Chapter One
El amor es huir de la vida terrenal antes de la muerte.
Edgar Allan Poe
Meredith miraba fijamente el camino en dirección a Mystic Falls
El lugar del qué había escapado hace más de un siglo, dejando atrás absolutamente todo. Pero jamás se resignó a dejar de buscar a sus hijos
Sus hijos, cegados por el amor de una mujer quien terminaría siendo su condena... O quizá su libertad
–Jamás creí que volvería a este lugar-habló por primera vez la oji-azul-
Verónica Gilbert, hermana de Jonathan Gilbert, uno de los fundadores de Mystic Falls, su mejor amiga y única compañera tras ser obligada a casarse con Giuseppe
–Mer, ¿acaso no extrañaste este lugar?, o a tus hijos, no creas que no escuchaba como llorabas luego de irnos
–No creas que no extrañé a mis hijos... Creo que pude haberlos ayudado más–La frase que ella más repetía siempre fue "Pude haberlos ayudado", pero bueno, una mujer que en ese entonces era maltratada, ¿podía hacer algo contra una jauría de hombres cazadores?–
–Meredith, lo pasado pisado, como me gusta decir–Verónica sonrió. Ella era mucho más espiritual, y eso considerando que la mitad bruja era Meredith–
Meredith venía de una familia de un largo linaje de brujas, cosa que a su mamá nunca le agradó, principal motivo para ella casarse y llegar a tener un lugar en la sociedad
Giuseppe Salvatore, la condena de Meredith y la mina de oro de su madre
–Llegamos–Informó Verónica para ambas bajar del auto, Meredith miraba la casa fijamente–Le diré al camión donde dejar las cosas–La pelinegra asintió y su mejor amiga se alejó–
Sintió una mirada sobre ella, al voltear encontró a alguien idéntica a Katerina Petrova. Habría ido a asesinarla, de no ser porque su presencia era completamente diferente a la de la mujer que convirtió a sus hijos
La castaña se acercó a Meredith con una gran sonrisa
–Al menos no tendré que investigar quien es–murmuró para justo en ese momento la castaña llegar frente a ella–
–Hola, mucho gusto, supongo que son las nuevas vecinas–Meredith asintió con una muy leve sonrisa–pues bienvenida, soy Elena Gilbert
–¿Gilbert?... ¿Eres algo de Jonathan Gilbert?–Elena la miró confundida-
–Si, era mi abuelo, ¿cómo sabes de el?
–Bueno, conozco mucho sobre los integrantes fundadores, me gusta mucho la historia–Al menos no era del todo mentira–... Lo lamento, casi lo olvido. Mucho gusto Elena, soy Meredith Salvatore
Si bien, usar su apellido de casada no era de sus cosas favoritas, al menos con ello conseguía una qué otra cosa cuando era necesario
–¿Salvatore?–Le preguntó con una sonrisa y ella asintió–¿Eres algo de Damon y Stefan Salvatore?–Así que los conocía–
–... Soy su prima–Mintió-¿los conoces?–Elena asintió–
–Justo voy a verlos–Claro que Meredith iba a aprovechar esta situación-
–Es que hace mucho que no veo a mis primos, ¿podría acompañarte?
-Claro, seguramente les gustaría verte... Quizá a Stefan más que a Damon–Ambas rieron–
˖⸙̭❛
Elena Gilbert tocó la puerta de la mansión Salvatore, Meredith se limitó a recargarse en la pared. Pronto alguien abrió la puerta
–Elena, adelante-Esa era la voz de Stefan, el simple hecho de escuchar su voz hizo sonreir a la pelinegra-... ¿Vienes con alguien más?
–Si, resulta que tu prima es mi nueva vecina–El hombre la miró confundido–
–¿Mi prima?–Elena asintió–
–Meredith Salvatore–Stefan estaba atónito, hacía mucho tiempo no escuchaba ese nombre. La mujer aprovechó ese momento para dejarse ver, las entradas medio dramáticas era algo que Damon heredó de ella-
–Hola solecito–Stefan sonrió para abrazar con fuerza a la mujer. Literalmente la levantó y dio vueltas aun abrazándola-
Aunque Elena pensaba que era su prima, esa escena no le había gustado mucho
–No puedo creer que estás aquí, Damon estará feliz de verte, y a Damon no muchas cosas lo ponen feliz
Ambos entraron a la casa mientras Elena los seguía, Damon estaba sentado mientras bebía algo de whisky
–Jovencito, recuerdo haberte dicho que el whisky es malo para las personas–Damon ni siquiera pudo darle otro sorbo a la bebida, puesto que al escuchar esa voz volteó demasiado rápido-
Corrió a una velocidad inhumana y tal como con Stefan, la abrazó con fuerza
–Ustedes dos me dejarán sin aire-Ahí fue cuando el hombre la soltó. Elena solo rascaba su nuca con incomodidad–
–Parece que su prima los pone muy felices–Meredith rió pero los hermanos Salvatore solo miraron con confusión a la chica Gilbert-
–¿Prima?–Damon rió-Parece que apenas llega, mami le miente a las personas
–¿Mami?-preguntó la castaña confundida-
–Elena, gracias por traerme aquí y lamento haberte mentido... Mi nombre si es Meredith Salvatore, pero no soy la prima de Damon y Stefan... Yo soy su madre–Elena miró a ambos sorprendida a más no poder–
–¡¿Su madre?!–Los tres asintieron–... Lo lamento, no me dijeron que su madre era tan joven
–Oh, viene de familia–Tras esas cuatro palabras, se sentó en el sofá–Muy bien solecitos, cuéntenme, ¿ahora en qué problemas se metieron?
˖⸙̭❛
–¿En serio creen que Isobel dice la verdad y todos saben del Doppelganger?–Vaya sorpresa se llevó la madre al enterarse qué la castaña era la Doppelganger Petrova-
–Yo no confío en ella pero... Sería estúpido no oír su palabra–Meredith escuchaba la conversación mientras recorría la casa–
–Deberías quedarte aquí, sería más fácil para nosotros–Propuso Damon con una sonrisa traviesa–
–No entraría a la casa de cualquier vampiro–contradijo Stefan–su casa es más segura
–Pues quedémonos ahí–Ambos hermanos parecían de acuerdo–
–¿Ese es el plan?, ¿ninguno de los dos me quitará los ojos de encima?–Meredith se acercó–
–Tienden a hacerlo mucho, parece costumbre en ellos–Habló para ir hacia el librero de la casa–
–Bien, entonces uno de ustedes acompañeme a la casa de los Lockwood–Pidió la castaña, Stefan fue el primero en ofrecerse–
–Yo no, tengo asuntos de brujas qué resolver con Bonnie–informó el hijo mayor de la pelinegra–
–¿Bonnie Bennett?–Meredith preguntó y su hijo asintió–He oído mucho sobre ella–
–No se sorprendan porque llegué–Meredith soltó el libro que tenía en manos. La voz de Katerina se había hecho presente–Si tienen un plan para derrotar a los terribles vampiros, pueden decirlo–Miró a Meredith–¿Y ella es?
Al Meredith voltear, la sonrisa de Katherine desapareció. Antes de poder hacer algo, la oji-azul ya la tenía sujeta contra la pared
–Meredith–murmuró–
–Hola, Katerina–La saludó con una falsa sonrisa–Cuanto tiempo–Dime, ¿cómo quieres que sea tu muerte?
-Espera, les di a tus hijos la piedra de luna, el licántropo–Antes de poder terminar, Meredith la interrumpió–
–Pues gracias, pero eso no contesta mi pregunta
–He sido honesta con ustedes–Miró a los Salvatore–devuelvan me el favor–Pidió para señalar a la mujer con la cabeza–
–He sido honesto contigo, no piensas que porque no te he matado mientras duermes, ella hará lo mismo–Meredith sonrió ante las palabras de su hijo–
–Mamá–La llamó Stefan–... Por favor suéltala–Ella miró a su hijo–
–No te maté hoy... Pero ten cuidado–Le hizo saber para soltarla y Katherine irse en ese momento-
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