Capítulo 14
Jimin Pov:
--¿Poqué íoras, papi?--…--Me limpié las lágrimas rápidamente, dejando mi mediana taza con palomitas a un lado en el sofá.—
Mark mira hacia la televisión la escena de mi serie gay Tailandesa favorita. Me estaba torturando cada vez que la veía, porque como dije, es mi serie favorita pero la escena que más me gusta es cuando los protagonistas; bajo la lluvia se dan su mas apasionado y jugoso beso.
¿Por qué es una tortura para mi? pues porque mi fantasía cero sexual es poder besar bajo la lluvia.
Bajo de un huracán tampoco estaba mal.
Agarré el control remoto y apagué la televisión. No quiero tener que estarle explicando cosas a Mark ahora, y menos si son de este tema. Trato de que mi hijo no note mis preferencias sexuales que lo dejarían confuso. Debo tenerle una buena imagen de que “amé” a su madre.
Y pensar que ni siquiera se quien es y debo hablar de ella con todos, porque se supone que es la madre de mi hijo. Ha estado un tanto difícil inventar una persona que nunca he visto, mas aún cuando no tienes fotos para mostrar de; “El gran amor que me abandonó”. Patético pero necesario.
Entrecerré mis ojos pesados por el llanto hacia mi hermoso hijo, se supone que debería estar durmiendo.
Mañana el tenia que ir a la escuela y yo pues... volver a la empresa Jeon.
--¿Qué haces levantado?—
--No puedo domil.—
Si vieran el rostro de mi hijo en este momento entenderían que esto no me permite ser duro con el. Aunque ya van a dar la media noche, mi mocoso tendría que estar ahora mismo en el quinto sueño.
--¿Has tenido un mal sueño?--…--Voy hacia el y lo cargo en mis brazos. Él rodea mi cuello y niega.—
--No quieo domil solo ¿Chimchim dueme conmigo hoy?—
Sus ojos brillantes y llenos de inocencia me suplicaban ¿Cómo decirle que no?
Admiré por unos segundo sus ojos, grandes y redondos. De seguro su padre o su madre los tenia asi, Mark no tenía muy rasgado sus ojos por lo que era aún mas difícil convencer a los demás de que era mi hijo.
--Claro que si, mi niño hermoso.--…-- Choqué nuestras narices y las moví de lado a lado sacándole varias risitas.—
Me abrazó y así se quedo. Estaba asegurándose que no lo fuera a dejar a su habitación, asegurándose de que fuera a dormir con el.
Mire la televisión apagada, el recuerdo de la escena de mi serie estaba tan clara en mi cabeza que era muy difícil sacarla. Tampoco es como si quisiera eso porque de todas maneras era mi forma de soñar despierto.
Con cosas que nunca van a pasarme por feo.
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Por la mañana…
Decidí dejar a Mark en la escuela y luego irme a la empresa, se supone que era como empezar de nuevo por lo que llegué a la hora normal.
Mientras subía las escaleras recordaba la reacción de mi amigo Tae cuando le dije todo lo que pasó con Jeon y Mark hace menos de una semana. Se emociono mucho repitiendo “-Es un hijo de puta con corazón-”, pero al decirle que acepté volver a su empresa me quiso estrangular, repitiendo luego “-Su empresa esta empañada de horror-”, Yo no podía negarle mi miedo y me estuvo persuadiendo para desistir.
“-No quiero que te vuelvan a tratar mal, que te pase algo malo de nuevo-”
Taehyung era el único que se preocupaba por mi de forma sincera, de la mejor manera posible y lo último que quiero es que siga preocupándose por mi. Me hizo prometerle que si recibía un mal trato como fue anteriormente… me iría de empresas Jeon para no volver nunca mas.
No me gusta romper las promesas.
Llegué al piso de presidencia, las secretarias y los trabajadores se me quedaron viendo raro, como si yo fuera un fantasma. Ignoré a esa gente loca y emprendí mi camino hacia la oficina de Jeon Jungkook.
Mi corazón empezó su desenfreno antes de tocar la puerta, causa de que adentro estaba el hombre que tanto me jodía la mente.
Di dos toques en la puerta.
--Adelante.—
Su maldita voz me eriza los vellos de mi nuca y mis piernas temblaron fugazmente.
Volviendo a la realidad me concentre en la gran puerta frente a mi y la abrí lentamente.
--Señor Park.--…--Sonríe ladino mirándome por el rabillo del ojo, estaba tecleando su celular detrás de su escritorio. Llevaba casi todo su atuendo de empresa, y digo “casi” por que no tenia puesto su saco, las mangas de su camisa blanca yacían recogidas hasta los codos. No llevaba corbata.--…--¿Señor Park?—
Insistió cuando me pilló perdido en sus fuertes brazos.
--Eh… ¡Buenos días!--…--Sonreí sintiendo tibias mis mejillas. Había sido descubierto en mi perfecto escáner.—
Jeon sonríe ladino y se agacha un poco y luego coloca un paquete mediano encima del escritorio.
--Es suyo.--…--Lo señala y yo me acerco temeroso agarrando el paquete.—
--¿Qué es?--…--No me atrevía a abrirlo sin preguntar primero.—
--Su nuevo uniforme.--…--Me lo quede mirando unos cuantos segundos y mis manos se movieron temblorosas por el paquete abriéndolo pausadamente. El ruido de la funda romperse me ocasiona jaqueca y por ello, intenté ser lo menos ruidoso posible.--…-- ¿No le gusta?—
¿Por qué habrá pensado que no me gustó?
*Ha de ser por tu cara de shook en estos momentos, niño genio*. Me lancé una bofetada mental.
--No, no… está perfecto.--…--Era una camisa manga larga celeste, sus botones grises y algo brillantes por su pintado sutil, el pantalón era negro con ruedo tubo con bolsillos hondos a los lados y unos decorativos en la parte trasera, el uniforme venia con un saco negro, un cinturón del mismo color con la hebilla gris que hacia juego con la camisa.—
--Me alegro que sea de su agrado. No soy muy bueno para escoger cosas…mucho menos si es ropa.—
Espera un momento… ¡¿Él lo escogió?!
--¿Usted lo ha escogido?--…--Quería saber por que de ser así… estuve en la cabeza de Jeon mientras buscaba mi nuevo uniforme y aquello me hizo parpadear varias veces. El asintió con una sonrisa ladina mientras se movía de lado a lado en su silla como ya le era costumbre. Tan deslumbrante y elegante.--…--Muchas gracias.—
--Pueda que sea el jefe pero como ya sabes, me goza saber que todo en mi empresa está en el mejor orden posible. Me gusta hacer las cosas personalmente.—
Asentí mordiendo mi labio inferior. Aunque todo fuera por trabajo me llenó de satisfacción. Jungkook hablaba de que no era bueno escogiendo cosas ¡pero vamos! el uniforme en mis manos estaba demasiado hermoso. Él podría decir que no, pero yo digo que tiene un buen gusto oculto y que saca a relucir sin darse cuenta.
O eso quiero pensar, no creo que lo esté diciendo solo para no mostrarse creido. De Jeon Jungkook era lo menos que podía esperar.
No, corrección: ¿Qué mas se puede esperar de Jeon jungkook?
--Pensaba que era obligatorio utilizar el otro uniforme. Usted me lo dijo la primera vez.--…--No puedo abusar de mi suerte, pero no pude evitar soltar lo anterior con ironía. Era un poco gracioso que intentara empezar de cero pero hay cosas humillantes que tuve que hacer, por su régimen, sus reglas, mandados y crueldad. Todo por aguantar y no violar el “reglamento” de la empresa. Me era difícil no hablar de aquello porque si así estamos yendo, partiendo desde cero… necesito las verdaderas reglas y no las que fueron inventadas para mi.--…-- ¿Hay algo de malo con el otro?—
Arquea una ceja dubitativo. Quise reírme cuando mi jefe de hierro torció su boca y me miró, fijamente casi como ¿tenso? ¿incómodo?
--Hay que ser sinceros. El otro estaba horrible.—
Asentí mostrándome totalmente de acuerdo.
--No pensé que me quedara tan mal. Usted mismo me lo dio.--…-- Doblaba el uniforme metiéndolo de nuevo en su funda.—
--Park…
En efecto, estaba abusando de mi suerte.
¡Si! ¡YA LO SÉ! Empezar de cero, pero es que me molestaba saber que ahora si iba a tener respeto, el respectivo reglamento que me merezco, el que debí tener la primera vez que llegué y ahora, como Jeon Jungkook me necesitaba si me daba lo justo.
Aunque es lógico que me alegra empezar de cero en todos los sentidos, sin miedo.
--Voy a cambiarme. Con su permiso.--…-- Iba a irme pero volvió a llamarme por mi apellido, como siempre fue. Su nueva forma de tratarme estaba matándome por que si antes me sentí atraído de todas las maneras hacia él, ahora era el doble, si me veía y se dirigía hacia mí de forma “normal”. No como un bicho raro--…--¿Se le ofrece algo?--…-- Sentí que mis lentes estaban un poco fuera del puente de mi nariz así que los arregle como es debido.—
--En su escritorio está la carpeta con los nuevos archivos de la semana, a lo que debe adaptarse nuevamente y los proyectos que se tienen en pie. Todo lo demás sigue igual.—
--Está bien, me retiro.--…--Como dije, salí de la oficina cerrando la puerta a mis espaldas suspirando y llenándome de valor para volver a este ecosistema que tanto daño me causó, rogando a todos los santos posibles para que esta vez fuera bueno y no un yugo.—
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Me miré detalladamente en el espejo del baño, estirando la camisa con mis manos. No me quejaba, el uniforme era tan lindo.
Solo que me queda un poco ajustado, grave problema. No soy de usar prendas apegadas al cuerpo.
Abro el grifo del lavamanos, ladeo mi cuello y suspiro antes de mojar mi rostro. Odio sentirme como un rollo de arroz y eso sin meter en cuenta de que está haciendo un calor ufs, encantador.
Nótese el sarcasmo.
Seco mi rostro con una servilleta y me coloco mis gafas redondas. No diré que son feas como la mayoría de las personas me lo dicen, quizás nada a la moda ya que me las regaló mi padre hace mas de ocho años y he usado el marco desde entonces ¿Quién usa gafas redondas hoy en día?, claro, a menos que quieras ser comparado con Harry Potter.
Pero intenté usar otro modelo y no resultó, eran incómodos y ninguno me brindaba la seguridad que necesitaba.
Les amo.
Salí del baño y me dirigí a mi anterior nuevo puesto… ¿entienden lo que les quiero decir? En fin, me dirigí a ese pequeño espacio que me encantaba mantener en perfecto orden.
Aunque encontré una sorpresita encima.
--¡Vaya! Hasta que al fin vienes.--…-- Era Soffia meciendo sus pies en el aire. ¿Ya había dicho que es bien baja? supongo que las personas con baja estatura pueden gozar de ese privilegio. Bueno, yo no soy un poste de luz pero mis pies si tocan el suelo al sentarme en un escritorio.--…--Ni te despediste de mi cuando renunciaste. Eres un mal amigo--…--Me dio una mirada de reproche, pero con esa misma mirada me recorrió de pies a cabeza hasta llegar a hacer contacto visual con los míos.--…-- ¿Nuevo uniforme, eh? Te ves precioso.--…--Dijo coqueta a lo que sonreí sonrojándome. Tenía mucho tiempo en que nadie me decía algo de ese tipo. Ella parece haber notado su propio piropo como una debilidad y volvió a su expresión seria.--…--Mal amigo.—
--Hola, soffia.--…-- Sonreí y me acerqué para besar su frente. Ella lanzó un par de bufidos nada amigables.—
--Estoy resentida no te acerques.--…-- Cerró sus ojos queriendo mantener su postura orgullosa. Aquello me parecía demasiado tierno y gracioso al mismo tiempo.—
--Es una lastima.--…--Me reí bajito. Rodee el escritorio y me senté en la silla, encendí el computador. Soffia seguía dándome la espalda.--…--Y yo que te quería contar como había vuelto a la empresa.—
La curiosa profesional en diseño se giro tan rápido que sus rodillas sonaron en el escritorio.
--Cuentame todo y no me ocultes nada.--
--Primero dime si me disculpas por irme sin despedirme.—
Ella entrecerró sus ojos como si yo estuviera pidiendo algo fuera de su alcance. Algo imposible.
Al notar que no me respondía solo me encogí de hombros.
--Como gustes.—
--¡Ya esta bien te perdono! Chantajista de pacotilla.--…--Hizo una mueca muy graciosa.--…-- Suelta la sopa que dentro de quince debo volver a mi trabajo.—
Hice un corto resumen de la semana pasada, diciéndole que el jefe me llamó proponiéndome volver y yo acepte (no dando mucho detalle de lo de mi hijo).
Soffia estaba atenta a lo que le decía, sin embargo la muchacha es muy inteligente y le pareció raro todo. Desde mi "repentina” renuncia… hasta mi “repentina” contratación.
--Si te fuiste ¿por qué volver? Jeon puede tener a quien quiera de secretario ¿Cuál es la insistencia? No será que…--…-- Sus sonrisa algo perversa me hizo tragar duro.--…-- Mmm es muy rápido para sacar conclusiones pero Jeon no es de llamar a nadie para que vuelva, desde que llevo trabajando aquí quien sale de esta empresa no regresa. Eres el primero.—
--Permíteme no sentirme bien por ello.--…-- ¿Cómo iba a decirle la verdad a Soffia? *-Oh, bueno regresé por que Jeon Jungkook se ha disculpado conmigo, me ha sacado de un gran aprieto con mi hijo y el desgraciado era todo un enigma que me jode los sesos mas de lo que me gustaría. Estoy propenso a sufrir de nuevo aquí, pero el maldito se veía tan sincero que no pude negarme y acepte-*…--Igual ya estoy acá. Algo tengo que estar haciendo bien ¿no crees?—
Decirle toda la historia podría hacer que la ocurrente mente de mi compañera empezara a funcionar de una forma incorrecta. Yo estaba frente Jeon Jungkook cuando me pidió volver, y en su mirada solo podía ver ese deseo de triunfo, de que yo cediera, no había otro significado. No tenia porqué haber confusión ni malas hipótesis que no vienen al caso.
--Eres mas que eficiente. Entiendo la insistencia del jefe en que volvieras.--…--Habla seriamente. Iba a decirle algo mas pero el sonido de unos tacones cerca de mi escritorio me puso alerta.—
--Pero si es el secretario de quinta.--...--Sun hee. Lo de amable lo tenia de natural y ella carecía mucho de naturalidad.--…--Entonces es cierto que has vuelto, debo admitir que me sorprende. Pensamos que no íbamos a verte de nuevo, es una pena.--…-- Hizo un falso puchereo, las otras secretaria sonreían burlonas por lo bajo como si eso pudiera afectarme el hecho de que estuviera es sus venenosas lenguas.--…-- No me gusta estar con gente desagradable.—
--Estúpida pedazo de m…
Soffia estuvo con su cara roja como un volcán que pronto entraría en erupción. Lo menos que quería y necesitaba era una discusión de féminas a la esquina de mi escritorio. Agarré el brazo de Soffia, dándole un leve apretón para que me mirara. Ella lo hizo y asentía sin despegar mi mirada de la suya.
--Lamento desilucionarte Sun hee,.--…-- la nombrada hizo una mueca arrogante, moviendo su pie con desespero y clara obstinación. Esta mujer era tan desagradable pero por mas que me ocasionara malestar no debía caer en sus provocaciones. De nuevo mi atención recayó en Soffia, solté su brazo.--…-- Déjala, no vale la pena.—
--¿Qué te has creido secretario insolente?--…-- Oh, parece que se ha dolido. Qué triste.--…--No es muy inteligente querer dárselas de valiente a estas alturas, ¿o así eres en realidad? ¿te crees la gran cosa por volver a ser el secretario de Jeon Jungkook? Eres patético y una alimaña disfrazada de mojigato pero no vas a engañarme, es una mala idea. Y para colmo, ¡Vienes acá con ese uniforme tan horrible!—
Soffia me miraba entre furiosa y suplicante pidiendo claramente mi aprobación para lanzarse encima de la mujer a nuestro lado. Tuve que contenerme mucho para no soltar unas cuantas groserías, pero por mas que se las mereciera, no iba a darle el gusto de mostrar una mala faceta mía solo para que ella se sienta gloriosa al haber ocasionado mi colapso. ¡Ni loco! yo tenia que ser inteligente, yo no soy como ella dice que soy, no se acerca ni un poco.
--Sun hee…--…-- Dije su nombre bajo. Mi voz salió algo amenazante, advirtiendo claramente que si no paraba algo malo iba a pasar.—
Aunque ni yo mismo sabía que malo podía pasar pero como decía mi abuelo; “ya estas montado en el burro, te toca arrear”
Ella iba a decir algo mas pero un carraspéo se oyó a nuestras espaldas. Conocía muy bien ese carraspear por lo que solo me dedique a voltear lentamente.
Y ahí estaba él.
Jeon Jungook irradiaba una maravillosa virilidad digna de un dios protagonista de las mitologías griegas. No supe cuanto tiempo estuvo allí parado, ¿Cuánto habrá escuchado del disturbio? No lo sabía, pero sentí miedo por su postura firme, el arqueamiento de su ceja izquierda fue señal de seriedad absoluta, sus brazos cruzados sobre su fornido pecho que ya había visto.
Me sonrojo al instante mientras cierto recuerdo se instala en mi mente, ¿Por qué me acordaba de cosas inapropiadas y vergonzosas en momentos delicados?
Me faltó agregar: “cosas calientes y excitantes” .
¡¿QUÉ ME SUCEDE?!
Esto es un momento serio y yo solo me puedo acordar del único colirio en vivo que sanó mi ceguera virgen al mundo de hombres sexys.
Del: Sexy Jeon Jungkook, el colirio humano.
¡Listo! Nuevo apodo desbloqueado.
Negué para mi mismo volviendo a la realidad. No se en que momento pasó, pero Jeon ya estaba a solo un par de pasos de las secretarias.
Esas mujeres ya no eran mujeres, eran unos cadáveres. Tan blancas como el papel… mas que todo Sun hee que tragó duro al tener al jefe tan cerca y su misma mirada pesada sobre ella.
--Como siempre digo, no tengo buenos gustos con la ropa. Park.--…-- Me miró y me puse rígido al instante.--…-- Quizás debamos cambiar su uniforme, el que le he escogido no parece gustarle mucho a la señorita Sun hee.--…--Ella abrió sus ojos como si fueran unos deliciosos huevos fritos.—
Pero obvio no podrían ser deliciosos, ¡eran los ojos de Sun hee, nada de esa mujer podía ser delicioso!
--N-no debe c-cambiar n-nada… jefe.--…-- la muchacha sufrió de tartamudez aguda. Me hice el mas fuerte de los fuertes para no reírme.--…-- Yo… solo le d-daba una opinión a su secretario.--…-- Bajó la cabeza.—
--Esta es una empresa de publicidad, no de moda ni de confecciones por lo que le agradecería mantener a raya sus opiniones referente a lo que sus compañeros usan o no. Pago para trabajar, no para aconsejar.--…--Ante todo lo dicho por mi jefe solo abrí la boca estupefacto. Esperaba toda la jodida reacción del mundo menos esta. Era raro.--…-- Vuelvan todos al trabajo carecemos tanto de tiempo como yo carezco de paciencia.—
No miró a nadie más antes de darse la vuelta y entrar de nuevo a su oficina.
Las secretarias me miraron con odio, mucho mas Sun hee, que si las miradas mataran... mi hijo ya estaría internado en un orfanato.
Todo esto me sorprendió de una manera inimaginable, mi corazón estaba latiendo con desespero. No sabía si era por el temor, la adrenalina del momento, la presencia de Jungkook o la emoción de sentir que me estaba defendiendo.
¿Defendiendo?
¡No! ¡Ni un demonio!
El estaba haciendo lo que debía hacer como el hombre mas importante de la empresa, mantenía el orden y estaba siendo justo. No era por mi, era algo que tiene que hacer con todos.
Y ni por mas que me lo repetía una y otra vez lograba convencerme, sabía la verdad y sin embargo mi corazón yacía frenético en mi pecho. Parecía al de un colegial enamorado al ser correspondido por su crush.
Lo decía por decir. Ninguna de las personas que llegaron a gustarme en esta vida han sentido algo mutuo por mi.
Jeon Jungkook no seria la excepción.
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