Capitulo 5
Jimin Pov:
Era tan el, un hijo de puta que no le daba remordimiento. Desgraciado infeliz, rata de dos patas… animal rastrero. Hombre mas bueno que el pan. ¡Ahorcame con sus muslos!
Mi forma de contradecirme me da mucha gracia la verdad. Está bien, estoy de acuerdo con que debo calmarme.
Pero es que no puedo.
¿A quien en su sano juicio se le ocurre ponerme en grupo con las demás secretarias por todo un día? a Jeon Jungkook ¿a quien mas? Fuera pasable si mi jefe no supiera el odio que las secretarias me tienen encima, las ganas feroces de lanzarme por una de las ventanas de la empresa. ¡PERO NO! Al mandón le da por ponerme con esas mujeres por todo un día.
Es un demente que quiere ver el mundo arder, no, correción… me quiere ver arder.
Acomodo mis gafas en el puente de mi nariz como si eso fuera a hacerme tranquilizar “Magicamente”. Observo la hora en mi computador, son las diez y veinticuatro de la mañana, y mi hora de salida era a las ocho de la noche por lo que mi jornada de hoy iba a ser muy agotadora tanto física como mentalmente. Y las compañeras que me tocan no me lo dejarán fácil, lo sé, lo presiento dentro de mi tonto ser.
El teléfono de mesa suena y lo contesto al instante.
--Muy buenas tardes ¿en qué puedo servirle?--…-- Ya se quien llama, sin embargo a todos les contesto de la misma forma. Nada debe ser distinto ¿verdad?–
--Señor Park, suena como la estúpida mujer de la operadora cuando mi saldo acaba, por esa razón nunca dejo que se termine, para no tener que escucharla. Le recomiendo que cambie su saludo, ya sabe, un sano consejo --…-- Jeon Jungkook nunca daba consejos y con lo dicho anteriormente supe que fue un “Cambia el saludo antes que te despida”. Había que trabajar en el saludo lo admito.--…-- A las diez con treinta vaya a la sala de juntas, la mandé a desocupar para que puedan hacer su labor. Reúnanse y denme un buen trabajo, ¡oh! Y antes de irte me mandas los correos con las facturas, el número del señor Hwan y el dibujo del perro amarillo ese. –
¿Algo mas, patroncito? Me tente en contestar pero me contuve.
Desde que entré en esta empresa no puedo dejar fluir abiertamente mi personalidad, me siento tan plástico solo cumpliendo lo que se me pide y sufriendo unas jodidas humillaciones que nunca pensé pasar, mucho menos en un espacio laboral.
--Deme unos minutos y le mando todo --…--Lo bueno es que no era tan difícil lo que quería.–
--Lo espero.--…-- Antes de que pudiera dar mi cordial despedida ya don perfección había cortado la llamada.--
--Imbécil--…--Dije en la bocina del teléfono como si mi jefe me fuera a oir.–
Hice todo lo que él quería y ahora que faltaba solo un minuto para las diez con treinta… supe que lo peor apenas ni llegaba, estaba cerca de ser asesinado por mujeres huecas, con maquillaje en exceso y una sociabilidad de alcantarilla. Me toca lidiar con deserebradas, lo peor de todo era que debía tolerarlas.
Soffia no iba a estar ahí. Estoy desamparado.
Bueno, invito a todos a mi funeral. Les debo las rosquillas por falta de recursos pero café no va a faltar.
Debí dejarle una nota a Tae antes de salir de casa pidiéndole dinero prestado para comprar el café y que se lo pago cuando se muera.
Fuera de bromas yo si me puedo declarar muerto hoy .
…
--Esto debería ser trabajo de los diseñadores o hasta de los mismos empresarios ¿Qué se supone que vamos a hacer nosotras con esto?–
--No tengo idea pero mas vale que se nos ocurra algo rápido, no quiero tener problemas con el señor Jeon.–
--Si mis problemas con el Jefe trajeran de consecuencia una follada… no me molestaría echarme en los brazos de la pereza hoy. –
Mujeres tontas. Hablaban del Jefe sin un poco de pudor, como si las ganas que le tenían le importaran a los demás… ¿No pueden siquiera arrojar su grosero vocabulario por un momento? Yo también estoy babeado por el Jefe, sin embargo eso quedaba para mi y solo para mi, nadie más tenia que saberlo.
Estámos en la sala de juntas con una cierta cantidad de carteles, marcadores, computadoras y tazas de té caliente. A excepción de mi, pues ya que nadie trajo té para mi tuve que sacar un agua del refrigerador. La cosa en esta mesa no estaba facil, ni por el trabajo y mucho menos por el ambiente que fuera de ser agradable era tenso y hasta macabro. Era por mi presencia, estoy clarísimo, y desde hace mucho tiempo sabía que nada iba a ser resuelto sin mantenerme al margen como había planeado. Si no hablaba estas mujeres no alcanzarían con nada.
--¿Qué es lo que quiere el jefe exactamente? --…--Iban a ser las dos de la tarde y juro que desde que entramos en la sala ni había abierto la boca. Ya tocaba hacerlo si quiero salir rápido—
--Tu tendrías que saberlo mas que nosotras --…-- Habló tosca Sunni, la secretaria del señor Jival, un americano narcisista que se la da de perfecto--…-- Eres su secretaria, no, su secretario--…-- Uy que pesar, parece que ni pueden pronunciar bien las palabras.—
--Mi conocimiento abarca la noticia de que la empresa promocionará el modelo de un perro peluche, pero que será una imagen lanzada en productos como lociones de bebés, juguetería y ropa. Pero el jefe no me dijo qué íbamos a hacer aquí--…--Era cierto, Jeon solo me busca cuando quiere que le lleve o mande cosas pero no me comunica los objetivos de ciertas tareas que debo cumplir… como la de ahora--…--¿Podrían hacerme el favor de decirme?--
--Quiere que le ayudemos con el nombre del perro --…--Lo que dijo la pelirroja Katnia me llevó a respirar hondo. Odiaba a Jungkook con las mismas ganas que tenia de besarlo. Osea, gigantescas. –
--¿Tienen algo en mente?--…-- Preguntar no cuesta nada--…--Ellas niegan casi al mismo tiempo. Pareciera que fueran cortadas con la misma tijera, gente vaga y sin creatividad.--…--Terrible, yo tampoco--…--Bueno, yo tampoco tengo ninguna idea en mente, jajajaja qué chistoso ¿no? –
Me levanto de mi silla y me dirijo hasta la otra punta de la mesa cogiendo uno de los papelografos y extendiéndolo por sobre la mesa… agarro un lápiz.
--Si tienen alguna idea, así sea la mas mínima pueden anotarla aquí y así luego decidimos uno de ellos--…--Las mujeres no dijeron nada pero por lo menos creo que hice algo bien porque rápidamente cada una agarro uno de los marcadores y empezó a escribir nombres.–
Estaba a punto de morir por los diferentes nombres anotados.
*Sasuke*
*Mondongo*
*Pancracio*
*Margarito*
*Bobby*
*Alexis*
*Guasimodo*
*Pepe*
*Rafael*
Uy no esta gente.
El reloj dio las cinco de la tarde y parece que nada bueno se nos ocurría.
Aunque…
¡JIMIN ERES UN GENIO!
--Tengo una opción.–
--¿Y eso qué?--…--Sunni tan desinteresada. Todo por llevarme a la desgracia.--…--Es decir, no creo que tengas algo bueno que aportar.—
--Igual la pondré.--…--La escojan o no por lo menos di una idea, no quiero que luego corran donde el jefe a darle falso testimonio de mi colaboración en la “reunión”.—
Escribí mi idea. Las cinco secretarías se acercaron sin muchas ganas a leer.
--ChimChim--…-- Leyó en voz alta Steff, la secretaria del señor Hansel.--…--Me da cringe pero al mismo tiempo me llama la atención. Es como… ¿apapachable? ¡ash! Que cursi, iugh.--…--Sacó su lengua con asco, la mujer usaba lentes algo cuadrados, tenia buena postura pero podía notar que era un tanto desesperada por llegar a un lugar, así el lugar estuviera a solo un paso de ella…. Steff saltaba. Su cabello era negro y corto hasta el cuello, no voy a negar que se maquilla como actriz de Hollywood. Aunque aveces llega como si hubiera sido azotada por el tsunami de 2011 en japón. –
--No suena muy mal que se diga--…--Lo analiza Katnia. –
--Podemos buscar uno mejor.--…--Creo que de las cinco secretarias, Sun Hee era quien mas me odiaba. Se oponía rotundamente a cada cosa que hacia o proponia, sin considerar nada que viniera de mi.--…--No me gusta, escogeremos otro–
--Pero sun… --…--Katnia al parecer era la única que aceptaba mi propuesta aunque no lo decía directamente. –
--Dije que escogemos otro. Fin del tema --…--Estas mujeres no se dejan ayudar de verdad--…--Si quieres puedes irte, secretario nosotras nos encargamos. –
--No puedo, el jefe va a…--
--Ya apoyaste lo necesario, el jefe se fue hoy temprano. Le diremos que todos ayudamos incluyéndote, no es mentira a final de cuentas. –
Quería oponerme, pero no voy a negar que las ganas de llegar a casa, recibir a Mark para cuando Tae lo llevara a casa eran enormes. Podía ser una desgracia mi decisión pero es un riesgo que estoy dispuesto a correr.
--Está bien.--…--Resignado agarro mi agenda y salgo de la sala despidiendome de mis compañeras con una reverencia, ellas no corresponden a la despedida y solo me voy de ahí. Estaba acostumbrando a que no me tomaran en cuenta siquiera por modales o respeto.—
Me apresure a coger mis cosas y salir de la empresa. Al llegar a casa deje todo y fui por Mark hasta el departamento de Tae. Lo ayude con sus tareas, jugué con el un buen rato y arregle parte de mi trabajo para mañana.
(…)
.
.
X
Jimin despertó con un buen humor esa mañana, dispuesto a empezar con el pie derecho su día.
Se encargó de colocar a Mark bien vestido para que Tae lo llevara a la escuela, le dio tiempo necesario para guardar todo con tranquilidad y una delicadeza que daba miedo. Poco importaba que el trafico fuera un asco, que la buseta estuviera llena casi hasta dejarte sin aire. Por este día Jimin estaba siendo inmune a todo lo que solía ser malo en su día a día.
Llego a la empresa con su mejor animo, por ese día tenia una barrera invisible contra todo lo negativo, las críticas diarias, los malos tratos, las humillaciones. Jimin estaba bien hoy.
--Aquí le tenemos el nombre para el nuevo producto.--…--Estaba en la entrada a la oficina de su jefe, las secretarias frente del escritorio tapando su visión hacia su jefe.--…--La recogimos ayer como pidió. Esperamos que le guste.--…--La secretaria de Jonhae, Sun hee hablaba y las otras asintieron rapidamente.—
Jungkook agarro la carpeta café que las secretarias le dejaron en su escritorio, la abrió tapándose con hojas y en ellas varias imágenes del peluche amarillo en varias poses, hasta que llegó a la última y arriba un titulo, bueno, un nombre en letras negras sombreadas en amarillo. Lo leyó detenidamente.
--Chim-Chim.--…-- Separo las sílabas del nombre arqueando una ceja.--…-- Es raro pero creo que le queda muy bien al peluche. Me gusta, buen trabajo.--…-- Felicitó.—
¿Adivinen a quien se le escapó el alma por un momento? Si, a Jimin escuchando aquello.
--Es bueno saber eso, señor Jeon. Gracias. --…--Sun hee se giró junto a sus compañeras viendo al secretario en la entrada. Estaba con su cabeza ladeada en una seña de confusión, su ceño fruncido por la indignación que todas las féminas notaron.--…--Bueno, ya nosotras nos detiramos, con su permiso—
Las mujeres caminaron, pasando por el lado de Jimin como si nada hubiera pasado. Como si no hubieran recibido todo el mérito por su idea, bueno, el apodo que Mark le otorgó cuando era un bebé y no lograba pronunciar su nombre como era debido.
--Las secretarías me dijeron que ayer te fuiste mas temprano y buscaron el nombre ellas --…-- Su jefe andaba en su laptop presionando sus teclas una y otra vez. --…-- No debiste irte, ellas trabajaron duro para entregarme el nombre y los diferentes ángulos del producto y tu solo te vas. Usted es mi secretario y mas que nadie debía estar toda la jornada. –
--Pero yo si ayu…
--Shhh --…-- Le interrumpió su jefe sin despegar su atención de la pantalla.--…-- Esta es la última que le dejo pasar y hablo enserio. Hay muchas personas que querrían estar en su lugar, sin embargo usted no aprovecha su trabajo como se debe… esta advertido. –
Jimin solo pronuncio un bajo “si” y salió de la oficina cabizbajo.
Que alguien por favor le devuelva su escudo invisible a Jimin, porque el que tenia se le rompió.
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