertas cosas iban a cambiar drásticamente en su vida y no está del todo cómodo con ello porque para ser sincero, le agobia demasiado los últimos sucesos de las semanas que han pasado desde que Joonhyun fue declarado culpable por sus delitos.
Tres semanas, tres semanas donde luchaba para mantener la sencillez de su vida sin preocuparse demasiado en lo que le deparara el futuro, estando los días correspondientes con su hijo y, los fines de semana Mark se quedaba con Namjoon. Su hijo está muy apegado a su primo Jinyoung y aquello es bueno, el cambio de horarios no le ha afectado tanto. Es un alivio.
Por otro lado; tenemos a Jungkook, quien ha estado en la empresa estos días arreglando todo con dedicación y responsabilidad. Ya no iba a seguir siendo el poderoso CEO de la empresa de publicidad más exitosa de los últimos años en Corea.
Jimin estaba triste por no ver al castaño constantemente pero al mismo tiempo, quería mantener un poco de distancia con este ya que después de “la semi-propuestas de matrimonio” no sabía cómo actuar frente a Jungkook.
No debió decir eso, no debió decir eso …¡ABSOLUTAMENTE NO!
Jungkook apenas está siendo libre y lo menos que debe querer es estar atado de nuevo. Literalmente.
Jimin debe desechar esa esperanza de la boda soñada, o aplazar ese plan… es muy pronto pero él pensó que quizás… que quizás Jungkook también querría casarse con el.
Lo pensó tanto que no dudó en decírselo aquel día llevándose de respuesta un silencio sepulcral.
--Estamos listos.--…--Avisa Taemin acomodando su cámara.—
Jimin suspira. Se supone que ha estado aceptando todos los contratos de sesiones que se le ofrezcan para estar ocupado y no castigarse con tantos pensares que no le sentaban muy bien que se diga. Si Jungkook estaba todo el día en la empresa él no se quedaría encerrado en casa, aburrido, sin hacer nada provechoso y perdido en el mar de sus pensamientos.
Lo único que le queda es la aceptación y… El tiempo dirá que les depará a ambos hombres.
--¿Qué tal quedaron?—
--Hermosas como siempre.--…--El fotógrafo sonríe.--…--Se las mostraré a Jin para que escoja cuál es la más adecuada para el periódico.—
Jimin asiente, a lo que su fotógrafo le regala una última sonrisa y se dirige hacia el estilista.
El rubio va al camerino para descansar un poco antes de irse ya que su trabajo de la mañana estaba hecho.
Sacó su celular y vio la hora. Apenas eran las diez de la mañana y de solo pensar en que llegaría a casa para estar solo hasta pasado de las nueve de la noche (ya que a esa hora es que llegaba Jungkook) se ofuscaba. Para completar, hoy es sábado, por lo que Mark debe estar de lo más feliz con Namjoon, Hyejin y Jinyoung.
Se estaba ahogando en un vaso de agua, lo sabía, pero no sabía qué otra cosa hacer para solucionarlo.
Saca de su bolso el libro que adquirió hace un par de días. Su escritor prohibido favorito el señor Hwan, quien había lanzado un nuevo libro en físico y cada vez que tenía tiempo libre lo leía. Se llamaba: Sonate de L’enfader. Hasta donde leía podía percibir la incertidumbre bañar su hambre literaria, el señor Hwan nunca le decepciona con sus buenas historias.
Duró una media hora más o menos leyendo la primera parte del libro hasta que, el sonido de su celular lo sacó de su lectura. Al tener su celular en sus manos lo desbloquea y va hasta la mensajería que abre sin muchas ganas.
Claro que, las ganas volvieron cuando vio de quien era el mensaje.
Jungkook Chiquito👶.
--Señor Park, ¿No ha visto la hora que es? Llegará tarde.—
Jimin alejó la pantalla del celular como si este le quemara los ojos. ¿A qué carajos se refería Jungkook al decir que llegaría tarde?
--¿Tarde adónde?—
--No se haga el chistoso. A la empresa ¿Adónde más podría ser?--
--Kook ¿estás borracho o qué?—
--Señor Park más respeto, por favor. Quiero verlo aquí en media hora, le conviene. No tarde.—
Jungkook ya no contesta nada más después de ello y Jimin duró leyendo los mensajes más o menos por dos minutos notando que le trataba de manera formal ¿A qué estaba jugando?
No lo sabía pero quería saber la razón para esta pequeña broma. Pueda que Jungkook lo necesite para arreglar algún documento de la empresa o sólo necesita algo de ayuda.
Bueno, ir a la empresa Jeon a ver a su novio era mil veces mejor que estar solo y aburrido.
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Llegó lo más rápido posible a la empresa. Se quedó unos cuantos segundos estudiando el gran edifico no pudiendo siquiera creer que tendría reporte y cargo de la misma. Evitó lo más que estuvo a su alcance pasearse por la zona e incluso, no visitaba a Jungkook debido a eso. No estaba listo mentalmente para entrar a la empresa en la que trabajó por tantos meses.
Ahora era el encargado de la misma hasta que Mark cumpla la mayoría de edad y decida el destino de empresas Jeon.
Entre su escáner al edificio no había notado que la parte baja estaba sin personal a excepción de dos guardias se seguridad.
--Buenos días, disculpe ¿Por qué no hay nadie?—
--Buen dia. El señor Jungkook le ha dado el día libre a todo el personal.—
--¡¿A todos?!--…--Responde un poco alterado al no poder digerir el hecho de que Jungkook haya hecho tal cosa.—
--Si, esta mañana lo hizo.—
--Ah ¿Él está aquí?—
--¿El señor Jeon?—...--Jimin asiente.--...--Si, es el único que se ha quedado.—
--Me citó a verlo ahora y no estaba enterado de la ausencia del personal. Soy Park Jimin, su novio.—
--Oh sí, lo recuerdo, ¿usted era el antiguo secretario del jefe, verdad?--…--Asiente. Al menos lo recuerda.--…--Perdón si no lo reconocí a primera vista pero es que sin el uniforme es un tanto difícil y el tiempo que ha pasado desde que no es su secretario…--
--No se preocupe.--…--Sonríe haciendo que sus ojos detrás de aquellos anteojos se hagan finas líneas.—
--Si no supiera quién es no podría dejarlo entrar hasta recibir alguna orden por parte del jefe pero sabiendo que es su novio puedo dejarlo pasar.—
Jimin asiente apenado despidiéndose del guardia, sus mejillas están sonrojadas al notar que todos en la empresa deben estar enterados de que él y Jungkook son pareja. Uy.
Una vez dentro se dirige hasta la recepción pero como era de esperarse, el espacio estaba vacío. Nunca imaginó estar en la empresa en plena luz del día y verla tan desolada ya que todo el personal siempre andaba de aquí para allá, corriendo sin cesar debido a sus tareas. No había mucho descanso para los trabajadores.
--Señor Jimin.—
El nombrado dio un salto por el susto, era la voz de Jungkook.
--¿Jungkook? ¿Dónde estás?--…--Pregunta a la nada.—
--Señor Jimin tráigame los reportes que están en las escaleras, siga el camino hasta donde lo guíe.--…--Park descubre que su novio hablaba a través de los parlantes, los cuales se usaban para algún llamado o asunto especial.—
--¿A qué estás jugando, Jeon? No voy a ir a ningún lado hasta que me expliques lo que pasa.--…--Exclama fuerte y claro para que Kook donde quiera que esté lo escuche.—
--Va a hacerlo.—
--¡No!—
--¿Se va a quedar con la incógnita? No lo conocía tan cobarde, señor Park.--…--La risa ronca que suelta en el micrófono Jimin solo la pudo catalogar como: íntima y macabra. Le provocó un escalofrío.--…--Siga el camino, haga lo que le digo. Si hace todo correctamente recibirá su recomprensa, confío en su inteligencia y eficiencia. Lo estaré esperando.—
Jimin escuchó el sonido seco del micrófono siendo apagado. Una parte de él se negaba a seguirle el juego a su novio, sin embargo su otra parte curiosa y aventurera lo empujaba bruscamente a hacer exactamente lo que le fuera ordenado.
Y, como la curiosidad mató al gato… Jimin fue directamente hacia las escaleras viendo hojas en tres escalones por medio. Comenzó a recoger las hojas lanzando miles de maldiciones en silencio aprovechando la soledad para su desquite con palabras groseras en contra de Jungkook por hacerle esto; mandarlo a recoger tantas hojas, siguiendo el camino sabrá Dios adónde. Cuando llegó al séptimo piso el camino terminó en las escaleras pero ahora, hacían un camino por el pasillo que lo guió hasta el cuarto de uniformes.
Agarró la última hoja que, a diferencia de las anteriores tenía un escrito grande en letras rojas.
--Entra.--…--Leyó el escrito y miró la puerta de madera con desconfianza pero rodeó la perilla con su pequeña y suave mano derecha, le dio la vuelta y al no ver nada más que oscuridad tanteó las paredes en busca del interruptor. Una vez iluminado todo entró. En el espejo que estaba al fondo había una hoja pegada.--…--“Hasta los ratones de biblioteca usan rosa”. ¿Qué se supone que esto significa?--…--Pregunta frustrado leyendo la nota una y otra vez hasta que cae en cuenta de que se refiere al horrible uniforme que Jungkook le obligó a usar en un principio.--…--Oh no, eso no. No me voy a poner esa horrible camisa rosa de nuevo.--…--Se cruza de brazos con un puchero pronunciado viendo su reflejo a través del espejo.--…--No quiero.--…--Susurra.—
Media hora, pasa media hora antes de que Jimin suspire pesado, pues si había decidido obedecer y seguir con todas las indicaciones para saber el resultado de este juego o “misión” debía cumplir o no llegaría a nada. Así que, con todo el pesar del mundo, galaxias y universo entero buscó entre los uniformes, Específicamente en la sección femenina y cuando dio con la prenda superior procedió a quitarse la suya; una bella camisa suelta de color salmón muy cómoda… nada parecido a esta rosada que solían usar las secretarias.
--Esto es humillante.--…--Se miró de arriba abajo en el espejo y, sin perder más tiempo sale del cuarto entre quejas.--
Lo único que se escuchaba era el sonido de sus pasos. Cuando vea a Jungkook le va a pedir una buena explicación, una empresa no puede parar un día entero porque representa perdida.
--¿Qué es lo que traes entre manos, Jeon Jungkook?--…--Dicho esto se dirige hacia el ascensor con todos aquellos documentos en mano.—
--Park, Park… estaba tardando en salir del cuarto de uniformes. Estaba considerando la opción de ir a buscarlo yo mismo.—
Jimin bufa.
--Si quieres puedo regresas y esperar a que vengas por mí. Esto de estar siguiendo y recogiendo unos papeles no me gusta, menos descifrar acertijos.—
--Linda camisa, señor Park.--…--No muestra interés en el descontento ajeno.--…--En las escaleras del décimo piso encontrarás un segundo camino, sígualo. Lo guiará a la segunda parada de este pequeño “juego” como usted le llama.—
--Pero…--…--Jungkook apaga el micrófono.--…--¡Idiota!--…--Sigue las indicaciones de Jeon llegando al décimo piso donde se encuentra con nuevos documentos pero estos son diferentes ya que tienen ciertos escritos en la parte superior.—
-¿Sabías que no me gustan del todo los vegetales? Pero debo comerlos por mi dieta.
Era un mensaje para él, no cabe duda.
Sigue el camino leyendo cada nota.
-Me gusta mucho el color rojo.
-Cuando tenía nueve tuve un flechazo por una de mis tutoras.
-Si me hubiese quedado en la cademia militar en España pueda que para este entonces haya sido ascendido a teniente.
-Tengo gran atracción por los tatuajes.
-Adoro las hamburguesas.
-Me gustan mucho las frutas pero si tuviera que escoger una fruta preferida sería la sandía.
-Soy muy quisquilloso con la ortografía.
-Prefiero lo salado en lugar de lo dulce.
-Hasta los once años dormí con el peluche que me regaló mi madre en mi cumpleaños número seis.
-Cuando era pequeño no me dejaron tener una mascota así que adopté un saltamontes que encontré en el patio de la casa y lo llamé Popeye.
-Titanic es mi película favorita.
-La banda sonora de los piratas del Caribe es realmente increíble. Me encanta mucho.
-Cada vez que escucho: Stay With Me, Me dan ganas de llorar.
-Si tuviera que escoger entre Cardi B y Nicki Minaj… obviamente escojo a Nicki Minaj.
-Si no te hubiera conocido yo habría hecho todo lo posible por casarme con Troye Sivan.
-Soy intermedio con la limpieza.
-Desde que tengo dieciocho no uso otra ropa que no sea traje.
-Si le colocara pimienta a alguna de mis comidas probablemente estornudaria todo el día.
-Amo los penes, en especial el tuyo aunque creo que eso ha quedado más que claro pero igual es bueno recordarlo.
-Adoro tu trasero.
-No hay cosa que me haga más feliz que verte sonreír.
-Me llena de satisfacción cuando Mark me dice: “papá”.
-Podría estar todo el día abrazandote y aún así, cuando debamos separarnos me sentiría vacío.
-Tengo el jodido miedo constante de no ser lo que esperas, de no ser suficiente para ti y para Mark, por ello, hay veces en la que me dedico a pensar, perdido en sí verdaderamente los merezco.
-Park Jimin y Park Mark se han convertido en mi razón de vivir, mi motor para seguir adelante. Daría la vida por ellos.
-Estoy enamorado de ti, Park Jimin. No tienes idea de cuanto.
Jimin recogió todos aquellos papeles con una sonrisa tonta por los escritos y se pregunta cuanto tiempo habrá ocupado Jungkook para hacer esto.
Llega al décimo quinto piso pero no hay más hojas.
--Jimin.--…--Era de nuevo Jungkook.--…--Vas bien.—
--Oh ahora si soy Jimin y no el “señor Jimin”.--…--Se coloca de espalda.—
--Toma el ascensor hasta el último piso y, en el suelo del pasillo vas a encontrar tu agenda pero no la abras, por favor. No olvides mis documentos.—
El rubio lo hace con más paciencia y menos molestia. No le servía de mucho pasearse por este lugar como un perro rabioso habiendo aceptando seguirle el juego a Jungkook.
Al llegar al último sólo queda mirando el entorno vacío sin saber que hacer o adónde ir.
Pero como dijo Jungkook en el suelo hay una agenda por lo que va por ella sin abrirla, encima de esta hay una manzana que la mira con una sonrisa antes de dejarla en unos de los escritorios. La intriga lo estaba consumiendo vivo.
En la portada de a agenda había una pequeña hoja con otro escrito que decía:
--“A veces lo que creías odiar puede convertirse en lo que más puedes amar” ¡Joder! ¿Y ahora qué?—
Jimin pasa su mano libre por su cabello bien peinado y se relame los labios llenos de labial con sabor a frutilla.
Este acertijo estaba más complicado que el anterior.
Busco ayuda a su alrededor por si había otra pista pero no, nada había ahí y quiso dirigirse hacia la oficina de Jungkook para pegarle con la agenda que tenía encima y romperle los documentos en su cara.
Aunque conociéndose no haría nada de ello.
Ve hacia los ventanales perdiéndose en el cielo azul despejado, sin nubes pero el sol iluminaba la ciudad en máximo esplendor. De seguro afuera estaba haciendo mucho calor pero aquí estaba fresco gracias al aire acondicionado.
Enfocó su visión en su reflejo y hasta el día de hoy se sorprende por el cambio que ha tenido con el pasar de los meses; ya no está descuidado, aprendió a atenderse a si mismo sin necesidad de colocarse cosas que no le gustan, la ropa que llena su nuevo armario es cómoda y colorida, con diseños sencillos pero bonitos, nada apretado ni sofocante.
Y cayó en cuenta de que…
--¿Será eso?--…--Lo pregunta para si mismo pero ya que no se le ocurre nada más. Era la única opción.—
Desordenó su cabello con sus manos hasta dejarlo alborotado y enredado, limpió su boca bruscamente con un pañuelo y el poco de delineado que adornaba sus párpados fue retirado en bruscos movimientos.
Se volvió a mirar en el ventanal sonriendo con melancolía a encontrar el reflejo de quien solía ser: el secretario feo y desordenado del elegante Jeon Jungkook.
El recuerdo era un poco molesto pero dejó de ser doloroso.
--A mi oficina.--…--Jimin obedeció a la orden de las bocinas y caminó lentamente hasta la oficina de Jungkook, entrando sin pedir permiso.—
Contuvo el aliento al ver a Jungkook detrás de aquel escritorio sentado en su silla con aquella pose tan típica suya, de completo jefe, nada menos que el jefe poderoso, temido y respetado de esta gran empresa.
Le sonríe ladino y Jimin traga grueso y le baja la mirada hacia el suelo porque Jungkook lo está observando más de la cuenta.
Jungkook humedecio sus labios a medida que veía a su novio de nuevo en aquella faceta suya que por tanto tiempo Jungkook rechazó y sintió repulsión por la misma. El cabello desordenado, su rostro natural sin ninguna huella de maquillaje, esos anteojos redondos y medianos, la camisa rosada de mangas largas arrugada.
Kook mordió el interior de su labio inferior con fuerza sin apartar la mirada, quería empujar a su novio en el sillón amplio de la oficina y follarlo sin descanso, admirar la desnudez bajo aquella tela de molde y escote femenino sabiendo que, bajo aquel interior sólo hay un pecho blanquecino y plano.
--Deja esos documentos aquí.--…--Jimin respiró hondo una vez más para caminar con sus temblorosas piernas hasta el escritorio ajeno colocando la pila de hojas que estuvo recogiendo desde hace ya un buen rato.--…--Mmm a decir verdad no te ves tan mal.—
Jimin abre su boca indignado.
--Oh gracias, por supuesto que no me veo tan mal con el horrendo uniforme que cierto CEO sin sentimientos me obligó a usar.--…--Jungkook debió de sentirse mal por ver a su novio así tan frustrado pero sólo pudo sonreír más amplio ante su berrinche.--…--¡No te rias!—
--Es inevitable y no me disculpo por ello. ¿Qué hay para hoy?—
Jimin entrecerro sus ojos.
--¿Cómo que qué hay para hoy? No hay nadie en la empresa ¿Qué has hecho, Jungkook?—
--Pregunté: ¿Qué hay para hoy?--…--Su voz sale más ronca, esta vez sin intención de que su novio consiga la explicación que tanto exige.—
--Eres imposible.--…--Agarra la agenda sin cuidado y arregla sus anteojos mejor sobre el puente de su nariz antes de empezar a buscar las páginas que deberían tener enumerados las “tareas” de hoy hasta que llegó a una hoja con cierto escrito y lo lee en voz alta: --…--Invertir papeles ¿Eso que significa?—
--Bien.--…--Jungkook afloja su corbata.—
--¿Qué haces?--…--Confusión máxima siente Jimin en este momento.—
Jungkook no responde y se coloca de pie y se quita su saco, luego la corbata y su camisa blanca mientras que Jimin lo mira ido tratando de entender qué es lo que planea Jungkook haciendo esto.
Primero lo llama por teléfono para que venga a la empresa, segundo: les da el día libre a todos los empleados. Tercero: hace que siga un camino de documentos que lo guiaba a ciertos lugares a resolver acertijos y ahora, prácticamente está desnudandose en sus narices sin ninguna explicación.
Jungkook al quedar con la parte superior de su cuerpo descubierta agarra las prendras y rodea el escritorio hasta llegar frente a su novio que traga duro al tenerlo allí tan cerca y descubierto ante sus ojos confusos.
--Levántate.--…--Pide a lo que Jimin se levanta con cautela sin mirarlo a los ojos.—
Jungkook dirige sus manos hasta los botones de la camisa para empezar a quitar uno por uno.
--Jungkook…
--Shhh.--…--Al abrir la camisa Jungkook queda perdido en aquella piel expuesta, los pezones de Jimin y ese abdomen plano. Jeon colocó ambas manos sobre su pecho sólo para tocar, acariciar lentamente con mucha paciencia.—
Le encantaba la textura esponjosa de su piel, el sonrojo que se apodera del rostro de Jimin cuando lo toca, como su cuerpo reacciona ante sus toques tanto sutiles y fuertes… tan delicado, cohibido pero sin apartarse porque muy dentro de si, Jungkook sabe que Jimin confía en él, como si fuera la primera vez.
Jungkook procede a acercar su rostro hasta la cabellera desordenada de Jimin a medida que saca la camisa rosada del cuerpo ajeno y deja un casto beso en la frente del mayor.
Jimin se encoge un poco ante el contacto.
Jeon agarró la camisa que llevaba puesta y se la comenzó a poner a Jimin, vistiendolo con su propia ropa ejecutiva, siguiendo con el saco y terminando con la corbata. Con cuidado, le quitó los anteojos a Jimin y se los colocó el.
--Yo no estoy entendiendo.--…--Dice sincero Jimin a lo que Jungkook empieza a colocarse la camisa rosada de secretaria, la tela asfixiando sus brazos sin quedarle del todo bien debido a la contextura de su cuerpo ancho y voluminoso.—
--Este es mi último día siendo el CEO de empresas Jeon.--…--Jungkook con su derecha agarra una carpeta que tenía encima de su escritorio y coloca los dedos de su mano libre encima del pecho ajeno empujando a Jimin lento para que camine en reverso hasta que este cae sentado en el sillón amplio de la oficina.—
--N-no me habías dicho nada.--…--Tenía que admitir que a Jungkook se le ven hermoso los anteojos.—
Jungkook se sienta en el regazo de Jimin sin dejar de sonreír socarrón.
--Desde que llegaste has puesto mi mundo de cabeza ya sea para bien o para mal y soy consciente de que ambos hemos cambiado mucho en este tiempo.—
--L-lo sé.--…--Su novio estaba hablando tan serio que Jimin no podía mostrarse divertido en esta situación tan extraña.—
--Esto…--…--Señala la camisa de Jimin y luego la suya.--…--Demuestra que he cambiado mucho mi mentalidad, y valoro mejor lo que tengo cada día gracias a ti. Ya no me preocupa la ropa, no me preocupa el gusto, solo importas tú y nada más. Antes despertaba sólo y sin motivos para continuar, seguía órdenes bajo un chantaje y me quedé paralizado en el camino sin saber realmente que hacer pero a estas alturas no puedo pensar en el “y si tan sólo yo hubiera...” ya no.—
--Kook…
El menor lo miró fijo con aquellos ojos redondos y brillantes como los de bambi.
--Ahora tu eres el jefe de esta empresa ¿Quién lo diría? Ni yo lo hubiera imaginado alguna vez.—
--¿Por eso hiciste esto con nuestra ropa?--
Jungkook niega divertido.
--Esperaba que entendieras que no importa si yo soy el jefe, si lo eres tú, si yo uso esta estúpida camisa rosita y tu el traje pulcro y elegante que cuesta más de tres salarios básicos juntos… Lo importante es que estamos juntos, sólo importa lo que sentimos ¿Comprendes? tengo todo lo que deseé a tu lado, Jimin.--…--Deja un beso en la mejilla ajena y le extiende la carpeta.—
--¿Qué es esto?--…--Agarra la carpeta con cuidado.—
Las palabras de Jungkook aún lo tenían desconcertado y el trasero de ese hombre encima de su entrepierna no ayudaba mucho que se diga.
--Oficialmente soy Jeon Jungkook: un hombre graduado de sólo veintiún años ante el mundo.--…--Sonríe orgulloso, ahora si puede decir que puede vivir su vida libremente, sin mentiras y su verdadera identidad. Jimin abre la carpeta ojeando los papeles hasta que cierta cosilla cae en su abdomen.--…--Jimin, tu llegaste aquí buscando trabajo como secretario y terminaste siendo el jefe de la empresa, el jefe de mi corazón, terminaste obteniendo el control de todo… hasta de mi.—
Jimin deja a un lado la carpeta antes de agarrar el anillo dorado antes de mirar a Jungkook, luego al anillo, luego a Jungkook y al anillo de nuevo sin articular ninguna palabra.
--El día que llegamos de casa de Namjoon no te respondí porque para ser sincero, no me esperé que prácticamente me propusieras que nos casaramos pero mi silencio no significaba que no quisiera. No me imagino una vida sin ti, de verdad, pero el matrimonio es algo serio y no podría aceptar mientras tenía ciertas cosas que resolver. Pero ahora que ya está todo resuelto quiero… Quiero que lo pidas, otra vez.—
El corazón de Jimin latía desenfrenadamente y humedecio sus labios.
--¿M-me estás pidiendo que vuelva a proponerle matrimonio?—
--Exactamente.—
--Y-yo… digo, podrías haberlo propuesto tu.--…--Baja la mirada.—
Jungkook alza la barbilla de Jimin con sus dedos para que lo mire.
--Quiero responderte de la forma adecuada, de la forma en que deseo realmente justo ahora.—
Jimin asiente para si mismo y dice:
--Jeon Jungkook tu… ¿Quieres casarte conmigo?—
Jungkook no deja que pase más tiempo antes de atrapar los labios entre los suyos en un beso desesperado y delicioso, lleno de amor, cariño y profundidad soltando suspiros en medio de aquel beso.
--Obvio que acepto, príncipe.--…--Jimin hace un puchero ante esta sensación de aceptación y al sentir como el alma le volvía al cuerpo de nuevo.--…--Te amo tanto, te amo demasiado.—
Y lo besa de nuevo.
Jimin pasa sus manos por la espalda ajena buscando soporte. Estaba feliz, demasiado feliz de que Jungkook esté aceptando casarse con el. Aunque…
--Espera.--…--Rompe el beso con cuidado.--…--¿Estás seguro de esto? Digo, apenas tienes veintiún años y puedes cambiar de idea y…--
Kook coloca su índice sobre aquellos labios hinchados para evitar que continúe.
--Lo estoy, nunca había estado tan seguro en mi vida.—
--¿Hiciste todo estos jueguitos para que viniera a proponerte matrimonio? ¿Tae y Soffia te ayudaron?—
Kook niega.
--Haría más que sólo suspender el trabajo de una empresa entera por ti, mereces todo y yo quiero darte ese todo que te mereces. Y no, no le pedí ayuda a ese par porque quise hacerlo solo, que saliera del fondo de mi corazón… hacer algo íntimo que sólo tu y yo podamos entender.—
--Yo de verdad que… Jungkook, me has sorprendido. Gracias.--…--Lo abraza.--…--Sé que no eres muy dado con este tipo de detalles, y el que te hayas tomado la molestia de hacer esto es muy hermoso.—
Jungkook corresponde.
--Es de mí para ti, hyung y no soportaba el hecho de que pensaras en mí de forma errónea por lo que quise hacerlo solo, sin nadie más. Sabes que carezco de tiempo como carezco de paciencia y… No quise que pasara más tiempo.—
--Te amo.--…--Suelta bajito sin soltarse de su agarre, pues había comenzado a llorar de felicidad y no quería que Jungkook lo viera así.--…--Los primeros pisos que subí detrás de aquellos papeles me habían puesto de mal humor y recordé las primeras semanas siendo tu secretario donde yo prácticamente recogía tus desastres y trabajada sin descanso. Mi rabia fue bajando cuando de repente, en el nuevo camino, las hojas llevaban escrito varios gustos o recuerdos tuyos y recordé nuestro viaje a Japón donde nos confiamos nuestros secretos. Cuando vi la manzana encima de aquella agenda recordé cuando me dijiste que yo parecía un príncipe y tú Blanca Nieves que esperaba ser despertada con un beso, no muy diferente a nuestra situación en aquel entonces cuando te hacías el dormido y yo, loco de amor por ti te besaba sin preocupaciones.--…--Ríe un poco y Jungkook le da un beso en la cabeza.—
--¿Ves? Nosotros y sólo nosotros nos entendemos, mi Príncipe.—
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